¿Quieres que no se tatúen?

1 julio 2013

En una entrevista en la NBC, el presidente Barack Obama ha explicado el método que él y su señora esposa han utilizado para conseguir que sus hijas, Malia Ann y Natasha, no se hagan un tatuaje: la amenaza. No se trata de una amenaza tipo corte de asignación económica o prohibición de viajar a tal o cual lugar al que les ilusionase ir, sino de algo más sutil.
Explica Obama: “Lo que hemos dicho a las niñas es: ‘Si alguna vez decidís haceros un tatuaje, entonces vuestra madre y yo nos haremos exactamente el mismo tatuaje, en el mismo lugar del cuerpo, y lo colgaremos en YouTube y lo presentaremos como un tatuaje familiar’. Nuestra confianza es que, de alguna manera, eso las disuadirá de creer que esa es una buena forma de rebelarse”.
Muchos jóvenes (y no tan jóvenes) viven aún convencidos de que el tatuaje es una muestra de rebeldía contra sus padres y el mundo de los mayores, y si los padres se oponen, no hacen más que reafirmarles esa idea. Es una supuesta rebeldía paradójica, porque, a poco que lo pienses, resulta muy poco rebelde: hoy en día, los tatuajes son algo tan común, tan manido, que la autentica rebeldía contra el gregarismo y la apuesta por tener iniciativa propia consiste en no tatuarse nada. Pero explícale eso a quien ve como todos sus amigos se tatúan para buscar la censura paterna y, así, ratificarse en el grupo. La iniciativa de los Obama es buena porque, si sus hijas se hacen un tatuaje y luego papá y mamá se hacen ese mismo tatuaje en el mismo lugar –sea el brazo, el tobillo o justo sobre las nalgas– y los graban y los cuelgan en YouTube, toda la posible rebeldía de esa acción se va al carajo. ¿Cómo va a ser rebelde tu tatuaje si papá y mamá también lo llevan y lo muestran públicamente?
Pero el señor y la señora Obama juegan con ventaja. Colgado en YouTube, el vídeo de los tatuajes del presidente y la primera dama de Estados Unidos conseguiría millones de visitas en pocas horas y se convertiría en el más visitado del momento. Pero, si fuesen el señor PepePi y la señora Rosita Llopis los que amenazasen a sus hijos con hacer lo mismo, ¿cuántas visitas conseguiría su vídeo? Quizá los amigos de sus hijos se lo mirasen, pero sería con displicencia y, en cualquier caso, el impacto será ridículo. Ser famoso marca la diferencia. De forma que, si quieres que tus hijos no se tatúen, lo primero que tienes que conseguir es ser lo que se llama “un famoso”. Si eres de la categoría seria (políticos, economistas…), podrás amenazarlos con tatuarte y colgarlo en YouTube. Si eres de la categoría frívola, también funciona. A nadie le sorprende que deportistas y faranduleros lleven tatuajes, porque casi todos van cubiertos de ellos. No imagino a David Beckham o a Lady Gaga –esta, si algún día tiene hijos– amenazándolos con hacerse uno. El truco no funcionaría porque ya llevan por todo el cuerpo. Pero, si sus hijos también se tatuasen, quedarían como críos sin personalidad, que siguen los pasos paternos como borreguitos. Aunque en ningún lugar está escrito que, con el patrimonio que heredarán, vayan a tener el más mínimo ápice de rebeldía.

Quim Monzó

La Vanguardia, 16/05/2013

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El tatuaje es una marca permanente… Muchos adolescentes y jóvenes se hacen tatuajes. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Es solo para alejarse de sus padres y acercarse a su grupo de amigos?
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