No todo depende… ¿O sí?

1 marzo 1999

Desde que Jarabe de Palo ha puesto de moda la canción Depende, todo el mundo (y especialmente algunos adolescentes) han encontrado la palabrita mágica para responder a cualquier pregunta: «Depende».
-¿Vas a levantarte un poco antes para desayunar bien?
-Depende.
-¿A qué hora vas a salir?
-Depende.
-¿Vas venir con nosotros?
-Depende.
-¿Vas a aprobar el curso?
-Depende.
Todo depende, como se ve. Claro que depende. Del viento. De la fuerza de la gravedad. De la gravedad del asunto o de las líneas de gravedad. De las ganas. De si me gusta o no… ¡Depende!
Pero el problema no se resuelve con esas respuestas provisionales a la vez que contundentes, imprecisas y al mismo tiempo certeras, porque la respuesta continúa con otra pregunta: «¿De qué depende?». Y ahí tenemos que dar la cara: «En el fondo, depende de mí».
Sin embargo, en algunos casos convendrá no preguntar demasiado porque la mayoría de los jóvenes-adolescentes ya ha incorporado también la segunda parte de la respuesta que decía la canción: «De según como se mire, todo depende». ¿Y cómo miramos? Quizás necesitemos a alguien que nos ayude a mirar, ahora que la provisionalidad se ha colado en nuestros ánimos de la mano del relativismo, o al revés.
Pero hay cosas que no dependen: sólo pueden -o deben ser- de una manera determinada. Convendrá hacer la lista de esas propias ideas o creencias… y ver cómo ellas nos construyen, sin dependencias.
Por ese camino llegamos a otro: hay cosas que dependen de los demás. Pero también las hay que dependen de mí. Y a veces, sólo de mí. Y aquí está el reto: eso que depende de mí, nadie lo va a hacer por mí. «(Casi) todo depende de mí», como vemos en la página siguiente (Propuestas). Ése ya es otro cantar.
Otras secciones de este mismo número de Cuaderno Joven nos ayudarán a descubrir cómo muchas cosas dependen de mí:
– Todos tenemos una montaña que vencer. Y eso depende de mí (Dinámica).
– Los sentimientos a fin de cuentas dependen de mí. (Parábola).
– Encandilarnos ante una televisión aburrida o ser protagonistas de nuestra propia vida depende de mí. (Tema).
– Ser felices o no, depende de mí. (Decálogo).
– Tener unos valores u otros, depende de mí (Recursos).
 
Está claro: No todo depende. O sí: todo depende de mí.
 

                                                                                  Cuaderno Joven

 

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