[vc_row][vc_column][vc_column_text]
José Luis Moral
PEQUEÑA HISTORIA PARA UNA MEMORIA SUBVERSIVA
A partir de 1391, se empezó a construir la “pequeña historia” de un movimiento de solidaridad internacional sin precedentes, la a Plataforma del 0’7%. Después de ese año, el “símbolo del 0’7” ha prendido vivamente era el pueblo español. Detrás del símbolo, un numeroso grupo de personas pretende mantener viva la memoria subversiva que lleva dentro esta pequeña historia. Reproducimos a continuación (A) la primera parte del “Proyecto de la Plataforma 0’7%”, añadiendo posteriormente (B) algunas actividades para constituir un “corazón de voluntarios» como el que anima al 0’7.
HISTORIA Y MEMORIA
Allá por 1993… apenas existían en España una media docena de comisiones del 0,7 -y sin conexión entre sí-, reivindicando como tarea permanente el 0,7% del PIB de las instituciones públicas, cuando se produjeron las huelgas de hambre de finales de aquel año. Ante numerosos esfuerzos infructuosos, sobre todo frente al gobierno central, diversas personas participan en una primera huelga de hambre del 15 al 24 de octubre y en una segunda del 14 de noviembre al 13 de diciembre. Esta última dio lugar y se considera como «hecho constituyente» de la Plataforma 0,7% PIB, al surgir numerosos grupos que se suman al mensaje de los huelguistas. A partir de aquí, se multiplican las comisiones 0, 7, se organiza entre todos la presión política sobre el gobierno y se amplía la conciencia ciudadana del «primero y más sangrante problema actual del mundo». Un año después se producen las famosas acampadas callejeras en todo el país. La Plataforma se consolida como núcleo dinamizador de este nuevo movimiento social.
La extensión y fuerza del movimiento se explica probablemente por el propio mensaje y «gesto desmesurado» de las huelgas de hambre indefinidas que ponían en dedo en la llaga de problemas humanos graves y universales; mensaje y gesto capaces de suscitar entusiasmo en muchas personas -sobre todo jóvenes- desencantadas de la tibieza y pobreza moral, social y política de la España del
`93. Esto es, al menos, cuanto se desprende de las primeras reflexiones y escritos de los iniciadores.
Al cabo de más de dos años, aprendiendo de nuestros propios errores, intentamos resumir las líneas maestras de aquellas intuiciones originarias y de las posteriores reflexiones y experiencias; combinando «lo viejo» y «lo nuevo», buscamos una fórmula organizativa sencilla para dar la mayor eficiencia posible a nuestra acción.
Análisis de la realidad: el problema
El pensamiento, talante, organización y acción de la Plataforma 0, 7 pretenden enmarcarse dentro del siguiente análisis de la realidad.
1.1. Situación de máxima emergencia de la humanidad
Científicos y expertos coinciden en reconocer mayoritariamente que, por primera vez, la Humanidad se halla en un momento de máxima emergencia, provocada por causas humanas. Tres factores interdependientes concurren en tal situación:
- El aumento galopante del desastre medioambiental (creciente irreversibilidad del fenómeno).
- La explosión demográfica (duplicación de la población entre 1960 y 1995; previsible nueva duplicación -hasta 12.000 millones en 30 años más).
- La vertiginosa expansión de la miseria, de la marginación y de sus causas.
Estos tres factores, que se interrelacionan y se retroalimentan entre sí, repercuten en todos los pueblos(solidaridad necesaria), se deben en última instancia a estructuras y comportamientos humanos injustos(justicia) y constituyen así un proceso insostenible que, si no es atajado, desembocará en pocas décadas en el colapso de la propia especie humana (supervivencia).
1.2. Un «orden» mundial injusto e insostenible
Este marco «estructural» del problema se corresponderá con la respuesta del cambio de estructuras; entre ellas, las de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) con el 0,7% PNB que, en razón del compromiso de los estados industrializados, la Plataforma asume como objetivo inmediato y como primer paso hacia «otro orden».
– La espiral «Pobreza-Población-Ambiente»
Los tres factores mencionados (cf. UNICEF: «La espiral PPA») son interdependientes, pero es la pobreza y, sobre todo, el sistema insostenible que la provoca, el factor que más potencia los otros dos:
- La extrema pobreza, pese a la gran mortalidad, dispara el crecimiento poblacional. Sin perjuicio de políticas demográficas compatibles con la dignidad humana, la erradicación de la miseria constituye el principal elemento estabilizador de la demografía.
