{"id":11593,"date":"2001-12-01T12:53:27","date_gmt":"2001-12-01T10:53:27","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11593"},"modified":"2001-12-01T12:53:27","modified_gmt":"2001-12-01T10:53:27","slug":"teo-logica-cristiana-ante-la-pobreza-y-la-riqueza","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/teo-logica-cristiana-ante-la-pobreza-y-la-riqueza\/","title":{"rendered":"\u00abTeo-l\u00f3gica\u00bb cristiana ante la pobreza y la riqueza"},"content":{"rendered":"
[vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE DE AUTOR \u00a0<\/strong> estudios@misionjoven.org [vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE DE AUTOR Julio Lois Fern\u00e1ndez\u00a0es profesor en el Instituto Superior de Pastoral (Madrid). \u00a0 S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO La \u00abcuesti\u00f3n del dinero\u00bb y la abismal diferencia entre pobres y ricos que genera su desigual distribuci\u00f3n nos sit\u00faan ante el \u00abdesaf\u00edo de la injusticia\u00bb. \u201cDesde la perspectiva de la fe cristiana… la cuesti\u00f3n de la injusticia […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[120,647,508,94],"tags":[],"class_list":["post-11593","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2001-mision-joven-2","category-estudios-299","category-julio-lois-fernandez","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11593","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11593"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11593\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11593"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11593"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11593"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nJulio Lois Fern\u00e1ndez\u00a0<\/strong>es profesor en el Instituto Superior de Pastoral (Madrid).<\/em>
\n\u00a0<\/em>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nLa \u00abcuesti\u00f3n del dinero\u00bb y la abismal diferencia entre pobres y ricos que genera su desigual distribuci\u00f3n nos sit\u00faan ante el \u00abdesaf\u00edo de la injusticia\u00bb. \u201cDesde la perspectiva de la fe cristiana… la cuesti\u00f3n de la injusticia y el clamor que se eleva desde sus v\u00edctimas es, en buena media, la\u00a0cuesti\u00f3n de Dios\u201d.\u00a0<\/em>La identidad teologal de este tema remite a los pobres como \u00absacramento\u00bb o presencia de Dios. A partir de aqu\u00ed, si queremos reconocer la \u00abl\u00f3gica de Dios\u00bb hemos de mirar a Jes\u00fas de Nazaret; quien, precisamente y adem\u00e1s de sus palabras, eligi\u00f3 una forma de vida pobre. Se trata, no obstante, no solo de conocer sino de asumir y practicar esa \u00abteo-l\u00f3gica\u00bb: la identidad cristiana \u00abincluye como algo fundamental situarse pr\u00e1cticamente ante la pobreza y la riqueza, los pobres y los ricos\u00bb.
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\n <\/p>\n\n
\nTras la mirada tanto psicol\u00f3gica como \u00e9tica que ofrecen los dos art\u00edculos anteriores sobre la \u00abcuesti\u00f3n del dinero\u00bb o, m\u00e1s espec\u00edficamente, sobre la cuesti\u00f3n de la pobreza y de la riqueza, vamos a intentar en \u00e9ste presentar, a la luz de la fe cristiana, la mirada teol\u00f3gica o, si se quiere, la \u00abl\u00f3gica del Dios de Jes\u00fas\u00bb respecto a la misma cuesti\u00f3n.
\nEs imprescindible advertir desde el primer momento que la \u00abcuesti\u00f3n del dinero\u00bb, tal como la vamos a considerar aqu\u00ed, est\u00e1 vinculada esencialmente a su desigual distribuci\u00f3n actual, que se expresa en la existencia de riqueza y pobreza, esto es, de ricos y pobres. No vamos a hablar del dinero en s\u00ed mismo considerado, de lo que supuso su aparici\u00f3n en la historia de la humanidad, del papel que juega en el funcionamiento econ\u00f3mico de nuestras sociedades, de la necesidad que el ser humano tiene hoy de \u00e9l para adquirir los bienes que le son necesarios para satisfacer sus necesidades. Vamos a hablar m\u00e1s bien de esa forma de situarse ante \u00e9l que se puede convertir, desde la perspectiva de la fe cristiana, en idolatr\u00eda y que conduce a generar abismos de desigualdad injusta entre los seres humanos. Y tambi\u00e9n, naturalmente, de esa otra forma de relacionarse tan radicalmente distinta de la anterior que es la que lleva consigo la pobreza evang\u00e9lica. Vamos a hablar, pues, de la pobreza y de la riqueza, de los pobres y los ricos.
\n
\nLa \u00abcuesti\u00f3n del dinero\u00bb es, pues, desde la perspectiva en que aqu\u00ed nos situamos, la cuesti\u00f3n de la riqueza y la pobreza \u2013es decir, de la acumulaci\u00f3n no compartida y de la escasez obligada que amenaza incluso la posibilidad misma de vivir\u2013 y nos sit\u00faa inevitablemente ante el desaf\u00edo de la injusticia, tal vez el m\u00e1s radical de los desaf\u00edos que tiene ante s\u00ed la humanidad en el momento presente.
