{"id":1007,"date":"1997-10-01T21:36:25","date_gmt":"1997-10-01T21:36:25","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=1007"},"modified":"1997-10-01T21:36:25","modified_gmt":"1997-10-01T21:36:25","slug":"una-educacion-en-la-fe-con-sentido-desde-los-sentidos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/una-educacion-en-la-fe-con-sentido-desde-los-sentidos\/","title":{"rendered":"Una educaci\u00f3n en la fe con sentido, desde los sentidos"},"content":{"rendered":"
Siro L\u00f3pez<\/strong> es pintor y actor, dirige <\/em>el <\/em>Centro Art\u00edsti\u00adco \u00abSoma\u00bb y forma parte del <\/em>Consejo de <\/em>Redac\u00adci\u00f3n de Misi\u00f3n Joven.<\/em>\u00a0<\/strong><\/p>\n Entrelazando experiencias y reflexiones; el autor invita, en primer lugar, a \u00abdarnos y dar vida\u00bb, a \u00abresucitar desde los sentidos\u00bb. A continuaci\u00f3n analiza la actual <\/em>cultura, pre\u00adtendidamente liberada en el \u00e1mbito <\/em>sexual y ciertamente sin capacidad para \u00absentir\u00bb. A partir de aqu\u00ed, el art\u00edculo <\/em>se centra en la \u00abeducaci\u00f3n de la fe\u00bb de los adolescentes y j\u00f3ve\u00adnes, sugiriendo en concreto diversas pautas de c\u00f3mo hacerlo -con y desde los sentidos y las experiencias art\u00edsticas-para que la fe sienta <\/em>y se comunique con sentido.<\/em><\/p>\n Puede parecer un sin sentido hablar de los sentidos en relaci\u00f3n al mundo de la fe. Al\u00adgo que, queramos o no, siempre se nos esca\u00adpa de las manos, pues la fe ni se puede tocar, ni oler, ni o\u00edr, ni gustar, ni ver. En cierto modo hemos de decir que… s\u00ed, \u00a1pero no! Vamos a explicarnos mejor.<\/p>\n Estamos demasiado acostumbrados a de\u00adsarrollar el contenido de nuestra fe desde lo racional, desde la argumentaci\u00f3n intelectual, utilizando \u00fanicamente los cinco cent\u00edmetros que ocupa nuestra frente. En m\u00e1s de una oca\u00adsi\u00f3n se nos olvida que no se trata de conven\u00adcer a nadie, sino de contagiar aquello que ha provocado nuestro enamoramiento <\/em>y en este caso, como es de suponer, interviene algo m\u00e1s que nuestra corteza cerebral.<\/p>\n Necesitamos analizar y reestructurar nuestra propia imagen y concepto en relaci\u00f3n a los sentidos. Esta labor requiere mayor extensi\u00f3n de la que disponemos en el espacio de un articulo breve; por lo que, a modo de ejemplo, me voy a detener principalmente en el sentido del tacto. Es el m\u00e1s importante de todos y, \u00a1qu\u00e9 casualidad!, tambi\u00e9n el m\u00e1s reprimido.<\/p>\n Cornencemos por resaltar algunas de las caracter\u00edsticas que, con un m\u00ednimo de obser\u00advaci\u00f3n, se nos hacen patentes. Pensemos que tenemos situados todos los sentidos, me\u00adnos uno, en la cabeza dando cobertura al ce\u00ad\u00a0acto es el \u00fanico que est\u00e1 repartido por todo el cuerpo. Tambi\u00e9n es el que m\u00e1s cor\u00adteza cerebral ocupa. La piel de nuestro cuerpo puede llegar a pesar entre seis y diez kilos, es el \u00f3rgano m\u00e1s grande <\/em>que poseemos.<\/p>\n Adem\u00e1s, hemos de ser conscientes de que podemos quedarnos ciegos, sordos, sin el sen\u00adtido del gusto o del olfato. Sin embargo, no po\u00addemos quedarnos sin el sentido del tacto por\u00adque, entonces, autom\u00e1ticamente morir\u00edamos.