[vc_row][vc_column][vc_column_text]Sólo un 19% de las mujeres y un 14% de los varones españoles leen libros asiduamente. Los datos relativos a los jóvenes son más esperanzadores: según «Jóvenes Españoles 99» (SM), el 67% de los chicos y chicas de 15 a 24 años afirma leer libros de vez en cuando.
 
 
 
Abril suena a primavera y a libro, ¡a vida! El libro es libertad, aventura, «recreación» de la vida. Difícil cuantificar, pero mucho tienen que ver los pobres hábitos lectores con el adoctrinamiento, la domesticación, la despreocupación egoísta o el aburrimiento. Un 22% de los jóvenes españoles, según la encuesta citada más arriba, piensa que en los libros se dicen algunas de las cosas más importantes para la vida (tristemente curioso —al dato se alude en la página siguiente— que sólo un 2’7% piensen eso mismo refiriéndose a la Iglesia). Pues eso: ¡a por los libros!
 
 
buenanoticia
 
Más que una moral, pero ¡«moraliza»… que algo queda!
 
Como en tantos otros temas, Rahner nos previno: “Situar la tarea principal de la teología actual y del futuro en el campo de la eclesiología, de la mariología y otros temas semejantes, abordados explícitamente por el Vaticano II, sería engañarse trágicamente sobre el sentido del concilio. La teología de hoy y de mañana deberá convertirse en «teología del diálogo» con los hombres que piensan que les resulta imposible creer. Será preciso, por tanto, reflexionar a fondo, con una sinceridad radical, sobre lo que piensa y quiere decir cuando habla de Dios y de Cristo…”
Bien podemos trasladar y aplicar el párrafo a la Iglesia y su mensaje. Sabedora de que Dios hace carne su Palabra, ¡qué empecinamiento en trocar esa carne en palabras, palabras, palabras…! ¡Qué fácilmente nos anestesiamos los cristianos con las grandes palabras, con esa superabundancia doctrinal, casi indigesta! Desmesura de palabras, escritos, cartas… y exceso de celo moralizador que desdibujan el mensaje central, la «Buena Noticia» que la Iglesia debe comunicar a los hombres.
No sin razón y aunque existan otras muchas junto a ésta, la Iglesia no suscita apenas interés entre los jóvenes, ocupando el último lugar en la confianza que le merecen distintas instituciones (Prensa, Policía, Fuerzas Armadas, Sistema de leyes y códigos, Sistema de enseñanza, Parlamento y Sindicatos) y tan sólo el 2’7% de las jóvenes generaciones apunta la Iglesia cuando se refiere a los lugares donde se dicen cosas importantes para orientarse en la vida. Así el tema —en palabras de CORTÉS— y… «se pasan el día condenando las parejas de hecho!». En fin, la fe y religión son más que una moral y, en tanto que moral cristiana, antes que indicarnos lo que debemos hacer o dejar de hacer, nos recuerda todo cuanto el amor salvador de Dios ha hecho y hace por nosotros.
JOSÉ LUIS MORAL
 

En diálogo

 
¡ En la imagen, dos ángeles caminan y dialogan. Uno es «Ángel sin fronteras»: pelo blanco; el otro, pelo negro: ¡pareja de hecho! Y recuerdan el mensaje de Jesús en Cafarnaún, que relee el A. Testamento y lo cambia: Dios es Padre de perdón, no de condenación. ¿Qué hacer nosotros? ¡ Tener en cuenta la Palabra frente a las palabras: leer Lc 4,14-22. ¿Qué nos dice? ¡ Traducir la Palabra en realidad: a partir de Lc 4, buscar noticias en la prensa o buscar hechos recientes en la que hoy se haga realidad esa buena noticia. ¡ Traducir el mensaje hoy: concretar en eslóganes lo que sería el mensaje de salvación para hombres y mujeres de hoy. ¡ Redescubrir la presencia de Dios: los ángeles son símbolo de presencia de Dios, que es Padre-Madre que calla, escucha, acoge y perdona. ¿Quién lo está haciendo hoy así? ¡ Ángeles sin fronteras: ¡Qué bonito! ¿Qué podemos hacer nosotros para ser mensajeros de una buena noticia, en diálogo con todos,  y fieles a la vez al mensaje de Jesús? ¡ Pareja de hecho, como los de Emaús (Unus cristianus, nullus cristianus, concretaba san Agustín) para descubrir a Jesús en grupo y llegar a la fraternidad cristiana.
 
