Reacciones y movimientos frente a la globalización

1 julio 2004

Violeta Assiego
 

Si un marciano llegara a la Tierra una de sus primeras preguntas

sería como tan pocas personas llegaron a dominar el mundo

Oded Grajew.

Impulsor del Foro Social Mundial y miembro de su Consejo Internacional

 
Violeta Assiego es abogada, especialista en el trabajo con menores, profesora del Instituto Universitario de la Familia (Universidad de Comillas) y educadora en los talleres socio-laborales “Las Naves” (Alcalá de Henares)
 
SÍNTESIS DEL ARTICULO
De forma breve y muy clara explica las reacciones sociales frente a la globalización, centrándose de manera particular en el movimiento alterglobalización. La autora hace un recorrido por lo que significan en cuanto expresión de una alternativa a la globalización (“otro mundo es posible”) los foros sociales y las redes. Señala algunos de los rasgos y características de los movimientos, identificando los rostros que los impulsan y dinamizan, para terminar los desafíos que salen al paso a estos movimientos.
 
La Globalización es un hecho que nadie puede negar. Lo cierto es que está revolucionando el funcionamiento de la sociedad en el plano tecnológico, financiero, económico, político, social, cultural… Dada su repercusión y las ventajas que supone es necesario hacer un apunte que nos sitúe claramente a la hora de sobrevolar los movimientos y reacciones que se producen frente a la Globalización. Este matiz está referido al concepto “antiglobalización” que es, al fin y al cabo, en el que terminan desembocando aquellas acciones, propuestas, grupos y movimientos que se oponen a la Globalización. Sin embargo, esta reacción no se opone a ésta en su conjunto, sino a sus efectos negativos y sus sombras. No se debe olvidar que esa misma Globalización impide que dos tercios de la población mundial no sólo no pueda disfrutar de sus supuestas ventajas, sino que la sufre y soporta injusta e innecesariamente.
El matiz inicial que este trabajo quiere hacer queda perfectamente enmarcado en las palabras de Susan George[1]: “Yo rechazo la palabra antiglobalización que los medios de comunicación nos atribuyen. La lucha se da entre los que queremos una globalización inclusiva -basada en la cooperación y la seguridad- y aquellos que quieren que las decisiones las tome el mercado”.
 

  1. Los Foros Sociales

Dentro del marco de acciones y movimientos que se oponen a esa Globalización exclusiva y excluyente, los Foros Sociales son los que más repercusión pública y visibilidad parecen estar teniendo. El primer Foro Social Mundial que se organizó fue en Porto Alegre en el mes de enero del 2001. El cómo surgió queda perfectamente descrito por Ignacio Ramonet[2], uno de los impulsores del mismo.“Cuando en 1999 en Seattle, la gente protesta contra la cumbre de la Organización Mundial de Comercio, los enfrentamientos se hacían cada vez mas duros, había que crear en un lugar, un foro donde se reunieran las asociaciones, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales, para que pudieran aportar testimonios de cómo les afecta la globalización y las propuestas de solución. Ahí nació la idea de hacerlo en Porto Alegre. Una ciudad original, con presupuesto participativo, gobernada desde hace 12 años por la izquierda.”
El éxito de los Foros Sociales viene repitiéndose año tras año desde hace cuatro[3]. Este año la novedad fue que en vez de celebrarse en Porto Alegre se celebró en Mumbai. Y es que el pasado mes de enero (del 16 al 21) fueron muchos los que, nuevamente, se distanciaron de los efectos más nocivos de una imagen agresiva y agresora con la que parecen quererse desprestigiar las protestas que se producen contra la Globalización exclusiva y excluyente. Empieza a hablarse ya de “movimiento alterglobalización”, de “otra globalización” .
 

