Utopía: ayer, hoy y… ¿siempre?

1 enero 2000

TEXTOS PARA LA REFLEXIÓN

Se propone aquí una serie de textos que presentan algunas formulaciones históricas de la utopía, otras tantas críticas a dicha temática y, por último, diversas formulaciones de lo más propio de la utopía cristiana. Son textos para la reflexión y el compromiso.

 
Utopía es un término de origen griego, que significa lo que no se encuentra en ningún lugar. Aparece por primera vez en la obra de T. Moro (1516), que da origen, en el Renacimiento, a una literatura «utópica». El rasgo más característico de estos autores es: la crítica radical de la existencia inhumana que producen las nuevas formas económicas y la propuesta de lo que debería existir como modelo de convivencia social. Después del Renacimiento, esta corriente utópica se multiplica; y está presente no sólo en la literatura, sino también en la filosofía, en el pensamiento social y en la vida cotidiana.
 
En su recorrido histórico, el término se complica, se torna ambiguo y polémico. Mientras algunos la critican y condenan, refutando el criterio de posibilidad de su realización o sus mismos objetivos, otros, como E. Bloch, defienden que la utopía es motor de la historia y objeto de la esperanza humana. En medio del debate, la reflexión cristiana ha propuesto también recuperar la conciencia y la capacidad utópica en el interior del cristianismo a partir del redescubrimiento de su carácter escatológico y de la centralidad del Reino de Dios en el mensaje de Jesús.
 
Los textos que seleccionamos, después del cuadro-esquema de las grandes utopías, giran en torno a estos tres núcleos; es decir, presentan diversas formulaciones históricas de la utopía, muestran algunas de las críticas y explicitan lo más propio de la utopía cristiana. Añadimos, como ejemplos utópicos, una nueva declaración de los Derechos Humanos y un mensaje cristiano. La pretensión es sencilla: suscitar la reflexión y el compromiso. Es posible que venga provocada por la simple lectura de los textos; pero van acompañados en cada uno de los bloques, de pautas de trabajo para encuentros de reflexión en grupos de jóvenes. Se trata de una oferta suficientemente amplia, que puede ser susceptible de una oportuna selección.
 

LAS GRANDES UTOPÍAS

Constelaciones

Fuentes

Contenidos

Influencias

Utopía ucrónica

Biblia.

HESÍODO: Los trabajos y los días.Mitología: el mito de Prometeo.

Mito universal del Paraíso perdido por una culpa, pero recuperable por un redentor o expiación. La edad de oro. Creencia en una ciudad ideal ignota: El Dorado, Jauja…

Milenarismos.

Colón confunde el Orinoco con el paraíso. Visión popular y sensual del paraíso.

Utopía ejemplar

PLATÓN: República.

ARISTÓTELES: Política.

ARISTÓFANES: La asamblea de las mujeres.

Esparta como fondo. Laicización del paraíso. Ciudad ideal regida por intelectuales. La eumonía: ley igual para todos.

Justa distribución de bienes (o comunidad). Eugenesia. Orden.

T. Moro.

Comunismos.

Utopía cristiana

SAN AGUSTÍN: La ciudad de Dios.

Ideal del Imperio cristiano, basado en el amor a Dios y entre los cristianos. Superación de la ciudad terrenal.

Sustrato del Cristianismo del Medioevo.

Concepto

de utopía

T. MORO: Utopía.

Isla perfecta por sus instituiciones, costumbres. Ideal: modelo basado en el humanismo, cultura, justicia, eliminación de clases sociales.

Superación de Platón. Profecía del Socialismo.

Creación del concepto de «utopía».

Utopía

de la belleza

Arquitectura Renacimiento.

Humanismo.

Dos ideas: ciudad ideal, urbanismo con implicaciones místicas. Culto a la belleza sensorial.

HOMBRE IDEAL: El cortesano, El príncipe.

Utopías de la sensualidad.

Utopía radical

MUNSTER, teólogo con espada.

Sectas religiosas fanáticas.

Líderes carismáticos.

El cielo en la tierra: solución armada contra la injusticia social, «venganza y justicia divinas», liquidación de los ricos, autoridad basada en la Biblia. Grandes revueltas sociales campesinas; posteriores venganzas.

Milenarismos mesiánicos.

Defensa de desheredados: «La utopía es la capacidad de entusiasmarse revolucionariamente».

Pansofía:

Utopía

de la ciencia

R. LLULL: Ars magna. COMENNIO: Cristiano-polis. BACON: Nueva Atlántida – Instauratio magna.CAMPANELLA: Ciudad del Sol.

Pansofía: el saber universal. Síntesis cristiana, reconciliando ministros cultos y sabios.

Heraldos ciencia: Bacon, Campanella, Bruno. Grandes científicos: Kepler, Galileo, Newton. Filósofos reconciliadores: Descartes, Leibnitz, Espinosa, Locke.

La ciencia como mito.

La tecnocracia.

Eupsiquias: utopías

del espíritu

«Savants» franceses de la Enciclopedia.

ROUSSEAU: El buen salvaje – El Emilio.

VOLTAIRE: El Dorado.

SUMMERHILL: Walden.

Exaltación de la vida en/con la naturaleza. Valor del instinto, de lo irracional. Fe en el progreso. Laicización costumbres.

