TRIDUO PASCUAL

1 marzo 2005

Álvaro Ginel
 
La Iglesia considera que es su deber celebrar la obra de salvación de su Divino Esposo con un sagrado recuerdo, en días determinados a lo largo del año. Cada semana, en el día que llamó “del Señor”, conmemora su resurrección, que una vez al año celebra también, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua. En el ciclo del año desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y el nacimiento hasta la Ascensión, el día de Pentecostés y la expectativa de la feliz esperanza y venida del Señor. Al conmemorar así los misterios de la redención, abre la riqueza de las virtudes y de los méritos de su Señor, de forma que se los hace presentes en cierto modo, a los fieles para que los alcancen y se llene de la gracia de la salvación (SC 102).
 
 

  1. CELEBRAR EL TRIDUO PASCUAL

 
La celebración del Triduo Pascual tiene muchos adversarios:
– Es tiempo de vacación y es muy importante salir de las grandes aglomeraciones.
No hay conciencia en el pueblo cristiano de la importancia de la celebración del Triduo Pascual.
 
La pretensión de mantener la presencia física en la comunidad parroquial ordinaria es algo que sólo entienden muy pocos. Conviene recordar:
– El Triduo Pascual es una unidad, una sola realidad. Este aspecto hay que señalarlo bien. No hay tres realidades de fe, sino un solo misterio de fe: pasión, muerte y resurrección de Jesús.
– Es el corazón del Año Litúrgico. Todo comienza y se organiza desde este centro de la fe y de la celebración del misterio de Jesús.
– Sobre la fecha de la Pascua, el llamado calendario eclesiástico determina la fecha de la Pascua de Resurrección midiendo el año por el cómputo Juliano-Gregoriano, calculando la fase lunar a partir del primero de enero según el plenilunio, de manera que el Jueves Santo siempre coincida con la luna llena. Mientras para el resto de actividades occidentales fechamos según el sol, para celebrar la Pascua lo hacemos según la luna. La Pascua es celebrada el domingo que sigue al plenilunio después del 21 marzo, o sea, entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Antes se celebraba con la forma judía, o sea, el día 14 de la luna de marzo, en cualquier día de la semana; o bien, siempre el 25 de marzo. La unificación de la fecha Pascual se produce en el concilio de Nicea, del año 325: cuando el sol en primavera atraviesa el Ecuador tiene lugar el equinoccio, cuya primera luna llena se produce en jueves, celebrándose la Pascua al domingo siguiente. Así se fijan el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección. En el fondo latía la adecuación o el distanciamiento de los usos pascuales de la sinagoga judía, así como la exaltación del domingo como fecha de la Resurrección por encima de cualquier otra consideración.
– No desvincular el Triduo Pascual de la celebración cuaresmal.
– El Triduo Pascual tiene formas concretas de celebración en cada lugar: procesiones, tradiciones, gastronomía, actos piadosos, etc. Es importante contar con estas realidades que, si se miran bien, están cargadas de un profundo sentido antropológico y cristiano. Pero hay que llegar al corazón de las cosas.
– Lo que da sentido a cada uno de los días del Triduo Pascual es la proclamación de la Palabra.
 
Con todas estas premisas proponemos algunas pistas para la celebración del Triduo Pascual en dos direcciones: sugerencias y materiales.
 

Triduo Pascual, es decir, “triduo del paso” (Ex 12,1-8.11-14) del Señor. Celebrar el Triduo Pascual es dejar que Dios pase por mi vida y sumerja en las aguas profundas algo de mi vida que no es libertad, que es esclavitud. La vida de cada persona tiene necesidad de una liberación. Cada uno sabemos dónde nos aprieta el zapato… Celebrar este Triduo Pascual es decir a Dios: “te doy permiso para que pases por mi vida”. El paso de Dios por mi vida tiene consecuencias. Dios pasa cambiando, encaminando hacia la libertad y la felicidad.

