Parábolas para caminar

1 enero 1999

–¿Adónde vas?
–Si lo supiera, estaría en ese sitio.
GLORIA FUERTES
 
Caminamos siempre porque somos buscadores, todavía ahora, que ya casi no andamos, aunque nos movemos mucho de un sitio a otro o por los mismos sitios. A veces nos movemos tan sólo en un laberinto con salidas que no dan a la salida, pero eso demuestra que en el fondo somos caminantes en busca de sentido.
El camino es símbolo de la vida porque la vida es como un camino. O mejor. La vida es un camino que cada uno ha de recorrer y hacer suyo. Y, como en el juego de la oca, nos puede pasar de todo hasta llegar al centro de uno mismo.
En ese camino hay paradas para revisar el trecho andado y buscar la ruta que se seguirá un día más… Pero, a veces, se pierde el camino. O flaquean las fuerzas. O viene la tentación de volver la vista atrás. A veces, incluso colectivamente, iniciamos un viaje hacia ninguna parte o nos refugiamos en paraísos artificiales.
 
Por eso necesitamos historias que iluminen y alimenten, como hogueras luminosas, nuestro camino. Sea largo o corto, no hay nada más gratificante que tender una mano amiga y recibir el calor de un amigo. Puede ser una mano cercana. O también una historia que viene de los múltiples caminos recorridos durante siglos.
Por eso traemos aquí unas pequeñas historias de caminos, hogueras luminosas que nos ayuden a ver por dentro y por fuera lo que habitualmente no se ve. Algunas de ellas pertenecen a Eduardo Galeano. Sus historias son «voces que he recogido en los caminos y sueños míos de andar despierto, realidades deliradas, delirios realizados, palabras andantes que me encontré o fui por ellas encontrado». Él las titula «Ventanas sobre…» Son ventanas para mirar el camino que se recorre, para detenerse y contemplar, para mirar antes de partir, para recrearse después de haber llegado.
 
Estas historias –una para cada día de un mes, casi una para cada semana del año– pueden convertirse en la hoguera que ilumine la marcha de ese día o de esa semana. Meditadas desde dentro, rumiadas en el interior, nos acompañarán para iluminar por dentro nuestro camino y descubrir las actitudes fundamentales del caminante.
Son pequeñas historias para rumiar durante el viaje, ahora que los jóvenes siguen recibiendo guías de viajes iniciáticos de diversa índole: el viaje por la filosofía en El mundo de Sofía, de J. Gaadmer; el recentísimo recorrido por la historia de las religiones en El viaje de Teo, de C. Clément; el viaje desaforado de Bastián en La historia interminable, de M. Ende. Y están todavía presentes los viajes de jóvenes aventureros por horizontes oceánicos en las novelas de Julio Verne.
 
Son pequeñas historias para descubrir las actitudes del caminante: cómo ponerse en marcha, cómo descubrir el camino interior, cómo no caer en la tentación del éxito destructor, cómo caminar con libertad, cómo superar las dificultades al caminar, cómo recrear el camino… En el fondo están también diversas actitudes educativas de plena actualidad: cómo caminar solos (autonomía) y con otros (colaboración), cómo encajar las sorpresas del camino, dejarse llevar y aprender a ver (interioridad), cómo descubrir y caminar con los otros (interculturalidad), cómo caminar ligeros de equipaje y con fuerza interior (autoestima), cómo conocer nuestro destino (concienciación)… Y todo ello para no dar vueltas sobre sí mismo sino salir hacia los demás y con los demás.
Las pequeñas historias están agrupadas en bloques de sentido y llevan un epígrafe que nos da una clave de actitud. A la vez, se recuerdan otros temas evidentes (¡) sobre los que nos podemos centrar y se apuntan algunas sencillas pautas (Ä) para trabajar.
 