Antropología comparada. Crítica, cultura y religión. Pre-revolución.

Un hombre nuevo por educación distinta.

Educación activa.

Valor de lo irracional.

Primacía sociedad frente a egoísmos.

Utopía sexual

MARQUÉS DE SADE.

MORELLY.

Descubrimiento islas exóticas (Tahití, por ejemplo).

Provocada por liberación de costumbres, descubrimiento de climas cálidos y exuberantes, junto al mito de los pueblos liberados. Relaciones sexuales distintas: el sexo como fiesta, «chacun selon son goût».

El eros como meta.

Anti-represión.

Grupos contraculturales.

Utopía social

Socialistas utópicos: OWEN, FOURIER, SAINT-SIMÓN.

Comunistas: MARX, ENGELS, LENIN, MAO.

Anarquistas:PROUDHON, BAKUNIN, KROPOTKIN.

Sistema social, político e ideológico con aspiraciones comunes: control o supresión de propiedad privada, Estado, autoridad… Crítica del capitalismo, con propuestas de solución colectiva aunque divergentes en los medios para conseguirlo: revolución o evolución.

Nuevos modelos de sociedad, de Estado y de hombre.

El paraíso en la tierra.

Utopía

contracultural

MARCUSE, mayo del 68, RACIONERO, TILLICH, ROSZAK,

Freudo-marxismo.

Replanteamiento total de la visión del mundo, sexo, sociedad; nuevos valores, marginados algunos; formas más imaginativas de vivir. El «homo ludens», más sensual; sexualildad polimorfa. El trabajo creador. El ocio enriquecedor.

Contracultura. Grupos rebeldes-revolucionarios: bear, hippies, provo, comunas, ecologismo, feminismo.

Antiutopía

CHERSTERTON, FORTERS. HUXLEY:Mundo feliz.

ORWEL: 1984.

El progreso como autofágico, el futuro como amenaza; la llegada de los regímenes totalitarios, controladores; la pérdida de la intimidad; la técnica en manos de la destrucción material o psíquica. El paro, hambre, sequía, contaminación, armamentismo.

Ciencia ficción terrorífica. Aplicaciones destructoras de la ciencia. El invierno nuclear, la guerra de las Galaxias. Ingenería genética incontrolada.

Fuente: E. BRÍA, Utopía-Moro, Alhambra, Madrid 1986.

 
 
 
 

  1. ALGUNAS FORMULACIONES Y REALIZACIONES HISTÓRICAS

 
La utopía se ha pensado y representado de muchas maneras (cf. Cuadro adjunto). Los textos de este primer bloque ofrecen un rápido recorrido histórico, que muestra precisamente la complejidad de su representación, desde los sueños utópicos de la «Edad de oro», a la utopía concreta y comprometida de los hombres y mujeres de nuestro siglo, pasando, por ejemplo, por la utopía nietzcheana del superhombre o la marxiana de una sociedad sin clases. La sugerencia pedagógica mira tanto a fijarse en los rasgos que aparecen en todas ellas, como a la posibilidad de analizar simplemente alguna con mayor detenimiento.
 
«Edad de Oro»
Comenzó la Edad de Oro. La buena fe y la justicia eran las únicas leyes. No se conocían aún los motivos que impulsaban al hombre ni los suplicios. En este siglo feliz se desconocían aún esas amenazadoras coacciones materiales que sirven de freno a la licencia. No se sabía de ningún criminal que temblase en presencia de un juez, porque el pueblo no necesitaba jueces. Nadie había pensado en hacer galeras de los árboles sin hojas para ir hacia lo desconocido. Cada cual vivía en su nativa tierra. Las ciudades sin fosos ni murallas, eran un segurísimo refugio. Y si se reputaba inútil al soldado, ¿quién podía pensar en trompetas, cascos y espadas? El ciudadano tenía asegurada una existencia dulce y tranquila. La tierra, sin necesidad de que el arado la rompiese, daba toda suerte de frutos. Todo el año era primavera. Céfiros y rosas pugnaban ante los ojos; deslizaba un río divino de leche y de néctar y en los troncos de los árboles se recogían panales de miel.

  1. OVIDIO,Las Metamorfosis, Espasa-Calpe, Madrid 1980, 19.

 
 

q Utopía

He llegado a la conclusión de que si no se suprime la propiedad privada, es casi imposible arbitrar un método de justicia distributiva, ni administrar acertadamente las cosas humanas. Mientras aquella subsista, continuará pesando sobre las espaldas de la mayor y mejor parte de la humanidad, el angustioso e inevitable azote de la pobreza y de la miseria… Estoy lejos de compartir vuestras convicciones —le dije yo a Rafael—. Jamás conocerán los hombres el bienestar bajo un régimen de comunidad de bienes. ¿Por qué medios se podrá conseguir la prosperidad común si todos se niegan a trabajar? Nadie tendrá un estímulo personal, y la confianza en que todos trabajan le hará perezoso… No me extraña que pienses así —replicó Rafael—. No puedes hacerte idea de lo que se trata, o la tienes equivocada. Si hubieras estado en Utopía, como yo he estado, si hubieses observado en persona las costumbres y las instituciones de los utopianos, entonces, no tendrías dificultad en confesar que en ninguna parte has conocido república mejor organizada.

