Sensibilidades sobre la PJ que han aflorado en el FORUMPJ.

1 marzo 2009

Jesús Rojano es teólogo y pastoralista. Pertenece al Consejo de Redacción de MISIÓN JOVEN.

SÍNTESIS DEL ARTÍCULO
El artículo intenta responder a la cuestión propuesta en el título, es decir, presentar las sensibilidades aparecidas en el reciente Fórum sobre PJ. Analiza, en primer lugar la sensibilidad que aparece en la misma celebración del acontecimiento, subrayando especialmente las convergencias y los logros de los últimos años. En la segunda parte se refiere al proceso de reflexión pastoral que acompañó la preparación (Prefórum) y a lo que ha seguido al acontecimiento (Postfórum). La aportación se concentra en la presentación de las 10 palabras sobre pastoral juvenil que recoge el libro conmemorativo del Fórum.
 
Del 7 al 9 de noviembre de 2008 se celebró en Madrid el Forum de Pastoral con Jóvenes. En otro artículo de esta revista se puede encontrar una crónica detallada de este acontecimiento. Aquí queremos intentar responder a la cuestión de fondo expresada en el título del presente texto: ¿qué sensibilidades sobre la Pastoral Juvenil, nuevas y no tan nuevas, han aflorado y se han afianzado en el Fórum? Desde la primera convocatoria, y en los primeros resúmenes apresurados posteriores al 9 de noviembre, se ha presentado con acierto la intención esencial del Fórum: dar pasos para encontrar y elaborar una nueva forma de trabajar con jóvenes en la Iglesia, basada en la comunión y la creación de redes.
Ahora bien, ¿podemos concretar algo más? Ahora que han pasado unas semanas y lo vivido en el Fórum se va asentando y posando, ¿qué ideas de fondo han quedado de él? ¿Cómo hacer para que los árboles nos dejen ver el bosque? Desde la experiencia de haber formado parte casi desde el principio de la comisión de contenidos del Fórum, el que esto escribe cree que hay que distinguir precisamente los árboles, es decir, los tres días de celebración delFórum, del bosque, que no es otro que la dinámica que lo puso en marcha, llamada Prefórum por sus impulsores, y que continúa con serenidad y calma después: el Postfórum. Vamos a dividir nuestro artículo justamente en esos dos apartados. Nos gustaría dejar claro que, más allá de las anécdotas y algunas polémicas, lo segundo, Pre y Postfórum, es mucho más importante de cara al tema que nos ocupa.
 

  1. Durante la celebración del Fórum

 
Somos conscientes de que muchos, incluidos bastantes de los 2000 participantes, se han quedado con las vivencias y anécdotas de esos tres días. Es lógico. Somos seres encarnados, históricos, y lo que sucede nos va marcando y va forjando nuestra percepción de cualquier acontecimiento. En mi opinión, hay unos cuantos elementos que sirven de exponente de la sensibilidad común que ha aflorado durante la celebración del Fórum sobre el presente y futuro de la pastoral con jóvenes en España. Vamos a irlos enumerando y comentando brevemente.
 

  • Se ha hecho, y se hace, mucho y muy bien

Desde hace ya bastantes años, parece que “toca” poner una especie de rictus de amargura cada vez que en la Iglesia española se habla de pastoral juvenil, como si casi todos diéramos por supuesto que se trata de una guerra ya perdida de antemano. La tarde del viernes 7 de noviembre sirvió para repasar a grandes trazos los últimos 50 años de pastoral juvenil en España. Y más allá de que los acentos de los ponentes se desviaran hacia un lado u otro, comprobamos que durante estas décadas se ha trabajado mucho y bien. A la vista de lo realizado, podemos, y yo creo que objetivamente debemos, parafrasear la famosa cita de Churchill sobre la democracia y mantener que la pastoral juvenil española es la organización social que menos jóvenes ha reunido y acertadamente educado… si exceptuamos todas las demás. Con no muchos medios se han llevado a cabo acciones puntuales o continuadas verdaderamente admirables, y en varias ocasiones se ha sabido cambiar el paso y adaptarse satisfactoriamente a cambios y retos formidables.
En los tres días del Fórum vimos que en la Iglesia hay muchas iniciativas de pastoral con jóvenes: fábricas de ideas, juegos para niños y adolescentes, pastoral visual, talleres de discernimiento, expresión artística, estilos diversos de oración y espiritualidad, compromisos sociales exigentes, raps cristianos… infinidad de propuestas (y, como alguien ha hecho notar, cierta sobredosis depower point). Se trata de una riqueza indudable que, sin caer en el triunfalismo, hay que saber valorar en toda su medida. Mientras hay vida hay esperanza, y hay aún mucha vida.
 

