El verano es el tiempo fuerte de encuentro con uno mismo, con los demás, con nuestro entorno y, para nosotros creyentes, todo esto nos encuentra con Dios. Y el mes de agosto es el mes de los campamentos urbanos donde descubrimos a un Dios en el ruido, en la rapazada, en la ciudad semideshabitada, en lo cotidiano de nuestra vida urbanita con ese “plus” de humanidad veraniega.
En el campamento urbano que organiza la Asociación Xuvenil Amencer de Ourense, los días que no hay salida de todo un día se dedica la mañana a descubrir jugando la ciudad, pero, por las tardes, debido a las altas temperaturas del mes de agosto, se realiza una oferta distinta a la de las mañanas: ofertamos lo que denominamos “Tardes del urbano”, que consisten en convertir la base del campamento urbano en un parque de atracciones casero.
El objetivo es conseguir que los chicos y chicas convivan y disfruten de un tiempo libre educativo acompañados de animadores y animadoras mayores que ellos y basándose en sus centros de interés. Para ello las aulas del edificio de Educación Primaria se convierten en nuestro parque de atracciones. En cada sala hay una oferta distinta:
- Sala de juegos: la característica principal es el juego libre.
- Ludoteca: juegos dirigidos para pequeños grupos.
- Tebeoteca-biblioteca: sentados en sillas o en la moqueta, podemos leer.
- Mesa de redacción de la revista del campamento: escritores e ilustradores aficionados crean nuestra propia revista.
- Bareto, con posibilidad de comprar un helado, un agua o una golosina sin tener que salir del recinto del campamento urbano.
- Salas de talleres de manualidades con una oferta variada para cada sala y cada día… Aquí cada uno se lleva un recuerdo “hecho a mano”.
- Velada final: los ensayos para el fin de fiesta del campamento se repiten una y otra vez… “La fama cuesta”.
- Videoteca: película en pantalla gigante con o sin forum…, y siempre con una divertida presentación grabada o al natural.
- Scalextric para veteranos con más curvas y puentes de lo normal. Para principiantes…, una buena moqueta y cojines nos ayudan a pasarlo en grande;
- Ping-pong, varias mesas para poder aprender unos de otros, tipo taller, o para realizar competiciones relámpago.
- Futbolines varios para jugar individualmente o por parejas;
- Play station y/o wii con juegos educativos de fútbol, carreras y siempre sin sangre ni violencia.
- Torneos deportivos de futbol-sala, baloncesto y bádminton: equipos de amigos o equipos que se organizan minutos antes del partido… Lo importante es jugar y vivir deportivamente.
- Exhibiciones deportivas: deportes minoritarios que en nuestra ciudad tienen prestigio: simultáneas de ajedrez, gimnasia rítmica, rugby…
- Visitas a la ciudad: vivir el parque de bomberos, ver el circuito de trenes en miniatura, visitar las termas con el tren turístico…
- Taller de radio: informar día a día en una radio local sobre el campamento urbano con entrevistas, canciones dedicadas, noticias…
- Grafittis: un muro entero que pintar con pinceles o con spray, siempre con creatividad y buen gusto.
- Grandes juegos a media tarde, tipo gymkhanas, por equipos, etc.
- Casa del terror: un teatro que se convierte en una casa con mucho misterio y muchos sustos…
- Animación de patio en un patio cubierto, con toallas de juegos, hula hop, zancos, cuerdas, indiacas, pelotas de todo tamaño y estilos, discos, ringo gol… y animadores incansables jugando y animando sin parar.
- Terraza: zona con mesas, sillas, sombrillas tipo terraza de un bar, para parar, charlar, jugar a las cartas…
- Dj’s con un animador coordinando a chicos y chicas que ambientan musicalmente los exteriores del campamento;
- Revival: lo que cada año propongan los participantes del verano pasado…
Lógicamente nos falta lo más importante, en terminología neoliberal, “los recursos humanos” (sic); o sea, en terminología educativa, “los animadores y animadoras”. Ellos son los que convierten una escuela de Primaria en un parque de atracciones donde triunfan la ilusión, creatividad, alegría y encuentro. ¡Quién dice que no se ven milagros…! ¡Feliz verano de encuentros!
Xulio César Iglesias