  1. MORO,Utopía, Alianza, Madrid 1984, 104-105.

 

q El superhombre

Ahora es cuando la montaña del futuro humano está de parto. Dios ha muerto: ahora nosotros queremos que viva el superhombre. Los más preocupados preguntan hoy: ¿Cómo se conserva el hombre? Pero Zaratustra pregunta, siendo el único y el primero en hacerlo: ¿Cómo se supera al hombre? El superhombre es lo que yo amo, él es para mí lo primero y lo único, —y no el hombre: no el prójimo, no el más pobre, no el que más sufre, no el mejor—.

  1. NIETZCHE,Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid 1972, 383.

 

q Una sociedad sin clases

La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, maestros de gremios y oficiales, en una palabra, opresores y oprimidos, han estado siempre en constante antagonismo, han mantenido una lucha ininterrumpida, velada unas veces y otras abierta; lucha que terminó siempre con una transformación revolucionaria de la sociedad entera o con la destrucción común de las dos clases en lucha… La moderna sociedad burguesa, salida de las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido los antagonismos de clase. No ha hecho sino sustituir por las antiguas a nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, nuevas formas de lucha. Sin embargo, el carácter distintivo de nuestra época, la época de la burguesía, es de haber simplificado los antagonismos de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado… Cuando en lucha contra la burguesía el proletariado se una necesariamente en una clase y si mediante la revolución se erige en clase dominante y en cuanto clase dominante suprime por la violencia las viejas relaciones de producción, suprime al mismo tiempo las condiciones de existencia para el antagonismo de clases y de las clases en general, y, por tanto, su propia dominación de clase. En sustitución de la vieja sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismos, surgirá una asociación en la que el libre desarrollo de cada uno será la condición del libre desarrollo de todos.

  1. MARX,El manifiesto comunista, Ayuso, Madrid 1975, 72-73.96.

 

q Progreso y manipulación

Es lo contrario, exactamente lo contrario de esas estúpidas utopías hedonistas que imaginaron los antiguos reformadores. Un mundo de miedo, de ración y de tormento, un mundo de pisotear y ser pisoteado, un mundo que se hará cada día más despiadado. El progreso de nuestro mundo será la consecución de más dolor. Las antiguas civilizaciones sostenían basarse en el amor o en la justicia. La nuestra se funda en el odio. En nuestro mundo no habrá más emociones que el miedo, la rabia, el triunfo y al auto-rebajamiento. Todo lo demás lo destruiremos, todo. Ya estamos suprimiendo los hábitos mentales, que han sobrevivido de antes de la Revolución. Hemos cortado los vínculos que unían al hijo con el padre, un hombre con otro y al hombre con la mujer. Nadie se fía ya de su esposa, de su hijo ni de su amigo. Pero en el futuro no habrá ya esposas ni amigos. Los niños se los quitarán a las madres al nacer, como se les quitan los huevos a la gallina cuando los pone. El instinto sexual será arrancado donde persista. La procreación consistirá en una formalidad anual como la renovación de la cartilla de racionamiento. Suprimiremos el orgasmo. Nuestros neurólogos trabajan en ello. No habrá lealtad; no existirá más fidelidad que la que se debe al Partido, ni más amor que el amor al Gran Hermano. No habrá risa, excepto la risa triunfal cuando se derrota a un enemigo. No habrá arte, ni literatura, ni ciencia. Cuando seamos omnipotentes no necesitaremos más ciencia. No habrá ya distinción entre la belleza y la fealdad. Todos los placeres serán destruidos. Pero siempre, no lo olvides, Winston, siempre habrá el afán de poder, la sed de dominio, que aumentará constantemente y se hará cada vez más sutil… Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano incesantemente.

  1. ORWELL,1984, Destino, Barcelona, 287-288.

 
Sísifo feliz
Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. También él juzga que todo está bien. Este universo desde ahora sin dueño no le parece ni estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada destello mineral de esta montaña llena de noche, por sí solo forma un mundo. La misma lucha hacia las cumbres basta para llenar un corazón de hombre. Hay que imaginarse a Sísifo feliz.

  1. CAMUS, El mito de Sísifo (Obras comp. II), Aguilar, Madrid, 214.

 
Una organización eficaz
Creo que sobre este aspecto podemos considerar estar de acuerdo, incluso con nuestros mismos adversarios. Ningún economista burgués de cierta seriedad no está hoy en la situación de negar la efectiva posibilidad de eliminar el hambre y la miseria con las fuerzas productivas materiales e intelectuales ya técnicamente existentes y de negar que todo lo que pasa hoy es el resultado de la organización socio-política del mundo.