<\/p>\n Curiosamente, el tacto es el primer sentido que se enciende <\/em>en nosotros dentro del seno materno. Cuando un embri\u00f3n tiene menos de ocho semanas, antes de poseer ojos y orejas y cuando todav\u00eda mide menos de tres cent\u00ed\u00admetros desde la parte superior de la cabeza hasta las min\u00fasculas nalgas, ya responde al tacto. Nuestra piel, cuando nacemos, se con\u00advierte en el \u00fanico cauce de comunicaci\u00f3n ha\u00adc\u00eda el exterior y aletea a lo largo de la vida pa\u00adra ser tambi\u00e9n el \u00faltimo sentido en extinguirse.<\/p>\n Algo nos querr\u00e1 decir todo esto o \u00bfrespon\u00adde solamente a mera casualidad? \u00bfPor qu\u00e9 entonces, nos empe\u00f1amos en reprimir algo tan vital? \u00bfEs que nuestros sentidos y senti\u00admientos son un puro adorno o artificio, que in\u00adcluso dificultan nuestro crecimiento? \u00bfNo se\u00adr\u00e1 al rev\u00e9s, esto es, que los sentidos y senti\u00admientos nos hacen m\u00e1s humanos, nos ayu\u00addan en el descubrimiento de los otros, nos ha\u00adcen palpable el amor fraterno?<\/p>\n En mis cursos de comunicaci\u00f3n corporal siempre lanzo los siguientes interrogantes: \u00bfAcaso Dios se ha equivocado? o \u00bfes que en \u00absus siete d\u00edas de creaci\u00f3n\u00bb se sent\u00eda excesiva\u00admente creativo y se pas\u00f3 de la raya? \u00bfQu\u00e9 ha sucedido y qu\u00e9 sucede con nuestra educaci\u00f3n? \u00bfExiste alguna posibilidad de que todo esto se pueda vivir de forma humanizadora y plena?<\/p>\n Sin embargo, hemos heredado un cuerpo disfrazado <\/em>como fuente de pecado, en lugar de descubrirlo cual manantial de crecimiento y de realizaci\u00f3n. Una prisi\u00f3n del alma que oscurece el reflejo transparente de Dios en sus hijos, cre\u00adados a su imagen. Hemos avanzado much\u00edsi\u00admo, pero no por ello ha terminado la tarea.<\/p>\n Continuemos abriendo los poros de una piel taponada por miedos y divisiones plat\u00f3nicas, en las que el cuerpo nada ten\u00eda que ver con lo espiritual. Ni que decir tiene que los miedos nunca posibilitan el crecimiento.<\/p>\n Nuestra piel es lo que se interpone <\/em>entre no\u00adsotros y el mundo que nos rodea. Necesita\u00admos de la piel para poder entrar en relaci\u00f3n. Podemos observar c\u00f3mo en estos \u00faltimos a\u00f1os, gran parte de los j\u00f3venes de nuestra cul\u00adtura occidental est\u00e1n sirvi\u00e9ndose de la piel pa\u00adra establecer, a trav\u00e9s de tatuajes y signos, una comunicaci\u00f3n iconogr\u00e1fica. Quiz\u00e1s sea una vez m\u00e1s una moda pasajera, pero indicativa de al\u00adgo m\u00e1s profundo a lo que no podemos ser ajenos.<\/p>\n El tacto no s\u00f3lo afecta a todo el organismo, sino a la cultura en medio de la cual uno se desenvuelve y a los individuos con los que se pone en contacto. Seg\u00fan explica Schanberg[1]<\/a> <\/em>el tacto \u00abes diez veces m\u00e1s vigoroso que el contacto verbal o emocional\u00bb.\u00a0<\/strong><\/p>\n 2. Cultura sexuada pero no sentida<\/span><\/p>\n Nos estamos abriendo a una cultura libe\u00adrada sexualmente, pero profundamente des\u00adconectada de lo sensitivo. Los sentidos se nos atrofian y nos lanzamos desesperadamente a la b\u00fasqueda de compensaciones virtuales.