 
1                                  PONERSE EN MARCHA PARA CAMINAR
 

            Descubrir el placer de viajar

 
            La meta
Ordené que trajeran mi caballo del establo.
El criado no me entendió. Así que fui yo mismo.
Ensillé el caballo y lo monté.
A la distancia, oí el sonido de una trompeta y pregunté al mozo su significado.
Él no sabía nada. No había oído sonido alguno.
En el portón, me detuvo y me preguntó:
–¿Hacia dónde cabalga, señor?
–No lo sé –respondí–. Sólo quiero partir. Sólo partir.
–¿Entonces, conoce usted la meta? –preguntó él.
–Sí –le contesté–. Ya te lo he dicho: partir es mi meta.
FRANZ KAFKA
 
¡ Salir, decisión, llamada, camino, viaje, partir, presente, futuro, meta…
¡ Partir es la meta. Lo esencial es dar el primer paso, sin preguntar. Sólo con fe y alegría. Y cuando se ha salido, cada paso será una nueva meta. Porque el futuro es el presente… ¿Qué nos impide partir?
 
 

            Liberarse de las ataduras para caminar

 
            Las muletas
Durante siete años no pude dar un paso. Cuando fui al gran médico, me preguntó:
–¿Por qué llevas muletas?
Y yo le dije:
–Porque estoy tullido
–No es extraño –me respondió–. Prueba a caminar. Son estos trastos los que te impiden andar. ¡Anda, atrévete, arrástrate a cuatro patas!
Riendo como un monstruo, me quitó mis hermosas muletas, las rompió en mis espaldas y, sin dejar de reír, las arrojó al fuego.
Ahora estoy curado. Ando. Me curó una carcajada.
Tan sólo a veces, cuando veo palos, camino algo peor por unas horas.
BERTOLT BRECHT
 
¡ Ataduras, miedos, liberación, ruptura, momentos clave, camino, vida…
Ä ¿Qué es lo que nos impide caminar? ¿Con qué tendríamos que romper? ¿Qué se tendría que romper sobre nosotros? ¿Qué nos duele todavía?
 
 

            Caminar tan sólo

 
            La búsqueda del asno
Todo el mundo se asustó al ver al mullah Nasrudín recorrer apresuradamente las calles de la aldea montado en su asno.
–¿Adónde vas, mullah? –le preguntaban.
–Estoy buscando mi asno –respondía Nasrudín al pasar.
 
¡ Caminar, búsqueda, conciencia de caminante, hallazgos en el camino…
Ä Es suficiente con el hecho de caminar. No busques más… Ni te cargues con muchas cosas. Es mejor ir ligeros de equipaje. ¿Cuál es nuestro equipaje? ¿Qué llevamos dentro que estamos buscando fuera?
 
 
Romper con lo anterior y comenzar a caminar
 
            Para comenzar a caminar
A orillas de otro mar, un alfarero se retira en sus años tardíos.
Se le nublan los ojos, las manos le tiemblan: ha llegado la hora del adiós.
Entonces ocurre la ceremonia de la iniciación: el alfarero viejo ofrece al alfarero joven su pieza mejor. Así manda la tradición entre los indios del noroeste de América: el artista que se va entrega su obra maestra al artista que se inicia.
Y el alfarero joven no guarda esa vasija perfecta para contemplarla y admirarla, sino que la estrella contra el suelo, la rompe en mil pedacitos, recoge sus pedacitos y los incorpora a su arcilla.
EDUARDO GALEANO
 
¡ Iniciación, dependencia, tradición, autonomía, innovación…
Ä ¿Qué hemos recibido de nuestros mayores? ¿Qué ha recibido cada uno… de su familia? ¿Nos hemos atado a esa herencia? ¿O la hemos sabido romper y dar nuevas y múltiples vidas?
 
