Padre nuestro y de toda la basca enrollada…
Que estás en nuestra misma onda y te mueves por nuestros mismos ambientes…
Santificado sea tu nombre, mas no esa ristra de cursilerías que te ponen los que dicen ir de legales por la vida; no, no, para nosotros eres el pibe, nuestro broder, el colegui auténtico…
Venga a nosotros Tu Chabolo, que ahí entramos un puñao de peña y, a Tu lado, ni la pasma, ni los viejos, ni el segurata de turno, podrán darnos la chapa y chafarnos el buen rollo…
Hágase Tu voluntad, pero la tuya, no la de aquellos agonías que lo solucionan todo a base de talego…
Danos hoy nuestro pan de cada día, que el currelo está muy chungo y tenemos que buscarnos el condumio sin estar toda la vida dependiendo de los viejos…
Perdónanos cuando metemos la gamba, ya sabes que a veces se nos cruzan los cables y vamos de guays por la vida tocando las tochas al personal…
Ayúdanos también a perdonar a los otros… ¡joer! que Tú de eso sabes un huevo, y puedes enseñarnos a guardarnos las piedras y agachar la chola más a menudo, como lo hiciste aquella vez con la titi esa…
No nos dejes caer en malos rollos, que Tú nos conoces y, en ocasiones, no carburamos bien y claro, al final el marrón lo tenemos que compartir contigo…
Y líbranos del mal o, lo que es lo mismo, no ahueques el ala sin avisarnos, no se te ocurra darte el piro y dejarnos tirados, que este mundo es un coñazo sin Ti…
José María Escudero
Más allá de las palabras, todos podemos decir Padre nuestro. Desde Jesús, nos atrevemos a decirlo. Y nos atrevemos a decirlo de muchas formas y con muchos lenguajes distintos, aunque a veces algunos nos resulten extraños. Más allá del juego y de la provocación, he aquí un ejemplo, con palabras quizás un poco extrañas para nuestros usuarios de Hispanoamérica. Ellos podrán traducir también el padrenuestro de Jesús en algo cercano a su lenguaje, a sus símbolos y a su realidad.
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