<\/p>\n Extirpamos <\/em>nuestro olfato por temor a un mal olor. Despreciamos con indiferencia los olo\u00adres de nuestro entorno, de las personas, de los objetos, si no llegan con la garant\u00eda de un perfume etiquetado. Sin embargo, nuestra men\u00adte est\u00e1 llena de recuerdos olfativos. A modo de ejemplo, \u00bfqui\u00e9n no recuerda, siendo ni\u00f1os, haber disfrutado oliendo los libros reci\u00e9n es\u00adtrenados del cole?<\/p>\n En estrecha relaci\u00f3n con el olfato, nuestra respiraci\u00f3n, fuente vital de energ\u00eda, se hace cada vez m\u00e1s enfermiza. Practicar una respi\u00adraci\u00f3n profunda se conviene en todo un lujo. Para su aprendizaje, como si la propia natura\u00adleza reo nos lo facilitase, nos vemos obligados a asistir a cursillos con \u00abprecios de Master\u00bb. Ya comienzan a existir bares donde se ofrece una consumici\u00f3n de ox\u00edgeno puro.<\/p>\n El \u00abvivir con gusto\u00bb se ha puesto en una lo\u00adter\u00eda con m\u00ednimas posibilidades de tocar. Se nos imposibilita el gustar la fruta por el sabor, para pasar a la alimentaci\u00f3n ingerida por los ojos. Son los envases de nuestros alimentos quienes nos alimentan. El gusto no cuenta pa\u00adra los expertos en manipulaci\u00f3n gen\u00e9tica. El saborear las cosas pertenece al pasado. No tardar\u00e1 la arqueolog\u00eda en incluir anotaciones gustativas en sus libretas de campo.<\/p>\n Nuestros o\u00eddos, asaltados por la m\u00fasica vir\u00adtual, se desconciertan al descubrir el silencio. Fiemos perdido la sinton\u00eda de los sonidos naturales. Es demasiado pedir que distingamos el piar de un gorri\u00f3n, de un vencejo, de una t\u00f3rtola, de un mirlo, de un jilguero, etc. La con\u00adtemplaci\u00f3n auditiva no registrada en CD nos parece una p\u00e9rdida de tiempo.<\/p>\n La vista, que duda cabe que, es el sentido por excelencia, el m\u00e1s estimulado y, al mismo tiempo, el m\u00e1s manipulado. Nuestro campo de visi\u00f3n es cada vez m\u00e1s reducido, \u00fanica\u00admente ampliado por las pantallas digitales. Nos vemos asaltados por grandes edificios, nuestros lugares de trabajo se reducen a \u00abbur\u00adbujas c\u00fabicas\u00bb y nuestros ojos se ven obliga\u00addos a ocultarse, con un pretexto de protec\u00adci\u00f3n, bajo gafas de sol.<\/p>\n En tiempo de vacaciones, en el huir afano\u00adso de la urbe a espacios de belleza natural o art\u00edstica, nuestra m\u00e1xima preocupaci\u00f3n es re\u00adgistrarlo todo en negativos fotogr\u00e1ficos. No consta en nuestras agencias de viaje el dete\u00adnernos en una actitud contemplativa. Hace\u00admos constantemente \u00abzappin\u00bb en un af\u00e1n de\u00adsesperado de alcanzar experiencias puntua\u00adles, registradas pero no sentidas y, menos to\u00addav\u00eda, vividas y compartidas.\u00a0<\/strong><\/p>\n Me parece importante se\u00f1alar que no se ha de confundir mi referencia a los sentidos, a los sentimientos y sensibilidad, con la sensible\u00adr\u00eda \u00f1o\u00f1a y un sin fin de experiencias en las que uno va marcando distancias para no implicarse demasiado, acumulando una lista larga de \u00abcr\u00e9ditos emocionales\u00bb al propio curr\u00edculo.