¡Qué maravilla de educador!

1 octubre 1997

  1.  Si crees como Nicodemo (visitaba a Jesús de noche) que a pesar de la edad y del cansancio se puede re-nacer.
  2. Si en el campo de la educación eres capaz de casar utopía y realismo.
  3. Si aprovechas todas las oportunidades de aprender de todos y de todo.
  4. Si estás convencido de que nadie es tan inútil que no pueda ser maravilloso (santo, héroe…).
  5. Si aprovechas para aprender tanto las dudas como lo fracasos, lo negativo tanto como lo positivo.
  6. Si aceptas, estimulas y ayudas a canalizar la sana radicalidad de los jóvenes.
  7.  Si vives y siembras la fuerza de la esperanza, del optimismo y del entusiasmo.
  8.  Si compaginas lo serio, lo dinámico y lo festivo.
  9.  Si educas por amor, para el amor ¡y con amor!

10.Si logras que crean en ti, en ello mismos, en los otro, en Dice y en el futuro.

  1. Si llegas a comprender que tú para llegar a tu nivel humano… has dedicado mucho tiempo y mucho esfuerzo.
  2. Si vives convencido, y así lo transmites, de que ninguna dimensión de la auténtica fe ensombrece la personalidad y ensombrece la felicidad.

13.Si haces realidad que con el grupo se madura mejor, se disfruta más, se es más eficaz.
14.Si te pones siempre en el lugar del otro.
15.Si ves en cada persona a Divo y a un hermano.
 
PARA HACER
Traemos aquí este texto (tomado de A. Barrueco en «BS», septiembre 1997) para aplicarlo en un doble sentido: reflexión y propuesta.
 
– Entre educadores y animadores: ¿Es así nuestra acción? ¿En qué falla y se corresponde a esta maravilla de educador, ya sea personalmente o como grupo?
– Entre jóvenes: ¿Que hacen nuestros educadores? ¿Actúan según estos puntos sin que quizás nos enteremos? ¿Qué y cómo podemos ir actuando nosotros?
– Todos: ¿Cómo concretar esos puntos en acciones específicas y coherentes con la realidad que vivimos? Seleccionar los puntos por orden de importancia y necesidad. Concretar después una acción para desarrollar cada uno de ellos.

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