  • Los nuevos lenguajes empiezan a ser una realidad

Llevamos años reclamando nuevos lenguajes en pastoral juvenil, más cercanos a los jóvenes. La celebración del Fórum sirvió para constatar que se están dando pasos. A veces a tientas, con ciertas incoherencias, pero se están experimentando y se están abriendo caminos nuevos. Bastaba tener los ojos y oídos atentos durante las experiencias mostradas el sábado para comprobarlo. Hay que cribar, pulir, perfeccionar, de acuerdo; pero se ha empezado a caminar, y podemos y debemos aprender unos de otros.
 

  • El deseo de “caminar por las alturas” en la pastoral con jóvenes

Puede haber desacuerdo en los métodos y acciones concretas, pero hemos constatado que el deseo de la inmensa mayoría de los agentes de pastoral juvenil es hacer las cosas bien. No de cualquier manera y por salvar las apariencias, sino lo mejor posible. Creemos que hay un acuerdo básico con estas palabras de uno de los obispos presentes en el evento, José Ignacio Munilla: “Por fidelidad al proyecto de Dios y por amor a los jóvenes, no nos vamos a conformar con una Pastoral Juvenil de mínimos, sino que hacemos nuestro el ideal de la Inmaculada, recogido de alguna forma en el lema elegido para elFórum: Caminar por las alturas (Ha 3,19)”. Es importante dejar constancia de este deseo y del acierto del lema. Ese deseo de volar alto, mucho y bien, nos recuerda uno de los textos punteros y más utilizados de una cierta época de la pastoral juvenil, aquella famosa parábola titulada Juan Salvador Gaviota. No conformarse con medianías o con la mediocridad es una buena noticia para el futuro de la pastoral juvenil. Ahora ha que darle formas y cauces.
 

  • Escuchar y dar la palabra a los jóvenes

Una de las convicciones principales del Fórum es que hay que escuchar más a los jóvenes, sus preguntas e inquietudes. Estamos convencidos de que la famosa frase de San Agustín, “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”, es de plena aplicación en pastoral juvenil. Así, la pastoral con jóvenes no debe ser una especie de “despotismo pastoral ilustrado”: todo para los jóvenes pero sin los jóvenes. No. Han de ser protagonistas y no sólo destinatarios. Lógicamente, en un momento cultural en que “no hay juventud sino jóvenes”, esta escucha puede tener interferencias y disonancias, pero es irrenunciable. Algo de esto experimentamos en la realización concreta del Fórum. ¿A qué jóvenes escuchar? ¿Qué intervenciones son básicas y cuáles anecdóticas? ¿Escuchar a mayorías silenciosas o a minorías significativas? ¿Quién es y quién no significativo…? Los seguidores del Jesús de Nazaret que escuchó a las personas una a una (a la samaritana, y a los discípulos de Emaús, y a Nicodemo, y a Zaqueo, y a María Magdalena, y cada discípulo…) debemos escuchar cada vez más y mejor a cada joven, poner buena cara ante las disonancias, que las habrá, y saber leer entre líneas.
 