 
 

  1. JUEVES SANTO

 

  1. Sugerencias

 
– La mañana del Jueves Santo es, para muchos, una mañana de desplazamientos. No es tiempo pascual la mañana del jueves.
– Es poco real, en esta situación, pensar en una celebración penitencial, como se hacía en algunas comunidades primitivas. Mejor dejar vacía de celebración la mañana del jueves, también para que la gente comprenda que el Triduo propiamente dicho comienza al atardecer, con la misa de la Cena del Señor.
– En los lugares donde no hay un presbítero, reunir a la asamblea y celebrar la memoria de Jesús con una gran acción de gracias, con los signos que son posibles entre iguales.
– Para los que no podrán asistir a las celebraciones por “imperativos” familiares, profesionales: confeccionar un folleto con el sentido de cada uno de los días del Triduo y las citas (o los textos íntegros) de las lecturas, y un pequeño comentario y el salmo principal de Laudes o Vísperas, o uno de cada una de estas Horas. Lo que no se puede hacer en comunidad, que se haga personalmente.
 
Dar importancia
 
. La fiesta:
ornamentación de la iglesia (menos que el día de Pascua, pero festiva). Es cierto: pasaremos de la fiesta a la tragedia, visto de tejas abajo. Visto en contexto de fe, pasamos de la fiesta a la entrega por amor hasta la muerte.
– gloria cantado.
– sonido de las campanas que después callarán hasta la noche del sábado.
– preparación de la mesa del altar con mimo (en algunos sitios donde la comunidad no es muy amplia, hoy preparan una gran mesa donde todos tienen un sitio).
 
. El contenido de la fiesta:
– lo que Jesús hizo con los suyos.
– el sentido de lavar los pies (tarea, en tiempo de Jesús, importante como puede ser para nosotros hoy en verano dar la posibilidad de que un peregrino se dé una ducha o un baño), tarea reservada a los esclavos no a los amos.
– la Eucaristía surge en contexto de servicio (lavar los pies) y de entrega (tomar y comed).
– el amor se hace presencia, cercanía, pan: de ahí la admiración, la adoración, el misterio del amor, el misterio de nuestras presencias que ayudan, empujan, dan vida, hacen vivir, desvivirse para que el otro viva.
comunidad organizada en la que alguno obra en nombre de Jesús. El que representa a Jesús está más obligado a servir, a ser para los demás.
– día para comulgar bajo las dos especies de pan y de vino.
 
. Algunos detalles para la liturgia:
– la incultura religiosa es muy grande. El papel del monitor en la celebración tiene su importancia. Dar sentido a lo que hacemos, por ejemplo, la no despedida de la celebración al final (por esto no ha hecho nada más que comenzar y continuará al día siguiente; no se nos despedirá de la celebración hasta la Vigilia Pascual porque, en realidad, es una única celebración); el traslado del Santísimo al “Monumento” en recuerdo de la oración de Jesús y de la soledad en que Jesús entra, abandonado hasta de sus más íntimos (el mismo Padre parece que hace oídos sordos…). Otro elemento que la gente suele ver y no entiende: el despojo de los altares, el sagrario abierto… Con todas estas cosas, se está invitando a las fieles a centrarse sólo en la pasión del Señor. No hay celebración de la Eucaristía. La celebración es la oración, la meditación, el ayuno, la centralidad dada a la Palabra y no al sacramento.
 

  1. Materiales

 
(Todos los materiales están pensados para grupos sin presencia de presbítero)
 
Oración
Tú nos has amado hasta el final
has ido más lejos de lo que podíamos pensar,
has ido más lejos de lo que a nosotros se nos ocurriría,
has amado como nadie nos amó jamás.
 
Tú nos has amado hasta el final,
hasta el extremo del sufrimiento,
hasta el extremo de lo posible.
 
Tú nos has amado hasta el final
porque no sabes amar de otra manera,
porque todo lo que viene de Dios es derroche de amor,
porque la acequia de Dios va llena de agua siempre, de amor,
porque todo lo tuyo es infinito, sin límites,
porque nos quieres con amor de Dios.
 
