Bajo ese mismo título presentaba Llum Quiñonero en el Magazine de El Mundo (21.06.02) algunas claves para no quedarse sólo con lo negativo cuando somos objeto de crítica. En esos momentos respondemos con ansiedad y a la defensiva. Ante una queja o una amenaza, el sistema nervioso tiende a asumir lo peor, lo que trae desconfianza, cinismo y doble lenguaje… Conocer estas claves puede ayudar a educadores y jóvenes en las tareas educativas y pastorales y en la propia vida… Las claves dicen así:
«Somos unos genios en inspeccionar nuestras pequeñas imperfecciones y en magnificarlas», afirmaRobert K. Cooper, autor de El otro 90%. La pauta inconsciente del cerebro -señala- es quedarse atrapado en lo superficial, las irritaciones y lo negativo. Hace millones de años, debido a los constantes peligros que amenazaban la vida, era fundamental que los humanos se alertaran ante los mensajes negativos. Claro que, en el mundo de hoy, esta arcaica reacción tiende a complicarnos las cosas. SegúnRobert K. Cooper, es más sencillo fijar la atención en nuestros fallos que en mejorar aquello que hacemos bien. «Sin embargo -afirma-, nuestros puntos flojos no rebelan demasiado sobre nuestros mayores atributos, aquellos que tenemos que cultivar y defender a diario en lugar de permitir que se marchiten, mientras necesitamos corregir nuestros defectos».
Si alguien nos hace una crítica, la respuesta inmediata es: ¡atención!, ¡peligro! Nos ponemos nerviosos, respondemos con ansiedad y a la defensiva. Por eso, cuando al cabo de la jornada algo ha salido mal, todo lo demás -que ha salido bien- tiende a convertirse en invisible.
Ante una queja, el sistema nervioso tiende a asumir lo peor. Y ello nos conduce a la desconfianza, al cinismo, al doble lenguaje.
¿Cómo afrontar un día difícil, una situación conflictiva? «Decir todo va bien cuando hay problemas no engaña a nadie, mengua la colaboración y ahoga el crecimiento», asegura Robert K. Cooper. «Frente a la confusión, claridad». Para salir bien parado de una situación adversa, sustituya las suposiciones por preguntas. Escuche atentamente y comuníquese con cautela hasta que tenga claro lo que los otros sienten. Pregunte lo que desee saber y anime a los demás a hacer lo mismo. Observe y aprenda. «La claridad fomentará la confianza. Prefiera la verdad a la armonía, a largo plazo -insiste Cooper- este esfuerzo hacia la honestidad le ahorrará tiempo y le ayudará a dirigir sus energías».
¿Verdad que también todo esto–puede servirnos a educadores y jóvenes en nuestro camino?.
CUADERNO JOVEN