- Las poblaciones más pobres no pueden sino esquilmar la naturaleza y carecen de recursos para mantener el equilibrio ecológico.
- Por su parte, los países más industrializados -causantes de la pobreza extrema- son los más contaminantes y depredadores de los recursos naturales.
– Este empobrecimiento de la humanidad es vertiginoso
- La actual pobreza y desigualdad son muy graves: un reducido 20% de la población acapara el 80% de la riqueza; obviamente, el 20% de riqueza restante se reparte entre el mayoritario 80% de seres humanos. De éstos, 1.300 millones se debaten en la extrema miseria, con un saldo de 100.000 muertos diarios.
- La pobreza y desigualdad son crecientes: en 1960, entre el 20% de países más pobres y el 80% de países más ricos había una diferencia de renta de 1 a 30, en 1990, era de 1 a 60. Si en lugar de comparar la renta nacional nos fijamos en las disponibilidades personales, hoy la desigualdad entre el 20% más pobre y el 20% más rico es en proporción de i 1 a 150!
- Esencialmente, esta pobreza y desigualdad no son realidades casuales, sino que obedecen a razones estructurales: aquellas que conforman el sistema socio-económico del capitalismo neoliberal.
– El «modelo capitalista neoliberal»: Causa principal de la pobreza y de un proceso ecológico insostenible
La dialéctica económica liberal capitalista pervierte substancialmente las relaciones entre las personas y entre los pueblos, agota los recursos naturales y desestabiliza la naturaleza: es, por un lado, la causa principal del creciente empobrecimiento y subdesarrollo del Sur y, por otro, de la misma precarización de la calidad de vida y del acceso al trabajo en mayorías cada vez más amplias del Norte.
En este sentido, los movimientos y organizaciones que se preocupan por la solidaridad y el desarrollo del Sur no pueden despreocuparse de cómo entienden ellos este desarrollo; cuestión vinculada a la pregunta por las causas a las que se ha debido el creciente subdesarrollo. Así, pues, no tendrán la misma intencionalidad y enfoque los proyectos de desarrollo de unas ONGD y de otras.
1.3. Diagnóstico ético de «este orden»
Este «marco ético» se corresponderá, al hablar de soluciones, con el «cambio de mentalidades» y, por lo mismo, con otro de los objetivos inmediatos de la Plataforma: la concienciación ciudadana.
La economía del libre mercado no se guía por leyes asépticas, sino que responde a pulsiones humanas anti-éticas, aunque con frecuencia inconscientes. Es un «estilo de ser hombre», un modelo axiológico que, en definitiva, subordina todos los valores a los biopsíquicos y económicos (prioridad del individualismo, la competitividad, el placer, el confort, el poder, el prestigio, el lucro, la dominación, el uso y consumo desmedido de bienes y cosas). Su símbolo, el dinero; su moderno «becerro de oro», el capital.
Este trastocamiento de los valores se asienta, a la postre, en la inconsistencia atribuida, en la práxis, al ser humano: al «otro» no se le reconoce consistencia en sí mismo, es tratado como otro objeto, un medio, un instrumento… que puede ser cosificado, agredido, poseído, objeto de mercado, expoliado. Aquí está la raíz del proceso de acumulación en favor de unas minorías, a costa de la inmensa mayoría. Así pues, el capitalismo es la organización del egoísmo y la injusticia humanos en un sistema económico con categoría de ciencia y, más aún, de dogma.
2. Perspectivas de solución del problema:
Revolución estructural y ética
Al hablar de un «orden» estructural injusto, constatábamos el doble componente de la causa principal del problema de la humanidad: las estructuras o mecanismos del modelo y los posicionamientos anti-éticos -conscientes o no- sobre los que se sostienen aquéllos. Obviamente, el mismo doble componente, estructural y ético, habrá de estar presente en la solución.
2.1. Urgencia e interdependencia de las .soluciones estructurales
El carácter exponencial de este proceso que lleva al colapso ha hecho que nos hayamos dado cuenta demasiado tarde del problema, y que se nos presente en la actualidad ya en su máxima gravedad, con lo cual se nos revela como decisivo el factor tiempo. Las soluciones necesarias son de la máxima urgencia.