\nLo que interesa destacar es que la cuesti\u00f3n de la injusticia \u2013que tiene su fuente, como queda dicho, en la relaci\u00f3n idol\u00e1trica con el dinero\u2013, cuando se contempla desde la l\u00f3gica propia del Dios de Jes\u00fas, no se sit\u00faa solamente en el campo de la \u00e9tica, sino que adquiere un \u00abestatuto rigurosamente teologal\u00bb. En realidad, el hecho de la injusticia que genera pobres y hasta excluidos, la insolidaridad que la perpet\u00faa, la mentira que la encubre y la ideolog\u00eda que la justifica, oculta o entenebrece el rostro del Dios cristiano, es incluso su negaci\u00f3n m\u00e1s radical[1]<\/a>. La \u00abmuerte de Dios\u00bb est\u00e1, para muchos, vinculada a la realidad de la injusticia.
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\nDesde la perspectiva de la fe cristiana se puede afirmar que la cuesti\u00f3n de la injusticia y el clamor que se eleva desde sus v\u00edctimas es, en buena medida, la \u00abcuesti\u00f3n de Dios\u00bb, al situarnos a los creyentes ante la m\u00e1s radical de las disyuntivas: la fe en el Dios verdadero, que es fuente de vida, o la adhesi\u00f3n a los \u00eddolos falsos, que se nutren de la injusticia y sus secuelas de pobreza, exclusi\u00f3n, sufrimiento y muerte[2]<\/a>.
\nLa cuesti\u00f3n de la pobreza y la riqueza, el hecho de que existan pobres y ricos separados por desigualdades hirientes, exige de todo creyente concreci\u00f3n y clarificaci\u00f3n teol\u00f3gicas. Como dice J. Sobrino \u201cen un mundo de v\u00edctimas, poco se conoce de un ser humano por el mero hecho de que \u00e9ste se proclame creyente o increyente, hasta que no se a\u00f1ada en qu\u00e9 Dios cree y contra qu\u00e9 \u00eddolos combate. Y si en verdad es id\u00f3latra, poco importa a la postre que afirme aceptar la existencia de un ser trascendente o negarla. Y eso no es nada nuevo: ya lo afirm\u00f3 Jes\u00fas en la par\u00e1bola del juicio final\u201d. En consecuencia, a\u00f1ade, \u201cpara decir toda la verdad siempre hay que decir dos cosas: en qu\u00e9 Dios se cree y en qu\u00e9 \u00eddolo no se cree. Sin esa formulaci\u00f3n dial\u00e9ctica la fe permanece muy abstracta, puede ser vac\u00eda y, lo que es peor, puede ser muy peligrosa, pues permite que coexistan creencia e idolatr\u00eda\u201d[3]<\/a>. Como tendremos ocasi\u00f3n de ver m\u00e1s adelante, Jes\u00fas de Nazaret se esforz\u00f3 por hacernos ver la imposibilidad de esa letal coexistencia.
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\nEsta recuperaci\u00f3n de la identidad teologal de la cuesti\u00f3n de la justicia conduce l\u00f3gicamente a reivindicar lo que la teolog\u00eda de la liberaci\u00f3n llama el \u00abestatuto teologal de los pobres\u00bb. Es un estatuto que deriva fundamentalmente de que los pobres, seg\u00fan la vida y ense\u00f1anza de Jes\u00fas, son verdadero \u00ablugar teol\u00f3gico\u00bb, es decir, lugar donde Dios se manifiesta de forma especial.
\nLos pobres, con su existencia dolorosa y crucificada, son \u00absacramento\u00bb o \u00abpresencia\u00bb de un Dios crucificado y sufriente, escondido y ausente. Son signo de que el Reino de Dios no est\u00e1 todav\u00eda entre nosotros. La muerte temprana e injusta del pobre, por ser negaci\u00f3n rotunda de la vida que viene de Dios, es rechazo radical de su Reino. Dios es negado y se ausenta all\u00ed donde su Reino de justicia y de vida es rechazado. Aunque ser\u00eda m\u00e1s preciso afirmar que Dios en tal supuesto sigue presente, pero como negado y reclamando ser afirmado[4]<\/a>.
\n
\nLos pobres, con su existencia asumida cristianamente o vivida seg\u00fan el esp\u00edritu del Evangelio de Jes\u00fas, son\u00a0sacramento<\/em>\u00a0o\u00a0presencia<\/em>\u00a0de un Dios liberador que interviene activa y salv\u00edficamente en la historia. Son signos de que el Reino s\u00ed est\u00e1 ya entre nosotros. Son prueba inequ\u00edvoca de la dimensi\u00f3n liberadora de la fe cristiana.
\nAs\u00ed, manteniendo la tensi\u00f3n entre el \u00abya s\u00ed\u00bb y el \u00abtodav\u00eda no\u00bb del Reino, sin resolver o eliminar el esc\u00e1ndalo, pero situ\u00e1ndolo en sus justas proporciones, sufriendo y luchando en este mundo injusto, los pobres son \u00ablugar teol\u00f3gico\u00bb: nos muestran el perfil verdadero del Dios cristiano y demandan que sea buscado y encontrado all\u00ed donde realmente est\u00e1, es decir, con ellos y a favor de su causa.
\nEste estatuto teologal que, a la luz de la fe cristiana, adquiere la cuesti\u00f3n de la justicia-injusticia y la cuesti\u00f3n de los pobres-ricos[5]<\/a>, es el que vamos seguidamente a fundamentar con m\u00e1s precisi\u00f3n recurriendo para ello a la \u00abpostura de Jes\u00fas\u00bb, es decir, siguiendo de cerca los relatos evang\u00e9licos.
