NAO: Noche y Arte en Oración VII edición. 5 marzo 2005

1 mayo 2005

Maite López
 
La Noche y Arte en Oración (N.A.O.) ha cumplido su séptima edición, y este año ha girado en torno al lema «RAÍZ o raíces. PALABRA o palabras». Se trata de un evento eclesial de gran importancia, a pesar de discurrir en la sencillez de esos cientos de acontecimientos evangélicos que pasan desapercibidos para la mayoría. Su atractivo reside en la confluencia de varios elementos, todos ellos sustanciales al cristianismo. Quienes participamos nos sentimos atraídos al menos por alguno de ellos, cuando no por todos. Pero antes de resumirlos me parece conveniente describir tanto el acontecimiento como su génesis, sentido y estructura. Lo voy a hacer ayudándome también de algunas frases (siempre significativas y llenas de fuerza) recogidas en las cartas de convocatoria: son las palabras de la comunidad Pueblo de Dios, que respalda, anima y acompaña esta iniciativa.
En la noche de la Iglesia es el arte y la vida de todos
la que se ofrece en oración
en espera, que el sol de justicia que nace de lo alto, nos enraíce en Dios
 

  1. NAO: Noche en Arte y Oración

La Noche en Arte y Oración consiste básicamente en un espacio nocturno en el que artistas cristianos van expresando y celebrando su fe a través de las distintas manifestaciones del arte: música, canto, danza, cuento, poesía, mimo, etc. Paralelamente hay otro lugar para la exposición tanto de obras de arte (pintura, fotografía, escultura, video, diseño…) como de realidades eclesiales (movimientos de base, congregaciones religiosas, obras apostólicas, organizaciones…). Empezó siendo casi exclusivamente una vigilia de sábado noche, después se fue desarrollando de modo complementario la exposición, los talleres, los foros y las mesas redondas de la jornada del sábado. Últimamente se ofrece además la posibilidad de hacer unos días de retiro previos al fin de semana. Así, se han ido generado las varias formas de participación actuales: retiro y/o ejercicios; talleres y mesa redonda; galería de exposiciones; concierto (pluralidad y comunión) y la vigilia de la Noche y Arte en Oración. Esta última Noche se divide en cuatro momentos temáticos, que van desarrollando el lema de cada edición y que ayudan a profundizar en el mismo. Este año fueron: ideas (mi conciencia pequeña y no-confiada); vida (la Promesa que Dios hace a su pueblo); siembra (él pone en manos del hombre “Su semilla”); cosecha (respuesta de Dios a su Promesa).
«Queridos amigos en el Arte, la danza, la música, la reflexión y la Palabra.
A vosotros todos que os empeñáis en el arte de vivir y que durante seis años Dios se ha servido para hacer posible la Noche y Arte en Oración… Un año más queremos invitaros a que participéis en este vuestro espacio de familia, oración y arte».
 

  1. NAO: Pueblo de Dios

La Noche y Arte en Oración está organizada por la comunidad ‘Pueblo de Dios’, de Huelva. He de decir que no tengo mucho contacto pero la relación personal que he establecido con ellos (que definiría como fraterna y entrañable) es muy significativa para mí. Los he conocido precisamente a través de la música del grupo Brotes de Olivo, pero sobre todo gracias a la NAO. Desde estas líneas, quiero agradecer el esfuerzo incansable de todos ellos (especialmente del “patriarca”, Vicente Morales) por hacer de esta nuestra Iglesia una comunidad más viva, más fiel, más auténtica, más sencilla, más unida. La Noche en Arte y Oración juega con las siglas que forman: “nao” (barca), la barca de Pedro que es la Iglesia y que construimos entre todos.
«La NAO nació con vocación de pertenecer a todos y no a unos pocos, con vocación universal de pluralidad y comunión. Nació como un espacio que seduce y favorece a que lo distinto se ame, se complemente y se comulgue mutuamente. Cuanto más diferentes y distintos seamos más de Dios será lo que vivamos entre todos si dejamos que sea el Espíritu Santo el que pulule entre nosotros. Todo ha ido brotando del intento de no sujetarnos a proyecto alguno premeditado, y sí estar atentos a lo que Dios nos pudiese hablar a través de todos.»
 

