{"id":11577,"date":"2001-11-01T09:11:51","date_gmt":"2001-11-01T07:11:51","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11577"},"modified":"2001-11-01T09:11:51","modified_gmt":"2001-11-01T07:11:51","slug":"la-alargada-sombra-de-la-fragilidad-familiar","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-alargada-sombra-de-la-fragilidad-familiar\/","title":{"rendered":"La alargada sombra de la fragilidad familiar"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]<\/p>\n

\u00a0Realidad<\/h1>\n

 
\n\u00bfQu\u00e9 est\u00e1 ocurriendo hoy con el matrimonio y la familia? Antes de nada, por un lado, el pluralismo de sentidos impide un consenso b\u00e1sico a la hora de definir la realidad conyugal y familiar; por otro, se persigue un modelo de pareja m\u00e1s sim\u00e9trico, supeditando el compromiso y otros aspectos institucionales a los afectivos, a la calidad de la relaci\u00f3n. Existe actualmente, sin duda, un menor aprecio de la dimensi\u00f3n jur\u00eddica o p\u00fablica del matrimonio, pero no es menos cierto que la instituci\u00f3n se ha\u00a0humanizado:<\/em>\u00a0la mujer ha salido del rinc\u00f3n destinado al \u00abama de casa\u00bb, se valoran \u2013por s\u00ed mismas\u2013 la relaci\u00f3n y comuni\u00f3n afectiva, se insiste en la paternidad responsable, etc.
\nMucho tiene que ver con estos frutos positivos de la evoluci\u00f3n de la familia en Occidente, la buena prensa de que goza entre las nuevas generaciones. Los adolescentes y j\u00f3venes espa\u00f1oles, en una gran mayor\u00eda, opinan rotundamente que la familia es lo m\u00e1s satisfactorio e importante de sus vidas. Se encuentran \u00aba gusto en casa\u00bb y es en ella donde hallan las ideas e interpretaciones fundamentales para guiarse y entender el mundo.
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\n <\/p>\n

\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Ambig\u00fcedad<\/h1>\n

 
\nCon todo y por m\u00faltiples factores, la simetr\u00eda de la pareja y la promesa de felicidad bajo la cual se configura han conducido tambi\u00e9n a una provisionalidad y endeblez cuyas consecuencias resultan, cuanto menos, inquietantes. Un cierto subrayado unilateral de los aspectos afectivos corre peligro de minar las implicaciones del compromiso; la institucionalizaci\u00f3n social del \u00abderecho a equivocarse\u00bb tiende a subsanar errores humanos, sin embargo termina por reforzar la inestabilidad, abandonando todo tipo de v\u00ednculo a la simple volubilidad de las personas. Por ah\u00ed discurre la grave ambig\u00fcedad en la que est\u00e1n sumidos tanto el matrimonio como la familia: la instituci\u00f3n se ha humanizado, pero a costa de resultar una \u00abinstituci\u00f3n fr\u00e1gil\u00bb.
\nAs\u00ed se explica que los adolescentes y j\u00f3venes actuales, debido a esta ambig\u00fcedad y consiguiente debilidad de la instituci\u00f3n familiar, se encuentren a sus anchas en casa: hijos e hijas est\u00e1n encontrando en sus padres una especie de \u00abcolch\u00f3n protector\u00bb y no la\u00a0autoridad<\/em>\u00a0\u2013enti\u00e9ndase en su etimol\u00f3gico \u00abayudar a crecer\u00bb\u2013, el calor afectivo y la luz que necesitan para madurar como personas. La \u00abcoexistencia feliz\u00bb con la que ya Toharia calificaba hace 20 a\u00f1os las relaciones familiares en Espa\u00f1a, en buena medida, obedece al as\u00e9ptico llevarse bien porque padres e hijos no llevan casi nada juntos, entre ellos apenas si existe di\u00e1logo, intercambio, confrontaci\u00f3n y transmisi\u00f3n de valores.
\nEn fin y por otra parte, numerosos datos apuntan a que el actual agotamiento de la transmisi\u00f3n religiosa \u2013en el caso de los adolescentes y j\u00f3venes, en particular\u2013 est\u00e1 estrechamente relacionado con la imposibilidad de que las nuevas generaciones se\u00a0agarren\u00a0<\/em>a un cristianismo capaz de sintonizar con la sensibilidad del hombre actual.<\/p>\n