<\/p>\n Muchos educadores han vivido su etapa formativa en un contexto descorporeizado, <\/em>en donde el cuerpo tend\u00eda a desaparecer del campo de la experiencia.<\/p>\n Pero quiero referirme, m\u00e1s bien, a una labor educativa en la que las aguas est\u00e1n en conti\u00adnuo movimiento, dando vida all\u00ed por donde pasan, limando aristas de piedras calizas, yendo en una misma direcci\u00f3n, a\u00fan desconociendo las dificultades con las que se van a encontrar y, ante todo, queriendo alcanzar el no como principio y fin.<\/p>\n Hemos de pensar que los sentidos son la a para los sentimientos. \u00bfC\u00f3mo pode\u00admos expresar nuestros sentimientos si antes no los hemos sentido?<\/em><\/p>\n En nuestra tarea educativa nos encontra\u00adrnos con fuerzas de contenci\u00f3n, a modo de di\u00adque, que obligan a paralizar el curso creativo de las nuevas aguas de los j\u00f3venes. En pala\u00adbras de J. <\/em>Corbella[2]<\/a>; <\/em>\u00abmuchos seres humanos, en lugar de vivir la vida, la piensan; en lugar de sentir emociones, las analizan; y en lugar de apasionarse con sus pasiones, las reprimen, porque temen que no se correspondan con sus ideolog\u00edas\u00bb. Y es que podemos estar in\u00adcrustando en los genes de nuestra cultura, una raz\u00f3n de tama\u00f1o descomunal con unos peque\u00f1os ap\u00e9ndices que nos posibiliten el movimiento. Nuestros miedos est\u00e1n imposibi\u00adlitando que las emociones y los sentimientos ocupen el lugar que les corresponde con nuestro comportamiento y actitudes.<\/p>\n Hemos llegado a creer que el simple cono\u00adcimiento de las cosas implica necesariamente p<\/em>osesi\u00f3n <\/em>de las mismas. Y lo que es m\u00e1s grave, a creer que al acumular conocimientos, sin m\u00e1s, se integran en nuestro propio yo.<\/p>\n Sin darnos cuenta, en nuestra exagerada tendencia al an\u00e1lisis, estamos castrando de forma sistem\u00e1tica nuestro mundo emocional. Respirarnos una obsesi\u00f3n por tener y por sa\u00adber pero, en la mayor parte de los casos, dis\u00adtanciados del ser y del \u00abgozar\u00bb.<\/em><\/p>\n Repetidas veces me he hecho la pregunta de por qu\u00e9 la gente de los pa\u00edses del tercer mundo, en contraste con nuestro mundo oc\u00adcidental, sonr\u00ede, se alegra y goza a pesar de las penalidades y sufrimientos que las situa\u00adciones de injusticia les deparan. \u00bfNo ser\u00e1 que predomina en ellos, su capacidad para vivir, para descubrir y valorar lo cotidiano, saborear<\/p>\n lo sencillo potenciando el encuentro y la co\u00admunicaci\u00f3n personal? En su contradictorio malvivir, viven y sienten en profundidad lo que acontece, en lugar de perderse en la sinraz\u00f3n de necesitar discursos l\u00f3gicos para todo. Pre\u00adfieren comer el coco, a \u00abcomerse el coco\u00bb.<\/p>\n Si deseamos que nuestro pensamiento se distancie de la elucubraci\u00f3n y pase a ser crea\u00adtivo en su desarrollo, acorde con la totalidad de la persona, hemos de apostar por un marco de libertad, atender a la persona desde su yo cor\u00adporal, provocar la experiencia y facilitar mo\u00admentos de contemplaci\u00f3n. La experiencia dice que el tiempo libre y lo extraescolar, en el mun\u00addo juvenil, conforman los momentos en donde logran una mayor identificaci\u00f3n personal, a la par que facilitan un mayor proceso creativo.