 
 

2                      EQUIPAJE PARA CAMINAR CON LIBERTAD

 

            Aprender a amar el misterio

 
            Punto de partida, punto de llegada
El hijo de Pilar y de Daniel W. fue bautizado en la costanera. Y en el bautismo le enseñaron lo sagrado.
Recibió una caracola:
–Para que aprendas a amar el agua.
Abrieron la jaula de un pájaro preso:
–Para que aprendas a amar el aire.
Le dieron una flor de malvón:
–Para que aprendas a amar la tierra.
Y también le dieron una botella cerrada:
–No la abras nunca, nunca. Para que aprendas a amar el misterio.
EDUARDO GALEANO
 
¡ Símbolos, bautismo, misterio, prohibiciones, cuatro elementos, vida…
Ä Concluir la frase: «Amo la tierra cuando…» Y el agua, y el aire y el misterio… Y concretar por escrito: «Este es el misterio que descubro cada día…»
 
 

            Caminar conscientemente

 
            Aquí y ahora
Poco después de que muriera el rabino Mokshe, preguntó a uno de los discípulos de éste el rabino Mendel de KotyK:
–¿Qué era a lo que tu maestro concedía mayor importancia?
El discípulo, tras reflexionar durante unos momentos, respondió:
–A lo que estuviera haciendo en este momento.

  1. DE MELLO

 
¡ Lo importante, aquí y ahora, consciencia, presente, «age quod agis» (haz lo que haces, sin distraerte con otras cosas), preocupaciones…
Ä ¿Cómo ser consciente en mi camino por la vida? ¿Cómo caminar sin preocupaciones…?  Concretar: Diez actos de conciencia que puedo hacer.
 
 
Buscar de corazón
 
            Corazón audaz
Alguien llama insistentemente al corazón del «buscador».
–¿Quién es? –preguntó asustado, el pobre.
–Soy yo, la Verdad –fue la respuesta.
–No seas ridículo –dijo el buscador–. La Verdad habla en silencio.
Aquello, efectivamente, hizo que cesaran los golpes, para alivio del buscador.
Lo que él no sabía es que los golpes eran producidos por los tremendos latidos de su corazón.
TONY DE MELLO
 
¡ Interior, verdad, silencio, corazón, búsqueda…
Ä La verdad que nos libera es casi siempre la verdad que preferiríamos no oír. Por eso, cuando decimos que algo no es verdad, lo que a menudo queremos decir es que no nos gusta. ¿Cómo actuamos nosotros? Concluir: «Esto es lo que el corazón me pide…» «Y hallo la verdad en…»
 
 
Integrar el miedo a caminar
 

            q Sobre el miedo

Le preguntaron al Anciano:
–¿Cómo siempre, cuando camino por el desierto, tengo miedo?
–Tú estás vivo todavía –le respondió.
Apotegmas de los Padres del Desierto
 
¡ Desierto, camino, vida, miedos…
Ä ¿A qué temo? ¿Por qué? ¿Cómo evitarlo? Concretar: las sorpresas que me da la vida…
 
 
Liberarse del miedo
 
            El miedo
El hambre desayuna miedo.
El miedo al silencio aturde las calles.
El miedo amenaza:
“Si usted ama, tendrá sida.
Si fuma, tendrá cáncer.
Si respira, tendrá contaminación.
Si bebe, tendrá accidentes.
Si come, tendrá colesterol.
Si habla, tendrá desempleo.
Si camina, tendrá violencia.
Si piensa, tendrá angustia.
Si duda, tendrá locura.
Si siente, tendrá soledad”.
EDUARDO GALEANO
 
¡ Miedos, hambre, silencio, temores, amenazas, prevenciones…
Ä A pesar de todas esas condicionales, recorremos cada día el camino de la vida. ¿Qué miedos nos amenazan? ¿Cómo actuar para evitarlos? ¿Cómo caminar con libertad?
 
