Ser jóvenes en Europa «Cómo son los adolescentes y jóvenes»: resultados de la encuesta europea

1 julio 1998

Redacciones de las revistas «Primavera» y «Misión Joven»

 

ENCUESTA «SER JÓVENES EN EUROPA»

Recogemos aquí los resultados de la encuesta europea «Ser Jóvenes en Europa», pro­movida por la revista italiana «Primavera» y en cuya elaboración ha colaborado directamen­te Misión JovenSe trata de una encuesta que podemos colocar en la perspectiva de los «análisis sociológicos cualitativos». Las entrevistas escritas fueron contestadas por más de dos mil adolescentes y jóvenes europeos (14-18 años, sobre todo). Las muestras más signi­ficativas y susceptibles de una interpretación representativa del grupo corresponden a los adolescentes y jóvenes de Bélgica, Eslovaquia, España, Italia y Portugal.
Las respuestas españolas a la «encuesta» publicada por Misión Joven se acercaron al mi­llar. «Primavera», en la edición italiana de los resultados, destaca y agradece esta participa­ción de los adolescentes y jóvenes españoles. Añadimos también nuestro «gracias» más sin­cero, particularmente, a los centros educativos y personas particulares de Castilla y León (Burgos, León, Palencia, Salamanca); Castilla-La Mancha (Albacete, Ciudad Real); Cataluña (Barcelona); Galicia (Lugo, Pontevedra, Vigo); País Vasco (San Sebastián); La Rioja (Calaho­rra); Santander y Valencia.
 
 
 
 
 
 

FORMULARIO DE LA ENCUESTA: SÍNTESIS DE LAS CUESTIONES

  • Jóvenes y Familia: Composición de la familia, relaciones y problemas.
  • Jóvenes y Escuela: Valoración, problemas y futuro.
  • Jóvenes y Tiempo libre: Gustos, «fin de semana», problemas.
  • Jóvenes y Dios: Importancia de Dios en la vida de cada uno.
  • Jóvenes y Europa: Conocimiento de Europa, identidad y relaciones.
  • Jóvenes y Futuro: Esperanzas, sueños y miedos.

 
¿Qué significa ser jóvenes en Irlanda, en Grecia, en España, en Italia, en Portugal, en Francia, en los Países del Este? ¿Hay mil mo­dos de ser jóvenes o uno solo? Estas y otras preguntas nos ha sugerido la encuesta europea promovida por la revista italiana «Primavera», en la que colaboró directamente Misión Joven. Miles de hojas con respuestas provenientes de toda Europa junto con fotografías, poesías, co­mentados, dibujos, han sido recogidas. Con to­das ellas es posible construir un perfil de cómo son los adolescentes y jóvenes italianos, espa­ñoles, belgas, portugueses y eslovacos (grupos cuyas respuestas forman una «muestra signifi­cativa» como para permitir la composición de las imágenes que siguen a continuación).
 

1.1.Amigos y diversión

Pregunta a cualquier muchacho, de cual­quier país de Europa seguramente también del mundo qué le gusta hacer en el tiempo libre. No hay ninguna duda, la respuesta será siempre: ¡Es­tar con las amigos…! para salir, jugar, charlar, reír, bailar, tocar música, viajar, organizar fiestas. En fin, hacer un poco de todo, pero siempre juntos.
1.1. Tiempo libre y… «aburrimiento»
a peor enemigo del tiempo libre es… ¡el aburrimiento! Un coro unánime ha respondido
señalando ese culpable, esa conocida carco­ma de los domingos por la tarde que es el abu­rrimiento. Junto con él, aparecen una sede de presuntas causas y consecuencias: la tele, el ordenador, el ocio, la falta de ideas, la soledad, la pereza, la apatía, la monotonía y la lluvia.
Inmediatamente después, llega el segundo gran enemigo del tiempo libre, o sea, ¡el tiempo dedicado a la escuela! Aún más, los mucha­chos belgas lo ponen como el mayor culpable -dicen que la escuela es demasiado exigente-, seguida del mal tiempo y también de la falta de dinero. En España, en cambio, les preocupa mucho las amistades peligrosas y la droga. En todos los sitios se percibe gran miedo al taba­co y sobre todo al alcohol, excepto en Italia donde es poco considerado como un peligro real, aunque se tienen en cuenta los accidentes mortales que se producen el sábado por la tar­de. En fin y tras vueltas y vueltas, el verdadero obstáculo del tiempo libre, según resume Con­chita, es éste: Tengo poco tiempo libre.
 
