La revista 21rs ha conseguido el testimonio y las propuestas pacificadoras de seis de los más prestigiosos Premios Nobel de la Paz. Son los peacemakers o constructores de la paz que, desde su enorme prestigio internacional y desde su autoridad moral consolidada indican los caminos de la paz para el nuevo año.
- Desmond Tutu, Nobel de la Paz en 1984, dice que la paz vendrá cuando se respeten “los derechos fundamentales” y cuando se acabe con las condiciones que provocan “desesperación, pobreza, enfermedades, ignorancia, injusticia y opresión”.
- Monseñor Ximenes Belo, premio Nobel de la Paz 1996: “Para que haya paz, tenemos que seguir trabajando en pro de los derechos humanos, de la justicia y del desarrollo de todos los pueblos”.
- Mohammad Yunus, el “banquero de los pobres”, premio Nobel de 2006, asegura que la paz sólo se podrá alcanzar cuando “gran parte de la población mundial salga de la pobreza”. Porque, “la frustración, la hostilidad y la cólera creadas por la pobreza abyecta no pueden mantener la paz en ninguna sociedad del mundo. Y las limosnas tampoco solucionan la cuestión, porque el que vive de limosnas se queda en ellas”.
- Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz argentino, denuncia que “cada día mueren de hambre 35.000 niños, según la FAO. Es un genocidio de proporciones impresionantes, al que asistimos impasibles”. De ahí que, a su juicio, para logra la paz haya que “desarmar la razón armada y luchar contra los gobernantes que han abdicado de sus responsabilidades políticas y han cambiado los valores universales por las leyes del mercado”.
- Jimmy Carter, Premio Nobel de la Paz 2002, ex presidente estadounidense, señala que “para conseguir la paz en el mundo, Estados Unidos debería renunciar a su política imperialista y comprometerse con la justicia social y económica, con las libertades civiles, con el medioambiente y con los derechos humanos”.
- Amnistía Internacional, Premio Nobel de la Paz 1977, dice por boca de su representante en España, Luis Beltrán: “En este momento existen 22 conflictos armados en el mundo y sus víctimas, mayoritariamente, son civiles”. A su juicio, contribuiría a la paz la supresión del comercio de armas y del tráfico de materias primeras.
Las religiones, constructoras de paz.
- “No son las religiones las que causan violencia e injusticia sino la gente que se proclama creyente de una u otra fe”, explica Desmond Tutu.
- Para Mohammad Yunus, las religiones serán hacedoras de paz “si luchan contra la injusticia económica, social y política, el deterioro del medioambiente y las violaciones de los derechos humanos”. Por eso, pide a las grandes religiones que “se embarquen en una gran cruzada global contra la pobreza”. Porque “las religiones deberían recodarles a los políticos que la pobreza está reñida con la hermandad de los que creen y rezan a Dios”.
- Algo parecido preconiza Adolfo Pérez Esquivel, para el que “las religiones deberían situarse a la vanguardia del rescate de la dignidad humana. Deberían promover la resistencia cultural, política y espiritual, denunciando proféticamente a los responsables de dominaciones y del dolor que afecta a la Humanidad. Las religiones tienen queponerse en pie de paz y ayudar a caminar hacia horizontes de vida”.
- Monseñor Ximenes Belo asegura que las religiones, “si son auténticas, deben ser instrumentos de paz”, porque ayudan a la gente a conquistar la “paz interior y exterior”, cuando “luchan por el amor, la concordia y el desarrollo”.
Para hacer
¿Qué nos parecen estas propuestas?
¿Cómo podemos ponerlas en práctica en nuestro ambiente?
Buscamos más información sobre estos personajes o sobre otros Premios Nobel de la paz y trabajamos a partir de ellas, por ejemplo en el Día de la no violencia y de la paz (29 de enero).