  1. MARCUSE,El final de la utopía, Ariel, Barcelona 1968, 24.

 

q Estímulos y respuestas exactos

El gobierno de Walden Dos tiene todas las virtudes de la democracia, pero ninguno de sus defectos… Ponemos un gran cuidado en averiguar la voluntad del pueblo. No tenemos campañas electorales para falsificar los problemas u oscurecerlos con recursos emotivos. Por el contrario, llevamos a cabo un estudio detallado sobre el grado de satisfacción de los miembros. Cada uno de ellos dispone de un conducto directo a través del cual puede elevar protestas a los Administradores o incluso hacerlos llegar a los Planificadores. Y estas protestas se toman con la misma seriedad del piloto de avión que escucha un ruido anormal de los motores. No hacen falta leyes o policía para obligar a un piloto a prestar atención cuando el motor falla. Tampoco necesitamos leyes para obligar a nuestro Administrador de Productos Lácteos a preocuparse por cualquier epidemia que pueda propagarse en las vacas… No tenemos policía, ejército, fusiles ni bombas que confieran fuerza a unos pocos. Desde el punto de vista de la fuerza física, los miembros están siempre claramente en el poder… La usurpación del poder supone una amenaza sólo en una cultura competitiva. En Walden Dos, el poder o está aniquilado, o es tan difuso que la usurpación es prácticamente imposible.
B.F. SKINNER, Walden Dos, Fontanella, Barcelona 1968, 321-325.
 

q Utopía cotidiana

A esta hora en que los politicólogos discuten sobre la crisis de las ideologías y los filósofos sobre si la Utopía es una esperanza o una escapada de frustrados… aquí, en un pueblecito pequeño de la provincia de Sevilla y en el corazón de la Andalucía jornalera, nosotros, hombres y mujeres con el azote a cuestas del 65 por 100 de la población activa en paro, por pura necesidad y porque es preciso construir a esta hora de tanta palabra inútil en medio de tanta desgracia, hemos decidido ir poniendo de pie nuestra utopía… Nos hemos percatado de que no basta con definir la utopía, ni siquiera con pelearla frente a las fuerzas reaccionarias, sino que es preciso construirla aquí y ahora, ladrillo a ladrillo, con paciencia pero sin pausa, hasta hacer realidad los viejos pero no imposibles sueños del hombre de tener pan para todos, libertad repartida a trozos entre los ciudadanos y cultura para poder leer, con el respeto debido, la palabra paz. Hemos podido descubrir que no podemos perder más tiempo, que hay que poner en práctica desde ya los sueños que pensamos realizar pasado mañana. Y nos hemos puesto a la tarea. Modestamente. Porque modesta es nuestra utopía. Y modestos son nuestros medios y terribles las resistencias y los zarpazos de un capitalismo en crisis, que necesita alimentarse de los débiles para salir de su grave enfermedad. A sabiendas de nuestras limitaciones, y a sabiendas de que nuestro castillo de arena puede ser aplastado por cualquiera de los gigantes que nos rodean… en medio de los gigantes, estos hormigos pequeños han decidido utopiar.
J.M. SÁNCHEZ GORDILLO, Alcalde de Marinaleda,
en artículo aparecido en diversos medios de comunicación.
 
 

n PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

  1. Analizar cada una de las utopías reseñadas: a/ Subrayar los rasgos utópicos de cada uno de los textos; b/ Aspectos positivos y aspectos críticos que aparecen en ellos; c/ ¿Existen algunos rasgos comunes en estas formulaciones utópicas?
  2. Reflexionar sobre la necesidad y posibilidades actuales para la utopía: ¿es necesaria?, ¿se trata de una necesidad psicológica, social, política?, ¿qué proyectos utópicos del pasado se han realizado históricamente?, ¿qué posibilidades existen hoy de «utopiar»?
  3. El último texto presentado describe la utopía concreta de un pueblo de Andalucía: a/ Analizar la utopía propuesta; b/Elaborar y proponer una utopía para el propio pueblo o ciudad.
  4. Buscar en la prensa de la semana posibles noticias de carácter utópico: leerlas y comentarlas en el grupo.
  5. Buscar canciones de talante utópico: escucharlas, aprenderlas, cantarlas.

 
 
 

2. DISCERNIMIENTO Y CRÍTICA

 
La misma palabra utopía es, unas veces, exaltada; otras, vilipendiada. Proponemos en este bloque de textos un esfuerzo de discernimiento y valoración de la razón utópica. Pero creemos que sólo puede realizarse desde la convicción de que la dimensión utópica es consustancial al ser humano. Porque, en definitiva, la utopía es el espacio y distancia entre el ser y el deber ser.
 
 

q La utopía como «arma crítica»

El resultado de leer una utopía es que ella pone en tela de juicio lo que existe actualmente; hace que el mundo real aparezca extraño. Generalmente nos sentimos tentados a declarar que no podemos vivir de manera diferente de como lo hacemos ahora. Pero la utopía introduce ciertas dudas que destruyen lo evidente… El orden que se ha dado por sentado se manifiesta repentinamente excéntrico y contingente. Hay aquí una experiencia de la contingencia del orden. Creo que éste es el principal valor de las utopías. En una época en que todas las cosas están bloqueadas por los sistemas que han fallado pero que no pueden ser vencidos —tal es mi apreciación pesimista de nuestra época— la utopía representa nuestro recurso. Podrá ser una evasión, pero es también el arma de la crítica.

  1. RICOEUR,Ideología y utopía, Gedisa, Barcelona, 316.

 

q Atracción y peligro

Considero a lo que llamamos utopismo una teoría atrayente y hasta enormemente atrayente; pero también la considero peligrosa y perniciosa. Creo que es autofrustrante y que conduce a la violencia.