1.2 ¡Amigos y fiesta!
Salir es la palabra mágica cuando se trata de divertirse. En este asunto realmente no hay fronteras ni diferencias, a excepción de las me­teorológicas. Por ejemplo, los muchachos bel­gas desearían estar más tiempo al aire libre, ¡si no fuera por la lluvia! Así sucede con frecuen­cia que, precisamente en Bélgica, se termine por pasar las tardes en la discoteca, en el cine o en el pub para beber cerveza -sólo los ma­yores-. No sólo eso, casi todos hacen deporte, sobre todo baloncesto y fútbol, perro también pimpón, voleibol y natación. La equitación tie­ne muchos adeptos, sobre todo chicas, que sueñan con tener un caballo suyo propio. A medida que se vive en zonas más soleadas, las diversiones cambian de forma, aunque lo fundamental es siempre la amistad. Así en Es­lovaquia, el domingo se hacen largos paseos por los bosques con amigos y familiares, acompañados de perros. Por su parte, en Ita­lia se dedican al clásico «tiempo de helados y amigos». Para los portugueses nada hay más bonito que estar con los amigos mirando el mar. Pero hace falta ir a España para sacar el verdadero jugo al tiempo libre. Cuando se le pregunta a Sonia qué le gusta hacer después de la escuela responde con un rotulador rojo y con grandes letras: ¡Divertirme y jugar!
 
Tous
Les pays dÉurope
Se valent
Et les cultures se complètent
 
Marjolaine
Hasta aquí la mayoría. Además, están los casos originales, los solitarios, los que hablan poco y los poetas. Aparecen distribuidos un poco por todos los países para demostrar, una vez más, que cada uno está hecho a su mane­ra, sin importar para nada su nacionalidad. Así para Serge (Bélgica) salir es, sobre todo, una fuga del clima familiar. Afirma: ¡Yo detesto que­darme con los míos! Al contrario, alguno res­ponde que pasa el domingo en familia, hasta con los abuelos a los que quiere mucho, o tra­bajando con su papá; ¡así se gana también al­guna propina! Otros colaboran en la vida de la parroquia o son scouts, o también leen o es­criben cartas o piensan. Mónica (Eslovaquia) trabaja haciendo punto. Erica de Turín intenta olvidar la existencia de los verbos griegos y se preocupa por los demás y por sí misma. Susa­na, española de 16 años, para ocupar su tiem­po libre del modo seguro se dedica a… ¡dormir!
 

  1. La escuela: «amiga y enemiga»

Hemos preguntado a los muchachos y muchachas de Europa cómo se encuentran en la escuela, qué piensan sobre ella. Si esperas respuestas con acusaciones o alabanzas, que­darás desilusionado. Ninguno lo admitiría abier­tamente, pero en el fondo, en el fondo, la chiqui­llada se encuentra en la escuela ¡como los rato­nes en el queso! Sara escribe: Tengo amigos, me divierto y aprendo. ¿Qué más se puede pedir?
 