Tú nos has amado hasta el final…
 

Acción de gracias

Bendito seas, tú, Señor, Dios del universo,
por tu Hijo Jesús,
en quien hoy nos manifiestas el gran amor que nos tienes.
Tu Hijo es el justo,
tu Hijo es el cordero entregado a la muerte,
tu Hijo es la alianza nueva
que estableces con nosotros.
 
Bendito eres, Señor,
por tu Hijo Jesús.
La tarde memorable de su despedida de entre nosotros
se reunión con los íntimos.
Se abajó hasta lavarles los pies
y así se hizo siervo de todos.
Después sitió todo el amor que le tenías
y el amor que nos tenías
y tomó el pan
y tomó el vino
y pronunció la bendición
y se hizo él mismo para nosotros
pan y vino,
alimento de salvación.
Bendito seas, Señor.
 
Cada vez que comemos este Pan
y bebemos este Vino
hacemos memoria del amor que nos tienes,
de la salvación que nos otorgas,
del perdón que nos ofreces.
 
Bendito eres, Señor,
Por tu hijo Jesús
el Fiel,
el Justo,
el Santo,
el Cordero entregado.
Nos quedamos sin palabras,
nos quedamos sin respuestas,
nos quedamos en silencio
contemplado la obra de tu amor
realizada por tu Hijo.
Gloria a ti por siempre.
Gloria a tu Hijo
y gloria al Espíritu
que sigue manteniendo entre nosotros
la obra de la redención.
 

La Hora

Es la hora de la verdad.
Es la hora del cumplimiento.
Es la hora de amar como nadie amó jamás.
 
Es la hora.
y tú, Jesús, aceptas la hora,
tomas tus responsabilidades,
tomas la cruz,
tomas a la humanidad sobre ti
y caminas hacia la entrega.
 
Es la hora
y tu hora, Jesús,
me hace pensar en los momentos
en los que me llega la hora
de decir sí,
de seguir adelante,
de cumplir mi palabra,
de afrontar mis responsabilidades,
de perdonar y acoger,
de dar la cara por ti,
de decir no para mantener mi sí a ti,
de amar sin esperar nada inmediatamente,
de callar y esperar en ti,
de alimentarme en el silencio de la oración.
 
Cuando me llega la hora
Señor, siempre tengo excusas
para salirme con la mía.
 
Esta noche, Señor, al hacer memoria
de tu hora,
te pido la fuerza que necesito
para vivir yo mi hora
con al confianza en el Padre
con que tú la viviste.
 
Soy débil,
soy frágil,
soy como Pedro,
digo que no te conozco,
que no tengo nada que ver contigo;
soy como los discípulos,
a la hora de la verdad,
desaparezco.
Señor, que la confianza en el Padre
me dé fuerzas para vivir
mi hora
como hijo confiado en las manos del Padre.
 
 

  1. VIERNES SANTO

1. Sugerencias

 
– La celebración del Viernes Santo es sin sacramentos. Muchas personas no comprenden esto y tienen la sensación de que al Viernes Santo le “falta algo”. No le falta nada.
– Es celebración: el ayuno y la abstinencia de este día, la oración de los Laudes, el silencio, la meditación de la Palabra, la austeridad, la adoración de la Cruz.
– En algunas celebraciones, sobre todo de “pascuas con familias o con jóvenes”, por no entender esta manera de celebrar, se llena el día de hoy de “muchas cosas”. Nada más en contra de la verdadera celebración. Lo mejor para celebrar bien este día del Triduo Pascual es el desierto, el silencio, el ayuno, la Palabra y la oración.
– Hoy también es el día de las procesiones en silencio, de los via crucis silenciosos…
– No es un día de “muerte desesperada”, sino de cumplimiento del plan de Salvación. En todo esto que celebramos no hay ausencia de Dios, sino presencia misteriosa de Dios. Dios no nos ha abandonado y Dios no abandona a su Hijo.
 
Dar importancia
 
. La Liturgia de las Horas:
– el Oficio de lectura, en el momento del día que mejor convenga. Es una llamada a la meditación.
– las Laudes por la mañana, mucho mejor que el piadoso ejercicio del via crucis. Aunque se celebren a media mañana, cuando la gente puede. Será preciso ayudar a entender la estructura y los salmos.
 