  1. POPPER,Utopía y violencia, en:
  2. NEUSSÜS,Utopía, Barral, Barcelona, 133.

 

q Verdadero y falso utopismo

Hay un falso utopismo…, un utopismo consistente en creer que lo que el hombre desea, proyecta y se propone es, sin más, posible. Por nada siento mayor repugnancia y veo en él la causa máxima de cuantas desdichas acontecen ahora en el planeta… El mal utopista piensa que, puesto que es deseable, es posible, y de esto no hay más que un paso hasta creer que es fácil… El buen utopista se compromete consigo mismo a ser primero un inexorable realista. Sólo cuando está seguro de que ha visto bien, sin hacerse la menor ilusión y en su más agria desnudez, la realidad, se revuelve contra ella garboso y se esfuerza en reformarla en el sentido de lo imposible, que es lo único que tiene sentido.

  1. ORTEGA Y GASSET,Obras completas, Alianza, Madrid 1983, 438-439.

 

q Utopía y libertad

Las utopías aparecen cada vez con mayores posibilidades de realización. Y todos nosotros nos encontramos actualmente delante de una cuestión ciertamente angustiosa: ¿cómo evitar su realización definitiva?… Las utopías son realizables. La vida transcurre a favor de las utopías. Y quizás ha llegado ya el siglo nuevo, el siglo donde los intelectuales y la clase selecta sueñen en encontrar una sociedad no utópica, menos perfecta pero mucho más libre.

  1. BERDIAEFF,

citado por A. HUXLEY en la primera página de Un mundo feliz.
 

q Abrir posibilidades de futuro

Donde no hay utopía anticipadora que abra posibilidades, nos encontramos ante un presente estancado, estéril; nos encontramos una situación en la que queda inhibida no sólo la realización individual, sino también la realización cultural de posibilidades humanas, que no pueden llegar a su cumplimiento… Para los hombres que no tienen utopía, el presente es inevitablemente constrictivo; y, análogamente, las culturas que no tienen utopía, permanecen prisioneras del presente y retroceden rápidamente al pasado, porque el presente sólo puede estar plenamente vivo en la tensión entre el pasado y el futuro. La fecundidad de la utopía consiste en esto: en su capacidad de abrir posibilidades.

  1. TILLICH,Crítica y justificación de la utopía, en:

F.E. MANUEL, Utopía y pensamiento utópico, Espasa-Calpe, Madrid 1982, 353.
 

q Mundo de la luz y mundo de la noche

Desde Alejandro, las más hermosas utopías están situadas en las islas del Mar del Sur, en una Ceilán de la Edad Dorada, en la India, el país de las maravillas. Leyendas de marineros prestan su ropaje a utopías de gran calibre, como, por ejemplo, a la de Tomás Moro. En este encuadre, y mucho antes de que los tiempos hubieran madurado para ello, nos sale al paso ya la dicha; desde hace más de dos mil años, la explotación del hombre por el hombre ha sido eliminada en las utopías. Las utopías sociales ponen en contraste el mundo de la luz con el mundo de la noche, dibujan un país luminoso, con el resplandor que le es propio, un país en el que el oprimido se rebela y en el que quien carece de todo se siente satisfecho.

  1. BLOCH,El principio esperanza II, Aguilar, Madrid 1979, 36.

n PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

  1. Subrayar los juicios y opiniones que sobre la utopía aparecen en los textos.
  2. Resumir brevemente la valoración que transmiten.
  3. Señalar las opiniones con las que el grupo está más de acuerdo y comentarlas: ¿qué afirman?, ¿cuál es su valor?, ¿por qué se está de acuerdo?  Después, hacer lo mismo con las que se discrepa.
  4. Expresar la propia valoración sobre la utopía: ¿cuál es la postura personal y la postura del grupo sobre el sentido, necesidad e importancia de la utopía?
  5. Buscar una buena película que presente una utopía social: proyectarla y hacer un fórum sobre el sentido de la utopía que el film propone.

 
 

3. LA UTOPÍA CRISTIANA

 
La utopía cristiana comienza en Jesús y se concentra en el Reino que anuncia. ¿Sigue teniendo hoy vigencia el anuncio del Reino? Es la clave para comprender y comprometerse en la construcción de la utopía cristiana. Cuando el pensamiento único parece haber cercenado tantas utopías históricas imponiendo una concepción del desarrollo y de la economía, alienta percibir que la utopía, en sus profundas raíces cristianas, se resiste a morir.
 