2.1. La escuela: I love you!
Fijaos en qué tipo de definiciones de es­cuela nos han llegado. La escuela es: ¡mi amor! afirma Martina en plan bromista; fabu­losa para David y Noemí; «elefanfásica» para Antonella, excelente para Mónika, agradable para Vanessa, estupenda para Daniel, diferen­te para Pavla, original para Elisa, un castillopara Rubens, y además socrática para Lucía.
La escuela es una verdadera pasión para los muchachos europeos. ¿Es una generación de intelectuales? No hay que exagerar, es sólo cuestión de amigos. En la escuela nacen y cre­cen las mejores amistades: es una regla univer­sal de todo tiempo y lugar. Sí, la mayor parte de los muchachos europeos se encuentra bien en la propia escuela (cerca del 80%), gracias a los compañeros, y a pesar de los libros. Ciertamen­te, algunos se hacen los duros y se quejan. Di­cen que la escuela supone limitación, imposi­ción, fatiga. Para algún muchacho de Bélgica es además un peso, una prisión. Con él está de acuerdo Mariana, italiana, que la define como
una cárcel. Valentina, también italiana, habla de reglas inútiles, y Carla, de Portugal, se queja de que su escuela es demasiado competitiva y ob­sesiva. Todos piden más «espacio abierto», más excursiones, más diálogo, y profesores más comprensivos, más preparados, más interesan­tes, más simpáticos, ¡más todo! Sin embargo, siempre se escapa una palabra amable y se re­conoce: Existe una atmósfera serena, fresca; és­ta es la característica preferida por los mucha­chos belgas. A Marcela le agrada su escuela, porque allí tengo amigos. Marjolaine, 16 años, aprecia el hecho -de que todos son solidarios los unos con los otros. Y también: En la escuela me encuentro bien con mis compañeros. Me ayuda a formarme cultural y personalmente. Me gusta el ambiente. Aquí puedo ser yo misma. El mejor piropo se lo dedica Valentina: Aquí me encuen­tro como en mi propia casa.
 
2.2. Ansia de reformas
Hemos preguntado: «¿Qué desearíais cambiar en vuestra escuela?» Como en un concurso de delirios han brotado las ideas ge­niales de los reformistas. Las peticiones van desde una irresistible ansia de libertad, hasta la máquina automática para la merienda de Helena. En un punto medio hay estas peticio­nes: ¡Cambiad a los profesores!, dice Marcela. Hay propuestas como la de Margherita: ¡Su­primir las lecciones, alargar los recreos, co­menzar a las 10 y acabar a las 12! De modo más razonable, en Bélgica piden más deporte y más cultura, entendida ésta como teatro, música, viajes y debates. Los más sofistica­dos desearían un ambiente agradable, con instalaciones para tomar un refresco, música de fondo durante los recreos, salón de degus­tación y bar reservados para los alumnos de más edad. Desde España, «Samayoa» quiere suprimir las discusiones políticas en la escue­la. Existe además la reforma más solicitada en todos los sitios y que ha sintetizado Javi, 15 años, que pide alargar el recreo. Ylenia pun­tualiza: Una hora de intervalo y dos de recreo.
En todos los casos, se pide menos severi­dad y más libertad, y hasta alguien pide ¡anar­quía para pensar! Sólo un grupito insignifican­te pretende que haya una mayor disciplina en clase, castigos más severos y más autoridad.
 
2.2. «Hermanamientos»
¿Cuántas son las escuelas que mantie­nen intercambios o colaboraciones con es­cuelas de otros países?

Non facciamo fallíre i sogni

di tante donne e uomini d’Europa
 
Erica
Ésta es una de las preguntas más difíciles de la encuesta. Las escuelas europeas que tienen hermanamientos son muy pocas y, aun cuando existen programas comunes con otros institu­tos, no siempre las alumnas y alumnos los co­nocen. En esas iniciativas parece que sólo par­ticipan los altos dirigentes, y eso implica poco a los estudiantes. De todos modos, no siempre es así. Astrid está muy contenta del hermana­miento entre su escuela de Bélgica y la escue­la de Rusatira, en Ruanda. Estefanía dice que su escuela de Feltre (Italia), ha realizado inter­cambios con el Colegio Privado la Salle de Pringy Cedex (Francia). En general, los mucha­chos implicados en este tipo de iniciativas que­dan entusiasmados. ¿Qué ventajas supone?: más amigos, horizontes abiertos y además una ocasión para aprender una lengua extranjera.

