El autor de una popular canción de hace unas décadas lo tenía claro: «La felicidad vino con tu amor» (imagino que también se iría con él, pero eso ya hubiera sido tema para un bolero). Unos años después, un conocido grupo de rock español cifraba la felicidad en algo menos etéreo («Yo, para ser feliz, quiero un camión»).
En su edición del martes, el título de uno de los artículos decía que «La felicidad es un polo de limón». No parecía tenerlo tan claro Javier Cercas en su columna del pasado día 4, titulada precisamente Felicidad, aunque al final concluía diciendo que quizá la felicidad consistía en estar vivo.
Hace unas semanas, el suplemento cultural de su periódico dedicaba un especial al tema, en el que aparecían versiones para todos los gustos. Imagino que hay tantas opiniones sobre en qué consiste la felicidad como personas. ¿Qué es la felicidad: tu amor, un camión, un polo de limón, estar vivo, cien trajes de Armani (versión de diseño de Antonio Camacho, el dueño de Gescartera)?
A mí también me gustaría aportar mi modesta opinión sobre el asunto, aunque dada la limitación de líneas de esta sección voy a valerme de la concisión propia del estribillo de una canción: parafraseando a Loquillo y los Trogloditas, «Yo, para ser feliz, necesito un libro».
Alfonso Castán (Huesca)
«El País», 9.8.01
Para hacer
- De nuevo la cuestión de la felicidad. ¿Qué nos dice este texto?
- ¿Qué dice la gente de la felicidad? ¿Qué dicen los medios, otras canciones…? ¿Qué decimos nosotros?
- Concretar la siguiente frase: «Yo para ser feliz quiero… para… porque…». Comentar después lo que ha salido en el grupo.
- Este texto es una carta al Director. ¿Por qué no concretamos nosotros otra carta y la enviamos a los periódicos? Los temas pueden ser otros, pero es bueno dar la cara…