PASTORAL FAMILIAR

1 julio 2011

«El futuro de la humanidad se fragua en la familia.

 Por consiguiente es indispensable y urgente

que todo hombre de buena voluntad se esfuerce por salvar

y promover los valores y exigencias de la familia»

(Benedicto XVI)

 
La familia hoy
Anthony Giddens afirmaba hace unos años que “de todos los cambios que ocurren en el mundo, ninguno supera en importancia a los que tienen lugar en nuestra vida privada: en la sexualidad, las relaciones, el matrimonio y la familia”. En nuestro país hemos podido constatar algunos de estos cambios. De los ámbitos señalados por el sociólogo británico (sexualidad, relaciones, matrimonio, familia) centramos nuestro interés en la estructura familiar.
La familia por una parte se muestra frágil e inestable, y por otra sigue siendo valorada como la realidad más importante en la vida de los jóvenes. Se ha convertido para ellos en un lugar de apoyo afectivo y económico, en un ambiente con una función hermenéutica decisiva para encontrar luz en la complejidad de la sociedad actual. Además la familia ha generado una providencial red de seguridad para un buen número de jóvenes, víctimas de la crisis económica y social. Por otro lado, la fragilización de la familia es evidente, y su desconexión con la escuela está provocando que no pocos adolescentes y jóvenes se sientan a la intemperie, con inseguridad afectiva y existencial.
El tema es lo suficientemente atrayente para que dediquemos este número de Misión Joven a la pastoral familiar, destacando la relación entre pastoral juvenil y pastoral familiar.
 
Una relación urgente
La secularización y la crisis de la socialización religiosa nos han abierto los ojos a la relevancia pastoral de la familia. En la reflexión pastoral es habitual hablar de la familia como sujeto, objeto y contexto pastoral. Estas tres perspectivas abren grandes posibilidades. De hecho, en distintos lugares, sobre todo en el ámbito de la catequesis se van concretando experiencias de lo que se ha llamado catequesis familiar, catequesis intergeneracional, catequesis de la comunidad, pastoral de engendramiento…
No solo es oportuno, sino también determinante en estos momentos intensificar, a nivel teórico y práctico, una relación más estrecha entre pastoral juvenil y pastoral familiar. La pastoral juvenil es específica, pero no ha de estar separada o aislada. La fe cristiana se vive como una experiencia compartida con otros.
 
Sobre los artículos
Luis Ayuso, coautor del Informe Jóvenes 2010 de la Fundación Santamaría, nos hace ver la importancia de la familia entre los jóvenes. La familia es de hecho el principal agente de socialización juvenil. Su estudio nos presenta una fotografía sobre la situación de los jóvenes dentro de la familia y también sus deseos e ideario para su propio proyecto familiar.
El segundo artículo se lo hemos pedido a Emilio Alberich, conocido catequeta. En su reflexión nos hace ver la oportunidad que tenemos hoy en la pastoral de la Iglesia con la familia. Su planteamiento nos sitúa a la familia como sujeto y como objeto de la acción pastoral. ¿Cómo motivar, acompañar y ayudar a la familia en su labor como sujeto de pastoral? ¿Cómo elaborar un proyecto global que tenga a la familia como objetivo en las acciones pastorales que desarrollamos? Son preguntas que muchos agentes de pastoral se hacen.
Fabio Attard escribe el tercer artículo. Los salesianos en su último capítulo general entendieron que tenían que construir puentes entre la pastoral juvenil y la pastoral familiar. El Consejero General para la pastoral juvenil de los Salesianos propone unos puntos de contacto para esta relación desde una pastoral de la verdad, de la santidad y de la misericordia. Para esta labor ve la necesidad de unos pastores y educadores realmente fortalecidos en su vida pastoral y espiritual.
En el último artículo hemos querido concretar la reflexión con experiencias prácticas. Hemos pedido a Álvaro Ginel, director de la revista “Catequistas”, que nos habla de estas experiencias. Nos habla de la  catequesis intergeneracional y de la pastoral del engendramiento.
 
Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe
Del 15 al 21 de agosto se espera en Madrid la presencia de jóvenes convocados por el Papa Benedicto para la Jornada Mundial de la Juventud. Es un acontecimiento significativo para los jóvenes y para la Iglesia.
Decía el Papa Benedicto en la convocatoria de este acontecimiento: “Os invito a este evento tan importante para la Iglesia en Europa y para la Iglesia universal. Además, quisiera que todos los jóvenes, tanto los que comparten nuestra fe, como los que vacilan, dudan o no creen, puedan vivir esta experiencia, que puede ser decisiva para la vida: la experiencia del Señor Jesús resucitado y vivo, y de su amor por cada uno de nosotros” (Benedicto XVI).
Queremos dar la bienvenida al Papa y a tantos jóvenes, futuro de la sociedad y de la Iglesia, que desean una vida más auténtica y humana desde la experiencia cristiana de Dios. Deseamos los mejores frutos para estas jornadas.
 

KOLDO GUTIÉRREZ

 
 

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