  • Saber escucharNOS: las diversas melodías para la misma letra o la imprescindible comunión

No se trata sólo de escuchar y dar la palabra a los jóvenes. Este Fórumreunió por primera vez a grupos de Iglesia que desde hace años han hecho pastoral juvenil cada uno por su cuenta. Hemos sacado la conclusión de que hemos empezado a escucharnos, pero también que en este campo está casi todo por hacer. Como puso de evidencia el recorrido musical de Migueli, ha habido músicas y melodías muy diversas. Pero la letra, en sus rasgos básicos, es la misma. Es muy importante que el primer paso no sea el último. Algunos, los menos, lo desearían. Pero es una tentación que hay que vencer. Si algo hemos aprendido de la lectura del libro del Éxodo es que los grupos dispersos son no-pueblo. Y eso no agrada al único Dios y Padre de todos. Por eso “tenemos que creer –en palabras de Monseñor Munilla con las que coincidimos los que participamos en el Fórum– que es posible la comunión entre nosotros. La Iglesia es muy rica en carismas, pero a veces eso conlleva dificultades de comunión. Tenemos que demostrar que la Iglesia carismática y la Iglesia ministerial no son dos cosas distintas, sino dos rostros de la misma Iglesia que no se contraponen”.
Se ha empezado un camino, pero hay que avanzar en la convicción de que “la Iglesia es apostólica y carismática. Es clave conocer y amar todos los carismas en particular, y no sólo en general, porque, si no, nos encontramos con hermanos de la Iglesia y torcemos el gesto porque no los conocemos ni los amamos […]. La Iglesia se compone de personas y hemos de amar a quien nos ha puesto el Señor al lado, aunque no nos caiga del todo bien”. Los primeros tropezones al comenzar a recorrer un nuevo camino sólo demuestran su dificultad, nunca su imposibilidad. Hay dificultades, sí. Pero ya lo sabíamos. También ganas de vencerlas y construir juntos. Especialmente en este terreno es decisivo que los árboles no nos impidan ver el bosque. A lo mejor deberíamos dedicar más horas a releer juntos el capítulo 2 de la carta a los Gálatas y el capítulo 15 de los Hechos de los Apóstoles, para ver cómo resolvieron Pedro y Pablo y sus seguidores los primeros problemas serios de comunión que surgieron en la única Iglesia. Podríamos aprender mucho. ¿Cómo podemos traducir y llevar a la práctica hoy entre todos aquello de “hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que las indispensables” (Hch 15,28)?
 

  • Cuantas más luces mejor

En el Fórum llamaron la atención algunos testimonios, como el de monseñorFrançois Lapierre, obispo de Saint Hyancinthe, Québec (Canadá), que habló con un lenguaje cercano y se atrevió a tocar el piano en directo. Aportó que “trabajar con los jóvenes es ver la realidad”, pero “también el futuro: ver en ellos futuros santos”. No se trata de comparar y elegir entre su testimonio y los de otros agentes de pastoral. Todos valen. La convicción de que en pastoral juvenil hay que sumar luces y enfoques (¡cuantos más mejor!) es una convicción que emerge de una reflexión serena y reposada de lo acontecido en el Fórum. Cuantas más vías de acceso se ofrezcan para subir esta montaña, más posibilidades habrá de alcanzar la cumbre. No un camino, sino muchos, hacia una única cumbre, que es –esa sí única- la vida en Jesucristo.
En esa misma línea, fue un acierto metodológico la gran diversidad de propuestas del sábado, ofrecer no dos sino muchas alternativas, poder ir a varias salas, partir de diversos inicios de camino… De todos se puede aprender. Empezar a darse cuenta de que no sólo vale lo mío.
 

  • Necesidad de distinguir entre lo importante y lo secundario

Se ha abierto paso en la mayoría un deseo de establecer acuerdos sobre lo esencial en pastoral juvenil, de no perder tanto tiempo en las escaramuzas intermedias. Se trata de aplicar a la pastoral con jóvenes el famoso dicho hindú: “Cuando el dedo señala a la luna, el necio se fija en el dedo”. Lo podemos traducir con otra frase de las pronunciadas a propósito del Fórum: “Sería un error pensar que la Pastoral juvenil es cuestión de métodos, cuando lo principal es estar más enamorados de Jesucristo y de la Iglesia”.
 

