{"id":11620,"date":"2001-11-01T08:00:58","date_gmt":"2001-11-01T06:00:58","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11620"},"modified":"2001-11-01T08:00:58","modified_gmt":"2001-11-01T06:00:58","slug":"la-familia-estado-actual-y-perspectivas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-familia-estado-actual-y-perspectivas\/","title":{"rendered":"La familia: estado actual y perspectivas"},"content":{"rendered":"
[vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR En primer lugar, es patente que,\u00a0a diferencia de la familia tradicional,<\/em>\u00a0patriarcal, autoritaria, religiosa formalmente, numerosa, las familias tienden a ser hoy m\u00e1s inestables, igualitarias, democr\u00e1ticas en sus relaciones y secularizadas. Pero no se trata de que un modelo haya sido sustituido por otro. Lo que m\u00e1s bien hay que afirmar es una\u00a0pluralidad radical de formas familiares.<\/em>\u00a0<\/strong>As\u00ed, tanto la tasa de fecundidad, los nacimientos extramatrimoniales, la cohabitaci\u00f3n previa o al margen del matrimonio o el n\u00famero de divorcios y separaciones, siguen par\u00e1metros muy divergentes en diversas partes de Europa y Estados Unidos[1]<\/a>. Pero si entre todos los factores que han coadyuvado al cambio hubiere que destacar uno sin duda se\u00f1alar\u00edamos el\u00a0cambio en el papel de la mujer[2]<\/strong><\/a>:<\/em>\u00a0de estar sometida \u00abpor naturaleza\u00bb a las tareas de casa y crianza, se incorpora al mercado laboral, tiene una autonom\u00eda econ\u00f3mica, una formaci\u00f3n intelectual (en la mayor parte de los casos superior y m\u00e1s prolongada que la del var\u00f3n), puede decidir sobre si quiere tener hijos, cuantos y cu\u00e1ndo tenerlos. Pero como\u00a0el\u00a0<\/strong>var\u00f3n,<\/em>\u00a0sobre todo en el Sur de Europa,\u00a0<\/strong>a\u00fan no ha asumido su igualdad real y pr\u00e1ctica;\u00a0<\/em>de hecho la mujer que trabaja fuera, tambi\u00e9n es la que lleva el peso de la casa y la educaci\u00f3n:\u00a0el resultado es la disminuci\u00f3n radical del n\u00famero de hijos<\/em>\u00a0<\/strong>(desde los 2 hijos por pareja al norte de Europa hasta los 1’1 de Espa\u00f1a \u2013o los 0’7 de Ourense, la m\u00e1s baja del mundo\u2013. Sin duda, aunque el var\u00f3n te\u00f3ricamente ya ha aceptado la igualdad de g\u00e9neros, en la pr\u00e1ctica no participa igualitariamente en las tareas de la casa y en la educaci\u00f3n y cuidado de los hijos. Ni est\u00e1 educado ni, muchas veces, dispuesto. Su pretensi\u00f3n sigue siendo la de disminuir sus tareas y compromisos. Y una forma de conseguirlo es no aumentarlas mediante la aparici\u00f3n de un hijo. La familia cada vez m\u00e1s ser\u00e1 lo que sea la pareja que la genera. Como las normas, pautas y reglas \u00e9ticas sobre comportamiento matrimonial est\u00e1n difuminadas en una sociedad \u00e9ticamente plural[3]<\/a>, se ha propiciado que las pautas y distribuci\u00f3n de roles en las\u00a0relaciones de pareja ya no vengan prescritas socialmente sino que haya que decidirlas,<\/em>\u00a0<\/strong>dialogarlas\u00a0<\/strong>y pactarlas. Los roles de g\u00e9nero est\u00e1n pulveriz\u00e1ndose. Esto implica, adem\u00e1s, una necesaria mayor autenticidad y creatividad en las relaciones de pareja.