HERMINIO OTERO
 
Noticias
Un signo claro y humilde del anciano Papa
Juan Pablo II pide perdón en nombre de la Iglesia
VALENCIA. José J. Gómez Palacios
Ante un candelabro de siete brazos y un conmovedor crucifijo románico, Juan Pablo II pidió perdón a Dios por las culpas de dos mil años de historia de la Iglesia. Fue un momento único en el que se palpaba el peso del pecado, la valentía del Papa y la esperanza fruto de la reconciliación. Fue una liturgia sin precedentes por su contenido e intensidad: a medida que se leía cada una de las siete culpas, se encendía una llama en el candelabro y se cantaba un «Señor, ten piedad». A las siete peticiones de perdón, el Papa añadió cinco «¡Nunca más!» para el futuro de la Iglesia: «¡Nunca más negaciones en el servicio a la verdad; nunca más gestos contra la unidad de la Iglesia; nunca más ofensas a otros pueblos; nunca más el recurso a la violencia; nunca más discriminaciones, exclusiones, opresiones, desprecio de los pobres y de los últimos!». A continuación, Juan Pablo II caminó fatigosamente hacia el crucifijo y lo besó.
Sucesivamente, se pidió perdón por «los cristianos que, negando el Evangelio y cediendo a la lógica de la fuerza, han violado los derechos de pueblos y grupos étnicos, despreciando sus culturas y sus tradiciones religiosas». Por los que practican la discriminación por motivos de raza, etnia o sexo y por los que no reconocen a Dios «en el hambriento, el desnudo, el perseguido, el encarcelado y el carente de toda posibilidad de defensa, sobre todo en las fases iniciales de la existencia. Por todos los que han cometido injusticias confiando en la riqueza y el poder, y despreciando a los pequeñuelos que tú quieres especialmente, nosotros te pedimos perdón» (ROMA, Marzo 2000).
 
 
El PP alcanza la mayoría absoluta
 
MADRID. Las últimas elecciones generales españolas se cerraron con la mayoría absoluta alcanzada por el PP, al tiempo que el pacto de última hora PSOE-IU no servía sino para culminar un fracaso sin precedentes, especialmente para la fonación socialista.
 
El Partido Popular alcanzó 183 escaños; una holgada victoria que le permitirá gobernar en solitario durante los cuatro próximos años. José María Aznar recogió en las urnas los frutos de cuatro años de buen gobierno y el PSOE cosechó un fracaso sin precedentes desde 1979. Además, el PP pasó del 38,8 por ciento de los votos obtenido hace cuatro años a un 44,6, casi cinco puntos más. «Izquierda Unida» pierde la mitad de sus votos y 13 de sus 21 escaños, por lo que la suma de la izquierda, la apuesta a todo o nada de Joaquín Almunia para recuperar el poder para su partido, sufre un retroceso de 29 diputados. Una vez conocidos los resultados, y en un gesto que le honra, el líder socialista anunció su dimisión irrevocable, así como una fuerte reestructuración del partido socialista.
En una campaña dominada por los intereses económicos y el bienestar, conceptos como derecha e izquierda comienzan a ponerse en tela de juicio. Las jóvenes generaciones que se incorporaron en estas últimas elecciones a la masa de votantes, perciben la realidad política de forma distinta. La pasada guerra civil, el franquismo, e incluso la transición son conceptos que se reservan ya para los libros de historia (MADRID, 13-3-00).
 
 
Mozambique: sigue la tragedia tras el descenso de las aguas
El hambre y las epidemias como
secuela trágica de la catástrofe
MAPUTO (Mozambique). Un millón y medio de ciudadanos mozambiqueños están amenazados por el hambre y las epidemias, cuando el nivel de las aguas ha comenzado ya a descender.
 
Según afirman fuentes de las ONGs que coordinan la ayuda internacional, existe millón y medio de personas que han perdido todas sus pertenencias tras las recientes inundaciones. El hambre y la enfermedad son las nuevas amenazas a las que se enfrentan los más del millón de damnificados por las inundaciones de Mozambique, tras el comienzo del descenso del nivel de las aguas en algunas zonas del país. Fuentes de la Organización Mundial de la Salud advirtieron del rápido surgimiento de epidemias de cólera entre los refugiados, que subsisten en condiciones muy precarias y cuyo número es mayor del que hasta ahora se había apuntado.
Sesenta helicópteros y avionetas de diversos países (Sudáfrica, Alemania, Francia y España), han comenzado el lanzamiento de bolsas de alimentos para tratar de paliar la situación de la población, que asimismo carece de agua potable. Algunas cadenas de televisión mostraron imágenes de desplazados que tuvieron que comer ratas y gatos para no perecer. Cruz Roja Española difundió ayer un comunicado en el que hizo un nuevo llamamiento para ayudar a Mozambique, ya que, según la organización, necesita al menos 1.000 millones de pesetas para la primera fase de atención a los damnificados (Marzo 2000).
 
