¿Una dimensión virtual de la parroquia?

1 abril 2007

Ángel Miranda
 

  1. Motivaciones desde la realidad

 
Este tema lo sugiere una situación cambiante en los esquemas de comunicación y de presencia pública de las distintas organizaciones que, a través de las tecnologías de información y comunicación, tratan de llegar por diferentes cauces a sus destinatarios.
– En general, las parroquias atienden muy bien a los que vienen. ¿Podemos hacer algo más de lo que ya hacemos bien para llegar a los que no vienen?
– A la parroquia, en algunos casos, llega preferentemente gente “mayor” que pensamos que no usa internet… aunque la gran mayoría hoy tienen teléfono portátil.
– Aun siendo verdad que muchas personas mayores no usan internet, sí lo usan sus hijos o sus nietos. Seguro que si los abuelos, por ejemplo, muestran interés por este tema, vendido a los mayores como un medio para que los jóvenes establezcan contacto con la parroquia, aunque no vengan,  si les piden que como favor de familia les atiendan ese aspecto, algunos lo harían.
– Muchos de los jóvenes de la comunidad parroquial, que son también los que nunca aparecen por la iglesia, no tienen internet en casa, pero casi todos tienen dirección de correo electrónico, lo cual significa que lo miran. No digamos nada del móvil.
– La página web de la parroquia, está bien, pero sirve para quienes ya tienen interés en el mundo parroquial, (los que vienen). Difícilmente buscará la página de la parroquia quien está alejado del tema. De ahí la posibilidad de que acepten que sea la parroquia la que entra en su pantalla o en su teléfono.
– La reacción para tener que ir a leer nuestros anuncios o noticias en la cartelera es la que se da ante cualquier esfuerzo. Sin embargo los mensajes que lleguen al correo personal o al teléfono portátil, ciertamente les llega, sin esfuerzo y aunque no abran la página…
– La parroquia y nuestros anuncios pertenecen a una cultura de “venta especializada” que sigue siendo válida. Pero no podemos olvidar que estamos en una cultura de “supermercado”. Nuestra gente recibe en ordenador o en móviles multitud de mensajes… Basta ver el efecto del “pásalo” en el 12 y 13 de Marzo…¿Por qué la parroquia va a dejar de lado la posibilidad de  hacerles llegar otros “productos parroquiales” que habitualmente no se ofrecen en la parroquia.
– La parroquia tienen unos “horarios” mientras que los móviles e internet están abiertos 24 sobre 24 horas. Y los jóvenes, sobre todo, abren cuando quieren, valorando mucho el recibir algo “personalizado” porque llega a “su” correo.
– Nuestra cultura suele ser de mensajes muy completos: homilías, charlas, celebraciones… y estamos en una cultura de mensajes breves, slogans, de corta duración, de usar y tirar…
– De cara a los jóvenes, la parroquia, la escuela  o el centro juvenil atiende a grupos de jóvenes que “están”, que pertenecen a familias o personas afines… pero hay otros jóvenes en el colectivo de la Comunidad Parroquial que no “están” aunque estén en otros grupos. Renunciamos a establecer algún punto de posible encuentro con ellos? ¿tendrían en cierto modo “derecho” a recibir algún estímulo desde la parroquia?.
– La pastoral juvenil parroquial presta servicios a los que vienen pero no agota las expectativas y las posibles necesidades de los que no vienen o de los que vinieron y se olvidaron de venir… Lo que se pide a las escuelas profesionales de “acompañar” a los jóvenes en su ingreso al mundo del trabajo, podría ser para nosotros un esquema de cierto acompañamiento cuando parecen haber terminado su relación “oficial” con la parroquia.
– Todos tenemos amigos y conocidos que, aunque hayan dejado aquello por lo que en algún momento estuvieron cerca de nosotros,  siguen ocupando un espacio en nuestra amistad, en el recuerdo, en el mensaje corto de Navidad o de la llamada telefónica de aniversario… Cabe algún paralelismo con quienes se convierten en “antiguos” usuarios de nuestra parroquia. ¡La óptica o la academia de conducir nos recuerda la caducidad o la conveniencia de la revisión!
– La dinámica evangélica es “llamar a la puerta” y no esperar a que nos llamen… contando siempre con porcentajes de respuesta que ¡hay más alegría por uno solo que…!
 
Posibles propuestas
 
En esa clave, y un primer intento a “vuelabit” (antes de mirar en internet“parroquia virtual” o una virtual parish, paroisse vituelle, paróquia virtual,parrochia virtual o expresiones similares…)  tenemos muchas posibilidades:
– Recabar direcciones e-mail por parte de quienes quieran para hacer una Comunidad Parroquial Virtual, donde caben news, “foros”… cosas muy sencillas.
– Que metan nuestros correos o el número de nuestro móvil en sus memorias informáticas.
– Posibilidad de recordarles aniversarios de experiencias cristianas: confirmación, boda, primera comunión… Eso se llama “fidelización” del cliente.
– Posibilidad de poner en marcha las “visitas domiciliarias” de la Virgen, por ejemplo, personalizadas, pero virtuales.
– Pensar en la posibilidad de llegar a adolescentes y niños que ya tienen en casa su correo. Si lo hacen durante el tiempo o los años de catequesis… unos porcentajes importantes se enganchan y, aun yéndose físicamente, seguirán en contacto.
– Posibilidad de continuar el contacto todo el año, también durante el período de “vacaciones” e intervalos de los calendarios parroquiales oficiales.
– Difusión de noticias, campañas, slogans, de ámbito parroquial, diocesano, eclesial.
– El mensaje de la semana hecho Power Point, frase o slogan… El del tiempo litúrgico fuerte, la felicitación de Pascuas, el recuerdo de aniversarios y fiestas, etc.
– Horario de escucha joven en messenger a lo largo de la semana con diferentes especialistas: abogados, médicos, sociólogos, voluntarios de nuestra Comunidad Parroquial que ejercen ahí su voluntariado profesional. En concreto, cosas de este tipo están resultando bien en ambientes escolares cuando algunos tutores han optado por caminos de este tipo.
– Invitaciones, recuerdos, ecos de lo que está pasando…
– Posibilidad de generar la curiosidad hacia otras propuestas pastorales y de compromiso, aunque  no sean necesariamente de contenido religioso.
– Convocatorias de actividades parroquiales nuevas:

