Esta imagen de Javier Zambrano pertenece a la serie de dibujos que viene haciendo cada año como felicitación de Navidad. En esta ocasión llevaba en el interior la cita de Isaías:
El Señor mismo os dará una señal: Mirad, la joven está encinta y da a luz un hijo, a quien pone el nombre de Emmanuel. Comerá cuajada y miel hasta que sepa rechazar el mal y elegir el bien. (Is 7,14-15)
Podemos hacer presente esta cita desde el principio… o revelarla en algún momento posterior. Lo importante es ayudar a descubrir que todos somos portadores de vida y que, como María, podemos acoger el don de la vida y hacerla crecer
La imagen
Vemos la imagen.
- ¿De qué se trata?
- ¿Qué elementos destacan? ¿Qué nos llama la atención?
- ¿Qué nos dice? ¿Qué sentimientos nos provoca?
Los elementos
Nos centramos en los elementos que aparecen.
- Se trata de una mujer… embarazada.
- Está de rodillas: acepta…
- Y a la vez está sentada sobre los talones: reposa (actitud permanente)…
- Está descalza: dispuesta…
- Tiene las manos (se supone que las dos) levantadas: acoge, ofrece…
- Mantiene la cabeza levantada: ojos (¿que miran hacia adentro?), labios cerrados (que callan), orejas-oídos (que no se ven: que escuchan desde dentro)…
- Al lado tiene un plato (con comida) y un tarro (con un instrumento para sacar su contendido)…
¿Qué puede significar todos esos elementos referidos a una mujer? ¿Y referidos a María?
Tres círculos
Porque vemos que se trata de María. Nos centramos en los tres círculos que aparecen claramente, profundizamos en su contenido y los relacionamos…
- En las manos: el Espíritu (en forma de paloma)
- María acoge el mensaje de Dios.
- Lo acoge de forma activa (con las manos): se pone a actuar.
- Acoge al Espíritu, pero sabiendo que nunca lo puede apresar: el Espíritu está ahí, en otro nivel…
- En la cabeza: corona/aura
- María acoge el mensaje de Dios sabiendo lo que hace (frente a la frente/cabeza/mente): de forma consciente.
- Lo acoge en silencio (labios), escuchando desde dentro (oídos), “meditando en su corazón” (ojos)…
- Lo acoge en cada momento: postura y actitud de acogida permanente.
- En el vientre: rostro y mano del Niño
- Sin tito para el corazón: el Niño es el corazón de María…
- Presencia de Dios en él (aquí de forma absoluta y, a la vez, como en cualquier vida humana).
- Jesús, el Emmanuel, es el Dios con nosotros, que se humana hasta el extremo y que a la vez nos llena de Dios.
Cuajada y miel
Ya se habrá leído la cita de Isaías, cuyo contenido, desde el Nuevo Testamento, se aplica a Jesús. Tendremos en cuenta que para la dieta del niño, el profeta no utiliza el acostumbrado estereotipo «leche y miel», signo de bienestar, sino «cuajada y miel». La cuajada, indica un alimento fresco y siempre al alcance (cf Gn 18,6-8; 2 Sm 17,28-29), y por tanto felicidad, pero es también el alimento oportuno en los momentos de peligro. Así pues, la comida del niño revela una situación de inestabilidad o de dualidad: la paz y la tensión andarán a la par.
Acogedores y portadores de vida
- Aplicamos todo (también los puntos anteriores)esto a nosotros: ¿Cómo acogemos la vida? ¿Cómo somos portadores de vida?
- Imaginamos que tenemos a Jesús dentro… ¿Cómo lo trataríamos?¿Cómo cambiaría nuestra vida?
- “En la Navidad, Jesús nace en nuestro corazón”. ¿Cómo lo vivimos?
- En la comunión, Jesús entra dentro de nosotros. ¿Cómo le acogemos? ¿Cómo lo acogemos en los demás?
Herminio Otero