 
Eta pretendió ahogar con sangre las elecciones generales en España
 
            VITORIA. Eta se hizo presente en la campaña electoral de las recientes elecciones generales españolas con una furgoneta cargada de explosivos que segó la vida del dirigente socialista Fernando Buesa y la de su escolta, Jorge Díez.
 
Una furgoneta cargada con más de 20 kilos de explosivos puso fin ayer en el campus universitario de Vitoria a la vida del portavoz del PSE en el Parlamento vasco, Fernando Buesa, de 53 años, casado y con tres hijos, y a la del ertzaina que le escoltaba, Jorge Díez Elorza, de 26 años y soltero. Los terroristas de ETA tenían a la vista al parlamentario y su escolta cuando a las 16.38 accionaron el mando a distancia que provocó la explosión y la muerte instantánea del ex vicepresidente del Gobierno autónomo, uno de los políticos más críticos con la banda y su entorno político. Buesa había salido de su domicilio en compañía de su hijo, del que acababa de despedirse. La explosión provocó heridas leves a una mujer y rotura de cristales en los edificios cercanos, como en el instituto Federico Baraibar, donde también resultaron lesionados varios alumnos. Muchos de ellos, que se habían echado a la calle asustados, asistieron en medio de escenas de nerviosismo al dramático espectáculo que ETA acaba de provocar a tan sólo 200 metros de la sede del Gobierno vasco. En medio de la consternación, el lehendakari Ibarretxe declaraba roto el pacto de legislatura que el PNV suscribiera con Euskal Herritarrok (Marzo 2000).
 
 
 
 

 
 
 
Una montaña para la libertad
 
THERÁN. Los jóvenes de Irán se desplazan a las montañas cercanas a la capital para paladear horas de libertad, lejos de los guardianes de la revolución islámica. Todo un testimonio de uno de los anhelos más humanos.
 
Los guardianes de la revolución islámica se ven impotentes para detener una avalancha de jóvenes que marchan de excursión a las montañas cercanas a la capital. Los chicos y chicas iraníes eluden la vigilancia policial en busca de espacios de libertad, ahora que muchas cosas comienzan a cambiar en esta república islámica. Son apenas las ocho de la mañana y una riada de jóvenes enfila el camino que sube hacia los escarpados montes de Darakeh. Antes de dejar atrás las últimas casas de Teherán, tendrán que atravesar un control de guardianes de la revolución y de basiyis, encargados de vigilar el respeto en la calle a las normas islámicas. Por eso, antes de llegar a la altura de los hombres uniformados de verde o de camuflaje, las parejas se separan, los grupos de chicos y chicas se deshacen y las muchachas se ajustan más los pañuelos para ocultar el cabello y no ser amonestadas.
Pasado el peligro, cuando los caminos comienzan a serpentear por las abruptas quebradas, todo vuelve a ser como antes: las manos vuelven a unirse, y la ropa, sobre todo en las mujeres, a tomar un transgresor aire descuidado, porque la montaña, estas montañas que dominan la capital iraní, son, sin duda, el lugar más libre de Irán, un espacio de libertad conquistado por los jóvenes que ni los basiyis —milicia islámica— ni los pasdaranes o policías pueden ya mantener bajo control. Los chicos van a la última moda, a veces llevan cassetes a todo volumen con el pop iraní, que comienza a ser tolerado, y el prohibido rock extranjero. Las jóvenes caminan desmelenadas, la mayoría lleva vaqueros, un anorak de color que apenas pasa de la cintura y el inevitable pañuelo (TEHERÁN, Marzo 2000).
 
 
Chechenia u Soldados rusos arrasan pueblos y pueblos
La conquista rusa de Chechenia empezó a mediados del siglo XVIII, con Catalina II. Dos siglos después Stalin les dividió para poder dominarlos mejor. La represión más feroz se desarrolló en 1943-44. Estos pueblos fueron rehabilitados en 1956. Actualmente Rusia quiere someter a los chechenos porque con ellos se está jugando el control de las rutas del petróleo del Caspio. Y lo está realizando con un feroz aplastamiento de la vida tanto de guerrilleros como de civiles, arrasando todos los pueblos por los que suponen están huyendo los primeros. Los obuses rusos llueven sin cesar, aunque la guerra está siendo una carnicería por ambos bandos (CHECHENIA, Marzo 2000).
 
