{"id":10725,"date":"2002-06-01T13:36:09","date_gmt":"2002-06-01T11:36:09","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=10725"},"modified":"2002-06-01T13:36:09","modified_gmt":"2002-06-01T11:36:09","slug":"cine-y-educacion-algunas-perspectivas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/cine-y-educacion-algunas-perspectivas\/","title":{"rendered":"Cine y educaci\u00f3n: algunas perspectivas"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Jes\u00fas Villegas
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\nPie Autor
\nJes\u00fas Villegas<\/strong> es profesor en el Colegio \u00abMar\u00eda Auxiliadora\u00bb de Vigo.<\/em>
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\nS\u00edntesis del Art\u00edculo
\nEl art\u00edculo pretende ir m\u00e1s all\u00e1 de la \u00abutilizaci\u00f3n del cine\u00bb en la educaci\u00f3n. La relaci\u00f3n que propone el autor entre ambos arranca de tres afirmaciones b\u00e1sicas: el poder del cine, sus significados (referencial, expl\u00edcito, impl\u00edcito y sintom\u00e1tico) y el aprender a mirar (ense\u00f1ar por y con el cine, y ense\u00f1ar del cine). Todo… para superar una \u00abrecepci\u00f3n acr\u00edtica y automatizada\u00bb, para no limitarse al simple<\/em> \u201cdisfrutar de unas sensaciones y emociones b\u00e1sicas a veinticuatro im\u00e1genes por segundo\u201d y, sobre todo, para que \u00abla mirada, la inteligencia y la sensibilidad se desperecen\u00bb.
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    \n
  1. Una pel\u00edcula basada en hechos reales y…<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \n\u2014Bien, chicos, hoy vamos a bajar al aula de audiovisuales.
    \nUn murmullo de satisfacci\u00f3n se extiende entre los alumnos y alumnas de cuarto de la eso. Hoy toca pel\u00edcula. Al menos, no habr\u00e1 que copiar esquemas o resolver ejercicios mientras se escucha el sermoneo del profesor, unas veces mon\u00f3tono y otras exaltado, pero siempre cargante de m\u00e1s. Adem\u00e1s, en la semipenumbra de la clase de medios cabe alg\u00fan que otro chiste y, por qu\u00e9 no, se puede dar buena cuenta de las gominolas, los chicles o cualquier otra golosina pringosa con las que se han aprovisionado a primera hora de la ma\u00f1ana.
    \nLa sala cuenta con un televisor de veintiocho pulgadas. Los treinta alumnos se disponen en racimo frente al aparato, sentados en sus inc\u00f3modas sillas de madera con brazo. Del fondo de la clase entra un intenso resplandor a trav\u00e9s de un gran ventanal, el cual lanza sobre la pantalla algunos reflejos. Si mezclamos estas reverberaciones con el sonido un tanto chisporroteante de los altavoces y el tama\u00f1o min\u00fasculo de las im\u00e1genes (disminuido todav\u00eda m\u00e1s por el hecho de tratarse de una copia en formato cinemascope), la obra se acaba por transformar en una especie de caricatura del original.
    \n 
    \nEl profesor, antes de introducir la cinta en el v\u00eddeo, ha justificado brevemente la actividad: puesto que han estado explicando la historia y la cultura del pueblo vikingo, culminar\u00e1n el estudio de dicho tema con el an\u00e1lisis de Los vikingos <\/em>de Richard Fleischer. Deber\u00e1n estar atentos a los aspectos de la vida cotidiana y de la realidad de aquel pueblo que esta pel\u00edcula de los a\u00f1os cincuenta recoge para despu\u00e9s, en un peque\u00f1o trabajo, relacionar historia y ficci\u00f3n.
    \nLa pel\u00edcula dura dos horas. Puesto que las clases son de cincuenta minutos y en los tr\u00e1mites previos se han dilapidado veinticinco, el visionado \u00edntegro consumir\u00e1 tres sesiones, es decir, una semana de curso. Habida cuenta de que el viernes es festivo, la proyecci\u00f3n se prolongar\u00e1 hasta el lunes de la semana que viene. Entre medias, \u00abtropocientas\u00bb horas m\u00e1s de otras asignaturas tan importantes como esta, en las que cada profesor intentar\u00e1 abordar su materia como si fuera la \u00fanica verdadera y necesaria, har\u00e1n las veces de eterna pausa publicitaria, sin olvidar que la propia vida diaria al margen de las aulas introducir\u00e1n en medio de esta narraci\u00f3n sobre guerreros b\u00e1rbaros una cesura a\u00fan m\u00e1s brutal.
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    \nAl salir ese d\u00eda de clase, el profesor capta algunos comentarios dispersos. Un par de chavales califican lo visto hasta ahora de \u00abrollo patatero\u00bb sin paliativos. El supuesto car\u00e1cter aventurero y espectacular del relato, desde su punto de vista, brilla por su ausencia: ni acci\u00f3n trepidante, ni explosiones, ni efectos especiales. Otros hablan entre risas de los pechos, esos s\u00ed espectaculares, de la actriz protagonista. Alguno ha reparado en que los vikingos no llevan cuernos o en que sus barcos son m\u00e1s peque\u00f1os de lo que imaginaban (\u00bfsemejantes hallazgos justifican perder tres horas de programa?). La mayor\u00eda han cambiado autom\u00e1ticamente de chip nada m\u00e1s abandonar aquel simulacro de sala cinematogr\u00e1fica y comentan el \u00faltimo partido de su equipo favorito…
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    \n <\/p>\n