  1. Europa «al espejo»

Que opinión tienen los muchachos eu­ropeos de su propia nación? ¿Son patriotas, críticos, cínicos, indiferentes? Se da un poco de todo. Para algunos todo es estupendo, y para otros todo está mal.            ‘
Sin embargo, desde que Portugal ha entra­do en la Unión Europea ha experimentado la tasa de crecimiento económico mayor de Eu­ropa. No está mal.
 
3.1. España y ¡olé…!
Para comenzar poniendo las cosas en su punto, Raúl escribe: ¡Todos somos toreros! Yo­landa aconseja a todos unas vacaciones en España, porque es un país con bastante fiesta por la noche, bonitas playas y sol. La propaganda continúa: Es un país tranquilo, variado y divertido. Y además, los habitantes son gente abierta y alegre. Otros hablan de las bellezas naturales, de la cultura, del mar. Uno presenta la receta de la verdadera paella, que es preparada al aire li­bre sobre una hoguera de leña. Alguno, sin em­bargo, se muestra preocupado por el terroris­mo, la corrupción política y el problema del tra­bajo. España tiene un paro entre el 18 y 22%, de los más altos de Europa. Pero los mucha­chos encuestados son actualmente estudian­tes, y el problema del trabajo les cae todavía le­jano. Es mejor seguir el consejo de Alba María: ¡Todos unidos por la «macarena»!
 
3.2. El océano de Portugal
Asomado al Atlántico y con un paisaje de lo más rico y variado, es fácil describir a Portu­gal. Todos los muchachos nos han hablado del mar: bello, azul, tranquilo; en fin, el mar lo llena todo. Sólo Ana ha subrayado un defecto. Dice que en su país hay mucha belleza, pero tam­bién mucha pobreza, física y espiritual.
 

Don´t forget

About joy! Rejoice!
 
Silvia
 
 
 
3.3. Italia: ¡basta ya de spaghetti!
Bella, más aún, bellísima. Hay muchos lu­gares hermosos para visitar: museos, ruinas, parques, etc.; pero, sobre todo, en Italia se come bien (y citan listas de especialidades regio­nales): los muchachos italianos describen Italia como si debieran atraer a los turistas por el pa­ladar. Y después insisten bastante sobre la fama de que los italianos son simpaticotes, un poco tramposos, pero hospitalarios. En fin, las res­puestas a la pregunta: ¿Qué es la cosa más her­mosa de Italia? parece que han sido escritas por los italianos de la «pequeña Italia», que can­tan aún ¡O sole mio!, como si fuera el himno na­cional. ¿Es posible que los modernísimos tee­nagers, para sentirse italianos, tengan que pen­sar en la pasta, la pizza y Pavarotti? Hasta los que critican se refieren a los acostumbrados lu­gares comunes. Roberta afirma: Italia seria un bellísimo país si no fuera por la gente que lo es­tropea. Y Valentina además advierte a los ex­tranjeros: ¡No vengáis aquí! Id a otro lugar. Todos los italianos son unos gorrones. Pero hay alguno que deja en paz esos lugares comunes y cuen­ta cómo son en realidad los italianos. Enrica es­cribe: Italia es una «bota» de problemas, quizás un poco descosida, pero el cuero es de óptima calidad y los italianos aguantan bien los golpes. Y añade: Quizás el problema más grave es la fa­cilidad con que echamos la culpa a los demás.
 
3.4. Eslovaquia, la más verde.
Las muchachas eslovacas que nos han escrito hablan sobre todo de la hermosura de la naturaleza y de la gran riqueza cultural de su tierra. Eslovaquia está incrustada como una cuña entre Polonia y Austria y tiene frondosos bosques. Helena afirma: Nuestro campo es agradable, verde, montañoso, lleno de bos­ques. Pero muchas chicas se quejan precisa­mente por los problemas del medio ambiente y de la contaminación. En general, los eslova­cos vienen descritos como indiferentes y fríos. Quizás la verdad queda bien reflejada en la respuesta de María: Depende de como mires a Eslovaquia, para decir si es bonita o fea.
 