 

 
 
Afganistán u La ONU abre una oficina de Derechos humanos
El gobierno talibán de Afganistán no es reconocido por el resto de países debido a sus constantes transgresiones de los más elementales Derechos Humanos. Recientemente la ONU, tras una larga negociación y espera, ha recibido el visto bueno de las autoridades de Kabul para abrir una Oficina de Asuntos Civiles que trabajará en la prevención de esas violaciones de los derechos. Así la anunció el nuevo jefe de la Misión para Afganistán, el español Francesc Vendrell: “Tendrá por objetivo, dijo además, prevenir los abusos, pero carecerá de carácter inquisitorio” (KABUL, Marzo 2000).
 
 
 
 
valijajoven
 
 
Ana Fe de la Hoz
Iguales, pero hay que elegir
 
 
Y fue un verano hace poco tiempo, lo cual me pesó. Tuve envidia de aquellos que ya lo conocían antes que yo. Me inscribí para disfrutar durante nueve días de un «Encuentro de Artístico-Cristiano». Si bien me atraía del título el adjetivo artístico y todo lo que tuviera que ver con ese mundo, sentía rechazo hacia el término cristiano y cualquier cosa que estuviera relacionado con ello. Y no porque dudase de la existencia de Dios: precisamente por todo lo contrario. No había encontrado en la Iglesia la manifestación de la palabra de Dios. En el fondo, mi actitud era la de alguien que con brazos cruzados, rostro tenso y mirada pétrea, espera pronto tener la oportunidad de expresar su rechazo hacia esas ideas cristianas trasnochadas y malogradas a través de los siglos.
Ahora que lo pienso, sentía rabia. La llevaba ya en mi equipaje hacía mucho tiempo y esperaba (me doy cuenta) a mis contrincantes, como el boxeador espera a su rival en el ring. Deseaba lanzar un golpe lleno de verdades a esos curas hipócritas y conformistas, a esa Iglesia ñoña y moralista que tanto me irritaba. La fuerza de la razón les vencería.
Sin embargo, no llegó mi oportunidad de golpear. No tuve con quien descargar mi discurso ni mi ira.
Todo en «SOMA» era sorprendente. Cada hora, cada minuto, lo viví como una niña que no puede cerrar la boca ante algo que está descubriendo por primera vez. Un mundo nuevo que no imaginaba.
¿Dónde estaban las leyes y preceptos, sermones y lista de pecados, las reglas que la Santa Madre Iglesia ordenaba seguir, alejadas de la realidad de la sociedad y de la esencia del Ser? ¿Y las amonestaciones por la libertad de expresión y acción? Estaban ausentes.
En su lugar encontré libertad y alegría. Podía expresar mis dudas, mis críticas, por profundas que fueran, porque había comprensión. Comprensión hacia la esencia del Ser humano, que aprende dudando, y no creyendo a ciegas lo que otros dicen. Que concede su fe experimentando. Y que selecciona sus creencias sobre la base de sus experiencias.
En «SOMA», los religiosos se mezclaban contigo. Eran «uno más» de nosotros. Y eso te hacía sentir que la lucha por la fe y por la vida es igual para todos, sean curas o no lo sean. Los privilegios y las distancias entre unos (los curas) y otros (el resto) no existían. Todos éramos iguales. Todos somos iguales. Curia romana y pueblo llano. Eso era lo que siempre he pensado. Eso es lo que dijo Jesús (lo que vino a decirnos Jesús).
No lo podía creer. “Y por sus obras les conoceréis”. Y yo por sus obras y su actitud ante la vida les conocí. Y ya no me sentí sola. La Iglesia que yo imaginaba existía. Se podía vibrar con la palabra de Jesús en comunidad. Se podía sentir a Jesús, y además con total libertad, descubriéndole por uno mismo.
Gracias a este encuentro, viví la posibilidad de elegir entre comprar ese «pollo» congelado y plastificado del que no sabemos nada (ese Dios inerte y sin vida que nos vende parte de la Iglesia), y sobre el que no hay posibilidad de preguntar de dónde viene y que tiene dentro (una elección fácil, ya que alguien lo prepara por ti y tú sólo tienes que comértelo) y ese otro que tu cuidas y alimentas: auténtico, cálido y, sobre todo, vivo.
Todos podemos elegir. n
 
