{"id":10679,"date":"2002-11-01T11:39:20","date_gmt":"2002-11-01T09:39:20","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=10679"},"modified":"2002-11-01T11:39:20","modified_gmt":"2002-11-01T09:39:20","slug":"el-silencio-camino-de-libertad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/el-silencio-camino-de-libertad\/","title":{"rendered":"EL SILENCIO, CAMINO DE LIBERTAD"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Manuel S\u00e1nchez Monge
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\nManuel S\u00e1nchez Monge<\/strong> es Vicario General de la di\u00f3cesis de Palencia.
\n 
\nS\u00edntesis del art\u00edculo:
\nE<\/strong>ducar y evangelizar es, b\u00e1sicamente, acompa\u00f1ar procesos de maduraci\u00f3n personal. Hacer que cada uno de nosotros alcance la plenitud de sus posibilidades, que alcance, -hablando en sentido cristiano-, la medida del hombre perfecto que es Cristo. Ambas tareas s\u00f3lo son posibles si creamos el conveniente caldo de cultivo: el silencio interior. La ausencia de silencio denota vac\u00edo interior. Y es, precisamente en ese exceso de palabras in\u00fatiles, donde nace tanto aturdimiento, tanta superficialidad, tanta ligereza como padecemos los hombres y mujeres de hoy. Habiendo alcanzado el silencio interior, nuestras palabras alcanzan un sonido nuevo, m\u00e1s armonioso y m\u00e1s bello: saben a autenticidad, a paz, a calma y sosiego, a reflexi\u00f3n y a hondura. Frente a lo que pudiera parecernos, el silencio es alegre, un surtidor de alegr\u00eda y armon\u00eda. No es la alegr\u00eda prefabricada y postiza de la sociedad de consumo. El silencio brota de la plenitud que vive en nosotros, y esa plenitud es Dios mismo. Empezamos a hablar con las palabras mismas de Dios que habita en nosotros y habla a trav\u00e9s nuestro. El silencio es, pues, condici\u00f3n imprescindible para encontrarnos con Dios y poder as\u00ed hablar y actuar en su nombre. \u00bfPuede tener \u00e9xito nuestra acci\u00f3n educativa y evangelizadora sin cuidar esta imprescindible dimensi\u00f3n?
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    \n
  1. Nos han robado el silencio<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n\n\n\n
    El ruido nos invade por dentro y por fuera. Es la \u2018conquista\u2019 m\u00e1s representativa de nuestra civilizaci\u00f3n. Los sonidos que se meten por los cinco sentidos, el bullicio, la palabrer\u00eda, el estr\u00e9pito, el aturdimiento se han convertido en el h\u00e1bitat de las nuevas generaciones. Estamos condenados a vivir en un mundo ruidoso. Nos roban el silencio y nos sumerge en ocupaciones y actividades desenfrenadas para que no tengamos tiempo de pensar. Es un truco de esta sociedad consumista, que necesita la prisa y el ruido para mantenerse en pie. Si nos diera por pensar, posiblemente renegar\u00edamos de nuestras actuales condiciones de vida y de trabajo. Y es que el silencio nos acerca al sentido de la vida, nos plantea las cuestiones verdaderamente \u00faltimas. No estamos vivos para resolver problemas ni para vivir aturdidos, sino para contemplar, saborear y disfrutar el misterio de la vida.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