<\/p>\n Y es que \u00abnuestro primer trato con la reali\u00addad es afectivo\u00bb[3]<\/a>. Hemos de continuar, desa\u00adrrollar y potenciar aquello que nos encamina hac\u00eda la felicidad. Cuando el yo afectivo no es\u00adt\u00e1 cubierto, se tiende a buscar en el trabajo, el consumo, las aficiones, los deportes una pro\u00adyecci\u00f3n que d\u00e9 sentido a la vida. Vividas di\u00adchas actividades como compensaci\u00f3n a la fal\u00adta de afecto, nos convertimos en chips ejecu\u00adtores de un programa.<\/p>\n Los sentidos posibilitan relacionarnos afecti\u00advamente con todo aquello que nos envuelve. Personalmente me cuesta celebrar una Navidad sin nieve, escuchar el canto de un p\u00e1jaro sin identificarlo, trabajar con el barro sin antes dis\u00adfrutar al mancharme, regar una planta sin perci\u00adbir el olor a tierra mojada. M\u00e1s que las palabras, me estremecen las sonrisas, el calor de una mi\u00adrada, el abrazo espont\u00e1neo. Nuestro mundo afectivo requiere corporeizarse, encarnarse.<\/p>\n Si nos dejamos empapar por la vida; la vi\u00adda act\u00faa. Me atrevo a afirmar que la gente es m\u00e1s sensible de lo que parece, que necesita verbalizar o expresar sus emociones y est\u00e1 esperando tener esa oportunidad. De lo con\u00adtrario, seremos meros vegetales andantes (con , mi respeto hacia las plantas), incapaces de re\u00adaccionar ante lo inesperado y ante lo cotidia\u00adno, ante los acontecimientos gozosos o ante las injusticias que nos rodean.<\/p>\n La belleza no puede ser ajena a la vida de las personas. No puede construirse fuera de nues\u00adtros sentidos. No puede servir para evadirse, sino para vivir, con mayor intensidad y espe\u00adranza si cabe. Toda obra de arte deber\u00e1 expre\u00adsar inevitablemente un sentimiento vital, fruto de la b\u00fasqueda y del apasionamiento. De otro modo, se caer\u00e1 en un mero sentimentalismo o en un mero arte repetitivo y prostituido.<\/p>\n Todos nacernos y, en ese crecimiento lento y cotidiano que conduce a la maduraci\u00f3n de la persona, todos nos hacernos… <\/em><\/strong>Por lo tanto, nadie queda excluido en este arte de la vida. Parto de un concepto particular de artista, que engloba a toda persona por el hecho de ser persona, en cuanto llamada a la interrelaci\u00f3n con el otro, a comunicarse mediante gran di\u00adversidad de lenguajes y \u00e1mbitos (literario, mu\u00adsical, corporal, pl\u00e1stico, afectivo, l\u00fadico, etc.). Llamarnos \u00abarte>? a todas esas manifestacio\u00adnes. ME atrever\u00eda a definir la expresi\u00f3n art\u00edsti\u00adca, en esta perspectiva, como la plasmaci\u00f3n del sentimiento. \u00bfAcaso se puede dar el caso de una persona a la que se niegue la capaci\u00addad expresar lo sentido?<\/p>\n Quien conozca mi trabajos de pintura. sabe que tare importante es la imagen como la tex\u00adtura. Nunca he llegado a pintar un cuadro en la superficie de un lienzo. Me sirvo de materiales de deshecho de puertas de madera; de metales oxidados, de maletas de cuero, etc.