\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Repercusiones<\/h2>\n

 
\nLa alargada sombra de la fragilidad familiar oscurece, sobre todo, la vida de los hijos; ellos son quienes sufren las consecuencias peores del denominado \u00abeclipse de la familia\u00bb. Dif\u00edcilmente se puede negar el principio b\u00e1sico de que todo ser humano, para conseguir un desarrollo arm\u00f3nico de su personalidad, requiere la confluencia de presencias y afectos femeninos y masculinos, la presencia activa de un padre y una madre.
\nEl clima de desarraigo propio de nuestra cultura, el aislamiento del individuo en una sociedad competitiva y poco compasiva encaminan la felicidad por sendas cerradas, individualistas y ego\u00edstas que terminan por entrampar la vida. De poco sirve pasar sin m\u00e1s de las \u00abl\u00f3gicas sociales\u00bb a las personales o de la fr\u00eda instituci\u00f3n a una casi \u00absalvaje afectividad\u00bb. Necesitamos una pareja como \u00abcomunidad de personas\u00bb que buscan la felicidad, pero que no declinan la responsabilidad de sacar adelante la familia acompa\u00f1ando y posibilitando \u2013por encima de cualquier otro empe\u00f1o\u2013 el crecimiento arm\u00f3nico de hijos e hijas.
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\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Proyectos<\/h2>\n

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  1. Elzo afirma en uno de los estudios de este n\u00famero de\u00a0Misi\u00f3n Joven<\/em><\/strong>\u00a0que \u201cnecesitamos una reorientaci\u00f3n de los papeles del padre y de la madre\u201d. A la hora de constituir una familia hay que ir jerarquizando los objetivos, siendo conscientes de que no se puede priorizar por igual el ascenso social y la atenci\u00f3n a los hijos, pues corremos el peligro de que \u2013en la pr\u00e1ctica\u2013 la dedicaci\u00f3n y entrega a estos \u00faltimos padezcan los efectos perniciosos de unos padres que, al menos en los primeros a\u00f1os, no centran su atenci\u00f3n en ellos.<\/li>\n<\/ol>\n

    Las bases de la persona dependen esencialmente de la estructura interna de cada familia, de una s\u00f3lida consistencia emocional e ideol\u00f3gica capaz de arropar, de conformar actitudes y estructuras de pensamiento; capaz, en fin, de transmitir valores amasados en un historia profunda de experiencias vividas, palpadas… que se transmiten de padres a hijos. Una familia as\u00ed, crece a trav\u00e9s del encuentro mantenido y de una comunicaci\u00f3n fluida donde los adolescentes y j\u00f3venes, en particular, comparten con el padre y la madre sus posturas, las incertidumbres y hasta las angustias vinculadas a las verdades de la carne \u2013sexo, procreaci\u00f3n, enfermedad, muerte…\u2013, de la fuerza \u2013violencia, ambici\u00f3n, dinero, guerra…\u2013 o del sentido \u2013qu\u00e9 significa \u00abser hombre\u00bb, su destino…\u2013.
    \nDesde una \u00f3ptica espec\u00edficamente cristiana, vivir \u00abcon esp\u00edritu\u00bb, con el Esp\u00edritu de Jes\u00fas de Nazaret, obliga a tomar en serio la vida concreta e hist\u00f3rica del ser humano, a salir de nosotros, a\u00a0descentrarnos<\/em>\u00a0para lanzarnos al servicio de los dem\u00e1s. Por lo tanto, los padres evangelizan cuando los hijos pueden verles comprometidos, celebrando y encarnando el amor de Dios al estilo de Jes\u00fas de Nazaret, esto es, a favor de los m\u00e1s pobres e injustamente tratados. Planteamiento que queda lejos de aquel pacato \u00abbuen camino\u00bb, verificable a trav\u00e9s de la asistencia a la misa dominical. Por lo dem\u00e1s, ante las historias de cada d\u00eda de no pocos adolescentes y j\u00f3venes no caben mojigater\u00edas, por m\u00e1s desconcertantes o may\u00fasculas que nos resulten. (Algo de esto venimos ensayando en el campo de la pastoral juvenil con las portadas de nuestra \u00abjoven misi\u00f3n\u00bb. La del presente n\u00famero constituye otro buen ejemplo del asunto).
    \nJos\u00e9 Luis Moral<\/strong>
    \ndirectormj@misionjoven.org[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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