\u00a0<\/strong>En este sentido, la pareja y la familia a la que dan lugar tienen que ser m\u00e1s dialogantes. Por eso, afirma Virginia Satir[4]<\/a>\u00a0que existen dos tipos de familia: la funcional y la disfuncional. La funcional ser\u00e1 aquella en la que la comunicaci\u00f3n es fluida y en la que existen normas claras de convivencia pero son flexibles. Por el contrario, la familia disfuncional o conflictiva ser\u00e1 aquella en la que la comunicaci\u00f3n es deficiente o inexistente y las normas r\u00edgidas o ausentes. Pero esta mayor flexibilidad y democratizaci\u00f3n de la pareja y la familia\u00a0<\/strong>incide en una\u00a0mayor conflictividad y fragilidad<\/em>\u00a0en los dos \u00e1mbitos.\u00a0<\/strong>De ah\u00ed, por ejemplo, el incremento del n\u00famero de separaciones y divorcios, que van desde 1 de cada 2 matrimonios en Norteam\u00e9rica, Suecia y Dinamarca, a los 1 de cada tres en Centro Europa hasta el 1 de cada cinco en Espa\u00f1a y Europa del Sur. Adem\u00e1s, en este incremento del divorcio pesa decisivamente la mayor\u00a0inmadurez afectiva\u00a0<\/em>de la poblaci\u00f3n Occidental\u00a0<\/strong>(sobre todo de los varones), incapaz, por deficiente socializaci\u00f3n en este \u00e1mbito, de hacer frente a los conflictos interpersonales, de dialogar, de acoger al que es distinto sin etiquetarle, de ponerse en el punto de vista del otro, de controlar impulsos y afectos m\u00e1s all\u00e1 de la pulsi\u00f3n inmediata a la que se quiere dar pronta atenci\u00f3n y satisfacci\u00f3n. El hedonismo ha resultado, al cabo, neurotizante y desestructurante. La mayor inmadurez afectiva del var\u00f3n conduce a que, frecuentemente, se comporte de modo irresponsable, soliendo descargar en la madre las responsabilidades educativas mientras se entrega (con frecuencia de modo patol\u00f3gico) al trabajo, a la\u00a0futbolatr\u00eda<\/em>\u00a0o a otras formas de anestesia biogr\u00e1fica. Los efectos de esta inmadurez afectiva del var\u00f3n, adem\u00e1s de la disminuci\u00f3n del \u00edndice de natalidad y la inestabilidad o insatisfacci\u00f3n en la vida de pareja, son la p\u00e9rdida o diluci\u00f3n de un referente \u00e9tico claro en la figura del padre. Adem\u00e1s de los anteriores rasgos,\u00a0la familia,\u00a0cada vez m\u00e1s, es sobre todo una\u00a0unidad afectiva[5]<\/a>,<\/em>\u00a0en la que se exige el compromiso emocional (lo cual es m\u00e1s dif\u00edcil para los varones adultos por no haber sido educados para ello).\u00a0Se coexiste cada vez m\u00e1s, pero se convive cada vez menos.<\/em> \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>Los hijos se tienen cada vez m\u00e1s tarde<\/em>\u00a0<\/strong>(dificultades laborales, prolongaci\u00f3n del tiempo de estudio y deseo de un tiempo de pareja sin hijos para \u00abdisfrutar\u00bb junto con una generalizada extensi\u00f3n de m\u00e9todos anticonceptivos) y, cuando llegan, son cada vez m\u00e1s fruto de atenci\u00f3n esmerada. Pero es frecuentemente tan esmerada que lo que existe es\u00a0una real\u00a0paidarqu\u00eda<\/em>\u00a0(frecuentemente tir\u00e1nica), un extraordinario desarrollo de la atenci\u00f3n al ni\u00f1o como centro, como fuente de infinitas obligaciones (sobre todo ps\u00edquicas y educativas). Se produce frecuentemente una notable posesividad respecto de los hijos (uno o dos), a los cuales \u00abhay que disfrutar\u00bb concibi\u00e9ndoles como fuente de gratificaci\u00f3n (lo que, al llegar la adolescencia, crea aut\u00e9nticos complejos de culpabilidad, ante la ingobernabilidad y autonom\u00eda no prevista de los hijos). Estos factores mentados de\u00a0filiarqu\u00eda\u00a0<\/em>tambi\u00e9n son los que explican que muchos j\u00f3venes, a\u00fan con trabajo, retrasen notablemente el momento de emanciparse[6]<\/a>: tan hecho se les ha dado siempre todo