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\n <\/p>\n\n
\nPara la fe cristiana, Jes\u00fas de Nazaret, var\u00f3n jud\u00edo del siglo I, con toda su ense\u00f1anza, todo su vivir y tambi\u00e9n su morir y resucitar, es el lugar hist\u00f3rico por excelencia en el que se nos ha revelado qui\u00e9n es Dios. En Jes\u00fas la fe reconoce \u201cla palabra con la cual Dios rompi\u00f3 su silencio\u201d (Ignacio de Antioqu\u00eda), el lugar de la automanifestaci\u00f3n definitiva de Dios, la perfecci\u00f3n de su revelaci\u00f3n hist\u00f3rica, el espacio donde puede y debe ser pensado y reconocido: \u201cA Dios nadie lo ha visto jam\u00e1s; el Hijo \u00fanico que est\u00e1 en el seno del Padre, \u00e9l lo ha contado\u201d (Jn 1,18). En realidad, aunque \u201cde muchas maneras habl\u00f3 Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas, ahora en esta etapa final nos ha hablado por su Hijo al que nombr\u00f3 heredero de todo, lo mismo que por \u00e9l hab\u00eda creado los mundos y las edades\u201d (Heb 1,1-2).
\nSi queremos saber cu\u00e1l es la mirada o la \u00abl\u00f3gica\u00bb de Dios sobre nuestra cuesti\u00f3n de la pobreza y la riqueza hemos de volver entonces nuestra mirada hacia Jes\u00fas de Nazaret. Para conocer su posici\u00f3n vamos a considerar breve y separadamente su ense\u00f1anza oral y su forma de vivir, lo cual nos permitir\u00e1 comprobar la profunda coherencia que se dio entre ambas, fuente de su singular \u00abautoridad\u00bb.
\n
\n2.1. La pobreza y la riqueza en la ense\u00f1anza de Jes\u00fas<\/strong>
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\nLa riqueza aparece en la ense\u00f1anza de Jes\u00fas:
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\nEn contraste con esta visi\u00f3n de la riqueza Jes\u00fas presenta la pobreza evang\u00e9lica:
\n <\/p>\n\n
\nTeniendo en cuenta todo lo dicho se entiende la contraposici\u00f3n que Jes\u00fas hace entre los pobres y los ricos en el com\u00fanmente llamado serm\u00f3n de las bienaventuranzas. Mientras que los pobres son proclamados bienaventurados, tanto en el serm\u00f3n de la monta\u00f1a de Mateo (5,3) como el del llano de Lucas (6,20)[10]<\/a>, en este \u00faltimo los ricos son descalificados (6,24). La\u00a0l\u00f3gica<\/em>\u00a0de Dios sobre la pobreza y la riqueza acredita aqu\u00ed su dimensi\u00f3n \u00abcontracultural\u00bb, que resulta tan dif\u00edcil de aceptar desde la l\u00f3gica propia de la sabidur\u00eda \u00abmundana\u00bb[11]<\/a>.
\nTal vez podr\u00edamos resumir la ense\u00f1anza de Jes\u00fas sobre nuestra cuesti\u00f3n diciendo que la riqueza se nos presenta en ella como fuente de ceguera, de idolatr\u00eda que esclaviza y de insolidaridad que conduce a la injusticia. La pobreza con la significaci\u00f3n que le hemos dado, es decir, la pobreza evang\u00e9lica, se presenta en la misma ense\u00f1anza, por el contrario, como fuente de luz para captar la verdad y la bondad y tambi\u00e9n como fuente de libertad que hace posible la solidaridad \u2013el hacerse pr\u00f3jimo\u2013 y la realizaci\u00f3n de la justicia.
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\n2.2. La pobreza y la riqueza en la vida de Jes\u00fas<\/strong>
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\nLa vida de Jes\u00fas estuvo enteramente de acuerdo con su ense\u00f1anza. A diferencia de algunos de los maestros de la ley y fariseos, Jes\u00fas hizo siempre lo que dijo, vivi\u00f3 como pens\u00f3 (cf. Mt 23,3).
\nSe\u00f1ala I. Ellacur\u00eda que \u201cpertenece esencialmente a la vida y a la misi\u00f3n de Jes\u00fas su referencia y pertenencia al mundo de los pobres\u201d[12]<\/a>. Una verificaci\u00f3n de esta afirmaci\u00f3n exigir\u00eda al menos: 1\/ Indagar sobre su mismo nacimiento, su \u00abstatus\u00bb social en Nazaret; 2\/ Considerar globalmente la forma de vida que eligi\u00f3 para anunciar y ponerse al servicio del Reino de Dios, centro indudable de todo su existir; 3\/ Fijar especialmente la atenci\u00f3n en algunas de las actividades m\u00e1s significativas realizadas por Jes\u00fas para llevar a cabo ese anuncio y servicio.
\nMe voy a limitar a tratar brevemente los puntos 2 y 3 para no alargarme indebidamente[13]<\/a>.