Por otro lado, la interrelación de las causas mencionadas exige soluciones simultáneas y concertadas en lo ecológico, en lo demográfico y en lo económico. La interdependencia de todos los pueblos en un mundo cada vez más unificado, y la consiguiente universalización de este peligroso deterioro, hacen que las políticas meramente domésticas de las naciones o grupos de naciones, como la UE, resulten ciegas, irracionales y suicidas (además de genocidas). De ello habrán de responder ante las generaciones actuales y venideras.
2.2. Cambios estructurales y Ayuda al Desarrollo
El análisis anterior nos revela que las soluciones pasan por una revolución del (des)orden mundial que genera y agudiza el problema. Se impone un cambio en las estructuras de explotación dentro de cada nación o consorcio de naciones del Norte y, mucho más, en las que privilegian al Norte a costa del Sur.
Revolución no es substitución de un capitalismo privado por otro estatal (socialismo real). No se trata tampoco de suprimir los ingredientes del modelo (propiedad, capital, mercado) sino de devolverles y dar prioridad a su función social, transformando las relaciones de propiedad y producción; lo que exigirá no un simple maquillaje para perpetuar el modelo (reformismo), sino una remodelación de fondo, de la que ya existen experiencias parciales, aunque no necesariamente universalizables.
Los cambios profundos difícilmente provendrán de los poderosos beneficiarios -individuos o países-, de este sistema que muchos de ellos defienden como único posible. Sólo la constante presión del movimiento obrero en el Norte logró humanizarlo parcialmente en el pasado; aunque éste deberá recuperar la combatividad perdida, adecuándola a las actuales circunstancias. Sólo la presión organizada de la humanidad subdesarrollada y marginada -ya una abrumadora mayoría del 80%, que crece sin cesar- puede hoy forzar el cambio de las estructuras mundiales de injusticia, erigiéndose los pueblos del Sur en sujetos conscientes ycolectivamente activos de su propio desarrollo.
No obstante el subdesarrollo del Sur, y para su despegue, necesita la complicidad de los sectores más concienciados y solidarios del Norte. Para ello, la «Ayuda al Desarrollo» deberá partir del cuestionamiento radical del actual «orden internacional» si no quiere contribuir más bien a maquillar, parchear y perpetuar el sistema.
Como primer paso y unido al cambio de estructuras, esta AYUDA AL DESARROLLO contempla un doble componente: uno, exógeno y de carácter más asistencial, insuficiente pero necesario dada la extrema miseria y prostración de tantos y su consiguiente incapacidad de reacción –para sujetar y accionar la caña de pescar es preciso coger fuerzas previamente con un poco de pescado-; otro, más endógeno, de potenciación del autodesarrollo. Ambos componentes han de simultanearse; lo importante es tener claro el horizonte.
Enumeremos, a continuación, algunas vías o instrumentos para este proceso hacia el cambio de estructuras de producción, distribución, intercambio y consumo:
- Ayudas económicas: Cumplimiento por todos del compromiso mínimo del 0, 7% del PNB y transferencia de tecnologías y de recursos humanos destinados al desarrollo, con especial concentración en las áreas de prioridad social: dieta alimentaria mínima, agua potable, salud básica, educación primaria, medios para una natalidad responsable, acceso al crédito, etc.
- Condonación y renegociación de una deuda externa asfixiante, irregularmente concedida y usureramente utilizada.
- Eliminación de las barreras a un comercio igualitario: precios justos, desarme arancelario y supresión de los cupos o contingentes impuestos a los productos del Sur.
- Ejecución del llamado dividendo de paz, a asignar al Sur como fruto del progresivo desarme militar de los pueblos.
- Supresión de los «ajustes estructurales» (recortes sociales, desregulación del empleo, despido fácil, venta de empresas públicas a precio de saldo) impuestos a países del Sur por el BM y el FMI.
- Creación de un Consejo de Seguridad Económica (incluso de una Hacienda pública mundial) en las NN.UU., que vele eficazmente contra las estridencias de los mecanismos económicos mundiales, comerciales, fiscales y financieros.
- Sanciones económicas fuertes a los procesos contaminantes del Norte, además de un impuesto ecológicoal Norte para que los pueda evitar el Sur.
- Impuesto « TOBIN» sobre los movimientos de capital meramente especulativos, que no perjudique el comercio justo real.
- Eliminación del carácter ligado y mercantilista de los créditos computados como AOD.
- Prohibición de la exportación de armas a países beneficiarios de AOD con un gasto militar superior al 3% del PIB y severa regulación para con los países en conflicto bélico.