3.5. Pequeña Bélgica
Casi todos los adolescentes y jóvenes bel­gas entrevistados reconocen que viven en un país pequeño, pero enseguida añaden una enorme lista de «peros»: Pero es importante y se entiende bien con los grandes, Pero es tan pequeño como hermoso y simpático, Pero es un país verde, las Ardenas están cubiertas de bosques… Hay quien destaca la vida cultural de Bélgica, rica y variada: Tenemos mucha liber­tad, hay democracia concreta. Es un pequeño país razonable. Serge, llegó a Bélgica hace cin­co años procedente de Yugoslavia, y dice: ¡Es un pequeño país, pero con un gran espíritu! La mayoría (60%) afirma sin ninguna duda que lo mejor de Bélgica son… las patatas fritas, segui­das de cerca por las chocolatinas y la cerveza, de la cual existen unas 450 variedades diver­sas. Por lo demás, los belgas saben cómo hay que divertirse de veras. Si los franceses que vi­ven cerca pasan la frontera todos los sábados hacia Bélgica, será porque son mejores las dis­cotecas y porque la gente es más acogedora.
Sono “fuori”,
Mi piace fare cose pazze
E sogno un monde migliore,
Pieno di amore.

Anch’io voglio contribuire

 
Francesca
 
 
Los pesimistas, por otra parte, se lamentan del tiempo: «Llueve un día de cada dos». Otros añaden: Es un país lleno de extranjeros. Y al­guno señala: En Bélgica hay demasiados racis­tas. Muchas respuestas han quedado influen­ciadas por el reciente rapto y asesinato de las pequeñas Melissa y Julie. Así un muchacho de cada tres dice que la justicia está corrompida y que se siente lleno de indignación. Pero están orgullosos por la solidaridad demostrada por su país, ya que, en la Marcha Blanca organiza­da en recuerdo por las dos niñas asesinadas, participaron 300.000 personas.
 

  1. Detalles curiosos

¿Sabíais que en España gusta mucho «Ronaldo» y que en Eslovaquia encuentran muy agradable a Inglaterra? ¿Que las chicas italianas quieren, sobre todo, ser modelo y que los belgas están apasionados por la infor­mática? ¿Que el saludo más internacional es keep cool?
 
4.1. Personajes preferidos
¿Quién  es el personaje más votado como «hombre/mujer europeo» por los muchachos entrevistados? Para Irene no hay duda, es An­tonio Banderas: Porque lo conoce toda Europa. En el mismo sentido han sido votados: Raoul Bova, Mariah Carey, Claudia Schiffer, Los del Río, Eros Ramazzotti, Daimon Hill, Michael Schumacher, Baggio, Jacques Vlleneuve, Mi­chael Jordan, Induráin y Ronaldo (es el mejor jugador del mundo, confirma Rafael). Después han recibido muchos votos personajes signifi­cativos como el príncipe Felipe, porque es el mejor representante de los jóvenes europeos, escribe Jos, o como Monseñor Jacques Gaillot, porque se atreve a decir lo que piensa, sostie­ne Pierre. Ha sido votado también el rey Alber­to de Bélgica y alguno ha citado a Greenpeace.
Muchísimos han escogido a Madre Teresa de Calcuta, europea, ya que nació en Macedonia. Juan Luis escoge a Jesús por su amor, y Va­nessa, para acertar plenamente, vota directa­mente a Dios.
 
Para mí la juventud
es muy Importante,
Lo que te ocurra en ella marcará
toda tu vida futura
 
Yolanda
 
De todos modos, la mayoría de las preferen­cias ha recaído sobre el Papa. Han sido espe­cialmente los italianos y los españoles los que han escogido a Juan Pablo II como el hombre de Europa, porque es el único que quiere el bien para el mundo, y además, no busca inte­reses para nada, dice Carolina. (François, por el contrarío, piensa que no hay que nombrar a nadie en particular hombre o mujer de Europa, porque cada uno aporta algo de lo suyo a la Unión Europea).
 
