Herminio Otero
 
Los jóvenes no existen (y además dejan de serlo en unos pocos años): lo que sí existen son muchos grupos distintos de jóvenes. Muchos y muy variados: cada vez más numerosos y cada vez más diferenciados, aunque hay algo común a todos ellos. He aquí este retrato de “un grupo enorme de jóvenes que tienen en común la noche, la música, la estética y, en muchos casos, las drogas.”
El retrato se debe a LOLA DELGADO y DANIEL LOZANO en su libro Tribus urbanas. Guía para moverse con soltura entre frikis, solidarios, cool, cuterfamosos… (La esfera de los libros, MADRID, 2004).
A través de festivales de música, de manifetaciones, de noches de clubes, de fiestas y, sobre todo, de entrevistas, los autores fueron conociendo más de cerca a estas tribus urbanas a las que despojan de toda connotación negativa.
Son grupos de jóvenes que pueblan la selva del asfalto, en la que conviven, y que usan las nuevas tecnologías, con internet a la cabeza: han revolucionado los hábitos y han inventado nuevas formas de relación en grupo. En el entramado de la red alimentan su filosofía foros, chats, e-zines, web insólitas. Cualquier cosa para que el mundo sepa cómo piensan, cuál es su etiqueta y qué les diferencia de los demás.
Sea un exhibicionismo encubierto o una forma de entender la vida, ahí están, cambiando cada día como el mundo que habitan. Muchas tribus resurgen con el “neo” delante: hoy todo se copia, se revisita, se customiza. Y se mezcla: el mestizaje tribal es otra característica de este siglo XXI. Muchas tribus optan por picar de una y de otra, dan pinceladas de aquí y de allá… Y ahí andan los jóvenes buscando y reconstruyendo su lugar cada día.
Nosotros estructuramos aquí solamente algunas características. Lo bueno será acudir al original, lleno de datos, de humor y de ironía.
El Cuaderno Joven (p 14) reproducimos también –muy pequeñitas­ las ilustraciones de Bernat Lliteras y damos, como siempre, algunas
pautas para trabajar a partir de ellas.
Otro libro con el mismo título (P-O COSTA, J. M. PÉREZ TORNERO y F. TROPEA, Tribus urbanas, Paidós, Barcelona 2000) abunda sobre el mismo tema, aunque con otra orientación expresada ya desde el mismo subtítulo del libro: “El ansia de identidad juvenil: entre el culto a la imagen y la atoafirmación a través de la violencia”. Investigaron las tribus urbanas como potenciales fuentes de agresividad pero las descubrieron, ante todo como el resultado de innumerables tensiones, contradicciones y ansiedades que embargan a la juventud contemporánea: “La neotribalización de los jóvenes responde a un fenómeno de hondo calado.
Piensan que adolescentes y jóvenes solían ver en las tribus la posibilidad de encontrar una nueva vía de expresión, un modo de alejarse de la normalidad que no satisface y, ante todo, la ocasión de intensificar sus vivencias personales y encontrar un núcleo gratificante de afectividad. “Se trataba de una especie de cobijo emotivo por oposición a la intemperie urbana contemporánea que, paradójicamente, les llevaba a la calle”.
He aquí un retrato… para abrir boca.