que son incapaces, incluso pasado el umbral de los 25 a\u00f1os, de enfrentarse a las dificultades de la emancipaci\u00f3n por ellos mismos. Cada uno<\/em>\u00a0de sus componentes\u00a0descubre a los dem\u00e1s como personas y les trata como tal[17]<\/a>,<\/em>\u00a0es decir, como un fin en s\u00ed. El aprendizaje comunitario es aprender al otro como t\u00fa. Esto es lo que permite el\u00a0encuentro<\/em>\u00a0como modalizaci\u00f3n o realizaci\u00f3n de la uni\u00f3n[18]<\/a>. Y es el encuentro generador de comunidad, pues trato al otro como libertad y no como naturaleza, reconociendo al otro como\u00a0fuente del yo[19]<\/a>.<\/em>\u00a0<\/strong>Esto es particularmente importante para los j\u00f3venes, pues aunque el padre siempre ha de ser padre y no un igual del hijo (condici\u00f3n esta para un encuentro fecundante entre ambos), solo es posible este encuentro si se abren ambos en tanto que personas, es decir, en condiciones de igualdad (aunque no de simetr\u00eda: los j\u00f3venes necesitan un modelo \u00e9tico y axiol\u00f3gico claro en los padres, aunque sea para rebatirlo y rebelarse). Cada uno quiere que el otro sea quien est\u00e1 llamado a ser.<\/em>\u00a0Con su presencia y su riqueza personal, cada uno enriquece al otro. Cada uno es para los dem\u00e1s fuente de posibilidades, apoyo e impulso. En este sentido, hay que aclarar que, respecto de los j\u00f3venes, tan disfuncional ser\u00eda un trato autoritario y represivo (porque impide su autonom\u00eda al depender siempre de las consignas de los adultos) como el permisivo (la ausencia de autoridad y de normas acaba tambi\u00e9n en pasividad, en incapacidad para la decisi\u00f3n y en heteronom\u00eda). Hay, por el contrario, que posibilitar que el joven sea quien est\u00e1 llamado a ser. Est\u00e1\u00a0al servicio de las personas y su vocaci\u00f3n.<\/em>\u00a0Se dirige a la realizaci\u00f3n mutua de cada uno, a velar por la promoci\u00f3n vocacional de cada uno de sus miembros. Tiene como fin \u201cponer a cada persona en estado de poder vivir como persona, es decir, de poder acceder al m\u00e1ximo de iniciativa, de responsabilidad, de vida espiritual\u201d[20]<\/a>. Promociona a la mujer tanto como al var\u00f3n, al ni\u00f1o o anciano tanto como al adulto. Especial relieve tiene la igualdad real var\u00f3n y mujer en el seno de la familia (que no supone, por supuesto, homogeneizaci\u00f3n, pero s\u00ed igualdad en las tareas familiares, de educaci\u00f3n, etc.). Poseen un\u00a0proyecto de vida en com\u00fan, una vocaci\u00f3n familiar.<\/em>\u00a0<\/strong>Toda vocaci\u00f3n arraiga en una cosmovisi\u00f3n y en un universo axiol\u00f3gico compartido. Se cree en algo y la creencia toma cuerpo no en ritos o normas sino en una experiencia comunitaria. De este modo, el inter\u00e9s com\u00fan es superior a la suma de los intereses individuales:\u00a0\u201chemos de llegar a crear un h\u00e1bito nuevo de la persona: el h\u00e1bito de ver todos los problemas humanos desde el punto de vista del bien de la comunidad humana y no del de los caprichos del individuo\u201d[22]<\/a>. Se construye sobre las actitudes de\u00a0acogida y donaci\u00f3n.<\/em>\u00a0\u201cDe esta verdad de nuestra naturaleza nosotros hemos podido hacer una metaf\u00edsica de la persona\u201d[23]<\/a>.