¿Sensibilidad domesticada?

1 octubre 2000

LA OPORTUNIDAD DEL DÓMUND

 
Estos sencillos materiales persiguen un doble objetivo: por un lado y al hilo del DÓMUND, revisar nuestra sensibilidad —particularmente ante el sufrimiento y la injusticia que puebla la vida de los seres humanos—; por otro, resituar el significado del mismo Dómund —más en dirección de la lucha por la justicia que una simple referencia «misiones y misioneros»—. Dos narraciones, cuyos autores son José Real (El invento del siglo) y Esteban Díaz Merchán (La nube domesticada), constituyen el núcleo para alcanzar ambos objetivos.
 
 

  1. «He venido a sanar…»

 
Jesús no se queda de manos cruzadas ante la injusticia y el sufrimiento humano. Su Buena Noticia del Reino no se queda en palabras sino que se manifiesta también en los hechos. Ha venido a salvar al hombre de todo lo que le atormenta. Es la compasión la que le mueve a actuar. Pero para ser salvados, hace falta ser conscientes tanto del propio dolor y enfermedad como del dolor, la injusticia, la pobreza… que rodea la vida de los demás seres humanos, sobre todo de cuantos habitan en los países más pobres —«tierras de misión», decimos, la mayoría de ellos; aunque seamos nosotros los que debamos convertirnos y ellos quienes nos convertiran si nos dejamos afectar por el sufrimiento que padecen—.
 
El invento del siglo
 
«Un médico, intentando mejorar la máquina de Rayos «X», descubrió por casualidad un nuevo tipo de rayos, los Rayos «Y». Lo sorprendente de estos rayos era que, en lugar de ver en la radiografía los huesos, los pulmones, los riñones o el hígado, lo que se veía era la bondad o maldad que había en la cabeza, el amor o el egoísmo que tenía el corazón, la sinceridad de la lengua, la paz que se respiraba en los pulmones, la generosidad que contagiaban las manos, la solidaridad de la sangre, el rencor del estómago, etc.
Acababa de descubrir el invento del siglo. Algo revolucionario. Si con los Rayos «X» se podía detectar y curar las enfermedades físicas, ahora, con los Rayos «Y», se podría detectar y curar la maldad que había en el interior de las personas. Cuando dio a conocer al mundo entero su invento, todos quedaron asombrados ante tal descubrimiento. Fueron muchos los premios que se le otorgaron.
 
Pero cuando instaló la máquina de Rayos «Y» en el primer hospital, nadie quiso acudir allí para hacerse una revisión. Pasó el tiempo y sólo unos pocos fueron a curarse. Casi nadie se reconocía enfermo de maldad, de egoísmo, de mentira, de odio, etc. Todos pensaban que eran los demás los que estaban enfermos. El médico se sorprendió de que fueran tan pocos los que se sintieran enfermos y necesitados de ser curados. Quizá fuera porque este tipo de enfermedades no causaban dolor  ni molestias en uno mismo sino que eran los demás los que sufrían las consecuencias.
Este invento tuvo poco éxito. No era fácil encontrar pacientes que quisieran ser curados. Al final, el médico no tuvo más remedio que inventar una nueva máquina: la máquina de Rayos «Z». Con ella podría curar el profundo dolor que causaban continuamente en las personas, aquellos que no se reconocían enfermos de egoísmo y de maldad. Curiosamente esta máquina tuvo un gran éxito. Nunca se le acabaron los pacientes. Siempre había largas colas de personas esperando ser curadas».

JOSÉ REAL

 
Propuestas de trabajo
 
“Anunciaba la buena noticia del Reino y curaba las enfermedades y dolencias de la gente. Su fama llegó a toda Siria; le trajeron todos los que se sentían mal, aquejados de enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y Jesús los curaba.”  (Mt 4, 23-24)
 
 
Dinámica
 
El animador pondrá una cartulina encima de la mesa y pedirá a los jóvenes que vayan escribiendo en ella, por turno, diversas manifestaciones de la maldad que puede haber en el interior de las personas, por ejemplo: egoísmo, racismo, violencia, odio,… Acabado esto se leerá todo lo escrito, después el animador les dirá que van a hacer de médicos. Les entregará una hoja por cada dos o tres jóvenes en la que estará dibujado el cuerpo humano de cintura para arriba. Esta hoja simbolizará una radiografía. El trabajo que tendrán que hacer en ella será el de situar simbólicamente esas enfermedades que antes han escrito, en los diferentes órganos del cuerpo humano y decir porqué allí. Luego cada equipo médico pondrá en común su trabajo.
 