  1. NAO: oración y celebración.

Noche y Arte en Oración es un momento mágico que muchos esperamos durante todo el año. A lo largo de esas horas se disfruta de la Presencia, del encuentro con amigos y desconocidos, del arte y del misterio de la diversidad, de la oración sencilla y profunda, de la música, de la palabra, de la oscuridad y la luz, de la imagen, de la danza… de la fe compartida. Es un afianzarse en la fe, en la fidelidad de un Dios que es como la música: no se ve ni se toca pero es real y cuando se escucha con el corazón, hace que nos estremezcamos. Uno tras otro los dones se van poniendo al servicio, se va ofreciendo lo que se tiene: los asistentes con su presencia, con su propia voz, con cuerpo o sus instrumentos. Los ausentes con su palabra y su voz prestada. La amplitud de tiempo permite alternar momentos muy intensos de encuentro y oración con otros más relajados, más distraídos, donde no está menos presente la acción del Espíritu de Dios. La madrugada nos encuentra despiertos, en vela, listos para celebrar la Eucaristía, el momento cumbre del encuentro. La Fracción del Pan. La Acción de gracias. La fiesta de la comunión con el Resucitado.
«N.A.O. nos ha mostrado la grandiosidad evangélica de la Profecía Conjunta Misericordiosa, llamándonos a dejar a un lado los protagonismos personales.
Todas estas intervenciones y ofrecimientos desapercibidos de tantos como han participado en estos años han servido para entrar en una nueva concepción de necesidad, pluralidad y complementariedad recíprocas.»
 

  1. NAO: protagonismo de los artistas cristianos

En la Noche y Arte en Oración participa quien quiere. Quien tiene algo que decir. Quien sabe decirlo con cierta belleza. Los protagonistas somos todos: los artistas cristianos y aquellas personas sensibles al arte y a la fe en todas sus variadas manifestaciones. El encuentro, que se realiza anualmente en Madrid (aunque con el tiempo otras ciudades están empezando a organizarlo), se convierte en una especie de éxodo. Sólo se necesita hacer una llamada o mandar un correo electrónico para avisar y decir quién eres, de dónde vienes y cómo vas a participar. La salida y la entrada al lugar de la oración son completamente libres. Existen algunas zonas de descanso para quien quiera irse a dormir con su saco. También (para consuelo de todos) hay posibilidad de tomar un pequeño refrigerio a lo largo de la noche para mejor sobrellevar la velada. Lo hermoso de este encuentro es que nos iguala a todos. Se dan cita desde los cantautores protagonistas de la escena cristiana actual (como Brotes de Olivo, Cara Oculta, dBarro, Ain Karen, Universo Violento, Senderos, Universo Violento, Amparo Alonso…) hasta los jóvenes principiantes y desconocidos de cualquier parroquia o movimiento que animan sus comunidades con guitarras o danzas de animación. Una de las características de la NAO es que se cuida un cierto anonimato a la hora de cantar, recitar o bailar. No se conciben como actuaciones, con presentaciones y aplausos, sino como diferentes momentos de una única oración, distintos timbres y matices de una única melodía. Es el modo de asegurar un clima y un ambiente de oración que no se rompa a lo largo del evento. El arte cristiano (como todo lo evangélico) es siempre fecundo. Prueba de ello es que estos encuentros han sido semillero de otros espacios eclesiales que han desbordado este acontecimiento puntual.
«La N.A.O., junto a lo que ha sido y es – en si misma y por si misma – se está convirtiendo humildemente en semillero de espacios evangélicos / eclesiales, que a su vez ha motivado una conciencia de pluralidad, ansiada y buscada desde siempre en la Iglesia. Estas realidades plurales de las que hablamos han suscitado lo que denominamos espacios Todos Uno: las Misiones con carácter de interparroquialidad vividas en catorce parroquias madrileñas; los encuentros de presbíteros de distintos carismas y servicios; los espacios denominados “Reflexión Eclesial Plural”; la página Web todosuno.org; los ámbitos diocesanos “Una Casa para la Comunión y la Vida”.
 