  • ejercicios o convivencias para jóvenes cristianos que no suelen frecuentar laparroquia o que no saben que pueden existir tales actividades,
  • oferta de algún servicio que puede interesar a personas concretas: contactocon las bolsas de trabajo existentes en el ámbito parroquial, disponibilidad de locales de estudio en épocas de exámenes, algún servicio de tipo informático,
  • apertura de espacios o sesiones de debate sobre temas de actualidad, ofertade alguna experiencia nueva de charla, debate, mesa redonda, testimonio con café, un chocolate de tarde o un aperitivo de domingo … o con música añadida, por ejemplo: el Código da Vinci, educación a la ciudadanía, Religión en la escuela sí o        no,  otras de carácter ciudadano o temas más cercanos a la vida parroquial que generen, espacios de encuentro juvenil,
  • provocación de interrogantes de sentido,
  • jornada de convivencia o propuesta vocacionales para quien habitualmente se mueve en otros andurriales,
  • propuestas de voluntariado social, cultural, …
  • encuentros por intereses: padres, inmigrantes, ética profesional, a acompañantes de enfermos,
  • sentido de “propiedad” sobre la vida parroquial,
  • en marketing, hablaríamos, de nuevo, de “fidelización” a la “marca” que ofrecemos,
  • y podemos seguir sin necesidad de entrar sólo en colocar, textos y textos doctrinales, o lecturas u homilías,
  • se trata de ir provocando “comunidad” entre quienes reciban… y se pueden crear en torno a muchos intereses diversos (cultura de supermercado)…

 
Se trata de ir detectando y creando no sólo la Comunidad Parroquial, sino también una Comunidad de Comunidades virtuales agrupadas en torno a intereses, en un mundo donde lo virtual va ocupando cada vez más espacios de la vida personal y social.
Podemos peguntarnos si “no nos entienden porque no vienen o no vienen porque no nos entienden”. ¡Y eso que nos preocupa ser “significativos”!. Podemos ser significativos con la “cartelera de la puerta” para quienes están en esa cultura. Es el paso de la tablilla de ciego, al mural, a la diapositiva, a la transparencia, al cañón… Es el paso de la hoja a multicopista a la fotocopia y de ahí al disquette, al pen driver, al I-Pod o a la PDA
Vemos a los jóvenes y, cada vez más a adultos, con los auriculares puestos… y nuestro mensaje lo queremos transmitir, a veces, con señales de humo, si no preferimos quedarnos en los capiteles medievales o en las pinturas de Altamira como “visuales” interesantísimos y creativos… (¡que lo fueron!).
La pregunta, ¿no será que cuando ellos han cambiado ya el sistema operativo a windows o a Linux nos empeñamos en mantener el msdos? Claro que es necesario como base de todo software, pero que no es el espacio donde se encuentran los programas.
En un mundo globalizado “medos, partos, elamitas… y todos entendían… Y se admiraban!”.
O sea, es cierto que en la comunidad parroquial… unos “venden y vienen a traer lo que sacan a los pies de los apóstoles”, otros “venden” pero no “vienen” y otros “ni venden ni lo traen”. Y Pablo se fue al areópago aunque…
El planteamiento intenta abrir la puerta y darnos una vuelta por esos nuevos “areópagos o grandes superficies” donde los jóvenes se encuentran. Y van hasta allí aunque muchas veces queden a desmano  “lejos del centro”.
Para terminar, claro que es fácil que el método nos parezca fuera de “nuestras” posibilidades. Otro tema es si este “nuestras” es el del equipo clerical de la Parroquia o el de la Comunidad Parroquial. Si encontramos gente para cantar o para leer en las celebraciones o para visitas de enfermos o paraCáritas, ¿no vamos a encontrarla para atender a la CPV (comunidad parroquial virtual) o como queramos llamarla?. El mecanismo podría ser plantearlo como posibilidad de promover la dimensión “misionera” de nuestra Comunidad Parroquial, saliendo a “tierras”, a areópagos donde se habla de “muchos dioses, incluido el desconocido”  Aunque en muchos casos nos resulten muy lejanas.
Es importante partir de la base de que todos estos esquemas tienen sus códigos que debemos respetar:

  • no podemos pensar en entrar en casa todos los días, pero sí estudiar diferentes posibilidades, sobre todo aprovechando sus horarios “virtuales” en muchos casos.
  • los mensajes tienen que ser cortos. La gente clicka si no ve todo de golpe,
  • empleo de diversidad de estilos y motivos (supermercado),
  • evitar sistemas spam y ofrecerlo para quienes quieran,
  • las “audiencias” serán muy diversas. Unos se conformarán con saber que han pensado en ellos y ni lo leen, otros lo leen, otros contestan (los menos), algunos los comentan…(efecto multilicador…),
  • crear “listas” conforme intereses, etc.

Una oportunidad podría ser que entreguen posibles datos en Navidad, como gesto de que nos abren las puertas “virtuales” de su casa. Un elemento clave será que la implantación o desarrollo del sistema cuente con los órganos de participación de la Parroquia: consejo parroquial, equipos parroquiales, grupos de catequistas, etc.