. La celebración de la tarde:
– la entrada silenciosa, con la postración (no tenemos palabras para celebrar la muerte de Jesús, sólo nos queda caer de bruces, anonadados. ¡Esto es demasiado! El amor de Dios manifestado en Jesús es como para caer y no levantarse…).
– las lecturas de la Escritura, verdadera joya del día, con imágenes como la del siervo.
– durante muchos siglos, la liturgia romana no tuvo más “plegaria universal” que ésta del Viernes Santo. Es posible que nos hayamos acostumbrado a la “oración de los fieles”. Hoy tiene un significado totalmente especial: Le decimos al Padre, por medio de Jesús, en la hora de su muerte, que tenga en cuenta realidades de nuestro mundo. El Misal romano propone unas intenciones que no se deberían saltar así como así, aunque las formulemos de otra manera. Cuidar también el ritmo de la plegaria: enunciación del tema / silencio / oración / canto o estribillo de la asamblea.
– la procesión y adoración de la cruz; no se trata sólo de hacerlo, sino de hacerlo bien, con sentido. Besar la cruz no es una devoción, es un acto de fe. Es importante lo que se canta o lo que se escucha mientras la adoración de la cruz: ¿Qué te he hecho? ¡¡Respóndeme!! Tener preparado un lugar oportuno para colocar la cruz al final de la celebración de manera que el pueblo la pueda adorar.
. el silencio en la celebración; medir qué se canta. Sobriedad máxima hoy.
 
. Después de la celebración:
– en algunos sitios tiene lugar alguna procesión, o via crucis.
– una buena manera de continuar la celebración puede ser la oración comunitaria en silencio, orar juntos en silencio durante un buen tiempo.
– en algunos lugares se podría pensar en encuentros religioso culturales sobre la evolución de la cruz en el arte y las representaciones de ésta a lo largo del tiempo.
 

2. Materiales

 
(Todos los materiales están pensados para grupos sin presencia de presbítero)
 

Viernes Santo

Hay días que no vemos el sol,
hay días que nos hacemos muchas preguntas,
hay días que hasta nos preguntamos,
¿dónde está Dios?
Si es hijo de Dios, ¡que lo demuestre!
Si Dios existe, ¡que hable!
Si Dios existe, ¿por qué tiene que pasar lo que pasa?
 
Sí, hay días en los que el creyente
reza y reza en su corazón:
Dios, no veo tu rostro, y sé que estás.
Dios, no veo salida, y sé que existe.
Dios, no comprendo tu plan, y sé que tienes un plan.
Dios, no entiendo tu modo de amar, y sé que me amas.
Dios, no entiendo nada, y en la noche, creo.
 
Hoy es Viernes Santo,
un día como tantos otros días,
con su misterio y con su promesa.
Pero, hoy, Dios,
se juntan todas las preguntas que nos hacemos,
y no sabemos responder;
se juntan todos los comportamiento tuyos
que nos sublevan
o nos provocan hasta el extremo de gritar:
¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué nos has abandonado?
Y después de gritar nuestro abandono
confesamos:
En tus manos me abandono.
En tus manos me entrego.
 
Hoy es Viernes Santo
y , Señor, nos invitas a entrar en el misterio
del dolor,
de la muerte,
del silencio,
de la espera,
de la total confianza,
del total abandono..
 
Hoy es Viernes Santo
y, Señor, mientras unos te increpan
se mofan de ti,
como ayer en el Calvario,
otros oran:
Acuérdate de mí cuando estés en tu reino,
o confiesan:
Verdaderamente este es Hijo de Dios.
 
Hoy es Viernes Santo
y, Señor, te pido
que abras mi corazón y mis ojos
para poder contemplar el misterio del amor
en esos dos palos en cruz
donde está el Salvador del mundo.
 
Hoy es Viernes Santo
y, Señor, te pido
que pueda entender en silencio admirativo
tanto misterio de vida y de muerte
que cada día me sorprende.
 
