Quijotes Hoy

1 abril 2005

Esta imagen de Ajubel ilustraba en El Mundo (8 / 2 / 05) un artículo de Luis Racionero titulado El quijotismo de un centenario imprescindible. Más allá del cuarto centenario de la aparición de El Quijo­te, esta imagen puede darnos pie, a raíz de esta imagen, para ver cómo son nuestros ideales, qué los mueven y en qué se concretan.
Aunque se puede trabajar con esta imagen sin tener en cuenta lo que decía el autor del artículo, conviene tener en cuenta esta su opinión sobre el papel actual de El Quijote y su vigencia: «Así co­mo la obra de Cervantes aparece en la transición hacia la Edad Moderna, en los siglos en que la fe y la caballería medievales fueron remplazadas por la ciencia y la policía modernas, así ahora cuatro siglos más tarde, esta conmemoración sucede cuando la Edad Moderna que fue del libro impre­so y la máquina -los molinos de viento de Cer­vantes devinieron dark satanic mills en Blake­- periclita para transformarse en edad de la imagen y del circuito electrónico. Ahora todos los libros son ya libros de caballerías, quiméricas antiguallas fósiles de otra época. Prevalece la imagen de tal modo que el nuevo Don Quijote quema realmen­te todos los libros -incluso El Quijote- y se que­da con el cine, la TV, la radio y la prensa para que alimenten sus locuras.»
La imagen

  • Ver la imagen. ¿Qué nos dice?
  • Trabajar a partir de los comentarios que vayan saliendo, guiándolos hacia preguntas que cuestio­nen y actualizándolos siempre con referencias a acontecimientos y situaciones actuales, ya sean personales o colectivas. Ahí puede estar todo.
  • Nótese que los dibujos están hechos práctica­mente de cuadrados: fijos, rectos, inamovibles, ¿perfectos?…

 El Quijote

  • Decir cuáles son los rasgos de don Quijote que nos vienen a la cabeza. Hacer una lista.
  • Comparar esa lista con cada uno de nosotros. ¿En qué nos parecemos nosotros al Quijote? ¿En qué nos diferenciamos?
  • Aplicarlo también a los jóvenes en general. ¿So­mos más quijotes o somos más sanchos? ¿Por qué?
  • Este quijote está formado por cuadrados: seña­lar por cada uno de ellos una palabra (nombre, verbo) que nos ayuda a ilusionarnos, a ser solida­rios, a luchar…

Molinos

  • Ponemos nombre a los molinos: ¿Cuáles serían, de todas formas, las batallas por las que hoy en día merece la pena luchar?
  • Hay muchas causas por las que luchar. Y mu­chos jóvenes que lo hacen. ¿Qué «locuras» están llevando todavía, adelante algunos jóvenes (o no tan jóvenes)?

La lanza y la bacía

  • Cambiamos el triángulo de la lanza por otra for­ma geométrica o por un objeto que nos ayude a cambiar el mundo comenzando por nosotros mis­mos… ¿Cuál pondríamos?
  • Lo que era un recipiente de peluquero para afei­tar a los clientes, se convierte en casco protector o delator… Como recurso creativo y trasgresor, es genial. ¿Qué objetivos (y con qué objetivos) pon­dríamos nosotros para cambiar el mundo?

 Don Quijote hoy
Imaginar un Quijote del siglo XXI.

  • ¿Qué haría? ¿Qué diría?
  • ¿Contra qué o contra quiénes lucharía? ¿Cómo lo haría? ¿Cuáles serían sus armas?
  • ¿Qué haría si tuviera que luchar contra el neo­liberalismo, las multinacionales, la televisión, la corrupción, la política falsa, la Iglesia ausente, las sectas, los…, las…?
  • ¿Cuál sería su final?
  • ¿Qué podría lograr? ¿Y qué de todo eso pode­mos hacer nosotros? ¿Y cómo?

 
Imaginar un encuentro de cada uno de nosotros con don Quijote:

  • ¿Cómo sería ese encuentro? ¿Qué nos diría y qué le diríamos?
  • ¿Y si nos trasmitiera su locura por «arreglar el mundo», ¿por dónde comenzaríamos? Concretar­lo en un escrito: carta, poema, manifiesto, declara­ción…

 
Resumen: Del Quijote nos queda su categoría de mito global: un símbolo compartido y comprendi­do porlas grandes masas. «Don Quijote es el ide­alista que quiere arreglar el mundo». ¿En qué nos parecemos nosotros a él?

Herminio Otero