Terminada la puesta en común, el animador pedirá a cada equipo médico que, por detrás de la hoja, escriba un tratamiento posible para curar a un enfermo que presentara todo ese cuadro clínico. En este tratamiento se podrá jugar con el simbolismo, por ejemplo hacer transfusión de sangre solidaria, etc.
 
Preguntas para el diálogo
 

  1. ¿Qué hace sufrir más a las personas, los males físicos o los males causados por el hombre? ¿Por qué? ¿Cuáles tienen más fácil solución?
  2. ¿Por qué crees que cuesta tanto reconocer el mal que uno lleva dentro y que provoca en los demás?
  3. Recordando algún momento difícil de tu vida, ¿qué hubieras necesitado de los demás para aliviarte o superarlo mejor?
  4. ¿Qué piensas del poder de la Fe? ¿Te ha ayudado en algún momento complicado de tu vida?
  5. Refiriéndonos a males causados por el hombre, ¿te ha curado alguna vez alguien? ¿Y tú has curado o aliviado a alguien?

 
 
 
 
 
Hola amigos Soy Juan Carlos Montenegro B. Un voluntario Ecuatoriano, ¡Sí aquí mismo en la mitad del mundo!, en Sur América hacia las costas del Océano Pacifico.
Tengo 24 años, soy Ingeniero Comercial y vengo trabajando como misionero desde hace 6 años, un año en una misión llamada Wasak’entsa en la selva ecuatoriana con los «Achuaras» (parientes de los Aucas) y los cinco años restantes esporádicamente, solo en vacaciones de la universidad.
Me considero un joven normal que sufre los mismo problemas de la actualidad, pero con una diferencia el querer servir a Dios como Cristo sirvió al mundo.
Hoy en la mañana me preguntaba al leer la revista, ¿qué pensarán los jóvenes de habla Hispana con respecto a ser misioneros?, ¿Tendrán los mismos conflictos que yo?, ¿Será que es diferente la forma de pensar?
Todas estas preguntas me motivaron a escribir este articulo y de esta manera ver la posibilidad de intercambiar experiencias que nos ayudarán a conocernos mejor los jóvenes misioneros en este mundo globalizado y quien sabe formar el perfil del joven misionero a nivel mundial
Después de este prefacio les quiero contar en pocas palabras cual es mi misión actualmente:
Mi trabajo se desenvuelve en los suburbios de Guayaquil, es la segunda ciudad mas grande de mi país, pero debido a los problemas políticos económicos que atravesamos existen muchas personas marginadas a la pobreza, he aquí en donde los Salesianos trabajamos.
El Colegio Domingo Savio, de la comunidad Salesiana, a esta asisten personas de recursos económicos escasos, para poder recibir instrucción básica y aprender profesiones como mecánica industrial, Electricidad y algunos oficios para las mujeres (peluquería, corte y confección entre otras).
Mi trabajo es de todo un poco (14 necesidades, 7 oficios), dicto clases, trabajo en el taller de mecánica industrial, asisto a los niños y jóvenes en los patios, acompaño en la comunidad a un sacerdote anciano, y en fin todo lo que sea necesario hacer, barrer, lavar, cocinar, etc.
Creo yo que un voluntario debe estar dispuesto a realizar cosas que capaz nunca las hizo en su casa, tan sencillas como barrer o tan difíciles como mediar un conflicto entre dos jóvenes.
Tomando en cuenta que el próximo año es el año del voluntario, debemos estar unidos, y de esta manera intercambiar anécdotas que ayudaran probablemente a nuestra formación como misioneros, propongo ser amigos vía Internet, y escribirnos cada vez que podamos o que en nuestra vida pase algo anecdótico y queramos compartirlo con mas personas que tienen la misma visión de futuro.
Las personas que estén interesadas escríbanme al mail: kawarim5@hotmail.com yo les enviare mis anécdotas y realizaremos un intercambio anecdótico del Voluntario Salesiano.