(Être et avoir, 2002)”. Dirección: Nicolas Philibert.
Las películas que representan el influjo de un profesor o de un maestro en la vida de sus alumnos son numerosas: Semilla de maldad (1955), de Richard Brooks; El club de los poetas muertos (1989), de Peter Weir; Profesor Holland (1995), de Stephen Herek; Mentes peligrosas(1995), de John N. Smith, Emperor’s club (2002), Los chicos del coro (2004), de ChristopheBarratier…
Su esquema resulta familiar, dentro de las variantes que aporta cada uno de los títulos: la llegada del nuevo docente dotado de aspecto y hábitos que chocan con el resto del claustro, la confusión y el interés que despierta en los alumnos a los que ayuda a mejorar en los estudios o en su vida cotidiana, el conflicto que surge con los compañeros.
“Pasé muchísimo tiempo eligiendo la escuela, contacté con más de 300 colegios, visité unos cien. Estuve cinco meses contactando con clases y profesores. En este sentido, sí que he pasado mucho tiempo preparando la película. Cuando digo que no preparé nada me refiero a que, al llegar a la Escuela para empezar el rodaje, no sabía lo que iba a hacer, qué es lo que iba a dar de sí la película. Empecé únicamente con la convicción de que podíamos hacer una película sobre un tema aparentemente banal… Yo traté de no hacer diferencias entre los niños y los adultos. Para mí se trataba de trece personas distintas, trece seres humanos. No creo que haya un método concreto. Hay niños más espontáneos y los hay más tímidos. Es fundamental crear un clima de confianza para que todo sea natural… Me parecía que monsieur López podía convertirse en un personaje fuerte. Me pareció desde el primer momento que tenía una personalidad muy compleja. Es alguien bastante abierto y atento con los niños, y por otro lado es muy misterioso.” (Nicolas Philibert, director)
Sin historia: A pesar del reconocimiento y de los premios (César 2003 al mejor montaje; Festival de Valladolid 2002 y European Film Awards 2002 al mejor documental), se diferencia de las anteriores películas por la ausencia de una historia en la que florezcan las grandes novedades o los conflictos dramáticos.
“Nunca se sabe con antelación si una película va a tener éxito o no, afortunadamente, porque eso supondría la muerte del cine. Sólo se harían películas calibradas para tener éxito. Cuando empiezo una película trato de estar muy cercano a mis deseos, a mi conciencia, a mi ética… Trabajo como un artesano, con un pequeño equipo (en este caso una pequeña escuela), por lo que antes de rodar el documental estaba muy lejos de imaginarme este éxito. Si durante el rodaje pensase en qué debo hacer para que la película funcione, estaría perdido… Las personas que han visto la película se dan cuenta de que el documental no tiene por qué ser algo didáctico, serio, aburrido…, sino que puede ser como la ficción, transmitiendo emociones, con una narración y una historia ligada a emociones.” (N. Philibert)
El maestro: Nos encontramos en un pequeño pueblo de Las Landas francesas, Saint-Etienne-sur-Usson. La gente vive de la agricultura y de la ganadería. El agua y la nieve dificultan, en ocasiones, el desplazamiento para acudir a la escuela. Toda la familia participa de las tareas escolares, avivando el esfuerzo infantil con alguna admonición o colleja. El maestro atiende individualmente a cada uno en sus avances escolares, evita los enfrentamientos, aprovecha los momentos de descanso para dar el aviso oportuno o para visitar los hogares, las escuelas cercanas, la biblioteca, el campo.
La educación: “Para mí la película es muy abierta y permite a todos los espectadores la posibilidad de proyectar en ella lo que quieren: sus propios recuerdos de la infancia… Para entender los motivos del éxito, hay que analizarlos a posteriori. Ahora me doy cuenta de que la Escuela interesa a millones de personas, porque todos hemos ido a la Escuela, o todos tenemos hijos. Hay un interés general por la educación. Es un tema que refleja una inquietud en la sociedad. Yo creía que este fenómeno sólo tenía lugar en Francia, pero me he dado cuenta de que también es así en Alemania, en Inglaterra y en otros países que he visitado. En un clima de violencia como el actual, de repente aparece una película que supone una ruptura con la imagen de violencia, droga y clases masificadas que reflejan la educación moderna. Ser y tenermuestra una escuela tranquilizadora, con tiempo para arreglar todos esos problemas, para aprender a respetar, a hablar los unos con los otros, etc. Esto tranquiliza al espectador y da ganas de ir a ver la película. ” (Nicolas Philibert)
Augusto Fernández
Pistas para la reflexión
- Comparar Ser y tener con otras películas del mismo tema (ver al principio). ¿Qué elementos pedagógicos aporta cada una? ¿Cómo se muestran las figuras de los profesores y de los alumnos? ¿Con cuál guarda una mayor semejanza nuestra experiencia educativa? ¿Cuál nos hubiera gustado tener?
- ¿Qué secuencias nos han interesado más? ¿Cuáles de los consejos pedagógicos es el más valioso? ¿Recordamos haber tenido algún educador parecido a Georges López? ¿En nuestras familias se respira un ambiente como el de los hogares de la pantalla?
- ¿Cuál de los alumnos es el más simpático? ¿El más tímido? ¿El más inteligente? ¿El mejor compañero? ¿El más problemático? ¿Cómo se dirige a ellos Georges Lopez? ¿Acierta o se equivoca?