4.2 Amigos y amigas por Europa
No se habla de amigos europeos. Los amigos no llevan etiqueta ni nacionalidad, ¡son amigos y basta! Así lo piensa la mayoría. En Italia hay quien tiene amigos ingleses y ugan­deses, franceses y bielorrusos. Los mucha­chos belgas citan como amigos europeos a los argelinos, a los muchachos de Martinica o también a los rumanos, libaneses, indios y americanos. De todos modos, las amistades internacionales no son muy frecuentes, excep­to entre los grafómanos, o sea, los que tienen la afición a escribir y que desde hace años cul­tivan hermanamientos por correo. En general, se conserva la amistad con los muchachos co­nocidos en vacaciones, durante un viaje y con cualquier otro chico o chica, si se tiene en co­mún la misma lengua. Eso explica que los bel­gas conozcan a muchísimos franceses y que numerosos italianos recuerden a los amigos y amigas ingleses encontrados en los viajes de estudio. Los españoles y los portugueses se relacionan más con los jóvenes turistas alema­nes que los invaden en verano.
 
4.3. El país «más simpático»
El país considerado más divertido, alegre, simpático, más abierto, de Europa es… ¡Eso no resulta fácil de precisar! Para los italianos es Francia. Para los belgas España. Por los españoles Italia… Gustan mucho también In­glaterra y Alemania. Y es precisamente Holan­da la que deja más huella en el corazón de los adolescente y jóvenes europeos.
4.4. Las profesiones más relevantes para el 2000
1º Futbolista, 2° baloncestista, 3° piloto de automóvil. Los muchachos belgas tienen ide­as claras sobre su futuro, y la profesión de de­portísta les atrae bastante. Pero muchos de ellos están fascinados por las nuevas tecnolo­gías y quieren llegar a ser técnicos de infor­mática, de cibernética, de sonido, o pilotos de aviación. En general, son las muchachas las más atraídas por las profesiones de carácter social, como enfermera, profesora o psicólo­ga. La diferencia entre las aspiraciones entre muchachos y muchachas es muy acentuada en Eslovaquia y Portugal, menos en otros pa­íses y poquísimo en Italia. Muchos mucha­chos desean un trabajo prestigioso y seguro; así abundan los ingenieros y los economistas. Pero hay también artistas: actores, cantantes, directores, poetas y bailarinas. En Italia la mo­da atrae todavía a un número enorme de mu­chachas que quieren hacer de modelo. De vez en cuando, aparecen los astronautas, publi­cistas, investigadores, arqueólogos, investiga­dores, policías y muchos veterinarios. Los ca­sos más interesantes son los que proponen diversas aspiraciones difícilmente compati­bles entre sí, como Sara de Livorno, que quie­re dedicarse a la biología o también a la pelu­quería o también ¿por qué no? a la canción.
 
 
 

  1. Soñar no cuesta dinero…

Pablo, 14 años: del futuro le atrae todo y nada le da miedo. ¡Mas no todos son tan de­cididos! Hay quien pide al futuro un mundo mejor, y quien espera una hermosa vida. Mu­chísimos repiten que su sueño más grande se llama ¡paz!
5.1. ¡Querido futuro!
Quizás sea en el tema en las aspiraciones y en los sueños donde mejor se revela el interior de las personas. Los jóvenes y adolescentes en­trevistados se han esforzado en presentar una gran cantidad y diversidad de respuestas. Los hay curiosos: Me gustaría verme de mayor, qué haré y cómo me las arreglaré, dice Marcos. Las románticas: Sueño encontrar un muchacho, Ca­milla. Los divertidos: Los muchachos italianos anhelan ir a América parra hacer surf, Sara. Los concretos: Conseguir trabajo para ser felices. Los filántropos: Espero que mi generación cam­bie esta sociedad, Gauthier. Los existencialistas: Del futuro me atrae la vida y me asusta la muer­te, Francesca. Los fanáticos: Sueño la resurrec­ción de Jim Morrison, anónimo español. Los prosaicos: Del futuro espero una moto, Luca.
 
