Esta imagen de Elisabeth Nogales ilustraba en el suplemento Salud de El Mundo un informe titulado»El 90% de los infartos es atribuible a nueve hábitos de vida fáciles de modificar». Se refería a los siguientes: tabaco, niveles altos de colesterol, hipertensión, diabetes, obesidad concentrada en la zona abdominal, estrés y depresión, falta de ejercicio, una dieta insana y un consumo de alcohol inadecuado.
Estas claves pueden ayudarnos a entender la imagen, pero será bueno no decirlas hasta el final.
Independientemente de este origen, la imagen puede servir para ver cuáles son nuestros miedos o nuestras fortalezas, cuáles nuestras defensas y nuestras ataduras, nuestras soledades o nuestros encuentros, cuáles nuestros deseos, en diversos ámbitos, pero especialmente en el de los afectos.
Trabajar con la imagen
Se comienza, como siempre centrándose en la imagen y dejando que surjan los primeros comentarios que reflejen sentimientos e ideas. Y trabajamos a partir de ellos.
Después procedemos a partir de cada parte de la imagen: es este caso nos podemos centrar en lo que hay dentro y fuera de la valla-corazón
- ¿Qué pasa ahí? Hacernos una lectura libre pero fijándonos en todos los detalles.
- ¿Qué pasa a ese personaje? ¿Qué hace? ¿Qué piensa? ¿Por qué esta así?
- ¿Dónde está ese personaje? ¿Por qué y cómo ha llegado a esa situación? ¿Qué puede significar esa muralla-corazón? ¿Quién y para qué la ha construido?
- Identificar(se): ¿A quién o a qué puede representar ese personaje? ¿Cuándo ha estado cada uno como él?
- Dar voz al personaje: ponerse en la postura en que está y expresar (decir en voz alta) sus sentimientos, deseos, miedos, cuestiones, seguridades. Se puede hacer especialmente al final, sobre todo después de haber trabajado con cada uno de los elementos que hay fuera de la muralla-corazón. Señalamos a continuación alguna idea para ello:.
- Televisor: Cómo nos afecta, cómo nos come el coca… ¿En qué programa nos gustaría salir? ¿Cuál nos gustaría dirigir? ¿Cual cambiaríamos radicalmente? ¿Contra cuál habríamos de protegernos?
- Botella: ¿Cómo nos llevamos con el alcohol? ¿Qué pasa con el botellón?
- ¿Altavoz?: ¿Qué puede ser ese objeto? Si fuera un altavoz: ¿Qué nos aturde? ¿Qué gritaríamos nosotros?
- Cigarro: ¿Por qué fumamos o por qué no? ¿Cómo comenzamos o cómo dejarlo? ¿Y algo más que tabaco?
- «Michelín»: ¿En qué se parece cada uno a ese personaje, símbolo de una marca de ruedas. Cada una, bien colocada, hacen que los vehículos rueden; así, llevan a la inmovilidad…
- Perrito caliente: ¿Cuáles son nuestros hábitos alimenticios? ¿Hemos pasado hambre alguna vez? ¿A qué nos suena el ayuno? ¿Y si tuviéramos que tener un ayuno obligatorio por no disponer de comida? ¿Qué pasa con las anoréxicas?
- Catapulta/pastel: También nos atacan o nos invitan con «lo dulce». ¿Qué potros elementos dulces (simbólicamente) nos aíslan a la larga?
- Damos voz ahora al personaje: va respondiendo al planteamiento general de por qué está sí. O dialoga y habla con cada uno de los elementos exteriores…
- Nos centramos, si no lo hemos hecho antes, en el ámbito de la salud: ¿Cómo funcionamos nosotros respecto a los 9 hábitos a los que se atribuyen la mayoría de los infartos? (Ver el primer párrafo de esta página).
- Repasar nuestros hábitos alimenticios y vitales. Saber, por ejemplo, que los factores de riesgo de infarto se fraguan en la infancia y en la adolescencia: en España «el 23 de los niños ya es obeso. Muchos menores dedican el 40% de su tiempo diario a actividades sedentarias y se sientan delante del televisor hasta las 10 de la noche». ¿Cómo actuamos nosotros? ¿Qué tendríamos que hacer para llevar hábitos de vida saludable?
- En general, ¿qué o quién dinamita nuestro corazón? ¿Y qué o quién lo dinamiza? ¿Qué podemos hacer y cómo para que nuestro corazón viva esponjado… y libre?
Herminio Otero