[vc_row][vc_column][vc_column_text]Padre, al que no podemos llamar nuestro
porque hay muchos hombres y mujeres excluidos del nosotros.
Que estás precisamente allí donde nos da miedo mirar
porque abunda la miseria.
Santificado sea tu nombre, eco fiel
del grito de los “sin voz” que nadie escucha.
Venga a nosotros tu amor
para rompa nuestro corazón de piedra,
tu justicia para que no soportemos diferencias ni explotaciones,
tu vida para que no se la neguemos a nadie
y así seamos manos que construyen tu reino.
Hágase tu voluntad
de que todos los seres se realicen
y encuentren su sentido.
El pan dánoslo
y quítanos todo lo superfluo
para que ningún hombre pase hambre.
Perdónanos nuestras insolidaridades y nuestro individualismo,
nuestras riquezas, nuestras distancias,
nuestras actitudes marginadas.
Así como nosotros intentamos arrancarlas de nuestro ser
y denunciárselas a los ricos, a los pobres,
a los explotadores, a los violentos.
Y líbranos de la indiferencia. Amén.
PARA ORAR
- Este padrenuestro lo tomamos de una hoja sin autor, que encontramos en la cartelera dela,Casa de la Iglesia de Vitoria. Nos puede servir para orar desde la vida y teniendo en cuenta especialmente a los (más) necesitados.
- MARTIN IRUREha recopilado otros 173 padrenuestros que recomendamos para su uso pastoral(Padrenuestros, CCS, Madrid, 1996, 240 p). Son versiones bíblicas, de la tradición cristiana, de escritores y poetas, de distintos creyentes, de diversos grupos humanos, para diversas situaciones y actitudes, para todo tiempo y lugar, desde cada persona, con comentarios y glosas, de diversas culturas…
- Todos y cada uno de ellos constituyen un precioso material para orar con jóvenes y adultos, sabiendo que el padrenuestro «es la síntesis de todo el evangelio» (Tertuliano) y que «si la oramos correctamente, no se nos ocurrirá nada distinto de lo que dice la oración del Señor” (San
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]