     5.2. Sueños
Tres aspectos del futuro atraen especial­mente: el misterio, el progreso y la posibilidad
de un mundo mejor. Son sobre todo los italianos quienes quedan fascinados por la incógnita del futuro, y la sorpresa que eso supone les inquie­ta muchísimo. Parece que quieren vivir para sa­ber lo que sucederá, para gozarse de los mil im­previstos que se esconden en su futuro. Cierta­mente que también ellos sueñan en la familia, el trabajo, la paz, pero el lado más divertido es, co­mo dice Francesca, que en el futuro puede pa­sar de todo. ¡Espero cosas hermosas!
Amar para mesorar
 

Oliver

 
Los más «futurólogos» son los belgas. Tie­nen una verdadera pasión por el universo ver­dadero y por el virtual, están atraídos por la tecnología y la evolución de la ciencia. Del fu­turo esperan la clonación de un dinosaurio, o también un viajecito a Marte. Más pronto o más tarde sucederá algún hecho extraordina­rio y ellos quieren estar en el centro de la aventura. Quienes hablan con más frecuencia de familia y matrimonio son los muchachos españoles. Piensan en el trabajo, en la casa y en todas las cosas de mayores que suceden cuando se crece.
Svegliatevi!
Che qui ci atanno prendendo in giro
 
Silvia
 
En general, y cada uno a su modo, todos aspiran a hacer alguna cosa buena para sí y para los otros. La aspiración es la de los mu­chachos de siempre: ¡cambiar este mundo y hacer otro más hermoso! Marjolaine lo sabe y escribe: Será la generación de los jóvenes de hoy la que podrá modificar la sociedad. Espe­remos que así sea.
 
5.3. Pesadillas
Contaminación, paro, pérdida de los valo­res humanos, crímenes… Éstos y otros son los miedos que, de tanto en tanto, tienen «des­piertos durante la noche» a los adolescentes y jóvenes. La pesadilla de la guerra nuclear ha desaparecido del horizonte de los jóvenes en el transcurso de pocos años. Ahora espanta mucho más la indiferencia o el agujero de ozo­no, pero sobre todo serpentea el ansia de te­ner éxito en la vida. Hay quien teme no acabar los estudios o no encontrar trabajo y terminar cayendo en la miseria. Otros están convenci­dos de que las máquinas pueden sustituir al hombre. Hay quien se preocupa por el miedo de tener que marchar al extranjero a buscar trabajo. Algunos miran más lejos y se angus­tian ya por el futuro de sus hijos. De todos mo­dos, la mayor parte de los muchachos entre­vistados reserva sus miedos para la parte más íntima y privada de la vida. Helena afirma: Ten­go miedo a mi propia imperfección, mientras Silvia está angustiada por la idea de que sus padres puedan morir. Es precisamente el mie­do a la muerte el que aparece, de tanto en tan­to, como un pensamiento espantoso e inevita­ble. Muchos muchachos de Bélgica dicen que tienen miedo a morir jóvenes por un acciden­te o por una enfermedad imprevista. Sin em­bargo, hay quien tiene valor, y María, españo­la, escribe imitando la letra de imprenta: Yo no tengo miedo a morir.
 
Les pays devront garder
 leur spécificité et leurs traditions:
c’est la richesse des différences,
et pour que chacun
se sente bien, chez soi
 
Marc
 
No faltan los catastrofistas, convencidos de que el mundo está en una situación espanto­sa, reducido a una decadencia sin esperanza; pero éstos, a fin de cuentas, son una minoría. Una muchacha italiana, Laura, dice: ¡El futuro no me da miedo! Y ciertamente no es la única que responde así. En conjunto, por tanto, es una generación moderadamente optimista.