<\/p>\n Me emocionaba poder redescubrir y dar vida a objetos que hab\u00edan sido dados por muertos, por inservibles en una sociedad que se jacta de progresar bajo el lema de \u00abusar y tirar\u00bb. En un primer momento, en mi trabajo art\u00edstico, el tacto precede al sentido de la vista.<\/p>\n \u00bfC\u00f3mo poder expresar mi apasionamiento por el hierro oxidado con sus tonos, texturas y actividad incesante? \u00bfC\u00f3mo la belleza de las viejas ventanas con las l\u00edneas aleatorias de los cristales rotos, sus brillos y su negro oscuro del interior de la casa abandonada? \u00bfC\u00f3mo el espect\u00e1culo gratuito de las nubes, sobre todo en la estaci\u00f3n de oto\u00f1o o la luz y la brillantez que se desprende cuando llueve? Todo… be\u00adlleza por la que me siento obligado a recono\u00adcer, a disfrutar, a afirmar y a abrazarla sin im\u00adportarme el juicio que se pueda hacer desde el exterior Esta ha sido siempre mi mejor ora\u00adci\u00f3n y escucha.<\/em><\/p>\n Necesito vitalmente dar cauce a todas mis inquietudes y sensaciones que, de otro modo, me ser\u00eda imposible expresar. Pero, \u00bfpor qu\u00e9? Porque, en realidad, la belleza sintetiza todas mis creencias. \u00bfQu\u00e9 sentido tendr\u00eda mi ser si no fuese capaz de transcender?<\/em> \u00bfQu\u00e9 sentido tiene la vela que permanece apagada? Deja de ser vela si no alcanza a estar encendida, de\u00adj\u00e1ndose consumir en su tarea de \u00abdar (I)a luz\u00bb.<\/p>\n Hasta el momento me he referido a la pintu\u00adra, pero lo mismo sucede con el resto de los lenguajes art\u00edsticos.<\/p>\n El mundo teatral nos adentra en la magia de la encarnaci\u00f3n. Toda interpretaci\u00f3n es un acto de sinceridad en unas circunstancias irreales. Poder respirar personajes <\/strong><\/em>hasta entonces des\u00adconocidos. Jugar con el p\u00fablico en \u00abel mundo de la cuarta pared\u00bb. Al mismo tiempo, nos po\u00adsibilita desenmascarar nuestros propios entre\u00adsijos.<\/p>\n La actividad teatral conlleva una labor edu\u00adcativa, todav\u00eda no suficientemente valorada. Facilita que educador entresaque, de la expe\u00adriencia del grupo, los valores de la amistad, el<\/p>\n gozar con el esfuerzo y la superaci\u00f3n, el inten\u00adsificar la propia autoestima, el valorar la ex\u00adpresi\u00f3n de los sentimientos, el acompa\u00f1ar a los adolescentes y j\u00f3venes en sus altibajos. Todo gracias al compartir el trabajo en grupo y mantener el contacto directo con el p\u00fablico, en un darse continuo e inmolarse <\/em>para desve\u00adlar\/se, a la proyecci\u00f3n de los propios sent\u00a1m\u00a1entos y, sobre todo, a ilusionarse con lo que se est\u00e1 creando juntos.<\/p>\n Pero \u00bfqu\u00e9 tiene que ver todo lo ante\u00adriormente dicho con el propio proceso de ma\u00adduraci\u00f3n en la fe?<\/p>\n servirme de la par\u00e1bola del \u00abhijo pr\u00f3\u00addigo\u00bb que todos conocemos bien (cf. Lc 15,11\u00ad-31). En ella podemos constatar claramente los dos extremos, a la hora de integrar los senti\u00addos, sentimientos y creencias. Por un lado, el desenfoque de huida y, por otro, se nos ofre\u00adce con claridad una educaci\u00f3n en la fe desde los sentidos, expresada y celebrada.