      \n
    1. …con un final nada feliz<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nEn fin, podr\u00edamos seguir recreando y sacando punta a una situaci\u00f3n harto familiar para el que trabaja en un centro escolar y opta por recurrir a los medios audiovisuales. Tendr\u00edamos que a\u00f1adir, por ejemplo, que en muchas ocasiones el docente desconoce los rudimentos b\u00e1sicos del lenguaje de la imagen o es incapaz de encuadrar en la historia del s\u00e9ptimo arte la obra utilizada, con lo que su trabajo previo de preparaci\u00f3n y an\u00e1lisis de las posibilidades pedag\u00f3gicas del texto f\u00edlmico se reduce al mero trazado de semejanzas y diferencias entre realidad (hist\u00f3rica, literaria, cultural) y ficci\u00f3n. Sus pretensiones son s\u00f3lo ilustrar con im\u00e1genes en movimiento unos contenidos antes transmitidos de manera verbal, sin trascender m\u00e1s all\u00e1. En lugar de aprovechar las posibilidades interdisciplinares de esta actividad (en esa pel\u00edcula, por seguir con el ejemplo, se insin\u00faan contenidos propios de tecnolog\u00eda, de lengua, de religi\u00f3n, de \u00e9tica, de conocimiento del medio…) o su conexi\u00f3n con el mundo de los valores (los tan tra\u00eddos y llevados ejes transversales), sustituye la tiza y la pizarra tradicionales por otra tiza y otra pizarra, m\u00e1s coloridas, electr\u00f3nicas y llamativas, tal vez, pero no menos rudimentarias did\u00e1cticamente hablando.
      \n 
      \nEn cuanto contempla una pel\u00edcula, un profesional relacionado con cualquier actividad formativa suele adivinar por instinto si en ella palpita algo valioso desde el punto de vista educativo, una perla en potencia, por decirlo as\u00ed. Sin embargo, la transformaci\u00f3n de esa joya en bruto en un aut\u00e9ntico tesoro pedag\u00f3gico resulta m\u00e1s complicada de lo que parece. Las dificultades son muchas, como hemos insinuado en la historieta antes recreada: en el colegio, por ejemplo, faltan medios materiales, el sistema de organizaci\u00f3n escolar (clases de una hora, distribuci\u00f3n f\u00e9rrea en materias, complejidad del curr\u00edculo…) dificulta cualquier propuesta de larga duraci\u00f3n, el profesorado no est\u00e1 preparado, el bombardeo de est\u00edmulos que recibe el alumno lo vuelven poco receptivo a nuevos mensajes…
      \nPor si fuera poco, se ha cometido habitualmente el error de confiar tanto en el poder de la imagen que, en \u00faltima instancia, se ha llegado a creer err\u00f3neamente que esta ense\u00f1a por s\u00ed sola y, as\u00ed, su mera visi\u00f3n ha sido considerada en muchos contextos una fuente de aprendizajes suficiente, sin necesidad de reflexi\u00f3n a priori o a posteriori. En fin, hemos pasado de la fe, un tanto ingenua, en que los audiovisuales como recurso eran una panacea que nos sacar\u00eda del hoyo de la tradici\u00f3n m\u00e1s anquilosada, a constatar finalmente con dolor que se trata de materiales c\u00f3modos de enchufar pero dif\u00edciles de rentabilizar en t\u00e9rminos educativos.
      \n 
      \n\u00bfQu\u00e9 hacer? \u00bfTirar la toalla? \u00bfSeguir usando estos recursos como mero apoyo a las explicaciones o como salida facilona ante una clase no preparada, una tutor\u00eda a medio cocer o la ausencia de un profesor? En este art\u00edculo intentaremos profundizar en un tema espinoso pero capital si queremos continuar hablando en serio de reforma educativa. Nuestra reflexi\u00f3n se sustentar\u00e1 sobre tres ideas<\/em> que queremos plantear ahora de forma contundente para que queden claras de antemano:
      \n <\/p>\n