«Historizar» el Reino de Dios
No se conoce de antemano y menos a priori cuál puede ser la concreción histórica de la utopia cristiana, y sólo una utopía cristiana concreta es operativa para la historización del Reino de Dios. Esta afirmación global incluye un conjunto de afirmaciones […]: a/ Hay una utopía cristiana general e indefinida; b/ Esa utopía general debe concretizarse en términos histórico-sociales; c/ Esa utopía está en relación con el Reino de Dios; d/ El Reino de Dios debe historizarse; e/ El Reino de Dios se operativiza mediante la puesta en marcha de una utopía concreta. Ciertamente la utopía cristiana, nacida de la revelación, de la tradición y aun del magisterio, tiene ciertas notas sin las cuales no puede cualificarse como cristiana. Una utopía que pretenda ser cristiana, no puede dejar a un lado el profetismo del Antiguo Testamento (profetas y no profetas), el sermón de la montaña, el discurso de la última cena, el apocalipsis, la comunidad primitiva, los padres de la iglesia, los grandes santos, algunos documentos conciliares y pontificios… Pero la importancia de unas u otras notas, la conjunción de ellas para formar un todo, su realización histórica en cada tiempo y lugar, no es sólo una cuestión cambiante, sino abierta, de modo que el cierre de la misma debe hacerse por medio de una opción, en definitiva de una opción del pueblo de Dios con su carácter orgánico antes que jerárquico, en el que caben muchos carismas, funciones y actividades, unos más pertinentes que otros a la hora de definir los caracteres históricos constatables de la utopía cristiana. Esta utopía, que puede llamarse general o universal porque contiene unos mínimos que no pueden faltar, al menos en la intención y en el proyecto, y porque apunta a un futuro universal, cuya culminación es escatológica, debe concretarse precisamente para lograr que se vaya aproximando el reino de Dios.

  1. ELLACURÍA,Mysterium liberationis I, Trotta, Madrid 1990, pp. 394-395.

 

q Reino de Dios y utopía del corazón

Reino de Dios es la expresión que designa lo utópico del corazón humano: la total liberación de todos los elementos que alienan y estigmatizan este mundo, como sufrimiento, dolor, hambre, injusticia, división y muerte, no sólo para el hombre, sino para toda la creación. Reino de Dios es la expresión que designa el señorío absoluto de Dios sobre este mundo siniestro y oprimido por fuerzas diabólicas. Dios va a salir de su silencio milenario para proclamar: Yo soy el sentido y el futuro último del mundo. Yo soy la liberación total de todo mal y la liberación absoluta para el bien. Con la expresión reino de Dios, Jesús articula un dato radical de la existencia humana, su principio-esperanza y su dimensión utópica. Y promete que ya no será utopía, objeto de ansiosa expectación, sino topía, objeto de alegría para todo el pueblo… El reino de Dios no es tan sólo una realidad espiritual, como luego pensarían algunos cristianos, sino una revolución global de las estructuras del mundo viejo. De ahí que él se presente como buena noticia para los pobres, luz para los ciegos, andar para los cojos, oído para los sordos, libertad para los encarcelados, liberación para los oprimidos, perdón para los pecadores y vida para los muertos. Como se ve, el reino de Dios no quiere ser otro mundo, sino este mundo viejo transformado en nuevo, un orden nuevo de todas las cosas de este mundo.

  1. BOFF,Salvación en Jesucristo y liberación, en: «Concilium» 96(1974), 378.

 

q Utopía y Buena Noticia

El Reino de Dios representa, pues, la alternativa a la sociedad injusta, proclama la esperanza de una vida nueva, afirma la posibilidad de cambio, formula la utopía. Por eso constituye la mejor noticia que se puede anunciar a la humanidad y, a partir de Jesús, la oferta permanente de Dios a los seres humanos, que espera de ellos respuesta. Su realización es siempre posible.

  1. MATEOS,La utopía de Jesús, El Almendro, Córdoba, 22.

 

q Elegir a las víctimas de la historia

El proyecto de Jesús no es un proyecto de sociedad igualitaria… El reino de Dios es un proyecto de sociedad preferencial…: una convivencia, una forma de entender la vida, un modelo de sociedad, en el que los preferidos son los últimos la historia, los crucificados de este mundo, los que peor lo pasan en la vida. Desde luego que realizar eso como proyecto global es sencillamente impensable. Pero lo que sí es pensable y lo que sí es posible es que los cristianos nos organicemos y organicemos nuestra vida, nuestra ética, nuestra espiritualidad, nuestras preocupaciones y proyectos y, naturalmente, también nuestra Iglesia, para acercarnos, poco a poco, aunque sea muy lentamente, a ese ideal que enseñó y practicó Jesús: el ideal que consiste en poner en el primer plano de nuestras preferencias a los que más sufren, a las víctimas de la historia. Para defender su vida, para lograr también que disfruten de la vida. Eso es, creo yo, ponerse de parte de los pobres”.

  1. M.CASTILLO,Los pobres y la teología, DDB, Bilbao 1997, 349.

 

q Vida justa

Hablamos de «vida» porque en ella se concentra lo histórico y lo utópico del Reino de Dios, y añadimos «justa» para indicar el carácter formalmente liberador del Reino. Insistimos en la «vida» de los pobres como núcleo central del Reino porque en el Tercer Mundo, pobreza significa cercanía a la muerte y con «vida» se dice que con la venida del Reino los pobres ya no estarán cercanos a la muerte. Se da así una revalorización de la creación de Dios, de la protología, y en un sentido bien preciso: en el Tercer Mundo la vida no funge como algo presupuesto que, una vez asegurado, lance a realizar lo verdaderamente humano y sólo entonces tuviese sentido hablar de Reino de Dios como plenitud. En el Tercer Mundo, la vida no es lo presupuesto, sino que es lo que desde tiempo inmemorial y en la actualidad hay que «poner». El Reino de Dios es lo escatológico, paradójicamente, siendo lo protológico, el mínimo ideal de Dios, expresado en su creación. El que la vida sea «justa» expresa, ante todo, que la vida debe llegar a ser real en contra del antirreino. Expresa los caminos de justicia para construirla. Expresa las relaciones de fraternidad y dignidad en el Reino. Y expresa la condición fundamental para que el reino subsista. La vida justa relaciona el concepto sistemático del Reino de Dios con el concepto evangélico. Es la buena noticia para millones de seres humanos, es lo que mueve a poner signos del Reino y lo que mueve a la denuncia del antirreino… Todo ello hace que hoy pueda formularse con sentido que el reino de Dios es la vida justa de los pobres.