  1. Las redes

Los Foros Sociales no son la única forma de expresión y “lucha” de los movimientos alterglobalización. Otra, fácilmente accesible y altamente frecuentada, es internet. Numerosos enlaces en la web ofrecen, gracias al esfuerzo y compromiso de muchos, la oportunidad de construir una aldea global que no excluya realidades, alternativas y reflexiones locales que sufren o reaccionan frente a un modo de hacer globalización que se olvida de las personas y sólo piensa en los intereses económicos.
Una de la redes que mayor repercusión tienen en este ámbito es ATTAC. Según su propia presentación en la web, es un movimiento ciudadano que forma parte de la red de redes que, a nivel internacional, se opone a la globalización de las injusticias. Ha colaborado en la creación del Foro Social Mundial y busca no sólo denunciar la globalización neoliberal, sino también movilizarse y proponer alternativas. ATTAC son las siglas de: “Asociación por una Tasa a las Transacciones especulativas y la Acción Ciudadana”.
Para ATTAC el argumento de la fatalidad del funcionamiento neoliberal se alimenta, en parte, con la censura informativa sobre las alternativas que están en construcción desde la ciudadanía. Esta red mantiene que la globalización es un fenómeno que puede y debe ser regulado, conducido y orientado para llevar más progreso y mejores condiciones de vida para los pueblos. Es falso que la globalización sea inmanejable, que sea un proceso sobre el cual nadie tiene control y que es parte del «desarrollo natural». Para ello, es necesario trabajar por la unidad y suma de voluntades que amplíen, enriquezcan y promuevan la democracia y el respeto a los derechos humanos.
Al igual que en los Foros Sociales, en estas redes puede participar cualquier ciudadana/o que quiera contribuir y luchar por un mundo mejor. Personas independientes, en ocasiones, militantes de varios partidos políticos pero que actúan a título personal.
 

  1. Pinceladas de la alterglobalización

3.1. Espontaneidad
Uno de los aspectos que resulta difícil de “aceptar” de estos movimientos es la espontaneidad y naturalidad con la que se logra que la gente participe y se implique en las manifestaciones, foros, debates, fiestas, grupos… alterglobalización. No hace falta una convocatoria expresa, basta la inquietud y el interés personal para sentirse invitado a acudir y participar. Esa espontaneidad puede responder a un sentirse agente activo y necesario en una diversidad variopinta y enriquecedora que trata de ofrecer alternativas diferentes a las que hay y que no son suficientes para lograr un equilibrio racional de la justicia y la dignidad. El punto de unión no desde un idioma oficial ni una causa particular sino desde un espíritu común. El espíritu de que otro mundo es posible, el de que es necesario construir otro mundo.
No hay por tanto una captación de “adeptos” al movimiento “alterglobalización”. Todo lo contrario, éstos se nutren de personas que vuelcan su “compromiso” en ese modo de hacer. No es como la pertenencia a un club o un partido, sino una opción de vida, una forma de ser, otra forma de vivir. Es un modo de hacer y organizarse que apenas podemos definir y delimitar, que carece de líderes y de fronteras. Es la concepción del mundo como una aldea planetaria sin fronteras, una nación donde la diversidad de los que formamos parte de la misma es su mayor riqueza y potencial.
3.2. Democracia
Es evidente, por tanto que trata y logra ser un movimiento participativo, dispuesto a usar la creatividad y la pluralidad como motores de acción y de unión. Su inercia es la de agrupar diferentes y diferenciadas formas de ver, de pensar y de actuar así como grupos de tendencias y sensibilidades muy distintas: ecologistas, ongs, intelectuales, políticos, activistas, ciudadanos de a pie, feministas, sindicatos, anarquistas… Todos caben bajo un único lema: otro mundo es posible.
Pero cabe destacar que el movimiento alterglobalización no desea hacer un eterno debate sobre el lamentable estado del mundo, aunque pueda llegar a caerse en ese riesgo. Sino que trata de crear puntos de apoyo en los que se puedan lanzar y llevar a cabo alternativas realistas y viables. Su ambición, aún pareciendo utópica, tiene los pies en la tierra. El horizonte común es la búsqueda de alternativas más humanas y justas al orden mundial, a la globalización exclusivamente económica y a la desigualdad Norte-Sur. Su fuerza está en esperar contra toda esperanza que algo debe y puede pasar hasta lograr una globalización inclusiva, y para ello se empieza desde el propio movimiento.
Por tanto la esencia democrática, además de ser un objetivo temático en los Foros Sociales, es un germen en el pensarse y hacerse de este movimiento. Para ello, se intenta favorecer un espacio de convivencia y de construcción democrática que involucre a un increíble catálogo de la diversidad humana: casi todas las etnias, las culturas, las vestimentas, las lenguas… La savia de las redes y los foros está en promover la participación ciudadana en todos los niveles puesto que sólo con la participación efectiva de los ciudadanos la democracia será real.
Sirva como ejemplo la sala de prensa del Foro Social de Mumbai, en donde se podían compartir todas las notas que se iban tomando y produciendo, de forma que cualquier medio de comunicación, fuese masivo o alternativo, tenía acceso a lo que sucedía aquellos días de celebración. Esta dinámica no es más que el reflejo de iniciativas ya consolidadas como la “Ciranda”, una rueda internacional de información independiente para que otro mundo sea posible.
 