¿Qué te he hecho?
¿Qué te he hecho?
¡Respóndeme!
(Habla Dios)
Te puse en medio de esta tierra como “señor”,
te hice a imagen y semejanza mía,
te doté de libertad y de un corazón capaz de amar,
todo lo puse bajo tus pies.
Y te has hecho tan “señor”
que quieres ser el “rey del mundo”
y te olvidas de mí.
 
¿Qué te he hecho?
¡Respóndeme!
¡(Habla el hombre)
¡No me preguntes Señor!
No tengo palabras, no tengo razones.
Salí de casa.
Busqué otros dioses.
No olvidé tu amor.
Perseguí, eso sí, amores.
Me quedé sin amor.
Sentí la soledad.
Me acordé de tu amor.
No tengo palabras.
No tengo razones.
Vuelvo, pecador, a ti.
 
¿Qué te he hecho?
¡Respóndeme!
(Habla el hombre)
¡No me preguntes, Señor!
Me sentía seguro.
Me sentí fuerte.
Me creí prepotente.
Comencé a andar.
Me hundí en el mar.
Llegué hasta el fondo.
Me cercó la muerte.
En el abismo me acordé de ti,
grité y tú me salvaste,
fuiste mi salvador.
Mi fuerza y mi poder no soy yo.
Mi fuerza y mi poder es el Señor.
No tengo palabras.
No tengo razones.
Hoy vuelvo a ti.
¿Qué te he hecho?
¡Respóndeme!
(Habla el hombre)
¡No me preguntes, Señor!
Vivía con el grupo de los discípulos.
Me cansé.
Preferí mis grupos.
Preferí ir a mi aire.
Me quedé sin nadie.
Me quedé sin fe.
Me reía de todo.
Me decía que todo era cuento.
Me quedé sin fe.
Me quedé sin Dios.
Perdido y descarriado
me encontraste.
Tú sólo saliste a buscarme.
Los que eran amigos,
se olvidaron de mí,
me dejaron solo.
No me preguntaste nada.
No me reprochaste nada.
Me abrazaste
y entendí:
tú nunca te habías olvidado de mí,
aunque yo me había olvidado de ti.
No tengo palabras.
No tengo razones.
Hoy vuelvo a ti.
 

Plegaria Universal

Monitor: La Iglesia ha recibido en encargo de anunciar la buena Nueva. Oremos para que en la Pasión de Cristo encuentre la fuerza del testimonio y del amor.
Silencio.
Presidente: Reaviva, Señor, en tu Iglesia la alegría del testimonio y del anuncio del Evangelio.
 
Monitor: Pusiste al Pedro como piedra de la Iglesia para que confirmara en la fe a los hermanos. Oremos para que el Espíritu dé fuerza y prudencia al Papa.
Silencio.
Presidente: Confirma en la fe y en el servicio al Papa para que continúe siempre siendo luz y fuente de unidad para los creyentes.
 
Monitor: Ministros ordenados y pueblo de Dios, todos somos llamados a ejercer la corresponsabilidad de la misión recibida. Oremos por nuestro obispo y por los presbíteros y diáconos de nuestra Iglesia local, por los seglares comprometidos en tareas apostólicas, por el pueblo santo de Dios.
Silencio.
Presidente: Dios de misericordia, danos a cada la fuerza de responder a la vocación recibida y a la llamada que tú nos haces.
 
Monitor: En cada comunidad hay niños, adolescentes, jóvenes y adultos que se preparan para el Bautismo u otros sacramentos. Oremos para que quienes están en un proceso de fe acojan al Señor resucitado.
Silencio
Presidente: Mira, Señor, con bondad a los que pronto recibirán el Bautismo o los demás sacramentos y llénalos de la fuerza de tu Espíritu.
 
Monitor: Los discípulos de Jesús estamos divididos. Oremos por los cristianos de todas las confesiones y por los que trabajan a favor del Ecumenismo.
Silencio
Presidente: Señor, ayúdanos a progresar en el camino de la unidad, signo de tu Reino en la tierra.
 