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      • 1\u00aa idea<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

        Los medios de comunicaci\u00f3n de masas, sobre todo el cine y la televisi\u00f3n, son, en la actualidad, unas de las maquinarias m\u00e1s poderosas de construcci\u00f3n de realidad que existen y, por tanto, portentosos sistemas de producci\u00f3n de valores e ideolog\u00eda.<\/p>\n

          \n
        • 2\u00aa idea<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

          El impacto emotivo que provoca la imagen y su complejidad significativa requieren que sus espectadores sean educados para discernir el significado de los mensajes y evitar as\u00ed la manipulaci\u00f3n.<\/p>\n

            \n
          • 3\u00aa idea<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

            La formaci\u00f3n sobre lenguaje audiovisual y, m\u00e1s en concreto, sobre el arte cinematogr\u00e1fico deber\u00eda contemplarse como una materia de estudio independiente y obligatoria durante la formaci\u00f3n acad\u00e9mica primaria y secundaria, m\u00e1s all\u00e1 del mero uso funcional de estos medios como recursos.
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            \n <\/p>\n

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            1. Hacia la 1\u00aa: el poder del cine<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

               
              \nNo vamos a perder demasiado tiempo en argumentar aquello que, hoy por hoy, es casi un lugar com\u00fan. A nadie se le ocurre, a estas alturas, negar que los medios de comunicaci\u00f3n de masas y, por tanto, el cine reflejen la realidad. Tampoco es f\u00e1cil rebatir que, adem\u00e1s de reproducir el mundo, de reflejarlo, los msm se atreven a llegar m\u00e1s lejos: no se limitan a actuar como meros espejos, sino que, en un alarde de poder casi proteico, han pasado de calcar o imitar a crear, conformar, reformar, deformar o matizar la vida, en definitiva, a proyectar sus haces luminosos fuera del espacio imaginario de la pantalla, transformando en cierta medida el mundo en algo nuevo con su resplandor.
              \nLa discusi\u00f3n bizantina sobre si tenemos la televisi\u00f3n que nos merecemos, la exacta copia de nosotros mismos (televisi\u00f3n-espejo) o si, al contrario, es la \u00abcaja tonta\u00bb la que acaba por construir personas a imagen y semejanza de s\u00ed misma (televisi\u00f3n-molde), en el fondo, ilustra a la perfecci\u00f3n nuestro punto de partida: el universo audiovisual imita y genera, refleja y crea lo real en una proporci\u00f3n imposible de calibrar, pero no por ello menos cierta.
              \n 
              \nVayamos por partes: \u00bfen qu\u00e9 consiste eso que hemos llamado \u00abreflejar la realidad\u00bb? No nos referimos en exclusiva a las obras que se inspiran en hechos hist\u00f3ricos o en sucesos reales. Queremos decir que cualquier pel\u00edcula, por fant\u00e1stico que sea su argumento, puede leerse como un documento de la \u00e9poca en que se concibi\u00f3: la ideolog\u00eda dominante, la organizaci\u00f3n y los roles sociales, las modas, los miedos y los deseos, todo aquello, en fin, que constituye un modo de vida y una sociedad en un momento dado, condiciona, impregna el dise\u00f1o final de una pel\u00edcula en todos sus niveles. Para no abundar en el tema, os remito a mi estudio en el dossier <\/em>de este n\u00famero sobre \u00abIm\u00e1genes de hombre y mujer en el cine actual\u00bb<\/em> o, en caso de urgencia, s\u00f3lo basta con revisar las hero\u00ednas del cine de Disney desde Blancanieves a nuestros d\u00edas para corroborar c\u00f3mo la mentalidad de un periodo revierte en los diversos aspectos de la narraci\u00f3n audiovisual y, en conclusi\u00f3n, en la concepci\u00f3n definitiva del producto cinematogr\u00e1fico.
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              \nPasamos a la segunda premisa: la acci\u00f3n del cine como elemento configurador del mundo. Este proceso quiz\u00e1s se produzca de una manera m\u00e1s subterr\u00e1nea, menos obvia, inaprensible en muchos casos. A veces, incluso, como hemos advertido hace unos p\u00e1rrafos, puede resultar complicado determinar hasta qu\u00e9 punto una obra o un conjunto de obras cinematogr\u00e1ficas han generado unos h\u00e1bitos de comportamiento y de pensamiento o si ha sucedido a la inversa, es decir, si ha sido la pel\u00edcula la que se ha apropiado de un referente de la realidad integr\u00e1ndolo en su discurso. Sea como sea, desde que el cine es cine, \u00e9ste ha sancionado modas, establecido mitolog\u00edas, naturalizado comportamientos y, sobre todo, creado mentalidades. \u00bfC\u00f3mo ser\u00edan los j\u00f3venes rebeldes del medio siglo pasado sin los iconos de Marlon Brando o James Dean? \u00bfCu\u00e1nto le \u00abdeben\u00bb los j\u00f3venes actuales al cine norteamericano en cuanto a su idea de las relaciones de pareja? \u00bfQui\u00e9n ha dictado, si no el cine, el patr\u00f3n de belleza masculina o femenina desde hace lustros?
              \n 
              \nCine como s\u00edntoma, cine como modelo: esta doble naturaleza del hecho f\u00edlmico nos advierte de que ver una pel\u00edcula no es un acto simple, gratuito e insignificante. Debido a la estrecha relaci\u00f3n que se da entre el cine y la realidad tal y como hemos demostrado, mucho mayor que la que se produce en otras artes o en otros c\u00f3digos comunicativos (por si fuera poco, recordemos que la base del cine es, antes que nada, la captaci\u00f3n mec\u00e1nica mediante una c\u00e1mara de una acci\u00f3n real representada, es decir, de una realidad f\u00edsica previa), la comunicaci\u00f3n entre una pel\u00edcula y su p\u00fablico pone en relaci\u00f3n obligatoriamente dos sistemas de valores, el que sustenta la historia narrada y el propio del espectador. No olvidemos, por otro lado, que el impacto emotivo de una pel\u00edcula, a trav\u00e9s de los procesos de identificaci\u00f3n o diferenciaci\u00f3n que suscita, convierte el acto de mirar en algo m\u00e1s que una simple captaci\u00f3n de est\u00edmulos: entramos en el terreno de la experiencia, de la vivencia personalizada. No existe, desde nuestro punto de vista, eso que se llaman \u00abpel\u00edculas de entretenimiento sin m\u00e1s\u00bb, intrascendentes y fr\u00edvolas. Cualquier historia contada mediante im\u00e1genes en sucesi\u00f3n supone una propuesta de sentido, despliega unos contenidos manifiestos u ocultos, implica una visi\u00f3n del mundo. Si educar consiste en transmitir conocimientos, habilidades y\/o actitudes, la experiencia f\u00edlmica es, por su propia textura, potencialmente educativa (en clave positiva o negativa, formadora o deformadora), se quiera o no, puesto que toda pel\u00edcula est\u00e1 cargada de mensajes m\u00e1s o menos pregnantes que se comunican sensorial, emocional y, en menor medida, racionalmente a su receptor.
              \n 
              \nLa relaci\u00f3n, pues, entre cine y educaci\u00f3n es incontestable. El cine educa, mal que nos pese: educa cuando le regala al espectador una copia directa o en clave de su propio mundo; educa cuando impulsa a ese mismo espectador a vivir en su entorno imitando las formas de proceder y de pensar que unos seres de ficci\u00f3n le han mostrado. Ante esta situaci\u00f3n s\u00f3lo caben dos posibilidades: o bien dejar que las pel\u00edculas cumplan su cometido, sin intervenir ni advertir previamente a su usuario sobre el efecto secundario, constructor o destructor, de aquello que tiene ante los ojos, o bien preparar a las personas para que, llegado el caso, desde una posici\u00f3n de distanciamiento cr\u00edtico, sepan valorar con objetividad los mensajes recibidos. Los m\u00e1s deterministas, los partidarios de la dejaci\u00f3n pensar\u00e1n que, puesto que el cine educa, podemos permitir que siga su curso sobre las conciencias, tal y como est\u00e1 sucediendo ahora, al libre albedr\u00edo de modas, tendencias, intereses comerciales y manipulaciones ideol\u00f3gicas; sin embargo, si observamos que la formaci\u00f3n que proporciona no necesariamente humaniza, tal vez debamos intervenir desde distintos \u00e1mbitos, encauzando esa educaci\u00f3n homogeneizadora, asistem\u00e1tica y alienante hasta transformarla en una educaci\u00f3n positiva, programada y liberadora.
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              \n <\/p>\n