 

3                                  ACTITUDES PARA CAMINAR

 
Saber escuchar
 
            El canto del pájaro
En el momento en que un sacerdote budista se disponía a predicar ante un grupo de monjes, un pájaro comenzó a cantar en las ramas que se alzaban tras los muros del monasterio.
El maestro enmudeció, y todos escucharon los trinos hasta el fin en respetuoso silencio.
Entonces el maestro anunció:
–El sermón ha terminado.
Y se marchó.
R.G.H. SIU
 
¡ Sonidos, silencio, escucha, naturaleza, espera…
Ä Dedicarse a (ver y) escuchar: los ruidos de la ciudad, la televisión sin sonido, el sonido de la naturaleza…
 
 
Aprender a ver, aprender a mirar
 
            Ayúdame a mirar
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad del mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
–Ayúdame a mirar.
EDUARDO GALEANO
 
¡ Mar, misterio, caminar, espera, contemplar, mirar…
Ä Dedicarse a (escuchar) y mirar: el suave movimiento, el vaivén continuado, el objeto normal… ¿Y quién nos puede ayudar a mirar?
 
 
            Ver sin calcular todo, dejarse llevar…
 
            El hombre de éxito
No puede mirar la luna sin calcular la distancia.
No puede mirar un árbol sin calcular la leña.
No puede mirar un cuadro sin calcular el precio.
No puede mirar un menú sin calcular las calorías.
No puede mirar a un hombre sin calcular la ventaja.
No puede mirar a una mujer sin calcular el riesgo.
EDUADO GALEANO
 
¡ Lo imprevisto, el éxito no humanizador, caminar sin ser calculador…
Ä ¿Cómo abrirnos a lo imprevisto, cómo dejarnos llevar por la vida, cómo mirar sin calcular para ser personas más que hombres de éxito?
 
 
Jugar y cantar
 
            Las prohibiciones
En la pared de una fonda de Madrid hay un cartel que dice: «Prohibido el cante».
En la pared del aeropuerto de Río de Janeiro hay un letrero que dice: «Prohibido jugar con los carritos portavalijas».
O sea, todavía hay gente que canta, todavía hay gente que juega.
EDUARDO GALEANO
 
¡ Expresión, canción, juego, ser como niños…
Ä Cantar y jugar: a propósito. Durante el camino. En las paradas. Para animarnos. Siempre. Con canciones y juegos infantiles. Con canciones inventadas. Con alegría y vida…
 
 
Buscar lo esencial
 
            Sin dependencias
Estaba el filósofo Diógenes cenando lentejas cuando le vio el filósofo Aristipo, que vivía confortablemente a base de adular al rey. Y le dijo Aristipo:
–Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas.
A lo que replicó Diógenes:
–Si tú hubieras aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey.
TONY DE MELLO
 
¡ Libertad, sumisión, adulación, dependencia, «venderse»…
Ä Para caminar seguros, nos vendemos. Pero la libertad es esencial para caminar. Saber responder, saber preguntar, saber vivir sin dependencias y con libertad…, he ahí las claves para caminar. ¿Cómo lo hacemos? ¿Qué nos impide obrar así?
 
 
Descubrir lo esencial
 
            La cita con Dios
Cuenta la historia de un monje, Demetrio, que un día recibió una orden tajante: «Antes de que se ponga el sol, debes encontrarte con Dios en la cima de la montaña».
El monje se puso en marcha, montaña arriba, precipitadamente. Pero a mitad del camino, se encontró a un herido que pedía socorro.
El monje, casi sin detenerse, le explicó que no podía pararse, que Dios le esperaba en la cima de la montaña antes de que atardeciese. Le prometió que volvería en cuanto atendiese a Dios y continuó su precipitada marcha.
Horas más tarde, cuando aún el sol brillaba en todo lo alto, Demetrio llegó a la cima de la montaña y desde allí sus ojos e pusieron a buscar a Dios. Pero Dios no estaba. Dios se había ido a buscar al herido que horas antes se cruzó por el camino.
Hay incluso quien dice que Dios era el mismo herido que le pidió ayuda.
Leyenda eslava
 
¡ Dios, vocación, llamada, montaña, necesidades, compromiso, búsqueda, camino…
Ä Concretar: ¿Dónde está Dios? ¿Cómo busco a Dios? ¿Cuáles son los heridos que están a nuestro lado? ¿Cómo encontrar ahí a Dios?
 