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\nPara realizar su tarea de servir al Reino de Dios Jes\u00fas eligi\u00f3 una forma de vivir desinstalada y errante propia de una \u00abcarism\u00e1tico itinerante\u00bb (Theisen), sin lugar \u201cdonde reclinar la cabeza\u201d (Mt 8,20). Una elecci\u00f3n que le condujo a la pobreza y a la marginaci\u00f3n social. Como afirma Meier, en su riguroso y monumental trabajo, \u201cabandon\u00f3 su medio de vida y lugar de origen, se convirti\u00f3 en \u00abdesocupado\u00bb e itinerante a fin de asumir un ministerio prof\u00e9tico y, no sorprendentemente, se encontr\u00f3 con la incredulidad y el rechazo cuando regres\u00f3 a su pueblo a ense\u00f1ar en la sinagoga… Contando b\u00e1sicamente con la buena voluntad, el apoyo y las contribuciones econ\u00f3micas de sus seguidores, Jes\u00fas se hizo intencionalmente marginal a los ojos de los jud\u00edos normales y corrientes de Palestina\u201d[14]<\/a>.
\nJos\u00e9 M\u00aa Castillo ha subrayado que Jes\u00fas aparece muy frecuentemente rodeado por el pueblo sencillo y pobre\u00a0(\u00f3chlos)<\/em>, es decir, \u201cpor el gent\u00edo, los ciudadanos en general, en contraposici\u00f3n especialmente a los dirigentes, los nobles y la clase superior\u201d[15]<\/a>. Es especialmente significativo que el grupo de sus disc\u00edpulos m\u00e1s \u00edntimos parece tambi\u00e9n formado por gente perteneciente al\u00a0\u00ab\u00f3chlos\u00bb<\/em>. Aunque no conocemos con detalle el\u00a0status<\/em>\u00a0de los \u00abDoce\u00bb, s\u00ed sabemos que algunos de ellos \u2013cuatro\u2013 eran pescadores, otro un publicano y al menos otro muy probablemente un \u00abzelota\u00bb… Tambi\u00e9n sabemos que entre los seguidores m\u00e1s fieles hay que contar a un buen n\u00famero de mujeres, las cuales en tiempos de Jes\u00fas contaban bien poco.
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\nEsta condici\u00f3n de pobre que eligi\u00f3 Jes\u00fas, para ser mejor comprendida, debe situarse en el contexto del proceso \u00abken\u00f3tico\u00bb (t\u00e9rmino derivado de\u00a0ken\u00f3o,<\/em>\u00a0que significa vaciar, despojar, reducir a la nada), que inform\u00f3 toda su estrategia salv\u00edfica.
\nEn dos textos paulinos encontramos expresada la mencionada estrategia: \u201cPues ya conoc\u00e9is la generosidad de nuestro Se\u00f1or Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por vosotros, para enriqueceros con su pobreza\u201d (2Cor 8,9). \u201cTened los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jes\u00fas. El cual, teniendo la naturaleza divina, no juzg\u00f3 como tesoro codiciable el aparecer igual a Dios. Al contrario, se despoj\u00f3 de su grandeza, tom\u00f3 la condici\u00f3n de esclavo y se hizo semejante a los hombres. Y en su condici\u00f3n de hombre, se humill\u00f3 a s\u00ed mismo haci\u00e9ndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por eso Dios le exalt\u00f3 y le dio un nombre, que est\u00e1 sobre todo nombre\u201d (Flp 2,5-9).
\nEn ambos textos \u2013cf. tambi\u00e9n 2Cor 5,21; Rom 8,3; Gal 4,4-6\u2013 se presenta el ritmo ternario de su\u00a0proceso ken\u00f3tico:<\/em>\u00a0Cristo, que posee un \u00abplus\u00bb de fuerza salv\u00edfica, se sumerge totalmente en la tragedia humana, participando en ella al hacerse pobre, incluso \u00abesclavo\u00bb, y, finalmente, emerge de tal condici\u00f3n superando lo negativo y alcanzando la plenitud.
\n
\nJes\u00fas se hizo pobre con los empobrecidos, pero no para justificar o sacralizar su pobreza injusta, sino para superarla, por ser contraria a la voluntad amorosa de Dios. La pobreza que inform\u00f3 la vida de Jes\u00fas se entiende cuando se la sit\u00faa en su \u00abk\u00e9nosis\u00bb. Jes\u00fas, abrazando la pobreza, comparte la vida de los pobres, que son los destinatarios primeros de su Reino de salvaci\u00f3n. La pobreza de Jes\u00fas es un acto de amor solidario, es la expresi\u00f3n de su compromiso en favor de la liberaci\u00f3n de los pobres.
\nLa pobreza de Jes\u00fas es expresi\u00f3n de su servicio al Reino de Dios, que es oferta real de salvaci\u00f3n para los pobres. Esa oferta se realiza as\u00ed no \u00abdesde fuera\u00bb o \u00abdesde lo alto\u00bb, sino \u00abdesde dentro\u00bb y \u00abdesde abajo\u00bb, por compartir la suerte de aquellos que necesitan ser salvados. Es expresi\u00f3n inequ\u00edvoca del compromiso de Jes\u00fas en favor de la liberaci\u00f3n de los pobres.
\nJes\u00fas proclam\u00f3 la Buena Noticia de su Reino como salvaci\u00f3n ofrecida prioritariamente a los pobres no solo con su acci\u00f3n de predicar[16]<\/a>, sino tambi\u00e9n con su vida entera y con algunas actividades concretas especialmente significativas. Entre estas \u00faltimas suelen destacar los estudiosos los milagros de Jes\u00fas y sus comidas o banquetes.
