Oración para olvidar
Cuando salían, encontraron a un hombre de Cirene,
llamado Simón, y le obligaron a llevar la cruz de Jesús. (Mt 27,32)
Señor, Tú me conoces y sabes de mi vida;
sabes que suelo cubrir “el expediente de persona de bien”,
sabes que suelo fichar y no “hacer novillos” en mi vida de cristiano,
sabes que el cumplimiento (cumplo y miento) es mi palabra preferida.
En mi hogar ayudo en las tareas domésticas;
pongo la mesa, hago la cama, paso la aspiradora,
incluso, a veces, bajo al súper a hacer la compra…
¡No me queda más remedio! ¡El fin de semana está en juego!
En el colegio asisto a todas y a cada una de las clases;
en el grupo paso desapercibido como uno más,
ah, y los profesores no me suelen llamar la atención…
¡No me queda más remedio! ¡No quiero bronca en casa!
En el barrio soy un vecino más;
saludo cuando bajo o subo por el ascensor,
hasta, una vez, ayudé a una anciana con las bolsas de la compra…
¡No me queda más remedio! ¡Que nadie me señale con el dedo!
Señor, cuántas cruces veo a lo largo del día;
en cuántas cruces no me queda más remedio que arrimar el hombro,
aunque sea un paso, un minuto, aunque sea de mala gana…
¡No me queda más remedio! ¡Ya sabes, para quedar bien!
Señor, si no me queda más remedio… ¡Y no me queda!
Voy a olvidarme de estas palabras,
voy a hacer oídos y corazón sordo a esta plegaria,
y en su lugar voy a cargar con tu cruz.
Sí, Señor, voy a deshacerme de la cruz del “cumplo y miento”
y voy a portar con la cruz del “cumplo y siento.”
Sí, Señor, cumpliré con la misión de cargar con la cruz de mis hermanos
sintiendo en cada uno de ellos tu presencia salvadora.
José María Escudero