\u00a0La familia es, por tanto, la estructura que descansa en la donaci\u00f3n de unas personas a las personas de los otros, y de la acogida mutua. De esta manera, ser persona supone\u00a0exponerse<\/em>\u00a0a los otros. La familia comunidad act\u00faa en el sentido de la apertura. La persona est\u00e1 llamada a romper todo ego\u00edsmo en la familia y viceversa[24]<\/a>. Por tanto,\u00a0dos fuerzas han de conjugarse<\/em>\u00a0<\/strong>en\u00a0<\/strong>esta comunidad: la del crecimiento personal, la de la libertad y personalizaci\u00f3n de cada uno, con la abnegaci\u00f3n y adhesi\u00f3n a los otros.\u00a0La libertad-de y la libertad-para. Y esto, no solo cada uno sino la familia entera: la familia, en cuanto persona de personas, crece tambi\u00e9n hacia fuera, en compromiso con otros, mediante sus fidelidades y adhesiones. Es su fecundidad: Esta familia comunitaria es una familia\u00a0fecunda[25]<\/a>,<\/em>\u00a0<\/strong>social y biol\u00f3gicamente. Pero esta fecundidad, adem\u00e1s de la puramente biol\u00f3gica, abarca todas las formas de creatividad conjunta. Es decir, an\u00e1logamente al compromiso o militancia personal, podr\u00edamos hablar de la militancia familiar. Y esta, no lo olvidemos, se realiza sobre todo hacia dentro: ayudando al crecimiento de los dem\u00e1s. Pero tambi\u00e9n hacia fuera: hacia las otras familias, hacia la sociedad. Familia, por tanto, abierta, hospitalaria. Los padres, como ejes de la comunidad, proponen expl\u00edcitamente con su vida y tambi\u00e9n de palabra unos ideales y unos valores (\u00e9ticos, afectivos, relacionales). Pero no basta con proponer valores: los valores son est\u00e9riles si no se concretan en comportamientos habituales, es decir, en virtudes. Aun respetando la libertad e idiosincrasia de cada miembro de la familia, los padres dejaran claro qu\u00e9 comportamientos, valores y normas quieren que sean realizados. No saber a qu\u00e9 atenerse es deseducativo. Nadie aprende la autonom\u00eda sino es a trav\u00e9s de la heteronom\u00eda. En este aprendizaje, los padres deben aprender a desdramatizar las rebeld\u00edas adolescentes que no son sino el modo en que el joven est\u00e1 labrando su identidad. Por otra parte, estos comportamientos \u00abdisfuncionales\u00bb obligan a los padres a reflexionar sobre su propio comportamiento, sobre su coherencia, y puede ser un factor de crecimiento para todos. La familia se hace as\u00ed flexible y m\u00e1s rica. En su capacidad educativa y socializante se incluye su capacidad cr\u00edtica: con el ambiente, con la econom\u00eda, con la pol\u00edtica, en tanto que no est\u00e9n al servicio de la persona. Es important\u00edsimo, por tanto, el tiempo dedicado al di\u00e1logo, en especial con los j\u00f3venes. estudios@misionjoven.org
\nXos\u00e9 Manuel Dom\u00ednguez Prieto<\/strong>\u00a0es Doctor en Filosof\u00eda y miembro del Instituto \u00abE. Mounier\u00bb.<\/em>
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nTras considerar tanto las transformaciones sociol\u00f3gicas como las axiol\u00f3gicas que rodean a la familia, el autor se plantea sus perspectivas de futuro por la senda de una familia entendida como \u00abcomunidad de personas\u00bb. Sobre el fondo del pensamiento de E. Mounier, se apuesta en el art\u00edculo por una familia donde cada miembro descubre a los otros como personas, encontr\u00e1ndose todos para llevar adelante un \u00abproyecto de vida en com\u00fan, una vocaci\u00f3n familiar\u00bb vinculada a actitudes de acogida y donaci\u00f3n, a la conjunci\u00f3n del crecimiento personal, libertad y personalizaci\u00f3n con la abnegaci\u00f3n y adhesi\u00f3n a los otros o al acompa\u00f1amiento, propuesta de comportamientos que transparentan valores y capacidad para situarse cr\u00edticamente ante el mundo que vivimos.