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\nLos\u00a0milagros,<\/em>\u00a0realizados a impulsos de su amor y misericordia hacia los m\u00e1s d\u00e9biles, deben ser considerados fundamentalmente como \u00abclamores del Reino\u00bb, es decir, como \u00absignos\u00bb que muestran que la fuerza salv\u00edfica del reinado de Dios se hace presente teniendo como destinatarios preferentes a los que menos contaban, a la gente sencilla y abandonada de Galilea que sal\u00eda al encuentro de Jes\u00fas. Como indica Theisen \u201clos milagros de Jes\u00fas aparecen como expresi\u00f3n de la entrega de Jes\u00fas a los pobres\u201d[17]<\/a>.
\nPor ser simplemente \u00absignos\u00bb, los milagros no suponen la realizaci\u00f3n plena del Reino de Dios, pero s\u00ed nos dicen que ese Reino que significan debe ser entendido como una realidad salv\u00edfico-liberadora de toda necesidad y opresi\u00f3n. Son, pues, signos que anuncian y anticipan un mundo nuevo, abierto a la plena realizaci\u00f3n de la justicia. Y lo son mostrando c\u00f3mo Jes\u00fas salva ya en situaciones concretas de necesidad (concediendo pan a los hambrientos, salud a los enfermos…) y libera de opresiones hist\u00f3ricas (esclavitudes, marginaciones y exclusiones diversas).
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\nLos\u00a0banquetes o comidas<\/em>\u00a0de Jes\u00fas con los pecadores y excluidos, que tambi\u00e9n simbolizan el Reino que llega como salvaci\u00f3n, han sido ampliamente estudiados en las \u00faltimas d\u00e9cadas, a la luz de las m\u00e1s recientes investigaciones relacionadas con la antropolog\u00eda cultural. La conclusi\u00f3n que se extrae de tales estudios tal vez pueda resumirse as\u00ed: con sus comidas, Jes\u00fas, al sentar en su mesa a los excluidos y al insistir en que los \u00faltimos deben ser los primeros, est\u00e1 cuestionando el concepto de honor, el sistema de pureza y las relaciones de patronazgo, de donde se derivaban precisamente los valores claves que configuraban las relaciones entre los seres humanos de aquel tiempo. Al mismo tiempo, est\u00e1 propugnando unos valores alternativos informados por la acogida, la reciprocidad, el servicio, el compartir la vida, la fraternidad. Todas las barreras que se oponen a una comensalidad igualitaria y abierta, real y fraterna, quedan abolidas por Jes\u00fas. En el banquete del Reino, que simbolizan tales comidas, no puede quedar nadie excluido. Los invitados preferentes han de ser los pobres, los lisiados, los ciegos… (cf. Lc 16,12-14).
\nLa conclusi\u00f3n parece imponerse: la vida de Jes\u00fas estuvo informada por una pobreza que \u00e9l vivi\u00f3 como fuente de libertad para solidarizarse con los pobres mediante un compromiso en favor de su salvaci\u00f3n liberadora.
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\n <\/p>\n\n
\nLa identidad cristiana implica asumir la \u00abl\u00f3gica\u00bb de Dios en relaci\u00f3n con la totalidad de lo real, tal como se nos ha manifestado en Jes\u00fas de Nazaret. La forma de vivir propia de todos los cristianos y cristianas, su espiritualidad, tendr\u00eda que estar informada por la misma forma de vivir de Jes\u00fas. Dicho de otra manera: ser cristiano consiste en seguir a Jes\u00fas, hacer nuestras sus actitudes de vida, ver, o\u00edr y sentir la totalidad de la realidad tal como \u00e9l mismo la vio, oy\u00f3 y sinti\u00f3. Este seguimiento de Jes\u00fas incluye como algo fundamental situarse pr\u00e1cticamente ante la pobreza y la riqueza, los pobres y los ricos, como \u00e9l se situ\u00f3.
\nLos relatos evang\u00e9licos confirman esta visi\u00f3n de la identidad cristiana, como ya queda apuntado. Para ser seguidor o seguidora de Jes\u00fas es preciso abrazar la pobreza evang\u00e9lica para as\u00ed entrar en el \u00e1mbito salv\u00edfico del Reino de Dios y poder despu\u00e9s anunciarlo con coherencia (cf., por ejemplo, Mt 5,3; Lc 6,20; Mt 6,24; Lc 18,18-25; Mc 6,7-13; Mt 10,1-15; Lc 9,1-6; 10,1-7…). Jes\u00fas aconsej\u00f3 a sus disc\u00edpulos que al organizar una comida o una cena la mesa fuese compartida prioritariamente por los pobres (cf. Lc 16,12-14). Y sobre todo dej\u00f3 muy claro que el n\u00facleo esencial de su Buena Noticia de salvaci\u00f3n est\u00e1 en hacerse pr\u00f3jimo de los que est\u00e1n tirados en las cunetas de la historia (cf. Lc 10,25-37), hasta el punto de que lo realmente decisivo, lo que hace posible el encuentro salv\u00edfico con Dios, es \u00fanicamente el compromiso solidario con los pobres de este mundo (cf. Mt 25,31-46).
