SALMO DE LOS AMIGOS (¡pero de los de verdad!)

1 julio 2010

Lectura orante del texto bíblico:

El paralítico de Cafarnaúm (Mc 2,1-5)

Señor, hoy vengo a tu presencia,
y lo hago con una pregunta que me asusta,
me incomoda, tambalea los cimientos de mi corazón…
Señor, ¿quedan amigos de verdad?
 
¡Qué gozada, Señor!
Paso las páginas de los evangelios y compruebo que sí…
Amigos que trabajan en equipo,
porque saben que la camilla del dolor, de la enfermedad, del fracaso,
pero también de la esperanza, de la fraternidad…
¡de la Amistad en mayúsculas!
se lleva mejor entre dos, entre tres, entre… muchos.
 
¡Que maravilla, Señor!
Amigos que arriman el hombro y el corazón,
que pasan por tantos estanques de Betesda que,
desgraciadamente, existen aún en nuestro mundo,
y agarran al hermano en volandas y, juntos,
emprenden el camino de la curación del cuerpo y del alma.
 
¡Y cuánta fe, Señor!
Amigos que no se detienen ante nada
cuando la vida de una persona está en juego.
Amigos que levantan tejados, que abren boquetes…
Que superan las dificultades porque… ahora viene el milagro:
están convencidos de que Tú les esperas.
 
Señor, hoy te pido por ellos,
por los amigos de clase y por los del botellón,
por los del trabajo y por los del barrio,
por los de la catequesis y por los del pueblo…
Por todos y cada uno de ellos:
Para que trabajemos en equipo, seamos solidarios y creamos
descaradamente, machaconamente, alocadamente
en la utopía, en un mundo mejor…
 
Y entonces sí,
entonces, Señor, podremos repetir contigo,
sin que se nos endulce la boca, mas sí el corazón,
que no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

José María Escudero

 
 

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