  1. Atractivos de la NAO

No es de extrañar que sea ésta una de las iniciativas que mejor acogida tiene entre los jóvenes. Sinceramente creo que la fuerza de su atractivo reside en que concentra muchos elementos culturales que encajan perfectamente con el espíritu del Evangelio. Creo que esta encarnación del Evangelio en la cultura es algo que resulta poco habitual en otras iniciativas eclesiales. La N.A.O. reúne una serie de factores que hacen que los creyentes – muy particularmente los jóvenes – encuentren en este acontecimiento no un refugio (ese tan temido efecto de los llamados grupos y/o eventos “estufa” que se bastan y se cierran a sí mismos) sino un impulso y un aliento en el nunca fácil camino de la fe. Quisiera resumir brevemente algunos de estos elementos evangélicos que tanto atraen a jóvenes “de todas las edades”:
Gratuidad: nadie cobra nada, todo el mundo da lo que tiene a cambio de “nada”. No se comercia con la fe, ni con el arte. Todo sale adelante gracias a la generosidad y la gratuidad de muchas personas, grupos y comunidades. Funciona gracias al esfuerzo y a la responsabilidad de cada uno.
Apertura: puede participar cualquiera. Basta sólo acercarse y entrar. Uno puede implicarse hasta donde quiera y nadie controla a nadie. El éxito del evento depende un poco de todos: estar atento a los silencios, mantener la limpieza y orden de las cosas, respetar los espacios para cada cosa.
Flexibilidad: puedes entrar y salir cuando quieras. Cada persona o grupo dosifica la “cantidad” y la “intensidad” de su participación según sus necesidades, su disponibilidad o su capacidad para vivir el encuentro. La estructura del evento hace posible que cualquiera pueda dedicar un rato a orar, otro a tomar algo, otro a leer y visitar la exposición, otro a dialogar entre pasillos o a fumarse un cigarro en la calle o a despejarse dándose un paseo con su gente.
Pluralidad: No hay censuras. Y no hacen falta porque todos saben a lo que van. Quien participa es muy consciente de que hay Alguien que nos convoca y motiva, Alguien que se nos va comunicar a través de la diversidad, de la pluralidad. Todas las tendencias tienen cabida en la NAO. Se da la bienvenida a quien llega y se lamenta la ausencia de quien no participa. Se disfruta de la Iglesia sencilla, de a pie, la de la calle, la de todos y todas, la que poco a poco va construyendo y haciendo presente el Reino de Dios.
Autenticidad: no se finge nada y nada es artificial. Se cuidan los detalles (los de conjunto y los personales) pero en ningún momento descuellan individualismos estériles. La N.A.O. rezuma profundidad de principio a fin. Se dan cita muy diferentes realidades, historias, sensibilidades. Por eso el conjunto resulta ser un canto a la comunión y, sobre todo, a la Vida y al Dios que la alienta.
 
No puedo hablar de la N.A.O. como una experiencia más. Es singular y muy especial. Hay ambientes, grupos, comunidades y – lo que es más importante – procesos vitales, en los que la N.A.O. se ha convertido en referencia, lugar de encuentro significativo y en un punto de partida y/o arranque que dinamiza la propia fe.
Desde estas líneas animo a todos a detectar y apostar por aquellos elementos de la cultura que nos rodea (sea cual sea el grupo de personas con el que trabajemos) que son lugar de manifestación de Dios. Invito quienes vivimos para comunicar y hacer crecer la fe (propia y ajena) a valorar las expresiones artísticas (incluso las que no parecen tal a simple vista) como espacio válido y misterioso de encuentro con Dios. No puede ser tan difícil aprender a celebrar la Vida, desde las rutinas y mediocridades cotidianas. Quizás baste algo de la sencillez, la pasión y la creatividad del «gran artista y origen de todo arte».
 
 
“Yo puedo orientar mi vida con ideas,
o voz que canta,
olvidar que me llamaron
a hacer viva La Palabra.
 
Puedo hablar de la raíz
que el Señor puso en mi alma
Sin conocer que lo hizo
para dar Vida a mi savia.
 
Ideas, Vida, Savia, Palabra.
Fertilidad en potencia,
que llegará a todo el mundo
si la siembro en mi alma.
 
Para en mí, multiplicar, a ÉL,
que mi vida ensalza,
como sembrador que cuida
“su Simiente”, en mí sembrada.
 
Seré yo el que decida
el lugar en el que caiga,
Si en piedras o espinos,
o en la buena tierra de mi alma.
 
Raíces de Vida,
Vida hecha Palabra
Noche y Arte en Oración,
donde la Vida canta.”
 
*NOTA: todas las frases que van entre comillas y en cursiva han sido tomadas de las cartas de convocatoria a los participantes de la N.A.O. El himno final ha sido compuesto por Brotes de Olivo para la ocasión. Se puede encontrar más información tanto sobre ésta edición como de las anteriores en la página web http://www.todosuno.org