En el marco de este análisis, queda claro que, para la Plataforma 0, 7% PIB, la reivindicación de este compromiso, cantidad y calidad, constituye un símboIo o banderín de enganche sencillo y popular; además de constituir una muda
nada despreciable, es un compromiso del Estado Español y supone un primer paso hacia soluciones más globales. Es en definitiva una medición de la voluntad política de los gobiernos y de la sensibilización ciudadana.
2.3. Modelos económicos alternativos
Como una parte de la solución y, sin cerrar ningún otro camino, las llamadas «economías populares» o«economías alterativas» merecen una mención y apoyo especiales.
La marginación que el actual «orden económico” impone a la mayor parte de los individuos y pueblos, les coloca frente a esta alternativa: o se someten a él, procurando tan solo paliar sus efectos nocivos, o bien buscan espacios de libertad ante la concentración e internacionalización impuesta por el capital y por unos mercados exclusivos y excluyentes. Esta exclusión marginación de la mayoría provoca su desconexión, lo que la empuja a la búsqueda de espacios económico-sociales alternativos y parcialmente desconectados, aunque nunca aislados del conjunto.
Brotes y ensayos de economías alternativas, de diferente signo y -según casos- con especial sensibilidad ecológica, están surgiendo en diversos puntos de las periferias
del Sur y del Norte, en el mundo islámico, en China y la India, en Brasil, Cuba y Nicaragua, etc. Estas iniciativas -que ya son realidades se caracterizan:
- Por la potenciación y mayor participación del tejido social organizado en los procesos políticos y económicos: movimientos sociales, barrios, diversos colectivos populares.
- Por la socialización de la propiedad, de los medios de producción, del proceso acumulativo de capitales, de los canales de distribución, del crédito, etc. Entre la propiedad estrictamente individual y la propiedad estatalizada hay espacio para lo que fue y aún «es» para muchos pueblos del planeta el modo de vida habitual del hombre durante milenios: la propiedad y dominio de los medios de producción por parte de sujetos y colectivos autogestionarios. Se trata de relaciones no capitalistas de producción, en las que no se vende la fuerza de trabajo y se atiende más a la lógica de las necesidades que a la del capital.
Estamos tan condicionados por el modelo «absolutizado» de propiedad, no teórico sino real, de la sociedad occidental que nos es difícil «relativizarlo» para entender como normales otros modos de «propiedad» muy diferentes e, incluso, humanamente más válidos. Ahí está el ejemplo de los pueblos que llamamos primitivos: desde la conciencia de lo que significa el sujeto colectivo, algunos de ellos llegaron a una armonía del binomio individuo-sociedad superior a la nuestra.
No se trata siempre de micro-realizaciones. Sirva como ejemplo que estos nuevos sujetos colectivos controlan más del 15% de la producción nacional y más de la mitad de la producción agropecuaria de Nicaragua.
2.4. Necesaria y urgente revolución ética
Sin una revolución radical de las conciencias, las estructuras del «orden mundial» actual no se transformarán, ya que son fruto de la quiebra de valores que sufre la sociedad.
Si enmarcamos la reestructuración de la Cooperación española en el proceso hacia cambios estructurales del injusto orden mundial, de forma paralela integraremos en la revolución ética, necesaria para los cambios de estructuras, la concienciación ciudadana que es otro de los objetivos inmediatos de la Plataforma.
– Los valores y la primacía del ser humano
Es tal el calado de la inversión del proceso histórico -dada la perversión operada en las relaciones persona-persona y persona-naturaleza- que no sería exagerado hablar de la necesidad de un «cambio de era» para que dicho proceso asegure la supervivencia amenazada, y ya frustrada en las 100 mil personas que mueren diariamente de indigencia.
Hay que recuperar igualmente -en este proceso de profundos cambios éticos- la solidaridad ecológica,sin la cual genocidio y ecocidio formarán parte de un mismo holocausto (y si no ver los informes nadamilenaristas del Club de Roma y «Más allá de los límites del crecimiento”). Asimismo, es indispensable conceder primacía a los valores sociopolíticos, epistémicos, estéticos y éticos frente a los biopsíquicos y económicos.