Otras intenciones: por los judíos, por los que buscan a Dios a tientas, por los que se alejaron de la fe, por los que vuelven a la fe después de unos años de lejanía, por los hombres y mujeres de buena voluntad, por nuestro mundo agitado y complejo, por los que sufre el egoísmo de los poderosos, por los que sufren en su cuerpo y en su espíritu, por los que estamos aquí presentes, por los principales conflictos que hoy tiene planteada la Humanidad….
 
Un tiempo de silencio
(Para grupos reducidos)
Preparar un lugar recogido, con música suave. Será un tiempo largo de silencio. Quienes han preparado el encuentro de silencio y oración hacen una breve monición: estamos aquí para callar, para hacer silencio, para admirar lo que Dios ha hecho por nosotros, para rezar.
Nos valemos de los elementos que salen en las narraciones de la pasión: cruz vacía, vinagre, corona de espinas, lanza, clavos, matillo, sudario, cruces junto a la cruz, vestidos arrancados, personajes al pie de la cruz (este aspecto podría valer por sí solo, omitiendo las cosas materiales).
Se presenta cada elemento (con la cita bíblica, si se desea). Sigue silencio de unos 10 minutos, según la madurez del grupo, para meditar lo que ese elemento o personaje nos sugiere, sobre su actualidad en mí, en la sociedad, en la Iglesia, en el mundo… Con grupos menos preparados, se puede acortar el tiempo y dar alguna pista de reflexión sobre lo que sugiere cada elemento.
Al final, adoración de la cruz y canto de victoria.
Todo esto que hemos meditado es propter nostram salutem, para nuestra salvación.
 

  1. SÁBADO SANTO

 
Sugerencias
– La mejor manera de celebrar el Sábado Santo es la nada. Tiene que entrar en la conciencia del pueblo de Dios que el Sábado Santo se celebra “sin nada”. Es el único día en que la Iglesia sólo tiene una celebración: la Liturgia de las Horas. Todo lo demás, sobra: reuniones, líos. Si alguien quiere celebrar bien el Sábado Santo que haga silencio (habilitar un lugar austero en la parroquia para el silencio), que celebre las Laudes, que ayune, que eche una mano en la preparación de la Vigilia pascual. Es todo.
. Es difícil distinguir el Sábado Santo de la Vigilia Pascual. El Sábado Santo se refiere más a la mañana y la primera parte de la tarde. La Vigilia Pascual tiene identidad propia. Su momento propio es la noche. Se nota una tendencia a adelantarla con la excusa de que “los que vienen son mayores”. Pero no deberíamos caer en esta tentación. La media noche es su verdadera hora.
– Hay que considerar como verdadera celebración la preparación de la celebración de la Vigilia Pascual. Quizá sea el medio más práctico de vivir la Vigilia. Cuantos más miembros participen en la celebración, mejor. Y no se trata sólo de decir lo que hay que hacer sino de dar explicaciones de por qué hacemos esta noche lo que hacemos. Hoy es un día en el que conviene que haya un maestro de ceremonias, un encargado general de la celebración que dirija los diversos momentos y cuide el ritmo del desarrollo de la celebración. El presidente bastante tiene con presidir bien, sin andar preocupado de lo que hay que hacer.
– Es curioso constatar que las iglesias se llenan más el Miércoles de Ceniza o el Domingo de Ramos que la noche pascual, para celebrar la Resurrección de Jesús.
. No estaría de más que miembros de la comunidad cristiana se ofrecieran para traer y llevar a las personas mayores a sus casas, de manera que no nos falten los mayores en la noche pascual.
– Como es tan escasa la cultura religiosa y la cultura litúrgica, convendría ofrecer a los fieles ya sea por la mañana o antes de la celebración un tiempo de “información” para comprender mejor los momentos y los ritos de la celebración de la Vigilia Pascual. Es la celebración más rica de la Liturgia romana.
– En la celebración tiene un puesto destacado hoy el canto, la música, las lecturas, las procesiones…
 
Dar importancia:

. La Liturgia de las Horas:
Oficio de lectura, en el momento del día que mejor convenga.
 