                \n
              1. Hacia la 2\u00aa: los significados<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                 
                \nEl cine nos atraviesa la conciencia por la v\u00eda abierta de los sentidos hasta tocar nuestro fondo, nuestras emociones, dej\u00e1ndonos de esta manera, como contrapartida, racionalmente indefensos. Las im\u00e1genes nos subyugan, estimulan nuestra afectividad y, al cambio, bloquean a menudo nuestra l\u00f3gica. Contemplamos, dichosos, c\u00f3mo el vengador extermina a su v\u00edctima y nos regodeamos golosamente en ese ejercicio de ira que nunca aceptar\u00edamos en la realidad; lloramos con la historia amorosa m\u00e1s extrema e incre\u00edble, sin cuestionar en ning\u00fan momento su estatus artificial; nos re\u00edmos de las humillaciones a las que someten a un pobre diablo, felices de descargar as\u00ed nuestras tensiones escondidas; aceptamos como natural e ideal un modo de vida de ficci\u00f3n aunque se sostenga sobre el materialismo, la depredaci\u00f3n, el horror o la simplificaci\u00f3n maniquea.
                \nEn ese ejercicio de mirar con la fibra m\u00e1s sensible a flor de piel y la inteligencia relajada, la asimilaci\u00f3n no premeditada de construcciones simb\u00f3licas de la realidad reprobables o, al menos, discutibles puede conducir a que seamos manipulados: el modelo de mundo o de relaciones humanas sancionado una y otra vez por los largometrajes puede acabar implant\u00e1ndose en nuestro \u00e1nimo como una alternativa vital, como una aspiraci\u00f3n o como una propuesta de comportamiento \u00e9ticamente aceptable, sin que hayamos sabido filtrar cr\u00edticamente esos contenidos.
                \n 
                \nVista as\u00ed la situaci\u00f3n, se impone la necesidad de dotar a los ciudadanos de instrumentos y recursos para descodificar e interpretar correctamente los textos audiovisuales. Existe la idea preconcebida y err\u00f3nea de que la inmediatez de las im\u00e1genes no requiere unos conocimientos te\u00f3ricos o una formaci\u00f3n espec\u00edfica para su lectura, como si los h\u00e1bitos de percepci\u00f3n comunes o la intuici\u00f3n fueran suficientes en esta comprensi\u00f3n. Es cierto que, a un nivel superficial, la obtenci\u00f3n del sentido inicial de un relato f\u00edlmico cl\u00e1sico no conlleva mayores dificultades, pero los niveles m\u00e1s profundos de significaci\u00f3n, aquellos que a veces calan en el espectador inconscientemente o los que son aceptados como realidad sin cuestionamiento a pesar de su car\u00e1cter de convenci\u00f3n, requieren un aprendizaje y una pr\u00e1ctica espec\u00edficos, si queremos dominarlos y no que nos dominen.
                \nConcretemos todos estos aspectos. En un sistema complejo de signos distinguimos cuatro tipos de significados:
                \n 
                \nq Significado referencial<\/strong>
                \nSer\u00eda el significado literal, la denotaci\u00f3n. En una pel\u00edcula, este se compondr\u00eda del argumento, de las realidades, personas y cosas a las que se refiere el texto, de los sucesos reconstruidos. Este primer nivel de sentido es accesible, en general, a cualquiera habituado a los procedimientos de la narraci\u00f3n, sobre todo cuando consideramos ese cine que se ajusta a las formas cl\u00e1sicas de contar una historia (todo el cine comercial, por ejemplo). Digamos que seguir y completar a grandes rasgos lo que se nos cuenta no entra\u00f1a, al menos en principio, demasiadas dificultades ni necesita, en definitiva, un aprendizaje t\u00e9cnico inicial.
                \n 
                \nq Significado expl\u00edcito<\/strong>
                \nA trav\u00e9s de hechos y situaciones, las pel\u00edculas comunican intencionadamente unos temas, una idea o ideas sobre el mundo, la vida, los seres humanos. A menudo esos contenidos se verbalizan a lo largo del metraje una o varias veces para hacerse a\u00fan m\u00e1s transparentes. En el cine de consumo estos soportes ideol\u00f3gicos suelen ser tan secundarios respecto al primer nivel de comunicaci\u00f3n (la historia narrada) que con frecuencia constituyen meros lugares comunes, tan repetidos u obvios que se aceptan como meros tr\u00e1mites o convenciones para que las acciones avancen. Aunque a un espectador adulto no se le escapen estos postulados, los ni\u00f1os y j\u00f3venes en muchas ocasiones aceptan ciegamente esta informaci\u00f3n o prescinden de ella por considerarla secundaria e inocente. En los peores casos, no llegan a captarla en su integridad a causa de una incapacidad comprensiva o de concentraci\u00f3n aguda.