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\nEs constatable que en los \u00faltimos treinta a\u00f1os, sobre todo en Espa\u00f1a, la transformaci\u00f3n social ha sido de tal calibre que ha afectado y transformado a sus principales instituciones, relaciones, estructuras y v\u00ednculos personales, particularmente la familia.
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\nTambi\u00e9n son varias las estructuras nuevas: junto al matrimonio estable con hijos aparecen parejas que cohabitan establemente, familias monoparentales, parejas\u00a0Dinks<\/em>\u00a0(alto nivel econ\u00f3mico, alto nivel de gasto en el ocio \u2013que se constituye en el argumento de la vida de pareja) excluyendo los hijos expl\u00edcitamente\u2013, aparecen las parejas homosexuales, las familias recompuestas (procedentes de divorcios previos de los padres y madres, aportando uno o los dos miembros de la pareja sus respectivos hijos).
\nAdem\u00e1s, estas formas se van a ver a\u00fan m\u00e1s diversificadas por el enorme impacto de las\u00a0comunidades de inmigrantes<\/em>\u00a0<\/strong>que ya se hacen presentes de modo cada vez mayor en nuestros pa\u00edses. Estos inmigrantes traen muy arraigadas sus formas familiares, habitualmente muy tradicionales, con una fuerte impronta religiosa, con costumbres y normas de comportamiento muy distintas y con grandes \u00edndices de natalidad. Esta oleada de inmigraci\u00f3n va a modificar m\u00e1s all\u00e1 de lo que podemos imaginar ahora la geograf\u00eda humana de Europa.
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\nDentro de la familia, y especialmente entre la pareja y con los adolescentes,\u00a0todo es fruto de una elecci\u00f3n constante,<\/em>\u00a0especialmente la distribuci\u00f3n de las tareas y el establecimiento de normas o decisiones.
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\nEn definitiva: sociol\u00f3gicamente, la familia que barruntamos es pluriforme (cada vez preponderar\u00e1 menos un modelo, con creciente tolerancia hacia cualquier forma[7]<\/a>), igualitaria en lo que respecta a las funciones y relaciones de hombre y mujer, inestable, reducida y, en general, con coexistencia de diversas generaciones. De este modo ya no es adecuado hablar de la familia sobre todo, o solo, como instituci\u00f3n sino como creaci\u00f3n, como grupo autopoi\u00e9tico.
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\nSe ha repetido mucho (tanto que muchos as\u00ed lo creen) que la\u00a0familia es una instituci\u00f3n en crisis,\u00a0<\/em>que han ca\u00eddo los valores que sustentaban la familia tradicional y que por ello la familia est\u00e1n en peligro. Nada m\u00e1s lejos de la realidad. Es cierto que est\u00e1 ya periclitados muchos de los valores que sosten\u00edan la familia tradicional (autoridad indiscutible del padre, obediencia ciega, distribuci\u00f3n r\u00edgida de roles). Pero han aparecido otros nuevos, unos disfuncionales pero otros que favorecen la funcionalidad y validez de la familia, de nuevas formas de familia. Tanto es as\u00ed que\u00a0la familia es la forma social, institucional o no, m\u00e1s valorada en Espa\u00f1a,\u00a0<\/em>lo m\u00e1s querido y apreciado por nuestros conciudadanos[9]<\/a>\u00a0y, en especial, por los j\u00f3venes. Se trata, por tanto, de una forma social que, lejos de la crisis insistentemente anunciada, goza de muy buena salud[10]<\/a>.