. La Vigilia Pascual:
– los cuatro elementos vertebrales de la celebración: fuego y aclamación de Cristo resucitado; lecturas bíblicas; renovación promesas del Bautismo; celebración Eucaristía.
– marcar las diferencias: a) fuego (recuerda el camino por el desierto, guiados por la luz del Señor; reunirse en un lugar lo más lejos posible de la iglesia para dar sentido a la procesión hacia el templo en plena noche, con las luces encendidas poco a poco abriéndonos camino el Cirio; dejar un momento de silencio para contemplar el fuego, siempre evocador); el pregón, de pie, en actitud de acogida, (como se acogen las grandes noticias, las que nos ponen en pie, en marcha, en actitud gozosa). b) lecturas, paseo por los mejores pasajes y momentos de la historia de salvación, de la intervención de Dios; elegir bien cuáles se proclaman, de acuerdo con la capacidad de escucha de la asamblea; procesionar el leccionario para darle más sentido y relevancia; procesión del evangelio y relieve del canto del Gloria y del Aleluya; acoger el anuncio de la resurrección con las lámparas encendidas; buscar equilibrio entre los momentos de silencio, de canto, de escucha; los salmos de respuesta a las lecturas son bellísimos, gustarlos. c) recuerdo del Bautismo, es el sacramento del paso, de la novedad, de la noche a la Vida; es nuestra personal pascua que nos hace comunidad; cada vez es más frecuente el sacramento del Bautismo de niños o de adultos; insistir en la profesión de fe, para hacerla necesitamos de todos los que delante de nosotros creyeron, las letanías son eso; dejar que hable el agua, como signo de salvación; no encender lámparas en este momento; que todos puedan venir a hacer la señal de la cruz en el agua bendecida, o tomar un recipiente y llevarla a casa; que la aspersión, el recipiente, los signos sean precisos, solemnes, bellos, que hablen más allá de lo que se ve. d) la Eucaristía, procesión de dones, preparación del altar lo más florido y bello posible, cantos…; al final de la Eucaristía, en el momento del envío, encender las lámparas e invitar a todos a salir a la noche y poner luz en medio de las tinieblas, invitar a hacer y ser en la vida lo que hemos hecho y vivido en la celebración.
Vigilia Pascual: es un tiempo de vela, de por sí, largo. Estamos de vigilia, de vela, esperando “algo y alguien” importante. Vigilia: espera en clima de contemplación, de oración, de escucha de lo mejor que Dios ha hecho por nosotros que nos prepara a recibir “la guinda” de la acción de Dios, lo que esta noche hace por nosotros como colofón de su plan de salvación para todos nosotros: el anuncio de la resurrección.
hoy es Pascua, y la celebración de la Vigilia arrancha donde ayer la dejamos nuestra celebración. Hoy sí hay despedida solemne, cosa que no se tenía desde el Jueves Santo.
 

La lógica de las lecturas de la Vigilia Pascual
 
1ª. Creación, Génesis 1,1-2,2
Dios crea y todo era bueno.
2ª. Abrahán, padre de los creyentes, Génesis 22,1-18
Dios sale a favor del hombre que se ha fiado totalmente de él.
3ª. Paso del mar Rojo, Éxodo 14,15-15,1
Dios opta por su pueblo y lo libera.
4ª. La voz de los Profetas, Isaías 54,5-14
Renuevo de la promesa de alianza.
5ª. La voz de los Profetas, Isaías 55,1-11
La palabra de Dios es fecunda y no vuelve a él vacía.
6ª. La voz de los profetas, Baruc 3,9-15.32-4,4
Cumplir los preceptos del Señor es camino seguro.
7ª. La voz de los profetas, Ezequiel 36,16-28
Nos dará un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
8ª. Las Cartas den Nuevo Testamento, Pablo a los romanos 6,3-11
El bautismo incorporación a Cristo.
9ª. Evangelio de uno de los sinópticos.
Anuncio del acontecimiento de la resurrección. Todo lo anterior apuntaba a este hecho, culmen de la acción de Dios. Todo lo anterior proclamado se cumple en este hecho que es: nueva creación, nueva profesión de fe en Dios, nuevo éxodo, nueva alianza, nueva vida, nuevo espíritu. Nada de lo que Dios dijo y prometió ha quedado en el vacío. Todo ha sido cumplido en esta noche de resurrección.

