Diciembre y por el consumo convulsivo, también noviembre, son meses que nos huelen (o mejor, ¿venden?) a Navidad.
Como educadores cristianos que somos, debemos priorizar, de entre todos estos mensajes que nos inundan esta Navidad adelantada, los auténticos, genuinos y más propios de la Navidad cristiana. Y entre tanto espumillón de arbolitos, señores gordos de rojo, papeles de regalo, musgo plastificado…, tenemos que subrayar que Dios se hace ser humano o, dicho al revés, que en todo ser humano hay huella de Dios. Y de ahí que, para nosotros, solo exista una Navidad: la solidaria, la de la hermandad, la de la humanidad como verdadera familia.
Por eso en nuestros centros educativos nos vemos obligados a ponerle un adjetivo a una palabra tan hermosa como “Navidad”. La nuestra, la auténtica, la cristiana de todos los siglos, es la Navidad solidaria, que no tiene nada que ver con la consumista que nos meten por los ojos.

•  Origen y objetivo

Esta vez presentamos una idea que nos puede ayudar a vivenciar lo esencial de la Navidad. Se realizó en el colegio salesiano Santo Ángel de Avilés para sensibilizar sobre la campaña de lucha contra el hambre de Manos Unidas, pero creemos que es una propuesta que nos puede valer perfectamente para nuestras operaciones kilo, para nuestras navidades solidarias, para descubrir nuestros cuartos mundos escondidos y marginales que existen en todas nuestras ciudades y pueblos.

• La idea

La idea es muy sencilla: invitar a un grupo de adolescentes a que duerman dentro del centro educativo entre cartones.

• Convocatoria

Lo previo es la convocatoria, la explicación de la finalidad de la experiencia.

• Un vídeo del programa televisivo de Cuatro “21 días”, titulado “21 días durmiendo entre cartones” puede servir de motivación y de reflexión a la vez.*
• A los voluntarios que quieren vivir esta experiencia se les entrega una circular con la autorización para que la firmen sus familiares o tutores, al ser menores de edad. En ella se explica todo al detalle: la fecha, el horario de inicio y de finalización, el lugar de la dormida, los educadores que los acompañarán, lo que deben y no deben traer…
• La experiencia

La experiencia en Avilés fue así:

• A las 20:00 h llegan los valientes que van participar en la experiencia.
• Cada uno debe traer sus cartones (no se puede traer saco de dormir ni mantas) y algo para compartir una cena fría.
• Se insiste en traer ropa que abrigue bastante.
• Hay un momento de acogida con los adolescentes y sus familiares.
• Se prepara el lugar para dormir que es un pequeño gimnasio en la planta baja del colegio.
• Después de la cena se realiza un primer momento de reflexión sobre el simbolismo del gesto que se va a realizar y la implicación que cada uno debe de tener en los problemas sociales… Todo esto se realiza a través de una dinámica lúdica.
• Después se ve el documental de “Cuatro” y en pequeños grupos se habla y reflexiona sobre lo que se vio…
• Y ya empieza la noche y, como nos indica quien lo ha experimentado, “eso hay que vivirlo, no se pude contar”.

Que todas las propuestas que llevemos a cabo en esta Navidad nos ayuden a ver a nuestro Dios en el rostro de todo ser humano, es decir, de todo hermano y hermana.

Xulio C. Iglesias