Suenan las sirenas, a lo lejos.
Miles de estrellas de fuego
iluminan esta noche
de inhumanidad.
Las explosiones ahogan
los gritos de los niños de Bagdad
y el horror se refleja
sin misericordia
en sus grandes ojos negros.
Negro es el premio
que anhela el Presidente,
la libertad chorreando sangre
se ofrece como sacrificio al dios
que adoran en la White House.
Nazik arrulla y abraza a Mushin
que llora enfermo en su regazo,
mientras le canta entre sollozos
una nana con sabor a despedida.
Wall Street sufre altibajos
por la incertidumbre del ataque,
pero el precio del crudo cae
en forma de metralla infernal
sobre las cabezas de los inocentes.
Jaled escribe a la luz de una vela
un poema a su amada.
La desesperación, la rabia, el miedo
hilan la más bella expresión
de cariño que jamás brotó de sus dedos.
Es el país de las mil y una poesías
del perpetuo desconsuelo.
Mientras, la jauría sedienta de muerte
se reúne para perfilar
la última estrategia con el fin
de aniquilar al tirano.
Se miran finalmente en el espejo
y se refleja el mismo rostro
que desean destruir.
Se levanta el gran Macho,
se abrocha la chaqueta y erupta:
Let’s go.
Esta noche de dolor en Iraq
mi grito ha sido vuestro altavoz,
vuestros puños se alzaban en mi brazo,
mis lágrimas se deslizaban
por vuestros rostros,
mi lucha os acompañaba
en vuestros refugios,
y millones de voces se alzaban
como incienso, y olía a Paz.
Para continuar firme
en el frente de batalla,
voy a cobijarme
en la trinchera de tus brazos,
para blindar mi corazón
de piel ardiente y sensible,
para blandir el único arma
inteligente del amor,
y pertrecharme con miles
de municiones de ternura.
Miguel Ángel Mesa Bouzas
21 de marzo de 2003
PARA HACER
Esto texto fue escrito al inicio de la II guerra de Iraq. ¿Qué nos dice?
¿Qué queda ahora de esa guerra? Releer el texto desde la situación actual, sea cual sea. Para ello será necesario recordar cómo están las cosas en el momento presente.
Esta guerra volvió a suscitar masivas manifestaciones de todo tipo contra la guerra. ¿Qué hizo cada uno? ¿Qué hace ahora?
Otras guerras consumen al mundo sin que nadie diga nada (África, por ejemplo; o el hambre, por ejemplo…) ¿Qué podemos hacer?
Ver también lo que se dice en la sección TV de este mismo número de Cuaderno Joven.
¡En el bufet del Señor!
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