  • Hora de saber hacer balances con imparcialidad

En el Fórum hubo muchas intervenciones. Algunas de ellas intentaban quizá arrimar el ascua a la propia sardina. Señal de que hay que seguir practicando y aprendiendo a comunicar sin prejuicios. Por eso dieron especial luz intervenciones como la del salesiano Álvaro Ginel, que habló de la aportación de la pastoral con jóvenes a la liturgia desde la renovación del concilio Vaticano II hasta hoy, haciendo una reflexión de fondo en la que señaló aciertos, pero también errores que se han cometido durante estos años. Al final de su intervención, abría una puerta al futuro insistiendo en la importancia de recuperar un equilibrio celebrativo, devolviendo el protagonismo a la Palabra de Dios en la liturgia e integrando a los jóvenes en la celebración comunitaria. Reconocer los aciertos y los fallos propios, hacer sana autocrítica, no partir de culpabilizar al resto del mundo, son los modos de reflexión sobre pastoral juvenil que tienen un futuro positivo. El tiempo lo irá mostrando.
 

  • Voluntariado y Pastoral Juvenil

La misma realización del Fórum hubiera sido imposible sin el trabajo de unos cuantos jóvenes voluntarios que trabajaron a destajo los días inmediatos alFórum y durante su celebración, muchos de ellos incorporados y buscados, quizá más bien “suplicados” a última hora. Este hecho nos remite a un fenómeno más continuado y constante. La presencia del voluntariado es una de las claves decisivas en todos estos años de Pastoral Juvenil. Y así debe seguir siendo. La profesionalización de la pastoral con jóvenes puede ser una ayuda en ciertas gestiones técnicas, pero nunca debe sustituir el papel prioritario del voluntariado en la pastoral con jóvenes. La frase del evangelio “lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis” es de plena aplicación aquí. La profesionalización no es una respuesta a las crisis o vaivenes de la pastoral con jóvenes. Se perdería mucho más de lo que se ganaría. El que esto escribe está seguro de que, también en este caso, el tiempo lo irá demostrando.
 

  1. Prefórum y Postfórum

 
Con todo, nos gustaría dejar claro al lector que las ideas decisivas que nos muestran la sensibilidad de cara a la pastoral juvenil que ha aflorado en elFórum no son las anteriores, sino las que han ido delineándose en el año y medio de preparación del Fórum, en la fase que los organizadores, en número superior al centenar, denominaron Prefórum. Y son más decisivas porque estuvieron mucho más pensadas y elaboradas, a lo largo de muchas reuniones con personas de sensibilidades eclesiales diversas. Por eso, quien quiera formarse una idea amplia de la sensibilidad que ha surgido en el Fórum de pastoral con jóvenes debería fijarse, sobre todo, en el libro 10 palabras clave sobre Pastoral con Jóvenes[1]. Las diez palabras ahí desarrolladas fueron elegidas entre otras muchas (unas 40) en varias reuniones muy densas, en las que participaron delegados diocesanos de pastoral con jóvenes, religiosos y religiosas, hombres y mujeres laicos, personas casadas y con hijos, agentes de pastoral jóvenes y otros con larga experiencia… todos ellos implicados en la pastoral directa con jóvenes. La misma redacción de las diez palabras ha sido llevada a cabo (por cierto, de modo voluntario y gratuito) por 31 personas de muy diversas procedencias.
Repasaremos brevemente esas palabras para describir la sensibilidad pastoral que hay detrás de ellas. Queremos aclarar que el modo de presentarlas es responsabilidad del que esto escribe, y que lo que aquí presentamos no es un resumen de dicho libro, sino lo que a mí me sugiere esa lista, que fue muy consensuada. Su valor es que resume las intuiciones básicas de un grupo muy selecto de personas implicadas en la pastoral juvenil actual.
 

  • Interioridad

De unos diez años para acá se ha venido abriendo paso entre los agentes de pastoral juvenil la idea de que el trabajo de personalización, deautoconocimiento, de iniciación en la oración personal, es decisivo para que siga habiendo iniciación cristiana de jóvenes. En un ambiente en que la fe no se da a por supuesta, y en que incluso al subir a un autobús se va a recibir una invitación a no creer en Dios, la famosa profecía de Rahner ha de estar en el centro de la preocupación de toda pastoral juvenil: “El cristiano del siglo XXI ha de ser un místico, una persona que ha experimentado aquello de lo que habla, o no será cristiano”. Hoy no es suficiente confiar sólo al ambiente o al grupo esa personalización de la vivencia y experiencia de Dios.
 