 
 
 
noticias
 
 
La «Fox» retira un programa televisivo tras sufrir fuertes críticas
¿Quién quiere casarse con un
millonario?
VALENCIA. José J. Gómez Palacios
La cadena estadounidense Fox ha salido escarmentada de su programa «¿Quién quiere casarse con un multimillonario?» y ha decidido retirar de su programación todos los espacios de escándalo que pueden provocar vergüenza o sensación de ridículo entre los espectadores y los concursantes. El programa ha pasado de ser la gran atracción de una televisión norteamericana a convertirse en uno de los grandes bochornos de la historia del medio. El esquema era muy sencillo: Un novio cargado de dinero ofrecía su fortuna a cambio de una esposa. A lo largo del programa se buscaba la esposa, se les casaba y partían de viaje de novios.
Nadie en el programa se dedicó a investigar al novio que ofrecía su dinero a cambio de lograr una esposa. El diario The New York Times publicó un editorial diciendo que ofrecer dinero a cambio de sexo era prostitución. A Darva Conger, la primera chica que halló marido millonario, la han llamado prostituta, buscona y otras cosas irrepetibles. La recién casada en cuestión, apareció en la cadena ABC narrando los 10 días que pasó en un crucero con su nuevo marido y diciendo que había sido una pesadilla. «Tuve que estar loca para aceptar casarme con él», aseguró. La mujer ha pedido la anulación del matrimonio. Mientras tanto, Rick Rockwell, el novio millonario que en California tiene cuentas pendientes con la Justicia por atacar a una antigua novia, asegura: «Habría sido bonito que nos hubiéramos hecho amigos». La Fox esperaba que este concurso, visto por 23 millones de personas, iniciara una era de grandes éxitos de audiencia (NUEVA YORK, Marzo 2000).
 
 
Girona u A la cárcel por robar un cenicero
Un fiscal de Girona ha pedido tres años de prisión para Joan C. Sunyer y un año y medio para Iván Calava y Raúl Costa por robar un cenicero valorado en 5.000 pts. de una casa de Begur. Los hechos sucedieron cuando en febrero de 1998 los tres jóvenes, los dos primeros menores de edad en aquel momento, entraron en una vivienda de la urbanización citada y cogieron dicho objeto. El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial Girona, imputándoseles delito de robo con fuerza en casa habitada. El abogado defensor asegura que los acusados no ejercieron ninguna fuerza y huyeron al ver que la casa estaba habitada (Marzo 2000).
 
Londres u Nacen los primeros cerdos clónicos
Cinco pequeños cerdos —Millie, Christa, Alexis, Carrel y Dotcom— se han convertido en la nueva atracción de la comunidad científica mundial. Se trata de los primeros cerdos clónicos del mundo. Dicho nacimiento y la importancia que tiene para las avances de senotrasplantes (trasplantes de órganos de animales a seres humanos) alienta la esperanza de poder encontrar órganos suficientes para transplantar. Por ejemplo, más de 68.000 personas en USA y 50.000 en Europa están esperando hígados, riñones o corazones. La lista de espera aumenta un 15% cada año (Marzo 2000).
 
Francia u Se abre paso la Eutanasia
El Comité Consultivo Nacional de Ética para las Ciencias de la Vida y de la Salud, el órgano más importante de Francia en cuestiones éticas relacionadas con la medicina y biología, entreabrió recientemente la puerta a un tema tabú, admitiendo la posibilidad de practicar la eutanasia en caso «raros» y «excepcionales». Dicho comité se opone, sin embargo, a una despenalización total de lo que hasta ahora está considerado como un asesinato, defendiendo que nunca puede convertirse en una práctica normal y ha de “seguir sometido a la autoridad judicial” (PARÍS, Marzo 2000).
 
 
La prueba del ADN le salvó de la condena a muerte
 
NUEVA YORK. Loyd LaFebers salvó la vida cuando faltaban apenas cuatro horas para se cumpliera su condena a muerte por medio de una inyección letal. Su abogada, Pat Ehler, presentó a última hora la concluyente prueba del ADN.
 
De ese modo se pudo demostrar que la sangre encontrada en sus pantalones no era la de su supuesta víctima. Logró así que el Tribunal de Apelaciones detuviera la máquina de la muerte. «Sería injusto seguir adelante con la ejecución hasta que no se revisen las nuevas pruebas», concluyó el juez John Porfilio. LaFevers, 34 años, condenado por la violación y el asesinato de una anciana de 84, dispone ahora de 90 días para pedir la revisión del juicio. Loyd LaFevers llevaba en el corredor de la muerte desde 1985, y ya había agotado todas las posibilidades de demorar la ejecución. Su caso cayó recientemente en manos de una abogada, Pat Ehlers, empeñada en sacar a la luz las múltiples irregularidades ocurridas durante el juicio (NUEVA YORK, Marzo 2000).
 