\n
\nAlgo tendr\u00eda que estar claro para todos los que nos confesamos creyentes en Jes\u00fas, el Cristo de Dios. En primer lugar, el compromiso solidario de Jes\u00fas con los pobres que inform\u00f3 la totalidad de su existir: \u201cNo caben m\u00e1s discusiones: Jes\u00fas estuvo de parte de los pobres, los que lloran, los que pasan hambre, los que no tienen \u00e9xito, los impotentes, los insignificantes\u201d[18]<\/a>. En segundo lugar, que la opci\u00f3n decidida por los pobres y su causa forma parte esencial e irrenunciable del seguimiento de Jes\u00fas, es decir, de la vida cristiana. Tiene car\u00e1cter opcional en tanto que supone una decisi\u00f3n libre, como todo lo que se relaciona con la vida de fe, pero no es meramente facultativa, como si se pudiese prescindir de tal opci\u00f3n y seguir siendo coherentemente cristiano. Y en tercer lugar, que la credibilidad y significatividad de la fe cristiana depende hoy en buena medida \u2013en esta sociedad capitalista y neoliberal, fascinada por el dinero y el consumo\u2013 de que los creyentes, personal y comunitariamente considerados, vivamos con autenticidad esa opci\u00f3n.
\nRecalcamos que la vivencia de la pobreza, traducida en opci\u00f3n por los pobres y su causa, ha de caracterizar a los cristianos, personal y comunitariamente considerados. Con esto estamos afirmando que la exigencia evang\u00e9lica de la opci\u00f3n ha de entenderse referida no solo a las personas creyentes, individualmente consideradas, sino a todas las comunidades cristianas en sus distintos niveles de realizaci\u00f3n \u2013incluidas por supuesto y de forma muy especial las comunidades de vida religiosa\u2013 y a la Iglesia entera.
\n
\nLos creyentes deber\u00edamos tener clara conciencia de que el mundo actual necesita no solo testimonios personales, sino adem\u00e1s, y sobre todo, comunitarios, capaces de mostrar la verdad, bondad y belleza de una vida compartida e informada por el ideal com\u00fan de la pobreza evang\u00e9lica. Pero es m\u00e1s, la Iglesia en su globalidad tendr\u00eda igualmente que saber que su autenticidad, credibilidad y significaci\u00f3n depende en forma decisiva de su toma de posici\u00f3n ante la pobreza y la riqueza, los pobres y los ricos: \u201cSolo una Iglesia que se acerca a los pobres y a los oprimidos, se pone a su lado y de su lado, lucha y trabaja por su liberaci\u00f3n, por su dignidad y por su bienestar, puede dar un testimonio coherente y convincente del mensaje evang\u00e9lico. Bien puede afirmarse que el ser y el actuar de la Iglesia se juegan en el mundo de la pobreza y del dolor, de la marginaci\u00f3n y de la opresi\u00f3n, de la debilidad y del sufrimiento\u201d[19]<\/a>.
\nEstas consideraciones, tan gen\u00e9ricamente formuladas, tendr\u00edan que ir acompa\u00f1adas de\u00a0pautas pastorales concretas<\/em>\u00a0orientadas a lograr de hecho esa vivencia personal y comunitaria de la pobreza evang\u00e9lica, pensando muy especialmente en las nuevas generaciones. Me refiero a una estrategia pedag\u00f3gica progresiva orientada a conseguir ese \u00abcontexto experiencial\u00bb en el que sea posible captar la verdad, bondad y belleza de la vivencia de la pobreza evang\u00e9lica \u2013y la consiguiente mentira, maldad y hasta fealdad de la riqueza insolidaria\u2013, su capacidad para fecundar la vida humana, concedi\u00e9ndole sentido y mayor plenitud. Pero la consideraci\u00f3n de esta cuesti\u00f3n requerir\u00eda un n\u00famero monogr\u00e1fico de\u00a0MISI\u00d3N JOVEN. \u00a1Ojal\u00e1 que la Revista pueda ofrec\u00e9rnoslo no tardando mucho!\u00a0n
\n <\/p>\nJulio Lois Fern\u00e1ndez<\/h2>\n
\n[1]<\/a>\u00a0\u201cLo que m\u00e1s oculta hoy el rostro de Dios es la profunda injusticia que reina en el mundo. Si no luchamos contra ella y no nos ponemos del lado de las v\u00edctimas, colaboramos al actual ocultamiento de Dios\u201d\u00a0\u00a0(cf.\u00a0Creer en tiempos de increencia<\/em>, Carta Pastoral de los Obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebasti\u00e1n y Vitoria, n\u00ba 74).
\n[2]<\/a>\u00a0\u00a0Para evitar la tentaci\u00f3n de considerar exageraci\u00f3n lo afirmado baste recordar que unos 2.800 millones de habitantes tienen que vivir con menos de dos d\u00f3lares diarios y, de ellos, 1.200 millones con menos de un d\u00f3lar; que m\u00e1s de 1.000 millones de personas padecen habitualmente hambre; que alrededor de 35.000 ni\u00f1os mueren diariamente por la situaci\u00f3n de miseria en que se encuentran…
\n[3]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0El principio-misericordia. Bajar de la cruz a los pueblos crucificados<\/em>, Ed. Sal Terrae, Santander, 1992, pp. 24-25.
\n[4]<\/a>\u00a0\u201cPodr\u00edamos decir que Jes\u00fas nos dej\u00f3 como dos sacramentos de su presencia: uno, sacramental, al interior de la comunidad: la Eucarist\u00eda; y el otro existencial, en el barrio y en el pueblo, en la chabola del suburbio, en los marginados, en los enfermos de Sida, en los ancianos abandonados, en los hambrientos, en los drogadictos…All\u00ed est\u00e1 Jes\u00fas con una presencia dram\u00e1tica y urgente, llam\u00e1ndonos desde lejos para que nos aproximemos, nos hagamos pr\u00f3jimos del Se\u00f1or, para hacernos la gracia inapreciable de ayudarnos cuando nosotros le ayudamos\u201d (cf.\u00a0La Iglesia y los pobres. Documento de reflexi\u00f3n de la Comisi\u00f3n Episcopal de Pastoral Social\u00a0<\/em>\u00a0(21 de febrero de 1994, n\u00ba 22).