 
Contar la verdad
 
            La verdad
Dos viajantes de dos marcas rivales coinciden en el andén de una estación de ferrocarril.
–Hola.
–Hola.
Silencio
–¿Adónde va usted?
–A Calcuta.
Silencio.
–Escuche: cuando usted dice que va a Calcuta, sabe que yo voy a pensar que en realidad se dirige a Bombay, pero resulta que yo sé que usted va realmente a Calcuta. De modo que, ¿por qué no me dice la verdad?
TONY DE MELLO
 
¡ Verdad, libertad, desconfianza, objetivos, meta…
Ä Di lo que piensas, lo que sientes, lo que haces… con libertad. ¿Cómo lo hago yo? ¿De quién o de qué desconfío? ¿Cómo actúo cuando veo que alguien no dice la verdad?
 
 

            Superar las dificultades

 
            Lo inevitable
El psicólogo y pedagogo estadounidense Wiggam se cruzaba cada mañana con un negro incansablemente sonriente y entusiasta.
–Amigo –le preguntó un día–, ¿qué hace para permanecer siempre tan entusiasta y contento?
Respondió el negro:
–Es sencillísimo: he aprendido a cooperar con lo inevitable.
 
¡ Problemas, optimismo, sonrisa, entusiasmo, aceptación de la realidad…
Ä Alguien dijo:  «Si los problemas tienen remedio, ¿por qué preocuparse? Y si no tienen remedio, ¿por qué preocuparse?» ¿Cómo actuamos nosotros? Por otra parte, «lo que no tiene arreglo, está ya arreglado» (Proverbio brasileño). ¿Cómo lo vivo? Y concluir: «Yo alimento mi entusiasmo…»
 
 

4                                  SUPERAR LAS DIFICULTADES AL CAMINAR

 
            Caminar, caminar…
 
            La utopía
Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.
EDUARDO GALEANO
 
¡ Camino, horizonte, utopía…
Ä ¿Qué me mueve en mi camino por la vida? Cuando se pierde el horizonte, ¿qué pasa? ¿Qué nos hace recuperar y perder al hombre?
 
 
Sacar fuerzas para caminar
 
            La última golondrina
Una golondrina llegó tarde a la última cita otoñal. Sus compañeras ya habían partido. ¿Qué hacer? Se lanzó ella sola al mar…
El sol brillaba con fuerza y no se divisaba ninguna nave. Después de varias horas de duro camino, le faltó el ánimo y se agotó: decidió dejarse caer en el agua y así morir.
En ese momento vio otra golondrina que planeaba casi a ras de mar en su misma dirección. Se alegró y, haciendo un esfuerzo, remontó el vuelo.
Cada vez que se sentía cansada, miraba a su fiel compañera que le seguía en todo su trayecto, y de esta manera volaba con más fuerza.
Llegó la noche y la golondrina amiga desapareció, pero la meta estaba muy cercana y la golondrina tuvo fuerzas para seguir.
Y se dijo entonces:
–¿Dónde estás, amiga de viaje…? ¿Tal vez sólo has sido mi propia sombra proyectada sobre el agua del mar…?

  1. PEZZANI

 
¡ Camino, cansancio, soledad, sombras, esfuerzo, constancia, esperanza…
Ä ¿Qué sombras (pasado, miedos…) nos acompañan? ¿Cómo caminar con ellas? ¿Cómo convertir esos problemas en oportunidades para caminar? Asumir nuestra historia. Y descansar. Y seguir… Aunque sea en solitario.
 
