Pensamientos y emociones

1 mayo 1997

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  • El motivo

Este dibujo ilustraba un reportaje sobre la cla­ve del éxito y lo titulaba así: «Los inteligentes de verdad son los que saben emocionarse» (El Mundo, 16.2.97). El él resumía algunas ideas de Daniel Goleman en Inteligencia emocional (Kai­rós,1996):
 
– La inteligencia académica tiene poca que ver con la vida emocional. El 80 % del éxito de las personas depende de causas distintas al coefi­ciente intelectual.
– La inteligencia debe incluir un amplio mosaico de emociones que luego serán las que empu­jen el fiel de la balanza hacia el éxito o el fraca­so.
–  El éxito depende en gran medida del conjunto de habilidades que se han dado en llamar «in­teligencia emocional», entre las que destacan la perseverancia, la capacidad para interpretar y controlar las emociones, desarrollar mayor autoestima y autocontrol, saber sonreír en el momento oportuno.
– Las emociones son esenciales para el pensa­miento, y viceversa: «Todos tenemos dos men­tes, una que piensa y otra que siente. Y estas dos formas de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental. La mayor parte del tiempo, estas dos mentes operan en estre­cha colaboración para guiamos a través del mundo. Pero cuando aparecen las pasiones, el equilibrio se rompe, la mente emocional des­borda y secuestra a la mente racional».

  • Laimagen

Independientemente de su origen, la Imagen puede servir para ver qué es lo que llevamos dentro o para, sencillamente, trabajar con cada uno de los símbolos que aparecen dibujados en la cabeza.
– Análisis: Comenzar diciendo que sugiere la imagen. Guiar esos comentarios y, mediante preguntas, hacer que se vaya profundizando en cada uno de los elementos que aparecen.
– Personalización: Al final se puede sugerir que cada uno repita lo que ha dicho pero hablando en primera persona: que se aplique a sí mismo lo que ha dicho a partir de la imagen.
– Centrarse en la imagen: A esa persona no se le ve el rastro. ¿Es ese su interior? ¿Es ese su rostro?
– Centrarse en los objetos de cada una de las zonas: dar nombre a lo que puede significar cada uno, establecer relaciones entre ellos, agruparlos por parecidos u opuestos, ver su sentido.

  • Los objetos

– Trabajar a partir de cada uno de ellos, aplicán­dolo siempre a situaciones y actitudes perso­nales. ¿Qué es lo que más predomina en cada uno de lo que en los dibujos se simboliza? Su­gerimos algunas pautas.
– Arma-pistola: Cómo son nuestras agresivida­des, contra, quién, por qué. ¿Cual sería nuestra mejor arma?
– Corazón: La mejor forma de amar es… Para amar sin sufrir…
– Sol: Alegría, luz, esplendor, renovación, etc. ¿Cómo vamos de eso?
– Paloma: Ver cuáles son nuestras actitudes pa­cificas, y pacifistas y cómo las podernos desa­rrollar. ¿Cómo nos controlamos?
– La casa: ¿Cómo colaboramos para convertirla en hogar?
– Muela: ¿Dolor? ¿Cómo reaccionamos ante él? Y también
– La nariz: Continuar la frase: «Yo tengo olfato para…»
– Demonio-Fauno: ¿De qué se ríe o se burla?
– Caminante con niño: Sentido, crecimiento, apoyo, etc. ¿Hacia dónde vamos y desde dónde?
– Llave con cruz: ¿Cómo es nuestra llave para abrir lo esencial? ¿Está relacionada esa llave con la religión? ¿Cómo nos llevamos nosotros con lo religioso?
– Dólar: ¿Cuánto pesa el dinero en nuestra vida?
– Muleta: ¿En qué muletas nos apoyamos para llegar al éxito, a la realización personal…?
 

Herminio Otero

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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