  1. Reacciones con rostro

Aunque este es un movimiento sin líderes, no es un movimiento sin rostros, sin apoyos públicos ni públicos apoyos. Algunos de ellos son bien conocidos y reconocidos. Unas veces por su activismo y su aportación alterglobalización, y casi siempre por su prestigio personal, intelectual, profesional, científico, artístico, humano… Hemos creído interesante acercarnos al movimiento alterglobalización a través de esos rostros y algunas de sus palabras:
 

  •  Arundhati Roy

Autora del libro “El dios de las pequeñas cosas” premio Broker 1997. De nacionalidad india.
Hablamos de grupos antiglobalización cuando la mayoría de las personas que luchan contra la globalización corporativa están a favor de la globalización de los tratados internacionales, de la globalización de la justicia, de la globalización de la libertad de movimiento de las personas… Por lo tanto, si hemos de utilizar este término, somos nosotros los que estamos a favor de la globalización; ellos sólo están a favor del libre movimiento del dinero
 
Shirín Ebadí
Premio Nobel de la Paz. Primera musulmana en la historia en recibir dicho premio. Juez. De nacionalidad iraní. Inaguró en Foro Social Mundial de Mumbai.
“Para mi la palabra libertad significa que vivas donde quieras, que escribas lo que pienses, que te vistas como desees, que puedas amar a quien ames y que te dejen elegir la religión que te ilumina. La libertad sólo tiene una frontera, la del espeto a los otros.”
 

  • Noam Chomsky

Lingüista estadounidense, profesor y activista político. Licenciado por la Universidad de Pensilvania.
“Cuando hablamos de libertad y derechos, nos viene a la mente el concepto de seres humanos, esto es, personas de carne y hueso, no abstracciones políticas o construcciones legales como empresas, o estados, o capital. Si dichas entidades tienen algún derecho, lo cual es discutible, debe ser derivado de los derechos de la gente. Este es el núcleo de la doctrina liberal, y a ella se oponen los sectores más ricos y privilegiados, y esto es así tanto en el campo político como en socioeconómico”
 
  Ignacio Ramonet
“Resistir es decir que no. No al desprecio. No a la arrogancia. No al trituramiento económico. No a los nuevos amos del mundo. No a los poderes financieros. No al G8. No al consenso de Washington. No al mercado totalitario. No al libre cambio integral. No al dominio del “póquer del mal” (Banco Mundial, FMI, OCDE, OMC). No a la hiperproductividad. No a los organismos genéticamente modificados. No a las privatizaciones permanentes. No a la extensión irresistible del sector privado. No a la exclusión. No al sexismo. No a la regresión social. No al desmantelamiento de la seguridad social. No a la pobreza. No a las desigualdades. No al olvido del Sur. No a la muerte diaria de 30.000 niños pobres. No a la destrucción del medio ambiente. No a la hegemonía militar de una única superpotencia. No a la guerra preventiva. No a las guerras de invasión.
Resistir también es poder decir que sí. Sí a la solidaridad entre los seis mil millones de habitantes de nuestro planeta. Sí a los derechos de las mujeres. Sí a la existencia de una ONU renovada. Sí a un nuevo plan Marshall para ayudar a África. Sí a la erradicación definitiva del analfabetismo. Sí a una ofensiva internacional contra la fractura digital. Sí a una moratoria internacional para la preservación de las culturas minoritarias. Sí a los derechos de los indígenas. Sí a la justicia social y económica. Sí a una Europa más social y menos mercantil. Sí al consenso de Porto Alegre. Sí a una tasa Tobin de ayuda a los ciudadanos. Sí a un impuesto sobre la venta de armas. Sí a la eliminación de la deuda de los países pobres. Sí a la prohibición de los paraísos fiscales. Resistir es soñar que otro mundo es posible. Y contribuir a construirlo.”
 
o        José Luis Sampedro
Economista y profesor, narrador, ensayista y poeta español.
“A mí me gustaría que la globalización fuese total, es decir, que no sólo se globalizase la economía sino también la salud y la educación, y que todos los países se ocupasen de la salud de África, por ejemplo; que se globalizase la justicia y que se constituyese un Tribunal Penal Internacional… Si la técnica obliga a mundializar los problemas económicos, también obliga a mundializar los recursos, y por tanto se impone un gobierno mundial y no el dominio de todo el planeta por una sola potencia, como hoy sucede.”
           