 

            Caminar con libertad

 
            El padre, el hijo y el burro
Un padre y un hijo iban al mercado. Llevaban con ellos un burro. Les vieron algunos y murmuraban:
–Mira esos, tienen un burro y van a pie. Se cansan y gastan los zapatos sin motivo. ¡Vaya para de tontos!
El padre lo oyó y entonces dijo al hijo:
–Vamos, sube al burro.
El hijo obedeció. Caminaron unos metros y se oyó a otro que decía:
–¡Vaya! El niño, que tiene buenas piernas, va montado en el burro, mientras que el pobre padre, que va para viejo, está obligado a caminar a pie.
Entonces el padre dijo:
–¡Hijo, baja! Subiré yo.
Pero tampoco pudieron verse así libres de los comentarios de la gente, pues un tercero comentó:
–¡En qué mundo estamos! Míralos: un padre que va tranquilo en su burro mientras el hijo está obligado a seguirle a pie.
El padre se armó de paciencia y dijo nuevamente el hijo:
–Sube también tú al burro.
Mientras caminan  escuchó de nuevo a otro:
–¡Pobre burro! Tiene que llevar a dos personas. Esto es una crueldad con los animales.
El padre, cansados de escuchar tantos comentarios y hacer acaso de ellos, terminó por dar al hijo un sabio consejo:
–Hijo, ¿qué te falta por hacer y aprender? Sólo esto: no tengamos en cuenta la opinión de los demás y comportémonos siempre según nuestra conciencia.
Leyenda popular
 
¡ Libertad, qué dirán, moda, conciencia, opiniones de los demás…
Ä Actualizar esta fábula antigua con los mismos u otros personajes (padre, hijo, burro…) de modo que se reflejen varias maneras de caminar por la vida. ¿Cuál es la más adecuada? ¿Que cada uno haga lo que quiera? Incluir la idea de actuar en conciencia.
 
 
Liberarse de sí mismo
 
            El espejo
Solea el sol y se lleva los restos de sombra que ha dejado la noche.
Los carros de caballos recogen, puerta por puerta, la basura.
En el aire tiende la araña sus hilos de baba.
El Tornillo camina las calles de Melo. En el pueblo lo tienen por loco. Él lleva un espejo en la mano y se mira con el ceño fruncido. No quita los ojos del espejo.
–¿Qué haces, Tornillo?
–Aquí –dice–. Controlando al enemigo.
EDUARDO GALEANO
 
¡ Amanecer, sombras, noche, espejo, basura, autoconcepto…
Ä Hacia afuera: «Caminar las calles»: ser consciente de nuestros pasos por la ciudad, mirando fuera o adentro pero no por fuera… Y hacia adentro: ¿Cómo soy yo mi peor enemigo? ¿Y cómo puedo controlar lo peor de mí?
 
 
Aceptarse para caminar
 
            El burro verde
–Este color no es para un asno –se lamentaba un borriquito verde.
Avergonzado, se escondía entre los matorrales o se refugiaba en lo más alto de las peladas cumbres.
Un día encontró a una vaca azul.
Se observaron largo rato en silencio. Luego, cada uno se marchó por donde había venido…
El burro, contento por no ser azul; la vaca, encantada por no ser verde…
CLAUDE BOUJON
 
¡ Aceptación, integración personal, autoconcepto, autoestima, diferencias, interculturalidad…
Ä Decimos o nos dicen: «Eres más raro que un perro verde». ¿Por qué? Pero hay encuentros que nos cambian: ¿Cuáles? ¿Cómo? ¿Cómo tenemos que aprender a mirarnos y a mirar a los demás?
 
 
Caminar cada día, reposar cada noche
 
            La mar
No está clavada en un lugar. Las montañas y los árboles tienen el destino en la raíz; pero la mar ha sido, como nosotros, condenada a la vida vagabunda.
Aires de marinería: nosotros, hombres de la costa, hemos sido hechos de mar, además de tierra. Y bien lo sabemos, aunque no lo sepamos, cuando vamos navegando en el oleaje de las calles de la ciudad, de café en café, y a través de la bruma viajamos hacia el puerto o naufragio que esta noche nos espera.
EDUARDO GALEANO
 
¡ Destino, oleajes, meta, naufragios, día/noche…
Ä Comparar las calles de una ciudad con el mar: oleajes, flujos, corrientes… ¿Cuáles son ahí los naufragios de los jóvenes? ¿Qué metas (puertos) han alcanzado o buscan alcanzar? Desarrollar después: «Yo soy viajero como el mar…»
 
 