  1. SOBRINO,Jesucristo liberador, Sal Terrae, Santander, 174.

 

q Denuncia y anuncio

La utopía, contrariamente a lo que el uso corriente sugiere, está marcada por su relación a la realidad histórica presente… Pero esta relación a la realidad histórica no es ni simple ni estática; ella se presenta bajo dos aspectos que se exigen mutuamente, lo que hace de esa relación algo difícil y dinámico. Esos dos aspectos son la denuncia y el anuncio. La utopía significa necesariamente una denuncia del orden existente. Son, en buena parte, las deficiencias de éste las que dan lugar al surgimiento de una utopía. Se trata de un rechazo global y que quiere ir hasta la raíz del mal… Pero la utopía es también anuncio. Anuncio de lo que todavía no es, pero que será; presagio de un orden de cosas distinto, de una nueva sociedad. Es el campo de la imaginación creadora que propone los valores alternativos a lo que es rechazado… La utopía lleva hacia delante, es un proyecto hacia el futuro, un factor dinámico y movilizador de la historia. Es el carácter prospectivo de la utopía. Entre la denuncia y el anuncio está el tiempo de la construcción, de la praxis histórica. Es más, denuncia y anuncio sólo se pueden realizar en la praxis… La utopía debe necesariamente conducir a un compromiso en pro del surgimiento de una nueva conciencia social, de nuevas relaciones entre los hombres. De otro modo la denuncia no superará un nivel puramente verbal, y el anuncio no será una ilusión. Un pensamiento auténticamente utópico postula, enriquece y da nuevas metas a la acción política, pero al mismo tiempo es verificado por ésta. En esta implicancia está su fecundidad.

  1. GUTIÉRREZ,Teología de la liberación, Sígueme, Salamanca 1974, 310-312.

 

n PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

  1. ¿Existe una utopía cristiana? Si existe, ¿cuál es su núcleo y esencia? ¿Cómo se podría formular hoy?
  2. ¿Qué notas y rasgos distintivos de la utopía cristiana señalan los textos propuestos? Expresar de una manera sintética la formulación que dichos textos presentan de la utopía cristiana.
  3. ¿Representa realmente la utopía cristiana una alternativa a la sociedad actual?
  4. Si la utopía implica denuncia y anuncio, señalar los puntos más importantes que hoy ha de denunciar la utopía cristiana; del mismo modo, señalar también el sentido y contenido de su anuncio.
  5. ¿Cuáles son los compromisos concretos que provienen de la utopía cristiana? Buscar acciones concretas que pueden construir hoy la utopía cristiana y buscar también el modo de realizarlas.

 
 

4. DERECHOS HUMANOS PARA UNA SOCIEDAD UTÓPICA

 

  1. Racionero expresa la necesidad de llegar en el siglo XXI a un sistema global de valores que recogiera lo mejor de la historia: lo que han pensado los grandes hombres de todos los tiempos, sus obras de arte, sus inventos. A modo de ejemplo, presenta la propuesta de los derechos humanos en la sociedad postindustrial, elaborada por Richard Farson, que nosotros sintetizamos como derechos para la utopía

 

  1. Derecho al Ocio,no en el sentido de tiempo libre, sino como derecho a no trabajar y seguir siendo considerados seres humanos valiosos. Si actualmente trabajo significa tarea a cambio de pago, la utopía está en que ese tipo de trabajo sería realizado por un porcentaje reducido de la población.

 

  1. Derecho a la Belleza.Belleza, cultura y vida no han de seguir siendo compartimentos estancos como sucede hoy en día; es necesario volverse hacia experiencias que refresquen el espíritu y expansionen los sentidos. La belleza es una necesidad humana; la fealdad, un crimen contra la vida.

 

  1. Derecho a la Salud,considerándola no solamente como ausencia de enfermedad, sino como una condición positiva de bienestar.

 

  1. Derecho a la Intimidad,a la experiencia de unas relaciones de intimidad que nos recuerden que somos miembros de la raza humana, para darnos un sentido de comunidad, para ayudarnos a no temernos unos a otros, para permitirnos reír y llorar unos con otros, para ser capaces de experimentarnos a nosotros mismos y a los demás.

 

  1. Derecho a la Verdad.La reivindicación de este derecho se hace más firme según nos dirigimos a una sociedad más abierta.

 

  1. Derecho al Estudio,no simplemente el derecho a la «educación», que prepara a la gente para ganarse la vida, llegar a una profesión o servir a las necesidades de la tecnología y la industria, sino el derecho a toda una vida de estudio y aprendizaje, a la enriquecedora experiencia de aprender como un fin en sí mismo.