    Cuando las palabras ahogan el silencio, a la armon\u00eda le sucede el desequilibrio. La situaci\u00f3n es muy extra\u00f1a, pero muy real: el silencio engendra miedo, produce escalofr\u00edos, no deja dormir. Muchos, especialmente j\u00f3venes, prefieren la compa\u00f1\u00eda, al menos, del ruido. Y todos tememos el silencio, nos resistimos a \u00e9l. Porque cuando el silencio toma posesi\u00f3n de nosotros, salen a flote los rincones desconocidos del alma; el silencio deja al descubierto nuestras debilidades. Lo primero que vemos es un desfile de inquietudes, angustias, perplejidades, luchas interiores… Solamente se trata de un primer momento. El silencio es una gran rebeli\u00f3n contra nuestro propio desorden. Si permanecemos en silencio no tardar\u00e1n en aparecer nuevas luces, caminos nuevos, en una palabra, un estilo de vida distinto. Seremos nosotros mismos, no marionetas en manos de quien pretende manejarnos. Podremos encontrar nuestra propia verdad, la que duerme en nuestro coraz\u00f3n. No tenemos por qu\u00e9 asustarnos. El silencio es respirar libremente.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. Crear silencio<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       <\/p>\n\n\n\n
      Es necesario pararse de vez en cuando para crear silencio. El silencio no es vac\u00edo, ni es ausencia, ni es olvido. En el silencio nacen, crecen, lloran y mueren muchas esperanzas. \u00abLa abeja zumba ruidosamente alrededor de la flor en busca de la miel y, cuando ha entrado dentro de la flor, bebe silenciosamente. En tanto un hombre discute y arguye, es que no ha alcanzado a\u00fan el conocimiento divino; en cuanto gusta sus dulzuras, se calla, igual que la abeja\u00bb(Ramakishna). Es m\u00e1s insoportable el hast\u00edo del ruido que la inquietud del silencio. La ausencia de silencio denota vac\u00edo interior. Al hombre de hoy, \u00abjuntamente con el silencio, le han robado tambi\u00e9n las palabras para hablar del silencio\u00bb (M. Baldini). Cuando se pierde el silencio, se pierde la capacidad para sentir la belleza, la capacidad de asombrarse, de abrirse a lo maravilloso.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

      Es preciso mantener la capacidad de reflexi\u00f3n en momentos de crisis. La sociedad de consumo nos condena a un activismo enloquecedor. Pero el tiempo nos arrastra sin que seamos due\u00f1os de \u00e9l y, al mismo tiempo, somos bombardeados sin interrupci\u00f3n por tal cantidad de informaci\u00f3n, que nos sentimos aturdidos. S\u00f3lo hallaremos la felicidad cuando encontremos momentos de reflexi\u00f3n, cuando penetremos en nuestro interior y seamos capaces descubrir qu\u00e9 es lo que de verdad nos interesa. No podemos aplazar perpetuamente el sentirnos felices caminando de frustraci\u00f3n en frustraci\u00f3n. No hay mejor circunstancia para vivir feliz que el momento presente. Los desaf\u00edos y proyectos que llenan nuestra vida, no son obst\u00e1culos para nuestra felicidad. El silencio nos ense\u00f1a que la felicidad no es un destino, sino un camino.<\/p>\n

        \n
      1. Fuera la palabra vac\u00eda y superficial<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         <\/p>\n\n\n\n
        El silencio no es desamor o desprecio a la palabra, sino rechazo de la palabra vac\u00eda, impersonal, superficial y mec\u00e1nica. Cuando sobran las palabras, protestamos p\u00fablicamente con un minuto de silencio. S\u00f3lo aprecia la luz quien ha vivido en la oscuridad; s\u00f3lo valora la palabra quien ha gustado el silencio. Gandhi dec\u00eda que \u00abl hombre empobrece las cosas mucho m\u00e1s con las palabras que con el silencio\u00bb. Quien no ha gustado los silencios iluminados, jam\u00e1s proferir\u00e1 palabras luminosas. El silencio es el hogar de la palabra. Silencio y palabra se reclaman como fecundo e insustituible contrapunto. \u00abNuestra civilizaci\u00f3n -ha escrito el famoso dramaturgo Eug\u00e8ne Ionesco- es una civilizaci\u00f3n de palabras, es una civilizaci\u00f3n alterada. Las palabras crean confusi\u00f3n. Las palabras no son la palabra\u00bb. \u00abCalla mucho -aconseja Lanza del Vasto- para tener algo que decir que merezca la pena ser escuchado\u00bb.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

