En las Navidades de 1965 un educador, ya fallecido, enviaba a otro educador amigo una postal de Navidad con el siguiente texto:
Dr. Año Viejo Mundólogo Receta para el Año Nuevo Buen humorcín………. 60 gotas Pacienciamina………… 500 gramos Comprensión forte….. 1 kilogramo Mézclese con la mayor cantidad posible de amor. Tómese durante 365 días. Dr. Año Viejo |
Es una felicitación para todo el año. Y puede que para todo el siglo XXI. Y nos atrevemos a decir que para todo el milenio, que algunos dicen que comienza ahora. O sea, una receta que hay que practicar cada día.
Por eso, después de todo, hay que meter las manos en la masa y ponernos manos a la obra, al menos durante el día de hoy. Así iniciaremos el siglo (cuando sea) e inauguraremos el milenio con nuevas energías y fuerzas.
HERMINIO OTERO
Para hacer 1 Aplicar la receta entre los educadores. ¿Sirve para ahora? ¿Qué falta? 2. Elaborar otras sencillas recetas, algo más amplias, en las que incluyan las características esenciales para llevar a cabo la misión: ¿Cuál sería la receta del educador de la fe? ¿Y la del profesor de religión? ¿Y la del animador de la pastoral con jóvenes? 3. Concretar algunas pensando en los jóvenes. ¿Cuál sería la receta para ser y mantenerse joven? ¿Y para que los jóvenes de hoy sean constructores de una nueva realidad mañana? ¿Y para que los jóvenes sean jóvenes de verdad? 4. Que ellos mismos concreten otras recetas: para vivir el futuro con esperanza, para transformar el presente creando futuro… 5. Preparar varias tarjetas de felicitación con esas recetas o elaborar otras específicas. Enviarlas después a los destinatarios correspondientes. |