  1. Desafíos

Finalmente, no podíamos concluir este breve trabajo sin referirnos a los desafíos con los que se encuentra este movimiento. Uno de ellos es el de reforzar la unidad y agilizar el avance cualitativo de la reflexión-proposición alternativa entorno a la globalización y la seguridad económica y social, el acceso al agua potable, la seguridad alimentaria, la pobreza, los temas de género, infancia… a la luchas locales, “apropiándose de ellas” y reforzando un proceso que intenta ser global. Otro de los retos a los que se enfrenta es poder hacer los sectores más marginales y explotados participen de una manera más activa y numerosa, tratando de equilibrar al perfil de participante de estos movimientos que suele haber cursado estudios universitarios y situarse en una clase media-alta.
Al fin y al cabo se trata de aceptar que estando mucho más cerca unos de otros de lo que jamás hubiéramos imaginado estamos también mucho más de cerca de lo jamás hubiéramos pensado de las respuestas globales a los problemas de la Tierra. Cada uno de nosotros es capaz de ser un agente de cambio. Un agente activo generador de utopía, de sueños y de justicia. Imaginar un mundo mejor es el primer paso para mejorar el mundo. Pero esto no lo lograremos sino recuperamos el sentimiento de que somos parte de la vida, recuperamos nuestra capacidad de participación, regeneramos formas de diálogo y escucha, reinventamos los caminos de encuentro e imaginamos alternativas de vida. Podemos y debemos poner todo nuestro potencial creativo y vital al servicio de los demás para desentendernos de la inercia de pesimismo y de la virulenta pasividad que hace nos mermar como ciudadanos y protagonistas de la historia de los pueblos, de nuestro pueblo. Los pequeños cambios son posibles. Algo que en el movimiento alterglobalización se repite y se respira es que es posible pasar de la indignación al compromiso, del gran relato al pequeño relato (y viceversa), de la gran utopía a la ilusión de cada día.

Violeta Assiego

estudios@misionjoven.org

 
[1] Susan George nació en Ohio y, desde 1994, tiene nacionalidad francesa. Politóloga, más intelectual que política está considerada como una de las especialistas de mayor autoridad sobre el tema del hambre en el Tercer Mundo. Preside el Observatorio de la Globalización, el Instituto Transnacional de Ámsterdam, y vicepresidente de ATTAC-Francia (Asociación para la tasación de las transacciones financieras para la ayuda a los ciudadanos). Entre los numerosos ensayos de los que es autora destacan: La maquinaria del hambre (1976); Deuda Bumerang (1992), Enferma anda la tierra  (1987), La trampa de la deuda (1989), Informe Lugano  (1999) con Naomi  Klein y Eduardo Galeano Mundo, S.A.: voces contra la globalización  (2002), Pongamos la OMC en su sitio  (2001), La globalización liberal: a favor y en contra  (2002) y Otro mundo es posible (2004).
[2] Ignacio Ramonet Miguez (Redondela, Galicia 1943), alumno de Roland Barthes y doctor en semiología e historia de la cultura (EHSC) es el director del mensual Le Monde diplomatique. Especialista en geopolítica y estratégica internacional y profesor de teoría de la comunicación en la universidad Denis Diderot de París. Miembro fundador de Attac (Asociación para la Tasación de las Transacciones Financieras y la Ayuda a los ciudadanos), del Media Watch Global y promotor del Foro Social Mundial de Porto Alegre, entre sus obras destacan Un mundo en crisis (1997); Internet, el mundo que llega: los nuevos caminos de la comunicación (1998); Rebeldes, dioses y excluidos 1998), Un mundo sin rumbo (1998); La golosina visual (2000); Propagandas silenciosas y la postelevisión  (2000); Marcos, la dignidad rebelde (2001) y La tiranía de la comunicación (2002).
[3] Ver el artículo de esta misma autora publicado en Misión Joven en julio-agosto del año 2003.