MUCHACHOS Y MUCHACHAS CON DON BOSCO

1 octubre 2010

Juan Linares, sdb.
 
Estamos cumpliendo los 25 años del inicio de “Muchachos y Muchachas con Don Bosco”. Una Obra Oratoriana compuesta por una red de Centros Locales de la Inspectoría de las Antillas y que tuvo su nacimiento en el República Dominicana. Y qué bueno es poder contar algunas de las tantas maravillas que a lo largo de este periodo de tiempo han sucedido como fruto de la pedagogía salesiana.
Dar testimonio es una manera de contagiar lo que uno ha experimentado, de pasar la antorcha encendida a los hermanos que están contigo o que vienen atrás. En definitiva, el testimoniar es solo una manera de agradecer, transmitiendo aquello de lo que uno ha sido testigo y que es bueno que siga creciendo y se multiplique.
Todo comenzó con los muchachos que llamamos “Canillitas”. Ellos despertaron y provocaron mi vocación oratoriana, me robaron el corazón y me quedé con ellos: maniceros, pambolitas, limpiabotas, canillitas… Gracias porque me han hecho sentirme verdaderamente salesiano y padre.
 
El compromiso de los jóvenes del centro
Don Bosco lo vivió en su propia experiencia. Sus jóvenes fueron sus primeros colaboradores y fueron, también, los cofundadores de la Familia Salesiana.
Pues bien, con un grupo de Salesianos Cooperadores y con otros jóvenes del Centro Juvenil, reflexionando sobre las experiencias de compromiso ya realizadas y viendo la proyección de un compromiso permanente, nos preguntamos qué proyecto podríamos montar donde verdaderamente pudiésemos realizar, en forma permanente, este compromiso oratoriano del que estábamos hablando.
Al comprobar que de nuestros barrios, cada mañana veíamos salir multitud de niños a realizar variados trabajos para ganarse la vida, pues sus familias eran muy humildes, intuimos que en ellos teníamos un potencial de compromiso muy oportuno, dado que era un hecho de nuestra propia realidad y que respondía a las características del carisma salesiano que estábamos viviendo.
 
Y enseguida nos pusimos manos a la obra
Dos de los jóvenes del Centro Juvenil eran estudiantes de término de Sociología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Hablando con ellos acordamos que su trabajo, como tesis de grado, fuese un estudio de la realidad de los niños trabajadores de la calle, en la ciudad de Santo Domingo. Esto nos serviría de base para el Proyecto que queríamos montar.
Se hizo todo el proceso necesario y un gran número de jóvenes del Centro Juvenil se convirtieron en entrevistadores de una muestra, de niños trabajadores de la calle, que cubría la ciudad de Santo Domingo.
Con este estudio pudimos conocer las variables que nos indicaban la situación de estos muchachos y cómo era el desenvolvimiento de sus vidas, en vistas a ver cuáles eran las respuestas o soluciones que con ellos íbamos a realizar.
Aquí conocimos que el estilo de vida que llevaban era muy sacrificado, que el grado de escolaridad que tenían se quedaba en los primeros niveles o habían desertado de la escuela, que las ganancias que obtenían con su trabajo eran muy escasas y a qué destinaban el dinero, cuál era el núcleo familiar a que pertenecían, cómo estaba su salud, el grado de recreación que practicaban, etc.
Con el conocimiento de estos datos se nos abrían unas puertas enormes para concebir los programas que podíamos montar y así poder dar respuestas a tantas necesidades encontradas en estos niños y adolescentes.
 
“Canillitas con Don Bosco”
Canillitas con Don Bosco fue fundado el 8 de diciembre del 1985. Estábamos en el mejor momento para iniciar un Proyecto de acompañamiento a los niños más necesitados de los barrios más cercanos a la Parroquia María Auxiliadora.
Enseguida montamos un proceso con tres fases bien definidas en el camino a realizar.
–          La primera de “búsqueda”. Se trataba de salir a encontrarse con estos muchachos en sus realidades para hacerse amigos de ellos y demostrarles el afecto e interés que sentíamos por cada uno.
–          Una segunda etapa de “acogida”. Invitarles a venir a nuestra casa para que juntos pudiésemos realizar muchas actividades que fuesen de su interés, sobre todo en lo relacionado al deporte, elemento más atrayente para ellos. Así podríamos conocer mejor la situación en que vivían nuestros muchachos y consecuentemente podríamos montar mejores programas para ellos.
–          Y la tercera etapa, era de “acompañamiento” mediante una serie de programas a implementar: de escolaridad o de refuerzo escolar para los que habían desertado de la escuela y estaban muy flojos, programas de declaraciones tardías para aquellos que no habían sido declarados, programas de refuerzo en alimento para las familias de los muchachos, programas de salud con vacunas y revisiones médicas, programas recreativos donde pudiesen disfrutar y por eso enseguida montamos campeonatos deportivos, programas de formación humana y cristiana, programas para recibir los Sacramentos de Iniciación Cristiana.
 
