Señor , bendice mis manos
para que sean delicadas
y sepan tomar
sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular
y tenga la fuerza de bendecir y consolar.
Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad
y no olviden nunca
lo que a nadie deslumbra;
que vean detrás de la superficie
para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.
Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu Voz
y perciban muy claramente
el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos
al ruido inútil y la palabrería,
pero no a las voces que llaman
y piden que las oigan y comprendan
aunque turben mi comodidad.
Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo de tu Espíritu
y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría
con un gran amor.
Dios mío, que puedas disponer de mí
con todo lo que soy, con todo lo que tengo.
SABINE NAEGELI
Comentario
Pedimos a Dios que nos bendiga a nosotros, para que nosotros mismos podamos ser instrumentos de bendición. Bendecir es una actitud profunda, que va más allá de nuestros sentidos. Es toda nuestra persona la que es bendecida por Dios, y, a través de nosotros, se prolonga su amor hacia los demás. En esta oración, bendecir significa desear y querer el bien para todos. Que nuestras manos bendigan y consuelen; que nuestra mirada haga felices a los demás; que nuestros oídos estén atentos a la voz de Dios y al grito de los que sufren; que nuestras palabras alivien. Pedimos a Dios que disponga de nosotros y amemos a todos generosamente y sin condiciones.
¡En el bufet del Señor!
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