Somos la causa y la solución de nuestros problemas

1 noviembre 2011

Yogesh Sharda, experto en resolución de conflictos y desarrollo personal, ha trabajado con hospitales, gobiernos, empresas y jóvenes que han heredado los conflictos entre comunidades.
¿Cómo gestionar el estrés?
Hay un principio muy sencillo, pero que pocos practican, se trata de tener siempre presente que no puedes controlar las circunstancias ni a las personas. Lo único que puedes controlar es tu respuesta… Así que animo a las personas a que dejen de intentar controlar a los demás y empiecen a controlarse a sí mismas. Pero para tener autocontrol debes tener cierta fortaleza, que se alimenta con momentos de silencio.
A veces no sabes cómo salir de un atolladero, no sabes pensar.
Háblalo, obtén algún feedback de alguien con experiencia, y escribe lo que sientes para despejar tu mente. Yo lo uso mucho.
¿Usted es feliz?
La felicidad no es un destino, está dentro de cada uno, así que se trata de no bloquearla. Yo solía tener dudas sobre mí mismo, me comparaba, competía. Entonces trabajé la apreciación de mí mismo, el autorrespeto, y gradualmente esos hábitos de pensamiento inútil fueron disolviéndose.
¿Cuál es el secreto de la felicidad?
Respetar tu propio ser. Tener un sentido de propósito en tu vida, sentirte útil. Si dañas a los demás, su reacción acabará alcanzándote; la paz es la base de la felicidad.
¿Cómo afrontar la agresividad de otro?
Creo que nuestro estado de la mente atrae situaciones. Mantener la mente en un estado positivo transmite una energía que influye en lo que te rodea. Ante una tarea, llena tu mente de determinación y positividad, porque si tus pensamientos son débiles, también lo será el resultado. Pero los valores viajan despacio, es necesario ser paciente.
El amor es una de las causas de estrés.
Porque el amor emocional implica posesividad, control, exigencias, expectativas, celos, juegos de poder, dependencia, apego. Emociones que al principio no son visibles; sólo hay un gran “te quiero”, y tras él: “sólo si cumples mis deseos”.
…Y llega el desencuentro.
El amor es indisociable de la paciencia, la aceptación, el darse ánimos, elevar al otro. Pero para tener ese tipo de amor uno necesita ser espiritualmente fuerte. Si tengo una buena relación conmigo mismo, puedo tener una buena relación contigo.
¿Buena relación con uno mismo?
Me acepto, me hablo positivamente, me puedo mantener a mí mismo feliz. Es ese tipo de inteligencia emocional que todos deberíamos haber aprendido.
¿Alguna idea para conseguir ser amoroso y desapegado?
Cada mañana, al levantarse, pase unos momentos en silencio consigo misma, eso le ayudará a que surjan la paz y el amor, y a estar emocionalmente estable. Debemos conquistar el autorrespeto, el autocontrol y la habilidad de manejar las propias emociones; sólo entonces entramos en la relación con los demás y disfrutamos de ella.
Uno puede mejorar, pero cambiar…
El desarrollo personal o el viaje espiritual es un viaje de retorno. No se trata de convertirte en algo diferente a lo que eres. La naturaleza básica humana es alegría, paz, amor y respeto. Eso es lo que he descubierto dando cursos por todo el mundo.
A veces es necesario rebelarse.
El punto medio entre la pasividad y la agresividad es la asertividad, es decir: el autorrespeto y el respeto a los demás.
¿Y si te faltan al respeto?
El respeto no se exige. Si quiero cambiar el comportamiento de los demás hacia mí, he de mejorar mi autorrespeto. Y autorrespeto significa que no importa lo que digan, no voy a perder la paciencia ni mi felicidad.

Ima Sanchís

La Vanguardia 30/04/2011

 
 

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