                \n 
                \nq Significado impl\u00edcito<\/strong>
                \nM\u00e1s all\u00e1 de la historia contada y de las ideas transmitidas, existe una constelaci\u00f3n de significados latentes, un conjunto de connotaciones que el texto, por su car\u00e1cter abierto y m\u00faltiple, convoca. Este nivel de profundidad s\u00f3lo se alcanza mediante el ejercicio de la reflexi\u00f3n y para ello debe disponerse de un sistema conceptual que nos ayude a sacar a la superficie estos valores sumergidos. Analizar una pel\u00edcula en clave hist\u00f3rica, sicol\u00f3gica, pedag\u00f3gica, sociol\u00f3gica o \u00e9tica, por citar algunos casos, supone aplicar una base te\u00f3rica (m\u00ednima o exhaustiva, seg\u00fan las pretensiones del trabajo de profundizaci\u00f3n) sobre el conjunto o sobre una parte de los materiales narrativos. En este momento ya no valen exclusivamente las habilidades perceptivas, sino que s\u00f3lo la combinaci\u00f3n de conocimientos previos y de razonamiento extraer\u00e1 el caudal de informaciones buscado. Un ni\u00f1o o un joven necesita una gu\u00eda de lectura para reparar en estos contenidos. Cuando utilizamos como recurso did\u00e1ctico el cine, apelamos frecuentemente a este tipo de significado presente en las pel\u00edculas. Si no existe la orientaci\u00f3n previa, los educandos dejar\u00e1n escapar estos mensajes sin asimilarlos o, en su defecto, apreciar\u00e1n aquellos que encajen, refuercen o corrijan levemente los sistemas conceptuales propios que manejan habitualmente en su desenvolvimiento por el mundo: ideas preconcebidas, por ejemplo, sobre las relaciones interpersonales, sobre la moral, sobre la identidad, sobre el papel del ser humano en el mundo…
                \n 
                \nq Significado sintom\u00e1tico<\/strong>
                \nEl texto nos remite, en \u00faltimo extremo, a su contexto. M\u00e1s all\u00e1 de lo que el texto cuenta, dice o sugiere, est\u00e1 aquello que podemos sonsacarle sobre la sociedad que lo crea (volvemos a la idea del cine como espejo) o, incluso, aquello que nosotros le a\u00f1adimos gratuitamente y la obra acepta gracias a su ambig\u00fcedad. Se tratar\u00eda de observar una pel\u00edcula a la luz de la ideolog\u00eda y de los valores sociales imperantes en su momento de producci\u00f3n o en el instante de nuestra lectura. Abandonar\u00edamos as\u00ed la pel\u00edcula en s\u00ed y entrar\u00edamos en el \u00e1mbito difuso y casi inabarcable de la libre interpretaci\u00f3n, basada m\u00e1s en la entidad del propio analista que en las im\u00e1genes propiamente dichas. Porque, si salimos m\u00e1s all\u00e1 del texto como entramado formal autosuficiente, podemos forzar al mismo en \u00faltima instancia para que llegue a ser una ilustraci\u00f3n de nuestras propias teor\u00edas. Obviamente, la lectura sintom\u00e1tica de una obra requiere cierta especializaci\u00f3n y una formaci\u00f3n previa de sus practicantes. El dominio de esta habilidad supondr\u00e1 para un educador una nueva fuente m\u00e1s de informaci\u00f3n al servicio de sus intenciones formativas \u00faltimas.
                \n 
                \nEl colectivo Drac M\u00e1gic<\/em> ya comentaba en el monogr\u00e1fico de Cuadernos de pedagog\u00eda <\/em>de 1995 sobre el cine c\u00f3mo con la profundizaci\u00f3n en los aspectos de significado del relato cinematogr\u00e1fico el receptor se enriquec\u00eda en m\u00faltiples direcciones: \u201ceste conocimiento y trabajo significa no s\u00f3lo colocar al alumnado delante del filme desde una posici\u00f3n eminentemente receptiva, en cuanto a los contenidos argumentales […], sino tambi\u00e9n promover un espacio de cr\u00edtica sobre el conjunto de la obra y su contexto […] Adem\u00e1s, en la inmensa mayor\u00eda de los casos, esta profundizaci\u00f3n permite incrementar la vivencia placentera de la visi\u00f3n cinematogr\u00e1fica\u201d.
                \n 
                \n <\/p>\n