 

  1. Derecho a Viajar,que llevará como consecuencia al desarrollo de una nueva clase de ciudadano, el ciudadano del mundo.

 

  1. Derecho a la Satisfacción Sexual.La satisfacción y la experiencia erótica no van a ser solamente un aspecto natural y delicioso de la vida, sino que también conducirán a la exploración de nuevas formas de experimentarnos a nosotros mismos, nuevos modos de incrementar nuestros potenciales físicos, mentales y emocionales, nuevas maneras de relacionarnos con los demás.

 

  1. Derecho a la paz,con la victoria sobre la amenaza más devastadora de la humanidad, la guerra.

 

  1. Derecho a Ser Únicos,a ser diferentes, a ser autónomos, valorizando la diversidad y la variación.
  2. RACIONERO,Del paro al ocio, Anagrama, Barcelona 1983, 141.147.

 

n PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

  1. Comentar y precisar en el grupo el significado de cada uno de los Derechos propuestos.
  2. Comparar esta declaración «utópica» con la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas. ¿En qué sentido se puede llamar utópica la declaración propuesta? ¿Es utópica la Declaración Universal? ¿Qué convergencias y divergencias se advierten entre ellas?
  3. Elaborar primero personalmente y después en el grupo, la propia declaración utópica de los Derechos Humanos.

 
 

5. EL CRISTIANISMO ANTE EL SIGLO XXI

 
Con la voluntad de unir utopía y realismo, la Asociación de Teólogos «Juan XXIII» celebró en el pasado mes de septiembre su último Congreso de Teología, proponiendo como tema de reflexión: “El cristianismo ante el siglo XXI: Una mirada nueva”. Y desde una visión realista proclama en el mensaje final que transcribimos, la necesidad de un urgente retorno a la utopía del Reino.
 
n Los cristianos tenemos que procurar limpiar nuestros ojos para ver con claridad lo que somos, lo que es la realidad humana en nuestro tiempo, y lo que podemos intentar hacer para ser fieles (aquí y ahora) al legado de Jesús de Nazaret.
n Lo primero que necesitamos es una gran cura de humildad. Lo que Jesús proclamó, era un Reino o Reinado de Dios, que iba a ser una buena noticia para los pobres. Pero después de dos mil años, eso no lo prefigura ni lo significa la ecumene cristiana y menos aún la iglesia católica romana sola.
n Jesús dijo que no se puede servir a Dios y al dinero, pero la iglesia en conjunto y estructuralmente ha intentado con demasiado éxito desarticular esta antítesis.
n En el diálogo ecuménico, los cristianos deberían hablar siempre con una actitud fraterna, sin arrogarse un papel de maestros del mundo, sino de modestos buscadores de la verdad…
n La magnitud cuantitativa de las iglesias cristianas hoy existentes se debe, en buena parte, a que, en los siglos en que se formó históricamente la cristiandad, hubo una negación sistemática de los derechos fundamentales de libertad de conciencia y de religión. A mantener una situación de inflación del número estadístico de católicos contribuye la costumbre de bautizar a los niños en la primera infancia. Por tanto, la disminución númerica de los cristianos no es un problema fundamental. El problema es mejorar la calidad.
n […] La dialéctica de pluralismo y convergencia que hay en el reino de lo ético, que es el de la dignidad y verdadera libertad, está invitando a los seres humanos al diálogo de conciencia, hacia la búsqueda común de un programa moral. Los cristianos, unidos a los demás, deben buscar la verdad práctica y tratar de resolver con acierto los numerosos problemas morales que se presentan al individuo y a la sociedad.
n Los católicos (y también sus responsables pastorales, incluso en el escalón más alto) no son unos señores que están en posesión de una moral estáticamente coagulada, definida o que hay que definir de una vez para siempre, y que deben tratar de imponer a todos, incluso mediante instrumentos legales coactivos, porque ésa es la verdad objetiva. En la humanidad todos somos buscadores de la verdad práxica, y nunca hemos llegado hasta el final.
n Lo más sustantivo de la contribución cristiana a la cultura ética mundial debería ser el testimonio práctico de una identificación visceral con la causa de los pobres, el reconocimiento efectivo de la dignidad de la mujer y de su igualdad de derechos con el varón, el fomento de la buena causa del desarme mundial y de la paz, y el respeto ecológico a la naturaleza…
n Según el parecer de un gran teólogo cristiano del siglo XX, Dietrich Bonhoeffer, la gran utopía eclesial para el futuro sería una comunidad jesuánica que renace a base de callar, hacer la justicia y orar.
Mensaje del «XIX Congreso de Teología», Madrid 9-11 septiembre 1999.
 

n PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

  1. Subrayar las afirmaciones que parezcan más importantes y comentarlas en el grupo.
  2. Valorar cada uno de los puntos del mensaje: ¿con cuáles se está más de acuerdo?, ¿de cuáles se disiente?
  3. ¿Se está de acuerdo con la afirmación de que el Reino de Dios, proclamado por Jesús, no es prefigurado hoy por la Iglesia católica? ¿Por qué? ¿Qué consecuencias y compromisos implica?
  4. Comentar y valorar el pensamiento expresado por Bonhoeffer.
  5. Hacer personalmente y después entre todos los miembros del grupo, un mensaje que proclame hoy la utopía cristiana. Enviarlo, por ejemplo, al director de la revista Misión Joven,pidiendo su publicación.