 
 
El dictador se recupera «milagrosamente»
Pinochet «perdona»
 
Aunque el informe médico de los doctores ingleses abogaba por la liberación de Pinochet, su salud se ha visto rápidamente mejorada, dando ya muestras de buena salud y de cierta actividad social, en contra del consejo de los médicos militares que le han recomendado reposo y mucho cuidado en su alimentación. Por su parte, el hijo de Pinochet, Marco Antonio, afirmó que su padre perdona a sus detractores. Las declaraciones fueron hechas poco después de que el «ex-dictador» asistiera a una misa privada en su residencia chilena. “Mi padre perdona a todos los que le hicieron daño y nosotros, como familia, también compartimos eso”, señaló el hijo de Pinochet, al referirse al estado de ánimo de su padre (SANTIAGO DE CHILE, Marzo 2000).
 
 

 
Defábula
 
La camarera de la mesa nº 17
LUCÍA PLA HERRAIZ
Se apagaron las luces del salón restaurante. Brillaron varias bengalas en el mismo momento en el que hacían su entrada los novios al son de la marcha nupcial, entre una salva de aplausos y sonrisas. La antorcha del vídeo iluminó el camino que recorrían novios y padrinos. La joven camarera se hallaba junto a la mesa nº 17, con su pelo castaño recogido, el uniforme impecable y una servilleta blanca colgando de su antebrazo. Con gesto imperturbable presenció el monótono ritual. Se encendieron las luces. El maitre hizo una señal imperceptible y un nutrido grupo de camareros y camareras se aplicó al trabajo. La camarera respiró hondo, esbozó una sonrisa y comenzó a servir agua en las copas grandes. Seguidamente descorchó, con habilidad largamente ensayada, varias botellas de vino blanco y rellenó las copas de los comensales de la mesa nº 17. Algunos invitados intercambiaron con ella breves palabras y alguna que otra sonrisa.
Cuando terminó de servir el primer plato, consistente en escuetas gambas y un pastel de pescado, se retiró de la mesa a una prudencial distancia y esperó. Fue en este momento cuando notó que algo extraño flotaba en el ambiente: los comensales no habían elevado el tono de voz. Los jóvenes de las mesas del extremo no habían coreado ni una sola vez aquel cansino soniquete repetido en todas las bodas, «¡Que se beeesen, que se beeesen! El convite transcurría sosegado. La camarera regresó de sus cavilaciones. Sirvió el vino tinto, precursor de los medallones de solomillo. Y de nuevo unos momentos de reposo, alterados tan sólo por algún comensal que solicitaba otra botella de agua. El tono de voz de los comensales se mantenía imperturbable. Sonrisas comedidas. La camarera de la mesa nº 17 comenzó a sentirse a gusto en aquel ambiente. Era distinto.
Hacia el final del banquete dos músicos subieron al reducido escenario. Antes de comenzar a entonar el consabido repertorio, saludaron a la concurrencia. Se apagaron las luces, y en vivo y en directo, sonaron de nuevo los acordes de la marcha nupcial, al tiempo que aparecía una tarta de varios pisos, coronada por la figura de una pareja de novios. Se levantaron los novios. El maitre ofreció al novio una espada. Éste, ayudado por la novia, hizo un corte en la plataforma inferior. Aplausos. Los músicos iniciaron los primeros compases del pasodoble que abría su actuación… Y fue entonces cuando los novios, subieron al escenario. Cesó la música súbitamente. Todos los ojos miraron al escenario. A una indicación de la novia los comensales hicieron de sus conversaciones murmullo. La camarera de la mesa nº 17 detuvo su actividad. Esperaba impaciente alguna palabra, algún gesto que le desvelara las sutiles diferencias que había estado observando a lo largo de todo el convite.
Fue entonces cuando los novios se dirigieron a todos para decirles: «Nosotros no queremos celebrar nuestra boda como los «paganos», que tan sólo se afanan por comer y beber. Nosotros no queremos que nuestra unión sea tan sólo la unión de la carne, que es caduca y está dañada por el pecado. Hace tan sólo unas horas nos hemos constituido en legítimos esposos ante Dios y ante su Iglesia, y por eso estamos celebrándolo con vosotros, que sois nuestra comunidad. En este día tan especial queremos anunciaros los bienes espirituales, los dones de arriba que no perecen. Queremos pediros que nos contempléis con los ojos del espíritu que miran más allá de la debilidad de la carne. Os pedimos que cuando veáis en nosotros el error, nos corrijáis, para conducirnos al buen camino… porque la Ley del Señor también os pide que nos corrijáis cuando abunde en nosotros el pecado. Os hemos invitado tan sólo a vosotros para evitar manchar esta ceremonia con quienes no creen en Dios, y cuyos dioses son diosecillos humanos, ídolos que perecen y no pueden salvar…» Los novios prosiguieron su parlamento…
La joven camarera de la mesa nº 17, sonrió levemente, movió la cabeza… y continuó sirviendo porciones de tarta nupcial a los comensales. Y, sin saber exactamente porqué, pasó el res-to del banquete pensando en la pequeña comunidad parroquial de su barrio, donde ella también reza…, celebra la eucaristía en los bajos habilitados como templo… y colabora con la Asociación de Vecinos, con la plataforma del 0’7, con una sección de alfabetización de inmigrantes dependiente de «Valencia Acoge»… y con los grupos juveniles. Cuando terminó el trabajo ya eran más de las tres y media de la madrugada… Vino a recogerle su novio. Mientras le llevaba a casa, se quedó absorta. Él le preguntó: «¿En qué piensas?» Ella, con aire ausente, bostezando, le dijo: «En nada, en la boda de hoy…» n
 