Cuando ya teníamos todo concebido y los lugares estaban preparados, nos lanzamos a esta emocionante aventura.
Como todos estos muchachos tenían que mover sus piernas, “canillas”, para ganarse la vida y como nuestro modelo educativo estaba inspirado en el Sistema Preventivo de Don Bosco, decidimos bautizar al Nuevo Proyecto con el nombre de “CANILLITAS CON DON BOSCO”.
Así, el 8 de diciembre de 1985, fiesta de María Inmaculada, en la misma fecha en que San Juan Bosco iniciaba su obra en Turín con Bartolomé Garelli, también nosotros iniciábamos la Obra Oratoriana “Canillitas con Don Bosco”.
Desde el primer momento la Providencia se manifestó enseguida, fue con motivo de el primer campamento, pues llegó un momento en que pensamos que este campamento no lo podríamos realizar. Faltaban dos días y no habíamos conseguido el dinero que necesitábamos. Pero, ese mismo día, ya en la tarde, llegó al patio de la parroquia María Auxiliadora un motorista que se acercó a mi y me entregó un sobre diciéndome “tenga esta ayuda”. Se lo agradecí y le pregunté ¿quién la enviaba? El joven del motor me respondió: “me han dicho que no diga quien lo envía”, y se marchó.
Fui a mi oficina y cuando abrí el sobre se me salieron las lágrimas, pues la cantidad de dinero que contenía el sobre era exactamente lo que necesitábamos para el campamento: cuatro mil pesos. Enseguida di gracias a Dios, que en ese momento me decía: no tengan miedo, yo estaré siempre con ustedes.
Los milagros comenzaban a hacerse presentes entre nosotros y estos signos nos indicaban muy claro que había que seguir por este camino.
 
Nacen otros centros locales
Lo mismo que sucedía con los muchachos, estaba, también, sucediendo en las diferentes ciudades con las niñas, aunque siempre en menor cantidad. Comenzaron a parecer niñas vendiendo flores en los semáforos o prendas de vestir y adornos por la calles, también palomitas de maíz y otras cosas.
Las hermanas salesianas del colegio Madre Mazzarello de Santo Domingo quisieron iniciar un trabajo similar para estas niñas. Se concebió un plan de trabajo semejante al que teníamos con los muchachos. De esta forma el día 24 de septiembre, fiesta de la patrona de República Dominicana, nuestra Señora de las Mercedes, de 1989 se iniciaba un nuevo centro de atención a la niñez más desprotegida de nuestros barrios, esta vez para las niñas más humildes. Fue el proyecto “Canillitas con Laura Vicuña”.
También en la Parroquia de Cristo Rey de Santo Domingo se inició un nuevo centro para atender a los muchachos que en esa inmensa barriada estaban necesitados de alguien que hiciera algo por ellos. Esto sucedió el 8 de diciembre de 1992. Le pusieron el nombre de “Chiriperos con Don Bosco”, pues estos muchachos, con tal de ganarse la vida y tener lo necesario para cubrir sus necesidades básicas, estaban dispuestos a hacer cualquier “chiripa” que les proporcionase algo de dinero: ir a buscar agua, tirar la basura, hacer cualquier “mandao”.
Algo semejante sucedió en el barrio de Villa Juana, un barrio lleno de talleres de mecánica automotriz, puestos de venta de repuestos de automóviles y distribución de neumáticos. Los salesianos y los jóvenes de la Parroquia de Sagrado Corazón de Jesús, viendo que había tantos niños trabajando en estos talleres, decidieron iniciar un Proyecto para acompañar a estos muchachos, y le dieron el nombre de “Aprendices con Don Bosco”. Fue fundado el 24 de mayo de 1993. No les fue fácil realizar este trabajo pues encontraban una gran resistencia de los dueños de los negocios a quienes no les convenía que los muchachos tomasen conciencia y que se hiciera público la explotación que se estaba haciendo con estos menores de edad. Esto supuso una fuerte lucha para lograr liberar a estos muchachos de tantas injusticias.
Más tarde, también el Hogar Escuela Domingo Savio se unía a este movimiento. El Hogar escuela Domingo Savio había sido fundada el 25 de octubre de 1995, se trataba de una casa de acogida de niños huérfanos.
 