         
        \nLos Padres del desierto practicaban el silencio y lo aconsejaban vivamente: \u00abA menudo me he arrepentido de haber hablado, dijo una vez el abad Macario, nunca de haber guardado silencio\u00bb. \u00abUn d\u00eda el arzobispo Te\u00f3filo acudi\u00f3 al desierto a visitar al abad Pambo, pero \u00e9ste no le dirigi\u00f3 la palabra. Cuando los hermanos dijeron a Pambo: ‘Padre, diga algo al arzobispo para que se edifique’, \u00e9l replic\u00f3: ‘Si no se edifica con mi silencio, tampoco lo har\u00e1 con mis palabras\u00bb[1]<\/sup>.
        \n <\/p>\n

          \n
        1. El silencio protege el fuego interior<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

           <\/p>\n\n\n\n
          Ense\u00f1a Diadoco de F\u00f3tice: \u00abCuando la puerta de la sauna se deja continuamente abierta, se escapa a trav\u00e9s de ella el calor del interior; de la misma forma, el alma en su deseo de decir muchas cosas, deja que se disipe el recuerdo de Dios por la puerta del discurso, incluso cuando todo lo que se dice es bueno. El intelecto, falto de ideas apropiadas y sin el Esp\u00edritu que guarde su entendimiento de la fantas\u00eda, derrama sobre el primero que encuentra un mar de ideas confusas. Las ideas valiosas, extra\u00f1as a la confusi\u00f3n y a la fantas\u00eda, rehuyen la verbosidad. El silencio oportuno es, pues, precioso ya que es nada menos que la madre de los pensamientos m\u00e1s sabios\u00bb[2]<\/sup>.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

           
          \nMe gustar\u00eda hablar con un hombre que haya olvidado las palabras. Este es el deseo del fil\u00f3sofo taoista Chunag Tzu, quien escribe: \u00abEl fin de una trampa para coger peces es coger peces y cuando \u00e9stos se cogen, la trampa se olvida. El fin de una trampa para ratones es atrapar ratones y, cuando esto se consigue, la trampa se olvida. El fin de las palabras es servir de veh\u00edculo a las ideas. Cuando las ideas son aprehendidas, se olvidan las palabras. \u00bfD\u00f3nde encontrar un hombre que haya olvidado las palabras? Con este hombre es con quien yo quisiera hablar\u00bb[3]<\/sup>.
          \n\u00a0<\/strong><\/p>\n

            \n
          1. El silencio ense\u00f1a a hablar<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

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            La palabra verdaderamente regeneradora, nace del silencio. Porque el verdadero silencio no procede de la turbaci\u00f3n, de la verg\u00fcenza o de la culpa, sino que denota paz y plenitud. Las palabras tienen poder para crear comuni\u00f3n y vida nueva, cuando encarnan el silencio del que brotan. Las palabras que usamos para defendernos o para ofender a otros, no brotan normalmente del silencio. Hemos de advertir, sin embargo, que el silencio impuesto crea hostilidad y resentimiento. El silencio es ante todo una palabra del coraz\u00f3n que hace crecer la caridad. \u00abPuede parecer -dec\u00eda el abad Poemen- que un hombre guarda silencio, pero si en su coraz\u00f3n condena a otros, est\u00e1 charlando sin parar. Por el contrario, puede haber otro que, teniendo que hablar de la ma\u00f1ana a la noche, est\u00e1 en verdad en silencio\u00bb[4]<\/sup>.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

             <\/p>\n

              \n
            1. Para o\u00edr otras voces<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