 
Decitas
 
La calidad como futuro: Empresa de Calidad Humana

E.Q.H.

Estamos en el 2000 y en un periodo de la historia en que la preocupación por la «calidad total» todo lo invade: empresas industriales, empresas de servicios, escuelas, transporte, restaurantes, productos… Todo bien empaquetado y con el sello de la Oficina de certificación correspondiente.
 
 
Mi «metabuscador» en la red me indica lo siguiente: “Mostrando resultados para «calidad». Se han encontrado muchas más direcciones con esta palabra. Para refinar la búsqueda sugerimos alguno de los siguientes términos frecuentemente asociados con esta palabra: empresa – alta – servicios – productos – diseño – servicio – precio – fabricación – control”… y más cosas.
Cuando los diferentes «patrones» de certificación de la calidad —la norma ISO 9000 o la EFQM— llegan al 2000, revisan a fondo sus parámetros, reformulan los criterios de evaluación y hablan, cada vez más, de la «excelencia» como meta. ¡Y hacen bien! La evolución de las cosas exige a la empresas una revisión profunda, al menos, cada seis años. ¿Aprenderemos algo de esto quienes tenemos parámetros que perduran en el tiempo por los siglos de los siglos?
Resulta interesante para nuestras entidades de Iglesia, realizar una lectura actualizada de la acción pastoral y del evangelio desde la clave fundamental de la calidad, o de la excelencia: “la capacidad de llenar las expectativas de sus clientes-destinatarios”.
Por lo visto es muy interesante hacer el esfuerzo por redefinir nuestra «misión» y nuestra «visión» con un lenguaje accesible a la mayoría de las personas y, en nuestro caso, de los jóvenes. ¡Es una de las primeras exigencias para certificar la calidad de una empresa, que nosotros decimos, tiene miras menos altas o menos transcendentes!
Bueno, pues todo esto encuentra otros aspectos complementarios en la idea sostenida por algunos grupos industriales que se esfuerzan en superar la perspectiva económica o productiva definiendo un “modelo de empresa por un mundo responsable y solidario” en lo que denominan como EMPRESA DE CALIDAD HUMANA (EQH).
Y eso sin salirse ni dejar de lado las demás exigencias de rentabilidad, producción y gestión de la empresa moderna. La cuestión aparentemente es muy sencilla: “¿pueden seguir actuando las empresas como hasta ahora, con el único objetivo de la maximización de beneficios y pensando que para solucionar toda la problemática de la sociedad ya está el Estado y las instituciones de ayuda y asistencia adecuadas?”
La respuesta de EQH, evidentemente, es no. Por ello da el salto a una nueva perspectiva: la calidad debe incluir una normativa ética basada en una serie de valores concretos en el seno de la empresa, tales como estos: 1/ Paz: silencio de las emociones y capacidad de actuar libremente; 2/ Armonía: asunción profunda del hermanamiento universal; 3/ Rectitud: cumplimiento del deber; 4/ Verdad: decir según pensamos y hacer según decimos; 5/ Amor: tener el bienestar y la felicidad de los demás como propios.
El perfil de esta página no permita ampliar el tema, pero sí plantearnos algunas cuestiones.
 
ÁNGEL MIRANDA
 

 
 