<\/p>\n En un primer momento, el hijo menor opta por servirse de su libertad, de las pertenencias del padre y de sus propios sentidos, lanz\u00e1n\u00addose a gran velocidad para gozar espectacu\u00adlarmente de la vida. Su experiencia le confirma m\u00e1s tarde que todo se ha convertido en estre\u00adlla fugaz. Pero no olvidemos que ha sido \u00e9l mismo quien lo ha constatado.<\/p>\n Su Padre, a pesar de reconocer la equivo\u00adcaci\u00f3n del hijo, ha seguido creyendo en \u00absu proyecto de fe\u00bb respecto al hijo. Su coraz\u00f3n, su gran amor, ha respetado la libertad, asum\u00a1endo el sufrimiento de la separaci\u00f3n. La fe del Padre ha sido puesta a prueba. Pero no se ha agotado. Su \u00abfe\u00bb, sentida a flor de piel, le impulsa a salir a esperar de continuo a su que\u00adrido hijo. Su mirada se pierde en el horizonte. Sus o\u00eddos no reciben respuesta.<\/p>\n En tierras lejanas, se produce un giro narra\u00adtivo. El hijo sufre un cambio, no tanto a conse\u00adcuencia de un arrepentimiento l\u00f3gico cuanto visceral. Le envuelve el mal olor entre los cer\u00addos. Su paladar permanece inactivo. Es su es\u00adt\u00f3mago el que le obliga a recapacitar. No le re\u00adsulta f\u00e1cil. Ya no se siente hijo y su \u00fanico deseo es poder alimentarse como un jornalero m\u00e1s.<\/p>\n La esperanza del Padre, a diario entrecorta\u00adda, obtiene su fruto. Sus ojos divisan a un hi\u00adjo maltrecho, pero su cuerpo se compulsiona y echa a correr. Quien se arrodilla contin\u00faa siendo carne de su carne. No le pide explica\u00adciones, justificaciones, razonamientos… le be\u00adsa y abraza amorosamente.<\/em> La gran alegr\u00eda por encontrar a su hijo perdido, le impulsa a fun\u00addirse. Es su <\/em>piel, en ese intenso abrazo, la que canaliza la fe vivida. El amor del Padre es de\u00adsordenado. No espera un momento. \u00ab\u00a1Traed aprisa…!\u00bb La fe y el encuentro<\/em> son celebrados.<\/p>\n El acontecimiento no se registra, no se per\u00adsigue la redacci\u00f3n de la cr\u00f3nica. Pertenece al pasado; borr\u00f3n y cuenta nueva. Las nuevas p\u00e1ginas aparecen blancas, dispuestas a ser escritas o dibujadas con un nuevo tinte.<\/p>\n Desde lo festivo se reav\u00a1va lo afectivo entre el Padre y el hijo. Una vez m\u00e1s es Dios quien se nos manifiesta de forma creativa. La fe vivi\u00adda es expresada, sentida, dolida, amada. La fiesta es comida, cantada y bailada \u00bfQueda alg\u00fan sentido por cubrir?<\/p>\n En un segundo plano, pero no por ello me\u00adnos importante, aparece el hijo mayor que, por el contrario, s\u00ed entra en un discurso l\u00f3gico y ra\u00adzonado. Para \u00e9l todo tiene una explicaci\u00f3n de\u00adtallada y justificada. No hay derecho a dejarse llevar por los sentimientos en esa borrachera de alegr\u00eda. No quiso entrar a participar en la fiesta. Todo su amor est\u00e1 medido y <\/em>cuantifica\u00addo. Su fe obedece a lo ya establecido; salirse de los l\u00edmites marcados acarrea consecuen\u00adcias imprevistas. Por eso no hay nada que ce\u00adlebrar. Su perd\u00f3n es m\u00e1s normativo que creativo. Volcado en el trabajo, no ha tenido oca\u00adsi\u00f3n de celebrar con sus amigos. Ya lo dicen los tratados de psicolog\u00eda: la obsesi\u00f3n por el trabajo disfraza las carencias afectivas.