\n\u00bfCu\u00e1les son los nuevos valores que orientan la vida familiar en Occidente? Enumeremos los m\u00e1s generalizados, porque estos son comunes a padres e hijos.
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\nq\u00a0Los \u00abpeque\u00f1os relatos\u00bb<\/strong>
\nRechazo de explicaciones totalizantes y de un conocimiento sistem\u00e1tico de la realidad. Ya no se cree de verdad en grandes ideolog\u00edas, religiones o sistemas morales. Los ideales ya no suelen mover la vida de las personas. Esto ha traido consigo varias consecuencias:<\/p>\n\n
\nq\u00a0Lo p\u00fablico y lo privado<\/strong>
\nLos ideales de libertad, autonom\u00eda, bienestar y democracia, han pasado del \u00e1mbito p\u00fablico al privado.<\/em>\u00a0Esto es muy positivo, personalizante, e incluso evang\u00e9lico. Sin embargo:<\/p>\n\n
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>q\u00a0Cultivo de lo est\u00e9tico, cosm\u00e9tico y diet\u00e9tico frente a lo \u00e9tico<\/strong><\/p>\n\n
\nq\u00a0Neoindividualismo<\/strong>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>Cultivo de lo privado y abandono de lo p\u00fablico en manos de especialistas. Disfrute y realizaci\u00f3n personal al margen del grupo familiar. Cada uno busca lo suyo, en actitud reivindicativa frente a los dem\u00e1s en cuanto posibles limitantes u obst\u00e1culos a la propia realizaci\u00f3n. Por otro lado, la movilidad social cada vez supone m\u00e1s dificultad para mantener lazos afectivos y personales. Esto, sin embargo, no entorpece otra cara de la moneda: el incremento de relaciones familiares\u00a0solidarias<\/em>\u00a0<\/strong>con los m\u00e1s d\u00e9biles: de los padres con los hijos peor situados, entre hermanos, con los enfermos, minusv\u00e1lidos. Ha constituido una sordina a las dificultades y crisis a las que el Estado de Bienestar no llega. De todas formas, en Europa, la asistencia educativa, sanitaria y asistencial del Estado descarga cada vez m\u00e1s a la familia de estos menesteres.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>q\u00a0Hedonismo<\/strong>
\nCada vez m\u00e1s los valores de sacrificio a favor de otros desaparecen para dar lugar al valor de la propia felicidad entendida como diversi\u00f3n, provecho personal, acceso al consumo, al ocio sin trabas (lo que es una de las principales causas de ca\u00edda de la natalidad, mucho m\u00e1s que la econom\u00eda[12]<\/a>). Se busca la tranquilidad de la vida privada, el disfrute del tiempo libre presente mediante la b\u00fasqueda de la gratificaci\u00f3n inmediata. Lo proyectivo pierde fuerza frente a lo presente. Este valor es compartido por padres e hijos j\u00f3venes. De hecho, tal y como demuestran los estudios de la Fundaci\u00f3n Santa Mar\u00eda de los \u00faltimos a\u00f1os, se descubre una divergencia entre lo que los j\u00f3venes valoran m\u00e1s (la familia, los amigos, el trabajo, la solidaridad, la tolerancia) y los comportamientos efectivos, donde prima la diversi\u00f3n sobre la atenci\u00f3n al otro, m\u00e1s la televisi\u00f3n que las relaciones familiares, y donde la solidaridad no se traduce en compromisos militantes fuertes y duraderos. A diferencia de los j\u00f3venes de los 70, los actuales ya no quieren cambiar el mundo sino disfrutarlo.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>q\u00a0Raz\u00f3n econ\u00f3mica como\u00a0modus vivendi y modus operandi<\/em><\/strong><\/p>\n\n
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Una comunidad de personas<\/h2>\n
\nNo podemos decir qu\u00e9 tipo de familia habr\u00e1 dentro de cincuenta o cien a\u00f1os. Ser\u00eda un in\u00fatil ejercicio de frivolidad psudoadivinatoria. Lo que podemos decir con seguridad es que la realidad social, axiol\u00f3gica, moral, la construimos nosotros. La historia la construimos nosotros. Por eso podemos decir qu\u00e9 tipo de familia\u00a0queremos,<\/em>\u00a0<\/strong>tomando en cuenta cu\u00e1l es m\u00e1s funcional y cu\u00e1l es m\u00e1s adecuada al crecimiento y plenificaci\u00f3n de todos y cada uno de sus miembros.