 
unsueño
 
Estar enamorado y amar
Jesús Villegas
 
Ayer me explicaba un amigo la diferencia entre estar enamorado y amar: «se está enamorado cuando se conoce a alguien al que uno encuentra tan guapo como a Sharon Stone, tan inteligente como a Einstein, tan divertido como a Woody Allen, tan fuerte como a Tarzán, tan elegante como a Carolina de Mónaco, tan entrañable como al osito de Mimosín y tan valiente como a Jesulín de Ubrique. Sin embargo, se ama cuando se constata que el otro es tan guapo como Einstein, tan inteligente como Jesulín de Ubrique, tan divertido como el osito de Mimosín, tan fuerte como Carolina de Mónaco, tan elegante como Tarzán, tan entrañable como Sharon Stone en «Instinto Básico» y tan valiente como Woody Allen; cuando somos conscientes de todo esto, pero nuestra vida no tiene sentido sin esa otra persona, entonces estamos amando».
Vayamos más allá del mundo de la pareja: es relativamente fácil enamorarse de los otros, es decir, admirar aquello que destaca y nos agrada del vecino. El asunto se complica cuando nos toca convivir con los que no sobresalen por nada, o cuando descubrimos en aquellos a los que queremos sus bajezas. Contamos, en estos casos, con dos alternativas: o desenamorarnos al instante, o elegir el camino más duro y humano: lanzarnos sin red a la sucísima tarea de amar.
Tenemos, pues, dos energías fundamentales para impulsarnos por la vida: o bien la fuerza de los enamoramientos, o bien la fuerza de los amores. Puedes moverte al compás de los distintos flechazos que en forma de persona, causa o moda te atraviesen el corazón, o llevar a cabo opciones duraderas en las que derrochar entrañas.
Termino: hay gente que pulula por el mundo. Son seres a los que sólo interesa el perfil agradable de la realidad. Cuando algo cuesta, renuncian a ello. Parecen incapaces de asumir que el mismo hecho de existir exige un esfuerzo a la vez hermoso y terrible, grandioso y ridículo. A estas personas les asusta soportar que el ser humano llora, tose, orina y suda; que el ser humano se equivoca, es mezquino y traiciona. Son los enamoradizos. Hay gente, al contrario, que, a pesar de nuestros más y nuestros menos, que a pesar de todo lo que oscurece el rostro humano, eligen al otro insistentemente, hasta sus últimas consecuencias. Son los que aman. Sobra decirlo, pero tú eliges. n
 
 
 

nuestrocuerpo

EQUILIBRIO

SIRO LÓPEZ
 
 
En otro tiempo se hablaba de disciplina. Método aparentemente eficaz, pues los resultados eran inmediatos. El cuerpo era tratado como en la forja, a base de fuego y de repetitivos golpes. Se lograba fraguar según el modelo establecido, consiguiendo una uniformidad que aportaba seguridad y consistencia.
Pasado el tiempo, la integración del cuerpo en la libertad de la persona se veía encorsetada por la pesada armadura del gran caballero. Eso sí, la armadura siempre estaba reluciente, noble, altiva, arrolladora allí donde pisaba. Daba la impresión de que nada se podía resistir a ella. Poco importaba si por dentro el sudor emanaba efluvios malolientes o si al andar, el roce de la armadura provocaba alguna que otra llaga. Con el paso del tiempo, la persona aparentemente intachable comenzaba a tener los síntomas internos de caducidad: la acidez. La felicidad tan anunciada solía ser la gran ausente.
Nos hemos ido dando cuenta que dicho método de la perfección anhelada, suponía unos ingredientes agresivos y sutilmente censores. Resumiendo y teniendo presente a Freud, me atrevo a decir que todo aquello que se reprime tarde o temprano se repite.
Nadie pone en duda que el cuerpo necesita canalizarse pero, ¡por favor!, nunca en línea recta. Nunca veréis un río recto a no ser que el hombre haya querido intervenir para poner orden, para que al río no le llegue el atrevimiento de empapar la tierra, para que no se entretenga formando recodos apacibles y llegue cuanto antes a su destino.
Si nos fijamos en la naturaleza, todo nace allí donde surge un encuentro. La semilla con la tierra, el día con la noche. Aparentemente todo parece desordenado. Por no detenernos en los componentes de la tierra, en las nubes, en el fuego… ¡Qué dichoso desorden y al mismo tiempo, que armonía y que creatividad! Comparemos un bosque natural y un bosque plantado por los humanos, cuyos árboles están en fila india, a la misma distancia y todos del mismo tamaño. Basta fijarse un poco para percatarse que tanto las líneas rectas como, sobre todo, los ángulos rectos son siempre creación humana (a excepción del algunos minerales que con gran sentido del humor han decidido cuadricularse). Estamos repletos de ángulos y de cortes. ¿No será que en nuestra ansia de eficacia y progreso estamos interpretando mal las palabras armonía y equilibrio? Quizás tengamos que buscar el equilibrio en la escucha interior de todo aquello que nos nace de dentro.
No me imagino las palabras amor, vida, felicidad, escucha, cuerpo, sexualidad, respeto, amistad, libertad, solidaridad… representadas por los ángulos de un cuadrado. Tampoco me imagino a Dios dentro de un triángulo.
Y tampoco encontraréis en todo vuestro cuerpo una sola línea recta. n
 
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