\n[5]<\/a>\u00a0Conviene tener siempre en cuenta la estrecha vinculaci\u00f3n que la revelaci\u00f3n b\u00edblica establece entre ambas cuestiones. En efecto, la justicia, b\u00edblicamente hablando, no consiste propiamente en el gen\u00e9rico \u00abdar a cada uno lo suyo\u00bb, sino m\u00e1s bien en \u00abdar lo suyo a aquel a quien se le ha arrebatado\u00bb (cf.\u00a0J.I. GONZ\u00c1LEZ FAUS,\u00a0Cristo, justicia de Dios. Dios, justicia nuestra. Reflexiones sobre cristolog\u00eda y lucha por la justicia,\u00a0<\/em>en:\u00a0AA.VV.,\u00a0La justicia que brota de la fe (Rom 9,30),\u00a0<\/em>Ed. Sal Terrae, Santander 1982, 134). La justicia puede y debe considerarse una concreci\u00f3n del amor que busca la defensa de los indefensos: \u201ces el af\u00e1n por sacar adelante los derechos conculcados, pero especialmente del pobre y del desvalido, es decir, los derechos de aquel que no tiene por s\u00ed los medios de sacarlos adelante\u201d (cf. J.\u00a0ALONSO D\u00cdAZ,\u00a0La Teolog\u00eda B\u00edblica configurada por la \u00abJusticia\u00bb,\u00a0<\/em>EDICABI-PPC, Madrid 1979, 3).
\n[6]<\/a>\u00a0Cf. en la misma direcci\u00f3n Sant 4,13-15 y Ap 3,17-18.
\n[7]<\/a>\u00a0Desde una perspectiva cristiana lo verdaderamente inquietante de la riqueza es que se convierte en acumulaci\u00f3n no compartida al ir acompa\u00f1ada del \u00abamor al dinero\u00bb y se hace as\u00ed fuente de codicia y de avaricia que impide la solidaridad y el hacerse pr\u00f3jimo, es decir, hace imposible ponerse al servicio del Reino de Dios. Estamos ante una forma de idolatr\u00eda, tal vez la de m\u00e1s largo alcance en el momento hist\u00f3rico presente. El autor de la 1\u00aa carta a Timoteo afirma que \u201clos que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en muchos deseos insensatos y funestos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdici\u00f3n\u201d; y apunta a la causa: \u201cporque el amor al dinero es la ra\u00edz de todos los males; algunos, por codiciarlo, se han apartado de la fe y se han acarreado a s\u00ed mismos muchos sinsabores\u201d (cf. 6, 9-10). Por su parte el autor de la carta a los Efesios afirma \u201cque ning\u00fan lujurioso o avaro \u2013que es como si fuese id\u00f3latra\u2013 tendr\u00e1 parte en la herencia del Reino de Cristo y de Dios\u201d (cf. 5,5), ense\u00f1anza igualmente recogida en Col 3,5.
\n[8]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0El rostro asi\u00e1tico de Cristo,\u00a0<\/em>Ed. S\u00edgueme, Salamanca 1991, 150. El te\u00f3logo jesuita de Sri Lanka considera que \u00abMamm\u00f3n\u00bb es \u201cesa fuerza indefinible que se organiza dentro de cada hombre y entre los hombres para hacer que la riqueza material se convierta en antihumana, antirreligiosa y opresora\u201d al estar configurada por la \u201ccodicia y avaricia\u201d (cf.\u00a0Ibid.<\/em>, p. 53).
\n[9]<\/a>\u00a0Como dice J. Mateos, comentando las bienaventuranzas mateanas, la primera de ellas \u201cenuncia la primera condici\u00f3n indispensable para que exista el reinado de Dios: la opci\u00f3n por la pobreza (5,3: \u00abDichosos los que eligen ser pobres\u00bb), es decir, la renuncia a la riqueza y a la ambici\u00f3n de riqueza. Esta opci\u00f3n es la puerta de entrada al reino de Dios, es decir, abre la posibilidad de una sociedad nueva, porque extirpa la ra\u00edz de la injusticia, la ambici\u00f3n de tener, y rompe con los \u00abvalores\u00bb sobre los que se sustenta la vieja sociedad… La opci\u00f3n por la pobreza, que elimina la acumulaci\u00f3n del dinero, se inspira, pues, en el amor a la humanidad oprimida y en el deseo de la justicia y de la paz. Quita el obst\u00e1culo que impide la existencia de una sociedad justa y constituye la base indispensable para construirla. De ella nacer\u00e1n la generosidad del compartir\u00a0\u00a0(Mt 6,22 s), la igualdad, la libertad y la hermandad de todos\u201d (Cf.\u00a0La utop\u00eda de Jes\u00fas,\u00a0<\/em>Ed. El Almendro, C\u00f3rdoba 1990, 23). Esta visi\u00f3n de la pobreza evang\u00e9lica, entendida como opci\u00f3n solidaria por los pobres y su causa, no supone sacralizaci\u00f3n alguna de la pobreza material o real impuesta, entendida como carencia de los bienes que necesitamos los seres humanos para satisfacer nuestras necesidades, un mal a combatir. Antes al contrario, la pobreza evang\u00e9lica es la que nos hace\u00a0libres para ser solidarios y para luchar contra esa pobreza injusta, es decir, por un mundo m\u00e1s justo en donde todos los seres humanos puedan vivir con dignidad.