            Saber ceder

 
            Dos tigres y un puente
Un día dos tigres necios comenzaron a atravesar en direcciones opuestas un puente hecho con cuerdas en la selva.
El puente era tan estrecho que no podían pasar los dos tigres a la vez.
Cuando se encontraron, justamente en el medio, uno dijo al otro:
–Regresa y espera hasta que pase.
A lo que el otro tigre respondió:
–No. Yo he llegado primero al puente. Eres tú quien debe regresar.
Se detuvieron observándose uno al otro y ninguno quería ceder el paso. Después comenzaron a luchar y los dos se cayeron desde el puente. Los dos fueron devorados por un cocodrilo que nadaba, esperándolos, debajo.
Cuento africano
 
¡Conflictos, violencia, muerte, agresividad, saber ceder, resolución de problemas…
Ä ¿Cómo actuamos nosotros? ¿Qué hechos nos recuerda del camino de nuestra vida? ¿Cómo aprender a ceder sin someterse? ¿Cómo actuar cediendo para no someterse?
 
 
Saber esperar
 
            Fumar tres pipas
Una tarde de verano, después de las danzas y los cantos, todos se sentaron en torno al jefe de la tribu. Y él comenzó a hablarles de este modo:
–Si has peleado con tu hermano y te propones matarlo –dijo el jefe de la tribu fijando la mirada en uno del grupo–, antes siéntate, carga tu pipa y fuma. Al final te darás cuenta de que la muerte de tu enemigo es un castigo demasiado grave por la culpa cometida y te propondrás darle tan sólo una buena paliza. Después carga de nuevo tu pipa y fúmala despacio hasta el final. Al final te darás cuenta de que en vez de unos buenos palos, bastará con unos cuantos reproches. Cuando hayas cargado por tercera vez la pipa y hayas terminado de fumarla, entonces –concluyó el jefe de la tribu– te convencerás de que es mejor acercarte a donde está tu hermano y ¡abrazarlo!
Leyenda de Madagascar
 
¡ Conflictos, venganza, violencia, serenidad interior, paz, abrazos…
Ä Las reacciones prontas y violentas producen más violencia y alboroto. El alborozo interior viene de la espera, la serenidad y la capacidad de perdón. El encuentro llega con el abrazo de paz. ¿Cómo actuamos? ¿Cómo podemos actuar?
 
 
 

5                                  APRENDER A REVIVIR Y REVISAR EL CAMINO

 
Recuperar el camino
 
            La memoria (I)
Viaja la luz de las estrellas muertas y, por el vuelo de su fulgor, las vemos vivas.
La guitarra, que no olvida a quien fue su compañero, suena sin que la toque la mano.
Viaja la voz, que sin la boca sigue.
EDUARDO GALEANO
 
¡ Memoria, recuerdos, muerte/vida, presencia del pasado…
Ä Los recuerdos son interesados. ¿Qué recordamos de nosotros? ¿Qué tres momentos clave del pasado siguen especialmente vivos? ¿Qué tres hechos o aspectos del último año nos han gustado y recordamos?
 
 
Recuperar el pasado, abrirse al futuro
 
            La memoria (II)
Bajo el mar viaja el canto de las ballenas, que cantan llamándose.
Por los aires viaja el silbido del caminante, que busca techo para hacer noche.
Y por el mundo y por los años, viaja la abuela.
La abuela viaja preguntando:
–¿Cuánto falta?
Ella se deja ir desde el tejado de la casa y navega sobre la tierra. Su barca viaja hacia la infancia y el nacimiento y antes:
–¿Cuánto falta para llegar?
La abuela Raquel está ciega, pero mientras viaja ve los tiempos idos, ve los campos perdidos: allá donde las gallinas ponen huevos de avestruz, los tomates son como zapallos y no hay trébol que no tenga cuatro hojas.
Clavada en su silla, muy peinada y muy limpita y almidonada, la abuela viaja su viaje al revés y nos invita a todos:
–No tengan miedo –dice. Yo no tengo miedo.
Y se desliza la leve barca por la tierra y el tiempo.
–¿Falta mucho? –pregunta la abuela mientras va.

