Educador, empieza el curso y el presi Dios te ha fichado para sacar adelante un gran proyecto. De ti depende que esta temporada tu grupo salga victorioso o, por el contrario, arrojéis la toalla apenas transcurra un tercio de la misma… ¡Toma nota de este decálogo para comenzar el curso!
1. Consulta con el Presi todas las mañana y antes de acostarte la estrategia a seguir. Háblale constantemente de tus chicos, de los que son ovacionados por su talento, por su buen hacer, pero sobre todo, de aquellos que aportan muy poco al grupo y son abucheados por su escasa profesionalidad.
2. La plantilla la forman todos tus chicos. Elimina de tu grupo el dichoso banquillo. Y si alguna vez lo utilizas, que sea en momentos breves y ocasionales, para que tus jóvenes puedan recapacitar, descansar y reponer fuerzas. Recuerda que es tarea tuya que todos se sientan protagonistas, titulares.
3. No olvides que tu pizarra es tu propia vida. Ah, y en “la Palabra del Presi” encontrarás un montón de jugadas que si las sigues al pie de la letra y del corazón, verás cómo contáis los partidos por victorias.
4. Mima a tu cuerpo técnico. Los otros educadores forman parte del grupo. Escúchales, consúltales, trabajad en equipo. Mucho del éxito dependerá de las decisiones consensuadas.
5. Cuida con esmero la enfermería. Hay chicos que vienen con lesiones importantes, otros sufren percances a mitad de temporada… No te olvides de ellos, que se sientan parte activa.
6. Celebra las victorias como el que más, y cuando lleguen las derrotas haz piña con tus chicos. Que sientan tu apoyo, tu fuerza y tu fidelidad.
7. En los entrenos de cada día se encuentra el secreto para llegar al partido, al examen, al final de curso con firmes garantías de victoria. Prepara cada entrenamiento con dedicación, con cariño, no dejes nada para la improvisación.
8. Haz muchos rondos, muchos ejercicios de toque, de equipo… Aunque tengas jugadores que por su valía puedan solventar un partido, enséñales a no ser individualistas, a jugar y a vivir en equipo, en grupo, en armonía.
9. Una temporada es muy larga; no designes la capitanía del equipo a un solo jugador. Que el brazalete lo vayan intercambiando. De esta manera todos se sentirán importantes, motivados, y considerarán muy suyo todo lo que afecta al grupo.
10. Háblales a todas las horas del Presi. Que le sientan como una persona cercana, amiga, que no va al palco únicamente en los momentos importantes, sino que está todos los días con ellos, que acude a todos los entrenamientos, que baja al vestuario y, sobre todo, que no les abandona cuando el árbitro señala el pitido final o cuando, por unas u otras circunstancias, fichan por otro grupo.
José María Escudero