 
 

  1. VOCABULARIO PASCUAL

Cincuentena pascual

Siete semanas de fiesta, siete semanas que son como un gran día; va del domingo de Pascua al domingo de Pentecostés (7 x 7 + 1 = 50).
Dentro de esta semana, tienen realce especial: la primera semana u octava de Pascua y la Ascensión.
 
Pascua
Fiesta principal de los cristianos, también de los judíos. Ellos celebran el éxodo, cuando fueron liberados de Egipto, con Moisés al frente. Nosotros, celebramos la resurrección de Jesús, nueva y definitiva liberación.
Pascua viene de “pesah” y significa “ salto, tránsito”. El ángel del Señor pasó por encima (saltó) de las casas de los judíos. El pueblo de Israel pasó, saltó el mar sin perecer en él. Jesús “pasó” de la muerte a la Vida.
 
Triduo Pascual
Antes era conocido como “Triduo Santo”. Abarca el Viernes, Sábado y Domingo. El Jueves es triduo pascual porque se contabiliza litúrgicamente, no cronológicamente. Cuando celebramos la Cena del Señor ya es “día siguiente”. Las grandes fiestas, en la liturgia, comienzan siempre la víspera, con las I Vísperas. Triduo Pascual es como un solo día, una celebración que comienza el Jueves por la tarde y termina el Domingo de Resurrección.
 
Vigilia Pascual
Noche del Sábado Santo a Domingo de Resurrección, la celebración más importante de todo el año. Celebramos la Eucaristía más importante de todo el año. Cada domingo del año será “recordar” el acontecimiento de la Noche santa.
 
Aleluya
Palabra hebrea que significa “alabad a Yahvé, alabad a Dios”. Es una expresión compartida por judíos y cristianos. Es el canto propio de la Pascua. Precede siempre a la proclamación del evangelio en la celebración eucarística (salvo en Cuaresma).
 
Cirio Pascual
Es la gran “lumbre” que encendemos en la Vigilia Pascual. De ella se enciende el Cirio, que va al frente de la procesión en medio de la noche y representa a Cristo guiando a sus fieles. Cristo que es luz y que ilumina a todos y vence la noche. Durante siete semanas preside nuestros altares. Después, su sitio es la pila bautismal.
 
Sacramentos pascuales
Son el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. Este tiempo es el tiempo primordial de estos sacramentos.
En Pascua también la celebración de otros sacramentos es muy significativa, como la Unción de enfermos, o la Reconciliación.
Todos los sacramentos brotan del hecho de la Resurrección de Jesús.
 
Pentecostés
Palabra griega que significa “quincuagésimo”. Pentecostés es el día final de la cincuentena pascual.
Los judíos celebran en Pentecostés la “fiesta de las semanas” con la alegría de la recolección agrícola y de la alianza pactada con Dios en el Sinaí a los cincuenta días de la salida de Egipto.
 
Cumplimiento pascual
Esta expresión alude al cumplimiento del mandamiento de la Iglesia de comulgar y confesar al menos una vez al año, y, el tiempo oportuno es el tiempo de Cuaresma o Pascual. Para facilitar que todos pudieran “cumplir por Pascua”, las comunidades parroquiales solían organizar encuentros especiales (charlas, conferencias, reuniones, misiones, etc.) que culminaban con la confesión y comunión por Pascua.
 
BIBLIOGRAFÍA

Álvaro GINEL, Celebrar el Triduo Pascual. Orientaciones y materiales, CCS, Madrid.
Jose María RUEDA, ¿Qué te pasó Jesús?, CCS, Madrid.
Álvaro GINEL, El Triduo Pascual, CCS, Madrid.
Eugenio ALBURQUERQUE, Memoria de la Pascua de Jesús, CCS, Madrid
Nando GARCÍA, Camino hacia la Pascua, CCS, Madrid.
Isidro LOZANO-José RODRÍGUEZ PACHECHO, … Y prepararon la Pascua I, II, III, CCS, Madrid.