Necesitamos, en definitiva, descubrir y aceptar al «Otro» –en especial al excluido y oprimido-, y ello no tanto en el sentido del conocimiento teórico de su trágica realidad sino mediante un re-descubrimiento experiencial o vital de la absoluta dignidad de todo ser humano. Esta actitud experiencial y vital de amor compasivo -en el sentido etimológico de «sentir y sufrir con el otro»- que se traduce en comportamiento y acción, es el espacio de auténtico encuentro ecuménico entre creyentes y no creyentes, o entre adeptos de religiones diferentes. Es en este sentido positivo en el que la Plataforma 0’7 dice ser aconfesional.
Radicalidad y desmesura
Dicha experiencia vital determina el proceso de construcción de la persona, cuyo nuevo estilo de vida se ordenaría por entero en función de los graves problemas del ser humano y de la naturaleza. Tal cambio de actitud conduce a denunciar vigorosamente el sistema, a organizarse con otros para cambiarlo, a cuestionar los propios hábitos de consumo y derroche, a discernir verdaderas y falsas necesidades, a cambiar hacia un mejor compartir el bien tan escaso del trabajo, a armonizar trabajo y ocio, a discernir el dinero que me sobra y no me pertenece, etc.
La experiencia vital, así descrita, responde con la medida de la realidad: una realidad DESME-SU-RA-DA que exige impregnar la vida de radicalidad y desmesura. Paradójicamente, estamos ante una desmesura aparente al tratarse de la única respuesta a la medida de la realidad.
– Solidaridad contagiosa
Los grandes problemas de la Humanidad requieren un cambio profundo del modelo general de comportamiento, un salto cualitativo en la conciencia de todas las culturas; algo que lógicamente ocurrirá como un proceso lento. Pero si -como constatábamos anteriormente- el tiempo es el valor más escaso a la hora de evitar la catástrofe, no habrá más remedio que optar por mecanismos de aceleración de este proceso de cambio profundo. Frente al miedo al colapso -que puede más bien paralizar- sólo nos queda, como mecanismo acelerador del proceso de cambio, la capacidad de contagio de individuos y minorías altamente concienciados para, desde ahí, desencadenar un crecimiento exponencial del nivel de conciencia universal. Esto supone un bello reto para todos los colectivos altruistas, humanistas y religiosos.
“CORAZÓN DE VOLUNTARIOS”
- Bellah en su obra Hábitos del corazón (Alianza, Madrid 1989) se refiere a ellos como nociones, opiniones e ideas que «forman los hábitos del espíritu» y como «la suma de las disposiciones morales e intelectuales de los hombres en una sociedad». Ya Pascal hablaba del corazón cual raíz del conocimiento constitutivo del ser cotidiano y radical del hombre. Al referirnos ahora al voluntariado como hábito del corazón, por tanto, queremos indicar una actitud arraigada en lo más profundo de la persona que se hace costumbre y conducta cotidiana. Para que así sea, no obstante, hay que desarrollar un proceso adecuado de educación con dos direcciones: a/ Educación del sentimiento, para el que el «dolor de los otros» más pobres entre en el corazón, y b/ Educación de la inteligencia, para que construyamos una «nueva racionalidad» que sedimente y se transforme en una especie de «nuevo sentido común».
Proponemos un sencillo ejemplo de todo ello con el texto anterior del «Proyecto de la Plataforma 0’7» y las dos imágenes que siguen a continuación. Resumiremos la «educación del sentimiento» con la compasión y la «educación de la inteligencia» en el compromiso.
“CORAZÓN DE VOLUNTARIOS”: COMPASIÓN Y COMPROMISO
Compasión
- Antes de nada, tratar de definir la compasión a través del «Proyecto 0,7». Bastaría con leer el epígrafe 2.4. para aclarar qué significa la «compasión como sentir y sufrir con el otro». Después, contemplar las dos imágenes de Ron Cobb: ir indicando «qué se ve» y, sobre todo, «a quién se ve» en ellas.
- Ver, con todo, puede ser una operación superficial. Y hay que Ir hasta el fondo de las imágenes», es decir, hasta sentir y compacederse: ¿qué y a quién o quiénes siento en ambas viñetas?, ¿tales sentimientos me inquietan o no, «me duelen» o «me dejan igual»?
Compromiso
- A la luz del «Proyecto 0’7», ¿cómo podría ser mi «corazón de voluntario»? (en el diálogo, se ha de especificar tanto la necesidad de «aprender a ver el mundo con los ojos de los más oprimidos», como la exigencia de «comprometerse con cuanto se y siente»
- Por último habría que concretar las «actitudes de compromiso» (personales y grupales) y, más específicamente, algunos «trabajos de voluntariado».
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]