En el nuevo curso que ahora comenzamos, ya en este primer trimestre, seguro que tendre­mos momentos de grandes asambleas y en­cuentros de grupos numerosos (de más de 30 miembros). Serán encuentros en los que ten­dremos que trabajar, convivir y programar en los diferentes ambientes educativos (grupos formativos y de tiempo libre, centros juveniles, parroquias, colegios, etc.).
Proponemos aquí una sencilla actividad para ese tipo de encuentros en los que partici­pan muchas personas. Ya ha sido experimenta­da con éxito. Se trata de realizar entre todos los participantes de dichos encuentros un «bingo humano».
 

• Objetivos de la actividad

– Conocerse una poco más y mejor entre todos, resaltando cualidades que desconocíamos de los compañeros y compañeras que están con­viviendo mucho tiempo juntos.
– Descubrir nuevos aspectos de cada uno de los participantes de forma lúdica y divertida.
– Acercarnos de una manera informal -que, además, impulsa la actividad participativa- a las personas que no nos acercamos tan si­quiera de una manera más formal.
– Iniciar el encuentro (de inicio de actividades, nuevos curso, etc.) distendidamente, rompien­do los hielos del cálido verano (distancias, dife­rencias, problemáticas del curso pasado, etc.).

• Desarrollo de la actividad

Se reparte a cada participante un «cartón», es decir, una hoja fotocopiada del estilo de la que se adjunta en la página siguiente.
Todos los participantes deben tener junto al cartón el correspondiente «boli».
Cada participante ha de conseguir hacer bin­go, esto es, llenar todas las casillas de su car­tón. Para ello ha de respetar las siguientes normas:

• No puede poner su nombre en ninguna de las casillas de su propio cartón.
• No puede repetirse ningún nombre de cual­quiera de los participantes en dos casillas

distintas del cartón (si el número de los participantes es menor de 56, se puede adaptar esta norma indicando que no se puede repetir ningún nombre de otro par­ticipante en la misma línea del cartón).

• Hay que comprobar cada uno de los datos que piden las casillas con los participantes a los que voy a nombrar en ellas.
• ¡No vale hacer trampas!

– Una vez explicadas las normas mínimas para echar a andar el juego, invitamos a los parti­cipantes en el encuentro -que, lógicamente, han de encontrarse en un local que permita el desarrollo del juego- a que se relacionen con los demás preguntándolos por las diversas características que pide cada una de las casi­llas del cartón.
– Para saber si se ha entendido el juego se pue­de hacer una prueba, indicando que cante «lí­nea» quien primero consiga cubrir los nomb­res de los participantes de una de las líneas del cartón.
– Aunque «gana» quien consiga hacer el bingo más rápidamente, el juego ha de proseguir hasta que la mayoría consiga su respectivo bingo.
Una vez que esto ha sucedido, se sientan to­dos y quien ha ganado, sale delante de todos. El animador que coordina el juego hará varias comprobaciones leyendo algunas casillas que sean particulamente vistosas, haciéndolo a la vista de todos. Según el modelo que presenta­mos en la página siguiente (un bingo realizado en los campamentos «ADS» de Galicia, para chicos y chicas de 12 a 14 años de edad), sería interesante sacar algún participante que apa­rezca en las casillas: 15 (que habla dos len­guas), 17 (que sepa imitar a personajes famo­sos), 21 (que declame poesía), 23 (que sepa cantar una canción), 33 (que sepa andar con las manos), 35 (que sepa hacer el mimo), 36 (que sepa hacer magia), 41 (que sepa «hacer de pa­yaso»), 53 (que sepa contar chistes), 55 (que se­pa bailar «muñeiras»).
 

XULIO C. IGLESIAS

 
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