<\/p>\n La narraci\u00f3n se detiene, queda en suspen\u00adso. Nada m\u00e1s sabernos. Desconocemos el posterior comportamiento o decisi\u00f3n del hijo mayor. Los cineastas ya hubiesen aprovecha\u00addo para realizar una versi\u00f3n 2 (y continuar\u00e1).<\/p>\n Quisiera terminar el art\u00edculo con una peque\u00ad\u00f1a reflexi\u00f3n que me parece vital para redescu\u00adbrir el coraz\u00f3n de carne que a todos se nos ha dado. Por eso hemos de vivir con una fe he\u00adcha carne en las realidades de los m\u00e1s pe\u00adque\u00f1os; de los que sufren pero que aletean; de los que han dejado la pubertad, de los que permanecen en la antesala de la nueva vida.<\/p>\n Urge que, en el contacto con las personas, nos atrevamos a hablar, no de lo que sabemos de Dios sino de nuestra experiencia de Dios, contrastada con la vida, con nuestros vaive\u00adnes y nuestras b\u00fasquedas.<\/p>\n \u00bfSentirnos la presencia de Dios? \u00bfSe hace palpable ese vivir desde Dios? Porque cuando hablarnos, la mayor parte de las veces, da la impresi\u00f3n de que referirnos puras imaginacio\u00adnes. Eso s\u00ed, <\/em>muy bien aprendidas.<\/p>\n Es importante que valoremos la comunica\u00adci\u00f3n, el silencio y la escucha: y que todo ello pueda culminar en expresi\u00f3n, en celebraci\u00f3n.<\/p>\n Los lenguajes art\u00edsticos nos lo facilitan, cana\u00adlizan lo que las palabras enfr\u00edan. No desligue\u00admos la fe de la vida. Cuando ambas se entre\u00adlazan, no hay separaci\u00f3n entre cuerpo y men\u00adte, entre sentidos y sentimientos, entre afectos y oraci\u00f3n.<\/p>\n Iniciemos el itinerario de la fe a partir de lo que cada uno est\u00e1 viviendo y sintiendo, no sea que tengamos distintas direcciones.<\/p>\n Prestemos atenci\u00f3n a los gustos y aficio\u00adnes, siempre se los ha tachado de intrascen\u00addentes y son en realidad los que enmarcan lo cotidiano y hacen que sea palpable la felici\u00addad y el goce.<\/p>\n Tengamos presentes los s\u00edmbolos, tan ricos en nuestra liturgia, pero olvidados y vac\u00edos de contenidos. Nos ayudan a reavivar la belleza de lo transcendente. Hemos despreciado en nuestra liturgia, con demasiada facilidad, los olores (los aromas del incienso), el sabor de la cena compartida, la musicalidad de una ora\u00adci\u00f3n encarnada, la luz que nos envuelve co\u00admunitariamente (no ser\u00e1 por falta de medios t\u00e9cnicos), los abrazos que se estrechan fuera de los l\u00edmites de bancos y reclinatorios. Re\u00adcordemos que lo celebrativo nunca puede ca\u00ader en el gui\u00f3n mecanizado y rutinario. La fe re\u00adquiere ser vivida y compartida de forma crea\u00adtiva.<\/p>\n Siro L\u00f3pez<\/strong><\/p>\n <\/p>\n [1]<\/a> Citado en D. ACKERMAN, Una historia natural de los sentidos, <\/em>Ed. Anagrama, Barcelona 1993, 101.<\/p>\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/h3>\n
1. Comencemos a resucitar, desde los sentidos<\/h3>\n
3. Educar sensitivamente<\/h3>\n
4. Arte: experiencia expresada<\/h3>\n
5. La fe: hacer sentir 1o que se siente<\/h3>\n