Ponyo en el acantilado sobre el mar

1 enero 2009

Gake no Ue no Ponyo (2008). Dirección y Guión: Hayao Miyazaki. Producción: Toshio Suzuki. Música: Joe Hisaishi.

El cineasta japonés Hayao Miyazak, uno de los mejores creadores de animación de la historia, vuelve a presentarnos una obra más cercana al público infantil, como ya ofreciera en Conan, el niño del futuro (Mirai Shōnen Konan, 1978), Mi vecino Totoro (1988) o en Nicky, La aprendiz de bruja (1989).

“En House-Hunting, el insecto sale silenciosamente cuando la chica se queda en la casa abandonada. Ella dibuja una línea en el suelo y el insecto no la traspasa. Obviamente no puede ocurrir tal cosa en la vida real. Pero los niños juegan a menudo con ese tipo de reglas. Creo que no debemos perder esa manera de sentir. Y, a su vez, sentir que hay vida en todas las cosas que existen en este mundo.” (Hayao Miyazaki)
El argumento se basa en el relato La Sirenita, de H. C. Andersen, que también inspirara a la productora Walt Disney (The Little Mermaid, 1989), dirigida por Ron Clements y John Musker.
Una ciudad junto al mar en la que vive el niño de cinco años Sosuke junto a su familia. El simpático pez rojo Ponyo, al que rescata de la botella recogida junto a la basura. La entrañable relación que surge espontáneamente entre ambos y que va creciendo hasta formar una pareja inseparable, pese a los obstáculos que se van interponiendo. Ponyo desea ser humana. Sosuke quiere recuperar a su amiga. ¿Quién lo impedirá?
“A los cinco años de edad, los niños todavía no son capaces de expresarse muy bien con palabras, sino que instintivamente saben lo que es esencial, lo que es importante. ¿Por qué es infeliz un bebé? Tal vez el bebé está furioso por haber sido obligado a abandonar el útero de la madre a este aburrido mundo. Ponyo no puede hablar de cosas complejas pero ella tiene la capacidad de comunicarse con

 el bebé, con consideración, que está bien y que este mundo también es maravilloso.” (Hayao Miyazaki)
La narración sirve al director para recuperar sus temas habituales: la necesidad de volver respetuosamente a la naturaleza, de entablar relaciones cordiales con otros seres, el protagonismo de los niños…, además de recurrir al trabajo artesanal que evoca el colorido y las formas de la acuarela.
“En la escena de las medusas, las dibujamos todas ellas a mano. Ninguna es igual. Es fabuloso. Hoy en día lo que se habría hecho habría sido dibujar dos o tres medusas y luego copiar y pegar con un ordenador. Hacerlo todo a mano le da un aspecto más ‘vivo’ a la animación. Se hicieron 170.000 dibujos a mano para los 108 minutos de película.”(Miyazaki Goro)

Augusto Fernández

Pistas para la reflexión:

1. ¿Qué mantienen en común la obra de H. C. Andersen, Ron Clements – John Musker y Hayao Miyazaki? ¿Qué novedades aporta cada una? ¿Cuál resulta más satisfactoria?

2. ¿Cómo son Ponyo y Sosuke? ¿Por qué se relacionan con tanta facilidad? ¿Qué encuentra cada uno de ellos en el otro?

3. ¿Cómo son presentados los adultos? ¿Qué consejos dan a los protagonistas? ¿Cómo se portan con ellos?

4. ¿Qué temas sobresalen en la narración? ¿Qué tratamiento reciben? ¿En qué otras obras de Hayao Miyazaki se pueden ver?

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