                        Eduardo Galeano

 
¡ Infancia, pasado, historia colectiva, imaginación, recuperar la memoria, futuro…
Ä La infancia es ese paraíso en el que todos estuvimos y que todos perdimos. Desde entonces caminamos buscándolo. ¿Cómo fue nuestra infancia? Recordar tres hechos que nos constituyeron. Cómo es nuestra búsqueda actual. Aplicarlo también al último viaje o recorrido de la vida, descubriendo siempre los sonidos ocultos que siguen vivos.
 
 

            Releer el camino

 
            Los dos pares de huellas
Una noche un hombre tuvo un sueño. Soñó que iba paseando por una gran playa. A medida que caminaba se iba proyectando en su mente la película de su vida. Y se dio cuenta de que en cada escena de la película de su vida existían dos pares de huellas en la arena: las suyas y las de Dios.
Cuando la última escena de su vida apareció ante él, volvió a mirar retrospectivamente las huellas sobre la arena de la playa. Entonces notó que muchas veces, a lo largo de su vida, había tan sólo un par de huellas… Y se dio cuenta de que esto ocurría en los momentos más difíciles de su existencia.
Este hecho le preocupó en gran manera y, por eso, le preguntó a Dios:
–Señor, tú me dijiste una vez que, si decidía seguirte, caminarías siempre conmigo. Sin embargo he notado que durante los momentos de mi vida en que tenía más dificultades y problemas, tan sólo existía un par de huellas. No comprendo por qué, cuando más te necesitaba, más me abandonabas.
Dios sonrió y le respondió:
–Hijo, te quiero y nunca te he abandonado. En los momentos de angustia y sufrimiento, cuando tú has contemplado sólo un par de huellas, eran los momentos en que yo te transportaba en mis brazos…
Leyenda brasileña
 
¡ Vida, pasado, seguimiento, momentos críticos, soledad, acogida, confianza, Dios…
Ä Proyectar en la mente la película de la propia vida… Dibujar después las huellas de nuestra vida, empleando formas, colores… ¿Cómo hemos sido y qué huellas hemos dejado? ¿Quiénes han ido con nosotros? ¿Con quiénes hemos ido?
 
 
Aprender a revisar
 
            Cuestión de distancias
Una mujer muy piadosa se lamentaba de las costumbres de los jóvenes:
–La culpa la tienen los automóviles –le decía a su anciana madre–. ¿No ves cómo hoy día pueden recorrer kilómetros para asistir a un baile o a una cita? ¿A que en tus tiempos no era así?
Y la anciana, de ochenta y siete años, le respondió:
–Bueno…, la verdad es que en mis tiempos íbamos hasta donde podíamos.
TONY DE MELLO
 
¡ Lamentos, prejuicios, comprensión, aceptación, medir con el mismo rasero…
Ä ¿Hasta dónde llegamos ahora? ¿Cómo nos movemos en el laberinto actual? (Laberinto de ideas, valores, sentidos, lugares…) Y habrá que recordar: «No por mucho madrugar amanece más temprano». O, actualizándolo: «No por mucho recorrer, llegamos antes al centro de la vida».
 
 
Volver a empezar
 
            Puerto de partida
¿Un refugio? ¿Una barriga? ¿Un abrigo para esconderte cuando te ahoga la lluvia, o te parte el frío, o te voltea el viento?
¿Tenemos un espléndido pasado por delante?
Para los navegantes con ganas de viento, la memoria es un puerto de partida.

                        EDUARDO GALEANO

 
¡ Experiencia, memoria, pasado, futuro, partida…
Ä La memoria (recuerdos) es interesada. ¿Qué recuerdo de mí que me impulsa a caminar? ¿Qué recuerdos tendría que desechar para caminar y seguir adelante en vez de refugiarme en los miedos del pasado? Siempre puedo volver a empezar…
 
 
Final
 
Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

  1. MONTERROSO