               <\/p>\n\n\n\n
              \u00abLa naturaleza nos ha dado dos orejas y una sola lengua, a fin de que escuchemos m\u00e1s y hablemos menos\u00bb, ense\u00f1aba Zen\u00f3n de Elea. Pero si o\u00edmos siempre las mismas voces, terminan por aburrirnos. Necesitamos silencio exterior y, sobre todo interior, para tomar distancia de las cosas, de los acontecimientos, de las personas. Es necesaria una cierta distancia para situarnos ante la realidad, sin implicarnos ni desentendernos excesivamente. La labor de la filosof\u00eda, que es lenguaje, consiste en reencontrar el silencio, dice Merleau Ponty[5]<\/sup>. Y Mart\u00edn Heidegger nos recuerda que la resonancia de toda palabra aut\u00e9ntica s\u00f3lo puede brotar del silencio[6]<\/sup>. El silencio nos permite o\u00edr voces distintas de las habituales. Voces ajenas, orales o escritas. Voces que nos llegan al coraz\u00f3n y nos incitan a reflexionar. La voz de los desheredados de la tierra y, sobre todo, la voz de Dios. El silencio predispone a la escucha. El silencio otorga espesor de significado a la palabra. \u00abQuien no sabe callar \u2013dice Romano Guardini- hace de su vida lo que har\u00eda uno que pretendiese s\u00f3lo espirar y no inspirar\u00bb.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

               
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                \n
              1. El silencio es alegre<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n\n\n\n
                El silencio no es aburrido. Puede ser toda una forma de vida . Algunos hombres y mujeres se sienten irresistiblemente atra\u00eddos por el silencio. Son todos aquellos que se entregan a la contemplaci\u00f3n. No es nada nuevo. A lo largo de los siglos, como explica Thomas Merton en Vida contemplativa cisterciense<\/em>, la llamada a abandonar la sociedad y a vivir en un desierto f\u00edsico o espiritual se ha expresado en las formas m\u00e1s variadas. Cuando naci\u00f3 el monacato, hab\u00eda algunos monjes que viv\u00edan en el desierto sin morada fija. Otros viv\u00edan completamente solos, como ermita\u00f1os. Con el tiempo, descubrieron que se necesitaba cierta forma de vida social e institucional para dar estabilidad y orden. De esta forma se afianz\u00f3 la vida com\u00fan tambi\u00e9n entre los monjes, pero ubicada en el desierto, o por lo menos alejada de la ciudad, para poder preservar un ambiente de oraci\u00f3n por medio del silencio con el exterior y entre ellos mismos.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