  • Futuro

Al final de la Eucaristía de clausura del Fórum, el obispo que presidía, José Ignacio Munilla, invitó a cambiar la F de Fórum por la F de futuro. Una de las líneas de reflexión más presentes durante la preparación del Fórum ha sido precisamente esa: considerar que la pastoral juvenil tiene aún mucho más futuro que pasado, y que debemos intuir las ideas-clave para ir anticipando y forjando ese futuro. Dedicar energías a delinear y pensar juntos ese futuro es tarea clave del llamado Postfórum. Dentro de ese futuro inmediato se habló de la Jornada Mundial de la Juventud en 2011 en Madrid. Debemos ver que tanto dicha Jornada como el Fórum, son sólo importantes metas volantes para preparar el futuro de la pastoral juvenil, y que lo mejor está más adelante.
 

  • Comunidad

La experiencia común es que sólo las acciones de pastoral con jóvenes que han logrado crear tejidos comunitarios acogedores y comprometidos han sobrevivido a las acciones individuales carismáticas. Esa necesidad de trabajar en comunidad se ha reforzado durante el Fórum. Las pequeñas y grandes comunidades son el rostro concreto de la comunión, seguramente la palabra más empleada en el Prefórum y en el Fórum. La desembocadura de los grupos juveniles en una comunidad cristiana más amplia sigue siendo la gran cuestión que hay que reflexionar y encauzar en los próximos años. Ya vamos contando con alguna experiencias satisfactorias, que pueden servir como modelos, normalmente provisionales y mejorables.
 

  • Procesos

Otra convicción común a casi todas las personas que han ido reflexionando estos meses es el cansancio y una cierta alergia a los grandes itinerarios de catequesis para adolescentes y jóvenes que tanto éxito tuvieron en los años 70 y 80. Los jóvenes de hoy son distintos, y se cansan antes de los itinerarios rígidos. Hoy se nos exige una mayor “cintura pastoral” para saber flexibilizar dichos itinerarios, fijándose sobre todo en los procesos personales y comunitarios de iniciación a la fe. Esto exige no menos, sino mucha más formación a los agentes de pastoral con jóvenes, para saber suscitar y proponer las experiencias básicas de iniciación cristiana de modo sólo aparentemente más improvisado. Hay conocidas reflexiones del magisterio eclesial reciente que apuntan por ese camino[2].
 
Centralidad de Jesús
En los momentos de las mayores crisis históricas, los cristianos siempre se han vuelto hacia lo esencial, hacia Jesucristo. Los grandes santos que han marcado los hitos de la espiritualidad cristiana, como Pablo, Francisco de Asís o Ignacio de Loyola, han sido, nada casualmente, muy cristocéntricos. El Papa Benedicto XVI suele repetir una acertada frase de su primera carta: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”[3]. Esa convicción de que es necesario centrar más nuestra pastoral juvenil en la transmisión de la vida y obra de Jesús a los jóvenes de hoy ha quedado muy afianzada en el proceso de reflexión del Fórum. Es cierto que hay que buscar nuevos métodos y lenguajes, pero sin perder de vista nunca lo esencial. También es verdad que los diversos grupos y mentalidades eclesiales tenemos que aclarar y contrastar las diversas lecturas legítimas de la única cristología cristiana. ¿Cómo no recordar aquí a san Agustín y su famosa frase recogida en el Concilio Vaticano II, U.R. 4: “En lo dudoso libertad, en lo necesario unidad, y caridad en todo”?
 
Identidad
La pastoral juvenil no puede vivir ajena al proceso de personalización y de elaboración de la propia identidad que ocupa y preocupa a los jóvenes actuales. El ambiente social y cultural no pone nada fácil dicho proceso, que queda sembrado de dudas y de atajos cómodos pero inauténticos. La identidad cristiana no se labra aparte, sino en medio de esos procesos complicados. No hay dos historias paralelas, la de la formación de la identidad juvenil humana y la cristiana, sino que se trata de una sola. Esta es otra de las convicciones comunes a la pastoral juvenil actual. Una consecuencia de dicha convicción es la necesidad de acompañar esos procesos que llevan (o no) a la configuración de la identidad juvenil madura y lograda.
 