\nPues bien, la familia que es m\u00e1s capaz de promocionar a todos sus miembros, al margen de la forma concreta en que se realice, debe ser formalmente una\u00a0comunidad de personas.<\/em>\u00a0Para explicarlo, utilizaremos el sentido fuerte y riguroso que le confer\u00eda el fil\u00f3sofo franc\u00e9s Emmanuel Mounier, de quien ahora celebramos el cincuentenario de su muerte.
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\nRepet\u00eda Mounier que, frente a la dispersi\u00f3n del individuo, la persona es aquel ser, con dignidad propia, que est\u00e1 llamado a poseerse a s\u00ed, pero no para vivir para s\u00ed. Por eso, el primer deber de la persona no es salvar su persona sino\u00a0comprometerla<\/em>\u00a0(con otros, en la acci\u00f3n, a favor de la vocaci\u00f3n de los dem\u00e1s, asegur\u00e1ndoles un m\u00ednimo material). Pero es m\u00e1s: cada persona realiza su vocaci\u00f3n como persona d\u00e1ndose, comunic\u00e1ndose a otros. Y, por la comunicaci\u00f3n, se abre a la comunidad. As\u00ed entendida, la persona\u00a0genera comunidad,<\/em>\u00a0pues\u00a0\u00abno se encuentra sino d\u00e1ndose\u00bb[13]<\/a><\/em>\u00a0mediante un doble dinamismo de\u00a0acogida y donaci\u00f3n.<\/em>\u00a0<\/strong>En ello radica su riqueza, pues \u00absolamente nos encontramos al perdernos; solo se posee lo que se ama […]. Solo se posee lo que se da\u00bb[14]<\/a>.
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\nLa persona genera comunidad de personas y se desarrolla solo en una comunidad de personas. Este tipo de comunidad es la que queremos para la familia. Porque, con Mounier, afirmaremos la\u00a0imposibilidad de fundar la comunidad esquivando la persona[15]<\/a><\/em>.\u00a0Y se puede esquivar a la persona de varias maneras: mediante la\u00a0con-fusi\u00f3n<\/em>\u00a0<\/strong>propia de la masa humana, con la reificaci\u00f3n o utilizaci\u00f3n del otro, propia de las asociaciones o con la\u00a0ignorancia del otro<\/em>propia del individualismo.<\/strong>\u00a0Ni la fusi\u00f3n de la masa, ni la difusi\u00f3n de la mera asociaci\u00f3n, ni el individualismo permiten la comunidad de personas.\u00a0El nosotros comunitario no nace de un desvanecimiento de las personas sino de su realizaci\u00f3n. Es una persona de personas[16]<\/a>.<\/em>\u00a0<\/strong>Y esto implica…
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\nEsto no se lograr\u00e1 sin que la mujer tenga su trabajo, sin la reducci\u00f3n de los horarios laborales de los varones y, sobre todo, sin la educaci\u00f3n afectiva y familiar del var\u00f3n, para que tome el papel activo que le corresponde en \u00abcasa\u00bb. Tambi\u00e9n el joven, en la medida en que vaya ganando autonom\u00eda, debe ir ganando en responsabilidad respecto de la atenci\u00f3n a los dem\u00e1s y en las tareas comunes. En definitiva, nadie trata a los dem\u00e1s seg\u00fan sus roles, seg\u00fan el personaje que representa, sino como fin en s\u00ed. Jam\u00e1s se podr\u00e1 clasificar al otro, etiquetarlo. Cada uno de sus miembros procura ayudar y promocionar en los otros su vocaci\u00f3n, facilitando los medios para realizarla. Por eso, la familia comunidad acerca al hombre a s\u00ed, lo\u00a0transfigura[21]<\/a>.<\/em>
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\nDesde su capacidad cr\u00edtica, la familia ha de responder en la pr\u00e1ctica a los estilos de vida economicistas y pragmatistas que alienan a las personas. Por tanto, su estilo de vida ser\u00e1 austero, al servicio de la promoci\u00f3n de las personas. M\u00e1s all\u00e1 de lo solidario, generoso, hacia dentro y hacia fuera. Del dinero, del tiempo y de los propios dones.