\n[10]<\/a>\u00a0Mientras que Mateo se refiere a los \u00abpobres de esp\u00edritu\u00bb\u00a0(tojoi to pneumati)<\/em>\u00a0o a los que \u201celigen ser pobres\u201d (cf. nota anterior), Lucas se refiere a los pobres sin m\u00e1s\u00a0(tojoi).<\/em>Mientras que Mateo parece considerar m\u00e1s bien las actitudes que han de darse en los disc\u00edpulos para ponerse al servicio del Reino, Lucas centra su atenci\u00f3n en los destinatarios de ese Reino, los pobres, que son declarados prof\u00e9ticamente bienaventurados, ya que en la medida en que ese Reino se haga presente los pobres ser\u00e1n reconocidos como personas con toda su dignidad y empezar\u00e1n a sentirse efectivamente bienaventurados.
\n[11]<\/a>\u00a0La teolog\u00eda de la liberaci\u00f3n insiste en que solo desde la vivencia de la pobreza evang\u00e9lica se puede captar como verdadera y salv\u00edfica esa l\u00f3gica de Dios. Es lo que dicha teolog\u00eda llama \u00abruptura epistemol\u00f3gica\u00bb: la opci\u00f3n por el pobre rompe la l\u00f3gica propia del discurso \u00abnatural\u00bb y permite entrar en empat\u00eda con la l\u00f3gica del Dios cristiano. Solo desde la opci\u00f3n por el pobre se entienden las bienaventuranzas, se experimenta su verdad y su bondad.
\n[12]<\/a>\u00a0\u00a0Cf.\u00a0Pobres,\u00a0<\/em>en C.\u00a0FLORIST\u00c1N-J. J. TAMAYO (EDS.),\u00a0Conceptos fundamentales de pastoral,\u00a0<\/em>Ed. Cristiandad, Madrid 1983, 792.
\n[13]<\/a>\u00a0Me permito indicar al lector interesado que he tenido ocasi\u00f3n de tratar con m\u00e1s detenci\u00f3n este asunto en\u00a0Jes\u00fas: compromiso con el pobre,\u00a0<\/em>en \u00abBiblia y Fe\u00bb, XXVI (2000), 7-32. En dicho art\u00edculo, adem\u00e1s del desarrollo de los tres puntos arriba indicados, se puede encontrar una amplia bibliograf\u00eda. A continuaci\u00f3n recojo y resumo algunas de las consideraciones que all\u00ed se hacen.
\n[14]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0Un jud\u00edo marginal. Nueva visi\u00f3n del Jes\u00fas hist\u00f3rico\u00a0<\/em>(Vol. I), Ed. Verbo Divino, Pamplona 1997, 36.
\n[15]<\/a>\u00a0\u00a0Cf.\u00a0Jes\u00fas, el pueblo y la teolog\u00eda (I),\u00a0<\/em>\u00a0en \u00abRevista Latinoamericana de Teolog\u00eda\u00bb, 44(1998), 115. En este trabajo y en su continuaci\u00f3n \u2013Jes\u00fas, el pueblo y la teolog\u00eda (II),\u00a0<\/em>en \u00abRevista Latinoamericana de Teolog\u00eda\u00bb, 45(1998), 279-324\u2013 Castillo desarrolla con rigor esta cercan\u00eda de Jes\u00fas con el pueblo sencillo y pobre\u00a0(\u00f3chlos)<\/em>, que nos sit\u00faa claramente ante la forma de vida elegida por Jes\u00fas para cumplir su misi\u00f3n.
\n[16]<\/a>\u00a0\u00a0Cf. las grandes declaraciones \u00abprogram\u00e1ticas\u00bb de Jes\u00fas, en las cuales el Reino aparece como salvaci\u00f3n liberadora para los pobres: Lc 4,18-19; Mt 11,4-6 y Lc 7,22-23; Mt 5,1-12 y Lc 6,20-26; Mt 25,31-46.
\n[17]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0El Jes\u00fas hist\u00f3rico. Manual<\/em>, Ed. S\u00edgueme, Salamanca 1999, 338.
\n[18]<\/a>\u00a0Cf. H.\u00a0K\u00dcNG,\u00a0Ser cristiano,\u00a0<\/em>Ed. Cristiandad, Madrid 1977, 337.
\n[19]<\/a>\u00a0\u00a0Cf.\u00a0La Iglesia y los pobres…\u00a0<\/em>Doc. cit.,\u00a0<\/em>n\u00ba 10.\u00a0La Segunda Conferencia general del Episcopado latinoamericano, celebrada en Medell\u00edn, en 1968, afirma que \u201cuna Iglesia pobre: denuncia la carencia injusta de los bienes de este mundo y el pecado que la engendra; predica y vive la pobreza espiritual, como actitud de infancia espiritual y apertura al Se\u00f1or; se compromete ella misma en la pobreza material\u201d (cf. Documento final sobre\u00a0La pobreza de la Iglesia,\u00a0<\/em>n\u00ba 5).[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"