                La forma de vida, las costumbres, las razones de la existencia de los monjes tan s\u00f3lo son un esc\u00e1ndalo para los que las ignoran. Los contemplativos son la alternativa radical a lo que se supone deber\u00eda ser la vida, tal como la plantea la minor\u00eda dominante.
                \nLos contemplativos poseen el instrumento m\u00e1s antiguo que conoce el hombre para acercarse al sentido de su existencia. El silencio, aquella ausencia de sonidos que deja o\u00edr otro tipo de voces, es igual para todos. Todos somos iguales ante el silencio; a nuestros \u2018\u00eddolos\u2019 s\u00f3lo hay que imagin\u00e1rselos en plena soledad. De nada sirven las caretas, las actuaciones, los papeles ensayados delante del espejo. El alma se queda en cueros, no queda lugar para lo que no es nuestro. Blas Pascal dec\u00eda: \u00abToda la desgracia del hombre proviene de que no aguanta estar solo en una habitaci\u00f3n\u00bb. El silencio, de alg\u00fan modo, nos empeque\u00f1ece. O mejor, nos enfrenta con la realidad de nuestra peque\u00f1ez, porque el silencio desnuda lo superficial y mantiene lo esencial.
                \n\u00bf Es triste el silencio? \u00abDicen las gentes, comenta un joven trapense como el Hermano Rafael, que el silencio en el monasterio es triste, y dif\u00edcil de llevar en la Regla. No hay cosa m\u00e1s equivocada que esa opini\u00f3n… El silencio en la Trapa es la m\u00e1s alegre algarab\u00eda que los hombres puedan sospechar… \u00a1Ay! si Dios nos diese facultad para ver en los corazones, entonces ver\u00edamos que del alma de ese trapense de m\u00edsero aspecto exterior y que vive en silencio, brota a raudales y constantemente un glorioso canto de j\u00fabilo, lleno de amor y de alegr\u00eda a su Criador, a su Dios, al Padre amoroso que le cuida y le consuela… El silencio del monasterio no es triste; al contrario, se puede decir que no hay cosa m\u00e1s alegre que el silencio de un trapense\u00bb [7]<\/sup>.
                \n 
                \nEl silencio brota de la plenitud que habita en nosotros. Recomienda Isaac el Sirio: \u00abEsforc\u00e9monos primero por callar. De ah\u00ed nacer\u00e1 en nosotros lo que nos conducir\u00e1 al silencio. Que Dios te d\u00e9 entonces sentir lo que nace del silencio. Si obras as\u00ed, no sabr\u00eda yo expresarte la luz que se alzar\u00e1 en ti […] De la ascesis del silencio brota en el coraz\u00f3n un placer que fuerza al cuerpo a permanecer pacientemente en la hesiquia<\/em>. Y nos vienen las l\u00e1grimas abundantes, primero en la pena, despu\u00e9s en el arrobamiento, el coraz\u00f3n siente entonces lo que discierne en el fondo de la contemplaci\u00f3n\u00bb[8]<\/sup>.
                \n 
                \n 
                \n <\/p>\n

                  \n
                1. Dios habla en el silencio<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                   <\/p>\n\n\n\n
                  \u00a0\u00a0 El silencio nos conduce verdaderamente al encuentro con Dios y con nosotros mismos. En \u00e9l nos damos cuenta de nuestra naturaleza herida, de nuestra pobreza, de la necesidad que tenemos de Dios. El silencio es una de las condiciones para que resuene la voz de Dios, para ‘sentir y gustar las cosas internamente’, por ‘de dentro’, como gustaba decir Quevedo. S\u00f3lo desde el fondo del silencio puede emerger una palabra profunda, s\u00f3lo desde \u00e9l se puede leer dialogando con el autor o escribir -siempre una Pascua de silencio[9]<\/sup>– sin traicionar la experiencia. La p\u00e1gina en blanco -dice el poeta argentino Roberto Juaroz- es un o\u00eddo que aguarda; por eso, toda obra literaria o de pensamiento filos\u00f3fico o teol\u00f3gico descansa sobre un lecho de silencio. Incluso pudi\u00e9ramos decir que son monumentos de silencio. S\u00f3lo quien sabe guardar silencio, callarse, sabe esencialmente hablar y actuar (Kierkegaard). Cu\u00e1nto silencio se necesita para ver todo lo que hay en un cuadro[10]<\/sup>. Como ha mostrado J. L. Chr\u00e9tiene en El arca y la palabra<\/em>, el silencio es posibilidad de escucha, posibilidad de respuesta, lugar de encuentro y presencia mutua, de recuperarse para la ofrenda, pero tambi\u00e9n exceso, \u00e9xtasis, silencio m\u00edstico, su posibilidad m\u00e1s alta, donde la palabra recibe -en la sorpresa y la pasividad- el don de un silencio m\u00e1s elevado. Los poetas han sido maestros consumados del silencio. Claude Vig\u00e9e oye verdear un avellano (\u00abJ\u2019 \u00e9coute \/ un jeune noisetier\/ verdir\u00bb), y Patocchi oye rezar a lo lejos las fuentes de la tierra. La poetisa de lengua portuguesa Sophia de Mello, tiene un verso que contagia ondas de silencio:<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

