REZANDO VOY. LA ORACIÓN PARA LLEVAR CONTIGO…

1 marzo 2011

José María rodríguez Olaizola
 
Internet es un espacio lleno de vida. Tiene luces y sombras. Tiene imágenes, palabras, sonidos. Es virtual y es real. Ofrece realidad e ilusión, verdad y mentira, cercanía y distancia, encuentro e incomunicación. Todo lo que se pueda decir sobre Internet es limitado e incompleto, pues es un espacio que ha crecido en la última década de forma vertiginosa, y que aún hoy se reconfigura con infinidad de nuevas aplicaciones, redes y posibilidades.
 
Id al mundo entero…
Como hoy sigue resonando el grito de Jesús: “Id al mundo entero y proclamad el evangelio”, es imprescindible entender que ese “mundo entero” no es únicamente una alusión geográfica o espacial, sino que comprende el reto y el anhelo de llevar la buena noticia a todas las gentes, allá donde se encuentren. Internet es hoy la ventana por la que muchas personas, y especialmente muchos jóvenes, se asoman al mundo. Por eso han ido surgiendo en los últimos años infinidad de iniciativas que buscan compartir el evangelio en la red. Las hay de todo tipo e ideologías, pues plural es la Iglesia, y distintos los que formamos parte de ella: desde lo más clásico a lo más alternativo; recursos para la pastoral de todas las edades; propuestas para el cultivo de la interioridad; materiales para la catequesis; poemas; salmos; canciones; dibujos; foros; revistas digitales; blogs de información y opinión religiosa… la variedad es enorme.
Esa creatividad es buena, y es una señal esperanzadora de que no decae la inquietud de las personas por comunicar algo que es importante en nuestras vidas: la verdad que intuimos en Dios.
 
Rezandovoy
En ese contexto se entiende la propuesta de www.rezandovoy.org. Hereda y continúa la línea que hace varios años comenzaron los jesuitas ingleses enwww.prayasyougo.org, y que más recientemente lanzaron los portugueses enwww.passo-a-rezar.net.  Ahora los jesuitas, a través de la oficina pastoralsj (www.pastoralsj.es) se lanzan al ruedo con una propuesta similar en castellano. ¿De qué se trata? De ofrecer cada día de la semana, de lunes a viernes, un rato de oración en audio. Para que la gente la pueda descargar y llevarla consigo. Para que generaciones de jóvenes (y no tan jóvenes), acostumbrados a ir con los auriculares puestos, sepan encontrar, en medio de la actividad cotidiana, un espacio para la escucha, para la meditación, para la pregunta y para ser conscientes de la presencia de Dios. En torno a diez-doce minutos cada día.
El reto es ambicioso. Y la exigencia de un proyecto así también. Supone aglutinar un equipo de gente muy diversa. Religiosos y laicos. Hombres y mujeres. Jóvenes y mayores. Es una experiencia de trabajo en equipo. Eclesial. Plural. Implica la buena voluntad y ayuda de infinidad de instituciones. De artistas que permiten, con gusto y entusiasmo, utilizar su música, que es la forma en que ellos tienen de cantar el evangelio. De personas que comparten sus intuiciones, buscando acertar con el lenguaje en el que hablamos de lo que nos ocurre cada día. De hombres y mujeres que pondrán su voz al servicio de la palabra. De tantos otros que ayudarán a difundirlo.
Ahora, imagínate que vas en el autobús, y ves a alguien con sus auriculares puestos. Puedes suponer que va escuchando el último hit de Lady Gaga, una nueva balada de Alejandro Sanz o la propuesta más reciente de Shakira… Pero también es posible que vaya rezando. Escuchando el evangelio del día, dejando que resuene en su interior una canción, reflexionando, acompañado por una o dos preguntas, repitiendo por dentro una palabra que le ha llegado… Y quien dice en el autobús dice en el coche hacia la oficina, al volver de dejar a los niños en el colegio, mientras hace footing, en un descanso al final de las clases de la mañana, o por la noche, al rematar la jornada…
 
Nuestra intención
Querríamos llegar a cuanta más gente mejor. Para acercar la oración a la vida cotidiana. Y para ayudar a muchas personas, especialmente a los jóvenes, a adentrarse por este mundo tan rico y lleno de posibilidades. Hoy en día hay mucha gente dispuesta a vivir experiencias de cooperación, voluntariados, celebración y encuentro. Sin embargo esas mismas personas  aún se mantienen a una distancia prudencial cuando se les habla de rezar. Como que asustara el silencio. Parece demasiado antiguo o demasiado complejo. La realidad es que hay todo un mundo por dentro que necesita resonar, latir, vibrar en nosotros… Para ayudarnos a asomarnos a Dios y su palabra, a conocernos a nosotros mismos y a comprender mejor el mundo en el que nos toca vivir.
El encuentro de una palabra de siempre con un nuevo lenguaje; el recurso a las nuevas tecnologías, a los nuevos ámbitos de comunicación, es imprescindible. Merece la pena explorar posibilidades.  Algunas propuestas cuajarán, se consolidarán, y otras se perderán en el limbo de los buenos intentos. Y, con todo, hay que intentarlo. Con todas las fuerzas y ganas. Porque tenemos una buena noticia que compartir.
Lo bueno de todo esto es que aquí todos somos arte y parte. Todos podemos colaborar para dar a conocer una iniciativa así. Todos conocemos a gente a quien, quizás, esta propuesta de oración desde Internet, pueda ayudar. En las parroquias y colegios. En nuestros grupos de catequesis. En la familia. Entre nuestros amigos. Por eso, este artículo termina con tarea: a partir del 9 de marzo, lleva la oración contigo. Y, si puedes, házsela llegar también a otros. Muchas gracias.
 

                                                                   José María Rodríguez Olaizola, sj