                  \n
                1. Hacia la 3\u00aa: aprender a mirar<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                   
                  \nComo en cualquier obra art\u00edstica, la complejidad de significados que acabamos de desgranar se sustenta necesariamente sobre una forma significante, un soporte material, en este caso, una sucesi\u00f3n de im\u00e1genes y sonidos. Desde un punto de vista est\u00e9tico, el mapa de contenidos de todo tipo antes trazado se supedita por tanto a una serie de opciones t\u00e9cnicas y estil\u00edsticas, es decir, es secundario respecto al tratamiento puramente visual y sonoro: en una pel\u00edcula, los llamados procedimientos de escritura o de puesta en escena sobresalen por encima de todo, condicionan todo lo dem\u00e1s. El cine considerado como arte es, en definitiva, antes que nada, una cuesti\u00f3n de c\u00f3mo, no de qu\u00e9 mostrar: hay malas pel\u00edculas con grandes ideas y viceversa, obras maestras apoyadas en concepciones elementales o universalmente aceptadas de la existencia.
                  \nPero imaginemos que s\u00f3lo nos interesaran las posibilidades formativas del cine entendido como instrumento, como mero transmisor de contenidos de otras disciplinas. En ese caso, los conocimientos del lenguaje y de la historia audiovisual resultar\u00e1n, por suerte o por desgracia, tambi\u00e9n fundamentales para un correcto trabajo a partir de la imagen, puesto que el significado en el arte proviene b\u00e1sicamente de la forma y, prescindiendo de esta, s\u00f3lo conseguiremos reparar en los rasgos m\u00e1s evidentes e ilustrativos de una pel\u00edcula. Saber de cine (est\u00e9tica, historia, cr\u00edtica de cine) se torna as\u00ed requisito imprescindible para aprender del cine.
                  \n 
                  \nMiquel Porter Moix distingu\u00eda tres tipos de ense\u00f1anza en relaci\u00f3n con el cine:<\/p>\n