                   
                  \n\u00abComo el rumor del mar dentro de un concha
                  \nlo divino susurra en el universo
                  \nAlgo emerge: primordial proyecto\u00bb[11]<\/sup>.
                  \n 
                  \nEl hombre esconde dentro de s\u00ed un pozo profundo en el que puede hallar el agua de la vida. Hay que desenterrarlo, excavarlo, hacerlo emerger de las profundidades. Es la intimidad del coraz\u00f3n lugar sellado donde puedes encontrar a Dios y vivir en comuni\u00f3n con \u00c9l. No des rodeos para encontrarte con Dios que habita tu coraz\u00f3n. En el silencio pronuncia el Padre su \u00danica Palabra: su Verbo de Luz. Calla. Fu\u00e9rzate al silencio. Olvida tus proyectos para descubrir el plan de Dios sobre ti. Con el inmenso ruido que llevas dentro, nunca oir\u00e1s la suave brisa en la que Dios se manifiesta. Calla. Aprende a reunir todas tus fuerzas para caminar silenciosamente al encuentro de quien te ama. Entr\u00e9gale a tu Dios todos tus ruidos; reposa en \u00c9l. \u00abVenid a m\u00ed los que est\u00e1is cansados y agobiados que yo os aliviar\u00e9\u00bb, dice el Se\u00f1or. \u00bfEst\u00e1s enfurecido porque te han humillado y han pisado tus derechos? Guarda silencio y desah\u00f3gate con Dios. Encontrar\u00e1s la paz del coraz\u00f3n. Y s\u00f3lo despu\u00e9s hallar\u00e1s las palabras adecuadas para decir la verdad sin causar heridas. Escucha los latidos del coraz\u00f3n de Dios en un encuentro de dos silencios que se buscan. Desciende, baja hasta tu propio coraz\u00f3n. A Dios, no lo olvides, s\u00f3lo se llega descendiendo. Y no temas alejarte de los hombres, tus hermanos, porque es en Dios donde de verdad los encontrar\u00e1s. En este lugar sagrado podr\u00e1s vivir la experiencia de lo que realmente es vivir, morir, y resucitar.
                  \n 
                  \nSan Ignacio de Antioqu\u00eda dice que el cristiano tiene que ser reconocido por lo que hace y por lo que calla: \u00abEs mejor callar y ser que hablar y no ser. Bien est\u00e1 el ense\u00f1ar, a condici\u00f3n de que, quien ense\u00f1a, haga. Ahora bien, un Maestro hay que dijo y fue. Mas tambi\u00e9n lo que callando hizo son cosas dignas de su Padre. El que de verdad posee la Palabra de Jes\u00fas, puede tambi\u00e9n escuchar su silencio, a fin de ser perfecto. De esta manera, seg\u00fan lo que habla, obra; y por lo que calla, es conocido\u00bb[12]<\/sup>.
                  \n 
                  \nEn Apolog\u00eda del trapense, <\/em>el Hermano Rafael explica: <\/em> \u00abMucha gente me pregunta acerca del silencio de la Trapa y yo no s\u00e9 qu\u00e9 contestar, pues el silencio de la Trapa no es silencio, es un concierto sublime que el mundo no comprende. Es ese silencio que dice: No metas ruido, hermano, que estoy hablando con Dios. Es el silencio del cuerpo para dejarle al alma gozar de la contemplaci\u00f3n de Dios. No es el silencio del que no tiene nada que decir, sino el silencio del que teniendo muchas cosas dentro, y muy hermosas, se calla, para que sus palabras, que siempre son torpes, no adulteren el di\u00e1logo con Dios.
                  \nEs el silencio que nos hace humildes, que nos hace sufridos, que al tener una pena nos la hace contar solamente a Jes\u00fas, para que El tambi\u00e9n, en silencio, nos la cure, sin que los dem\u00e1s se enteren… El silencio es necesario para la oraci\u00f3n\u00bb[13]<\/sup>.
                  \n <\/p>\n