Luego me tocó ser Inspector de las Antillas
Durante los años 1990 al 1996 me correspondió tener otro trabajo, pues fui nombrado Inspector de las Antillas y consecuentemente no pude estar directamente en la animación directa de Canillitas con Don Bosco. El entonces Secretario Inspectorial se quedó extrañado de que siendo inspector siguiera haciendo acciones callejeras en la noche para encontrarme con los muchachos que dormían en las calles. Tuve que explicarle que yo, aunque era Inspector, seguía siendo salesiano.
En el Capítulo Inspectorial de los Salesianos del 1992, la Inspectoría de las Antillas hace la opción de “destinatarios Preferencias” marcando unos destinatarios concretos en las tres naciones pertenecientes a la Inspectoría.
Habiendo concluido el cargo de Inspector fui destinado, nuevamente, a Canillitas con Don Bosco, con la finalidad de formar la Red de Muchachos y Muchachas con Don Bosco, aglutinando así los diferentes centros que se había constituido en los años pasados. Esto sucedía en el mes de septiembre del 1997.
 
Consejo asesor de empresarios
Un grupo muy significativo de empresarios nos hacen la propuesta de convertirse en el Equipo Asesor de Empresarios de Muchachos con Don Bosco.
Entre las propuestas provenientes de este equipo, destacamos: constituirnos como una entidad organizada profesionalmente y con una visión empresarial, creación del Fondo Patrimonial para dar solidez y seguridad a la institución, creación de una campaña de promoción a nivel de los medios de comunicación.
Como consecuencia de estas orientaciones y de la ayuda de los mismos se comenzó a formar el Fondo Patrimonial. Con la ayuda de Cumbre se hizo una Campaña de Promoción con anuncios en la TV y un primer documental de MDB. Ellos diseñaron el logo de MDB y unos carteles de promoción en los que con imágenes de nuestros niños y niñas se anunciaba: “En cada niño que ves limpiar zapatos, nosotros venos un diseñador de calzado”, “En cada niña que ves vender flores, nosotros vemos una decoradora de interiores”,  “En cada niño que ves limpiar vidrios, nosotros vemos un ingeniero automotriz”.
 
Una experiencia Regional
Durante estos últimos años, ha surgido en la Congregación Salesiana un impulso de renovación de nuestra misión, tomando como punto de partida nuestros destinatarios preferenciales y de un modo particular “los muchachos de la calle”.
Afortunadamente, se comenzó en Roma un proceso de reflexión en torno a este tipo de presencias salesianas tomando conciencia de la importancia del trabajo salesiano con el muchacho de la calle y de la necesidad de lanzar en toda la Congregación un impulso que nos haga retomar a los muchachos más necesitados como el corazón de la lista de destinatarios de nuestra misión, renovando, de este modo, el genuino “espíritu oratoriano”. Nuestra Región Inter América asumió esta iniciativa
 
Nuestro gran sueño
Este es el gran sueño que día a día vamos haciendo realidad y cuya meta es alcanzar una vida digna y de calidad para todos nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, especialmente para los más pobres.
Nuestro secreto, crear un gran movimiento involucrando a todos, haciendo que sea una misión a realizar en comunión:
Los muchachos y muchachas, que en la actualidad son unos cuatro mil, como protagonistas y destinatarios, son el centro del proyecto.
Sus núcleos familiares, unas treinta mil personas, como primeros responsables de la educación de sus hijos y como agentes fundamentales para el desarrollo.
Los educadores y las educadoras, más de cuatrocientos, para acompañar en los procesos como artistas de la educación.
El Gobierno como responsable de hacer realidad los Derechos Humanos para todos, especialmente la educación, la alimentación, la salud, la recreación…
Los profesionales ofreciendo sus capacidades y servicios en todos los programas, especialmente salud, atención psicológica, educación…
Los empresarios como promotores de una sociedad justa y de progreso, expresión de un bienestar para todos.
Los medios de comunicación como promotores de buenas noticias y como voz de los que no tienen voz.
Cada ciudadano, sensible a los más necesitados, desde la solidaridad y compartiendo su vida y sus bienes con nuestros muchachos y muchachas.
 
Tenemos en nuestras manos el tesoro de la pedagogía de Don Bosco y seguiremos ofreciéndoselo a tantos niños, niñas, adolescentes y jóvenes que padecen situaciones de exclusión y que tienen el derecho a vivir con toda dignidad.
 

Juan Linares