                    \n
                  • Ense\u00f1ar por el cine:<\/em> incluir\u00eda aquellos casos en los que se recurre a producciones concebidas como material pedag\u00f3gico: documentales did\u00e1cticos, cursos de idiomas…<\/li>\n
                  • Ense\u00f1ar con el cine:<\/em> consistir\u00eda en utilizar el cine como elemento did\u00e1ctico, como auxiliar, convocando, en definitiva, los significados de las pel\u00edculas. Recurrir\u00edamos al cine de forma utilitaria, atentos fundamentalmente al qu\u00e9, aunque sin descuidar unas nociones elementales de gram\u00e1tica audiovisual que nos ayuden a descifrar su fondo.<\/li>\n
                  • Ense\u00f1ar del cine:<\/em> ser\u00eda \u201cpreparar al p\u00fablico al m\u00e1ximo a fin de que su recepci\u00f3n de mensajes se haga en las mejores condiciones de aprovechamiento y en una posici\u00f3n cr\u00edtica que desmantele en lo posible el resultado de la invasi\u00f3n audiovisual en la que vivimos\u201d. En este nivel, el cine deja de ser un recurso para convertirse en una materia de estudio: se tratar\u00eda de conocer el lenguaje cinematogr\u00e1fico como una manifestaci\u00f3n cultural y art\u00edstica m\u00e1s, estrechamente vinculada a otras producciones (literatura, arte, teatro…). La preeminencia del qu\u00e9 cede su puesto a la centralidad del c\u00f3mo, como fase previa y esencial, si se desea, al desvelamiento completo de los distintos planos de significado.<\/li>\n<\/ul>\n

