¿Para qué sirve la religión?

1 septiembre 2000

¿PARA QUÉ SIRVE…?
 
Una de las preguntas que los profesores de Religión están acostumbrados a oír hasta por parte de alumnos y alumnas, inmersos en la actual cultura de la inmediatez y utilitarismo extremo. Paradójicamente, la actividad que presentamos aquí —pensada para los últimos cursos de la ESO y realizada en el colegio «Nuestra Señora de la Providencia» de Pinto (Madrid)— no pretende encontrar respuestas, sino generar todavía más preguntas hasta llegar a los límites de la gratuidad.
 
 
¿Para qué sirve un beso?
¿Para qué sirve un color?
¿Para qué sirve un poema?
¿Para qué sirve una sonrisa?
¿Para qué sirve un atardecer?
¿Para qué sirve enamorarse?
¿Para qué sirve mi canción favorita?
¿Para qué sirve un encuentro entre amigos?
¿Para qué sirve la religión?
¿Para qué sirve un consejo de mis padres?
¿Para qué sirven mis sueños?
¿Para qué sirve bailar?
¿Para qué sirve un paseo por la playa?
¿Para qué sirven los sentimientos?
¿Para qué sirve una obra de arte?
¿Para qué sirve el silencio?
 

  1. Actividades

 
¡ Cada uno de los miembros de la clase o del grupo intentará encontrar individualmente respuestas a los interrogantes del recuadro precedente.
¡ Después de la puesta en común, unos cuantos voluntarios dramatizan las respuestas de los «Blablaístas, Paratodistas, Paralguistas y Paranadistas» recogidas en los recuadros siguientes.
¡ De nuevo en el gran grupo, se valoran las posturas y se intenta responder a las siguientes cuestiones: 1/ ¿Por qué será que las realidades más importantes no sirven para «nada»?; 2/ Entonces… ¿sería una irreverencia afirmar que Dios es «inútil»?; 3/ De todos los grupos que se han dramatizado, ¿cuál se identifica más con los jóvenes españoles?
¡ Actividad plástica opcional: confección de murales o concurso fotográfico bajo el título «COSAS QUE IMPORTAN» (en pequeños grupos…).
 
 

  1. Respuestas

 
«LOS BLABLAISTAS»
 
Grupo formado por «blablaístas» puros, una especie en abundancia. Se caracterizan por decir cosas parecidas a éstas:
 
¡ “Mira, yo creo que estás mezclando realidades, o sea, no puedes poner a la misma altura una obra de arte con estar enamorado. Son cosas bien distintas, tronca, o sea, no es compatible. ¿Lo captas? Y blablablablablá, bla, bla…”.
¡ “Es que… qué quieres que te diga, en realidad yo soy una persona que no me pongo a pensar en estos rollos, ¿entiendes? Además, ¿tú no has oído hablar nunca del «Big Ben»? Claro, ese estallido que en un momento dado puso en marcha la vida. Es decir, Dios no hace falta y esos romanticismos son fruto de alguna alteración o mutación genética que ha afectado tu neurología, dando paso a no sé qué sistemas anticongelantes que impiden un normal procesamiento de tu masa encefálica y tu energía está bloqueada y… blablablablá…” (No intentes explicarte que no se dice «Big Ben», no te escuchará).
 
 
«LOS PARALGUISTAS»
 
Grupo constituido por los relativistas puros, adoradores de la canción «Depende» (¿De qué depende?) de Jarabe de Palo. Ahí va su rollo:
 
¡ “Todo es «relat»; ¿sabes, «tronc»? Por ejemplo, a mí un consejo de «pa» me sirve pa’ no oírlo, un kiss pa’ dármelo a mí mismo y la «reli» pa’ nada. ¿Pero, no te has dado «cuen» que a la «profe» se le ha olvidado poner las consolas? ¿Qué sería el mundo sin Tomb Raider? ¡¡¡Oh, my God!!! Es re-«diver», de verdad, te lo juro…” (No te empeñes en que complete alguna vez las palabras que dice. Habla otro idioma, «¿te da’ cuen?»).
¡ “Puesss, verás, a mí hay cosas que me sirven y otras que no las quiero ni regaladas. Claro, yo hablo desde mí. O sea, a mí me sirve un beso de mi novio, pero no me sirve el silencio o una obra de arte (por cierto, habría que dárselas a los pobres…), o tampoco me sirve bailar, porque soy un «pato mareao» y, además, yo no soy de soñar mucho, ¿sabes? Todo depende, pibe”. (No intentes decirle que los pobres no va a ser más ricos con un cuadro de Picasso en la chabola. No lo entendería nunca…).
 
 
«LOS PARATODISTAS»
 
Grupo de ultra-todo. Son 7 veces más que todo el mundo. Esto es, si quieres ser perfecto, olvídate de Dios e imítales a ellos que saben más, por supuesto.
 
¡ “¡Ay!, a mí esto que tú dices me sirve para todo. Cómo no me va a servir la religión. Yo soy cristiano, mis padres lo son y vamos siempre a Misa para cumplir. Aunque no me entero de nada, a mí lo que me gusta es que me vean, porque así tengo más amigos y si algún día necesito algo de los curas, me lo darán. ¿Ayudar a alguien? Ah, no, mi madre dice que la caridad bien entendida empieza por casa. Si alguien te pide ayuda tienes que decirle que rece, que ya se le arreglarán las cosas. Oye espera… ¿esto es para la televisión? Avísame cuándo salgo, ¿eh? (Sin palabras. Gremio TV.).
¡ “A mí un poema me sirve para leerlo, un amigo para que me ayude, una sonrisa para ser feliz, enamorarme para que alguien me aguante, un beso para sentirme querido, los sentimientos para jugar con los tuyos, un atardecer para alegrarme los ojos, una canción para disfrutarla, la religión para que la practiques tú, una obra de arte para verla o tocarla, un consejo para oírlo pero no cumplirlo, etc., etc., etc.” (Este chico lo tiene todo claro… ¿Sabrá dónde está Curro?).
 
 
«LOS PARANADISTAS»
 
Este grupo está compuesto por sujetos «paranadistas» puros, especie en extinción que considera que un poema, un color, una sonrisa, enamorarse, bailar, una canción, la religión, los sentimientos, los besos, etc., etc., etc… no sirven para nada…
 
¡ Porque… un poema es inútil, una canción es inútil, mis sueños son inútiles, enamorarse es inútil, un atardecer es inútil, un amigo es inútil, Dios es inútil…
¡ Si perteneces a este grupo: ¡¡Aleluya, hermano!! ¡¡Aleluya, hermana!!, tienes tu primer 10 en Religión, porque: Un poema, una canción, los sueños, el amor, un atardecer, un amigo, una obra de arte, un beso, un color, ¡¡Dios!!… nunca podrán ser utilizados. Se trata de circunstancias y personas que nos hacen más humanos y que gritan a toda la creación que el hombre ha ganado la batalla contra la deshumanización animal y utilitarista que intenta hacerte creer que todo es utilizable…
¡ Si de verdad crees que necesitas que en tu vida haya un poema, un beso, una canción, una persona amada, una religión y un Dios que es Amor y Perdón sin condiciones, entonces, estarás empezando a descubrir la riqueza de aquellas cosas que no se compran ni se venden, que no se imponen por la fuerza, que no existen o dejan de existir porque a ti se te ocurra… La vida no sería vida sin estas realidades. No te olvides, ¿vale?