Solidaridad
Desde hace años la pastoral juvenil cuida y promueve la acción social de los jóvenes cristianos voluntarios, porque la considera como uno de los caminos privilegiados de acceso a la vida cristiana. Insistía mucho en ello el cardenalMartini en un libro reciente en que habla mucho de los jóvenes cristianos que él ha tratado en Milán y otros lugares[4]. Sin embargo, también es cierto que hay preocupación por llenar de contenido y profundidad dicha acción solidaria, para que no sea una moda pasajera o algo que queda bien, pero no echa raíces en la personalidad del joven. Por otro lado, hay que recordar que el compromiso social cristiano no es una simple tarea más entre otras, sino una de las cuatro dimensiones eclesiales básicas que debe estar presente en la iniciación cristiana:diakonía, koinonía, liturgia y kerigma.
 
Corporalidad
Una preocupación central de la reflexión que ha ido generando la dinámica del Fórum es la conexión con los lenguajes juveniles. En el mismo Fórumsalieron a relucir algunos de ellos: teatro, danza, bailes, música, expresión corporal, comunicación con nuevas tecnologías… Conectar con dichos lenguajes y conseguir a la vez que den de sí todo lo que se pueda en expresividad y profundidad es una meta y un reto para la pastoral con jóvenes actual y futura. También entra aquí la necesidad de ofrecer cauces para una educación positiva y madura de la sexualidad. Todos sabemos que en estos campos se juega la conexión con los jóvenes, y que no caben falsas soluciones a los problemas planteados. Especialmente en este campo estamos llamados a invitar a “caminar por las alturas” y establecer cauces de diálogo constructivo.
 
Red
Uno de los nombres modernos de la comunión es éste del trabajo en red. Quizá la mayor prueba de que se puede trabajar cristianamente en red ha sido la puesta en marcha del Fórum y constatar el gran número de personas que han ido colaborando en su proceso. De hecho, personas, grupos, movimientos y comunidades que nunca habían trabajado juntas lo han ido logrando durante los meses del Prefórum. Apenas se ha abierto una puerta; ojalá no se cierre y se puedan abrir más puertas y ventanas para trabajar en red en la pastoral juvenil en España.
 
Acompañamiento
En cierto modo acabamos donde empezamos, pero sabiendo mucho más. El necesario complemento del proceso de interiorización y personalización de la fe es el acompañamiento espiritual, mucho más en tiempo de itinerarios grupales delicados, discontinuos y frágiles. Quizá una de las mayores inversiones para el futuro de la pastoral juvenil es que surjan acompañantes (hombres, mujeres, sacerdotes, laicos/as, religiosos/as, personas célibes y casadas…) de jóvenes. Deberán ser unos acompañantes que sepan de lo que hablan porque lo han vivido y lo viven. Que no sean dirigistas ni infantilicen a nadie. Además los jóvenes tienen una especial intuición para detectar autenticidad y su contrario en este importante campo.
 
Nos parecen que todos estos elementos resumen las principales líneas de pastoral juvenil que han ido emergiendo desde que comenzó a gestarse el Fórumhasta el momento actual, en pleno Postfórum. Quizá los lectores y participantes en el Fórum añadirían algunas más que aquí se nos han escapado. Lo importante es que el proceso de acción y reflexión siga ampliándose y llevándose a la práctica.

Jesús Rojano Martínez

 
[1] Cf. JOSÉ MARÍA BAUTISTA (Coord.), 10 palabras clave sobre pastoral con jóvenes, Estella, Verbo Divino, 2008.
[2] Cf. ASAMBLEA DE OBISPOS DEL QUEBEC, Proponer hoy la fe a los jóvenes. Una fuerza para vivir, en D. MARTÍNEZ – P. GONZÁLEZ – J.L SABORIDO (compiladores), Proponer la fe hoy. de lo heredado a lo propuesto, Santander, Sal Terrae, 2005, pp. 161-191.
[3] BENEDICTO XVI, Deus caritas est, nº 1.
[4] Cf. CARLO MARÍA MARTINI – GEORG SPORSCHILL, Coloquios nocturnos en Jerusalén, Madrid, San Pablo, 2008.