                    Veamos m\u00e1s detalladamente, para terminar, estos dos \u00faltimos tipos de ense\u00f1anza.
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                    \n5.1. Ense\u00f1ar con el cine: el cine formativo<\/strong>
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                    \nSaturnino de la Torre en su obra Cine formativo<\/em>, publicada por Octaedro en 1996, nos ofrece un estudio completo y estimulante sobre las posibilidades del cine como transmisor de valores culturales, sociales y educativos. El autor sit\u00faa el cine en el \u00e1mbito de las ense\u00f1anzas basadas en el medio como fuente de aprendizaje. Su propuesta se basa en la convicci\u00f3n de que el cine, como cualquier otra forma de comunicaci\u00f3n, es susceptible de ser utilizado como recurso did\u00e1ctico. Para este fin son fundamentales el papel del profesor, que actuar\u00e1 como mediador, como transformador de la ficci\u00f3n en c\u00f3digos de aprendizaje (a trav\u00e9s de la aplicaci\u00f3n de sistemas conceptuales), la selecci\u00f3n adecuada de pel\u00edculas con un mensaje constructivo y la did\u00e1ctica, es decir, el proceso que permite el paso de la informaci\u00f3n a la formaci\u00f3n.
                    \n\u00c9l propone una metodolog\u00eda de trabajo integral para el aprendizaje del medio, bautizada con las siglas ora, es decir, observaci\u00f3n, reflexi\u00f3n y aplicaci\u00f3n.<\/em> La primera fase consistir\u00eda en la observaci\u00f3n y la comprensi\u00f3n del material propuesto (breve an\u00e1lisis de la forma y captaci\u00f3n de significados referenciales y expl\u00edcitos); la segunda se basar\u00eda en la reflexi\u00f3n (profundizaci\u00f3n en los significados impl\u00edcitos) y la tercera en la aplicaci\u00f3n (tanteo de los significados sintom\u00e1ticos, puesta en pr\u00e1ctica de lo aprendido en nuevas situaciones y evaluaci\u00f3n del aprendizaje). Sintetiza esta estrategia de trabajo en la siguiente ficha:
                    \n\u00a0<\/strong><\/p>\n

                    Ficha para Aprender del Cine<\/h2>\n

                     
                    \nq Observar y comprender<\/strong><\/p>\n