                    \n
                  1. El silencio ante lo inefable<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                     <\/p>\n\n\n\n
                    \u00a0\u00a0 En determinados momentos es necesario callar sobre lo que no se puede expresar con palabras, sobre lo inefable. Nos lo acaba de recordar aquel joven que iba para arquitecto y se qued\u00f3 en trapense, el beato Rafael. Ante el Misterio, nuestro saber no pasa de la aproximaci\u00f3n y nuestro discurso es puro balbuceo. \u00abCuando el esp\u00edritu calla de tanto como tiene que manifestar, no vale ning\u00fan idioma\u00bb, afirma J. Guill\u00e9n en su estudio sobre S. Juan de la Cruz[14]<\/sup>.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

                     
                    \nSi el hombre busca y trata de expresar con palabras el misterio que le envuelve y le desborda, llegar\u00e1 un momento en que tendr\u00e1 que dar un salto cualitativo y convertirse en el hombre capaz de callar y adorar. El silencio de la adoraci\u00f3n no es mutismo robador de la palabra debida y esperada, sino cabal expresi\u00f3n de la incapacidad para decir y decirse; es desbordamiento en el que el hombre calla de tanto como tiene que expresar. Para el m\u00edstico como para el amante, las palabras no son ni dom\u00e9sticas ni domesticables, sino que permanecen en su estado originario y hablar puede resultar la suma impertinencia. Esto no significa sacrificio o aniquilaci\u00f3n cruenta, sino una especie de ofertorio, cuando se ha comprendido que la palabra no lo es todo. Si los m\u00edsticos hablan o escriben de Dios no es tanto para darle a conocer cuanto para que podamos unirnos con El. Quieren suscitar la experiencia de Dios en nuestros corazones, pretenden despertar la atracci\u00f3n hacia el Misterio que nos habita. Ver en el interior no significa imaginar subjetivamente. Lo verdaderamente importante es invisible para los ojos; s\u00f3lo se ve bien con el coraz\u00f3n, como dijo Antoine de Saint-Exup\u00e9ry.
                    \n 
                    \nSin embargo, no faltan ocasiones en que el silencio sobre lo esencial ya no puede ser observado sin lesionar el deber de sinceridad y de verdad, y sin poner en peligro el n\u00facleo mismo de lo esencial[15]<\/sup>.
                    \n\u00a0<\/strong>
                    \n\u00a0<\/strong>
                    \n\u00a0<\/strong><\/p>\n

                      \n
                    1. El silencio, camino de libertad<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                       <\/p>\n\n\n\n
                      Porque s\u00f3lo el silencio nos ayuda a seleccionar, diferenciar lo que queremos que sea nuestro. S\u00f3lo el silencio forma criterio, propicia el encuentro con uno mismo y con los dem\u00e1s, y s\u00f3lo el silencio demuestra la peque\u00f1ez y dependencia del ser humano. La verdad de uno mismo s\u00f3lo se percibe en el silencio. La paz, el conocimiento de uno mismo, la reflexi\u00f3n profunda, la humildad y la perplejidad ante la vida s\u00f3lo surgen escuchando el sonido m\u00e1s dulce y sencillo que Dios invent\u00f3 para el hombre: el silencio.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

                      \u00bfBuscas la libertad? \u00bfA\u00f1oras sentirte verdaderamente libre, ajeno a la manipulaci\u00f3n del consumismo, sin atarte a necesidades prescindibles, a obsesiones y sufrimientos innecesarios? Prueba el camino del silencio. El camino del silencio es la senda de la verdadera libertad.<\/em>
                      \nEl ritmo de vida impuesto en esta escalada contrarreloj en la que se ha convertido nuestra sociedad, sin reflexi\u00f3n, desde la superficialidad, tiene consecuencias fatales. No disponer de tiempos de silencio conlleva vivir al d\u00eda, sin profundidad, sin preguntas o esperanzas verdaderas. Implica poca sensibilidad y falta asombro ante algo tan maravilloso como el hecho de estar vivo. Una persona que no busca el silencio ignora para qu\u00e9 vive; por qu\u00e9 las cosas son como son; por qu\u00e9 existe el dolor; por qu\u00e9 no es feliz, si aparentemente lo tiene todo. Es, en definitiva, una muestra de conformismo indigno del ser humano.
                      \n 
                      \nEl silencio crea libertad porque permite distinguir lo nuestro de lo que se nos impone desde fuera. Si no somos incapaces de percibir la aut\u00e9ntica belleza, los verdaderos valores, lo que realmente merece la pena \u00bfc\u00f3mo caminaremos tras ellos?
                      \n 
                      \nManuel S\u00c1NCHEZ MONGE\u00a0 <\/strong>
                      \nestudios@misionjoven.org<\/a>
                      \n 
                      \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/strong>
                      \n[1] Sentencias de los Padres del desierto<\/em>, Monasterio de las Huelgas, Burgos 1981, 207.
                      \n[2] La filocalia<\/em>, Lumen, Buenos Aires 1979, 68.
                      \n[3] Thomas MERTON, The way of Chuang Tzu<\/em>, New Directions Publishing Corp., Nueva York 1985, 154.
                      \n[4] Apotegmas de los Padres del desierto, Lumen, Buenos Aires 1979, 145
                      \n[5] Cf. M. MERLEAU PONTY, Le visible et l\u00b4invisble<\/em>, Paris 1964, 267.
                      \n[6] Cf M.HEIDEGGER, Erl\u00e4uterung zu H\u00f6lderlings Dichtung<\/em>, Frankfurt a. M. 1963, 39.
                      \n[7] HERMANO RAFAEL, Obras Completas<\/em>, Ed. Monte Carmelo, Burgos 1988, 18, 37
                      \n[8] Tratados<\/em> 66.
                      \n[9] J. L. Chr\u00e9tiene, L\u00b4arche de la parole<\/em>, Puf, Paris 1998, 56-104.
                      \n[10] Cf. J.L. Chr\u00e9tiene, Le silence dans la peinture<\/em>, en ID., Corps \u00e0 corps. A l\u00b4\u00e9coute de l\u00b4oeuvre d\u00b4art,<\/em> Ed de Minuit, Paris 1997.
                      \n[11] Obra po\u00e9tica<\/em>, Lisboa 1991, III, 184. Para todo este apartado Cf. P. RODRIGUEZ PANIZO, S\u00f3lo la sed nos alumbra<\/em>: Miscelanea Comillas 112 (2000) 3-26 aqu\u00ed 15-16.
                      \n[12] Ad Eph.<\/em> XV, 1-2 en D. RUIZ BUENO (Ed.), Padres Apost\u00f3licos<\/em>, BAC, Madrid 1965, 456.
                      \n[13] HERMANO RAFAEL, Obras Completas<\/em> 73, 249.
                      \n[14] Lenguaje y poes\u00eda<\/em>, Madrid 1972,109
                      \n[15] J. GUITTON, Silencio sobre lo esencial<\/em>, Valencia 1988.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

                      [vc_row][vc_column][vc_column_text]Manuel S\u00e1nchez Monge   Manuel S\u00e1nchez Monge es Vicario General de la di\u00f3cesis de Palencia.   S\u00edntesis del art\u00edculo: Educar y evangelizar es, b\u00e1sicamente, acompa\u00f1ar procesos de maduraci\u00f3n personal. Hacer que cada uno de nosotros alcance la plenitud de sus posibilidades, que alcance, -hablando en sentido cristiano-, la medida del hombre perfecto que es Cristo. […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[729,730,94],"tags":[],"class_list":["post-10679","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-310","category-manuel-sanchez-monge","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/10679","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=10679"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/10679\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=10679"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=10679"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=10679"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}