\nSi la m\u00e1s fuerte socializaci\u00f3n y transmisi\u00f3n de formas de pensar, sentir y actuar se realiza en familia y la familia, dada su creatividad y desinstitucionalizaci\u00f3n, es sobre todo lo que sea la pareja, es de m\u00e1xima importancia el cuidado de la vida de pareja, su continua revisi\u00f3n y alimentaci\u00f3n. En este sentido, son id\u00f3neas no solo las escuelas de padres sino las escuelas de parejas: aprender a dialogar, a resolver conflictos, a crecer en el afecto, a educar, a conocerse, a ganar en estabilidad, es tarea de toda la vida. Y este es el principal referente de los hijos, en lo que a formaci\u00f3n \u00e9tica y afectiva se refiere.\u00a0n
\n <\/p>\nXos\u00e9 Manuel Dom\u00ednguez Prieto<\/h3>\n
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\n[1]<\/a>\u00a0DIVERSOS MODELOS\u00a0<\/strong>(par\u00e1metros: fecundidad, nacimientos extramatrimoniales, cohabitaci\u00f3n previa y divorcios): Norte de Europa:\u00a0<\/strong>F.: 1’8-2, N.E.: 50%, C: 90%, D: 1\\2; Centro Europa: F: 1’5, N.E.: 30%, C: 60%, D: 1\\3; Sur Europa: F: 1’1, N.E.: 10%, C: 10%, D: 1\\5. Adem\u00e1s, en el Sur la mujer trabaja menos fuera de casa. La familia tiene la exclusiva del cuidado de los ni\u00f1os.
\n[2]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0C.A. ZALDIVAR-M. CASTELLS,\u00a0Espa\u00f1a, fin de siglo,<\/em>\u00a0Alianza Editorial, Madrid 1992.
\n[3]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0ADELA CORTINA,\u00a0La \u00e9tica de la sociedad civil,<\/em>\u00a0<\/strong>Anaya, Madrid 1994, 62ss.
\n[4]<\/a>\u00a0VIRGINIA SATIR,\u00a0Nuevas relaciones humanas en el n\u00facleo familiar,<\/em>\u00a0Ed. Pax, M\u00e9xico 1991.
\n[5]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0IR\u00caNE THERY,\u00a0Diferencia de sexos y diferencia de generaciones: la instituci\u00f3n familiar sin herederos\u00a0<\/em>en:\u00a0AA.VV.,\u00a0Familias y Parejas: paradojas y nuevas opciones,\u00a0<\/em>Rev. de Occidente, Madrid 1997.
\n[6]<\/a>\u00a0Siguen en casa un 52% de los que tienen entre 25-29 a\u00f1os y hasta un 23% de los comprendidos entre 30-34. Esta situaci\u00f3n es t\u00edpicamente del Sur (sobre todo Espa\u00f1a). Aunque cada vez hay mas expectativas de trabajo, no tiende a remitir.
\n[7]<\/a>\u00a0Cohabitaci\u00f3n, parejas sin hijos,\u00a0\u00a0parejas de divorciados (familias recompuestas), familias monoparentales o parejas de homosexuales, con ser minoritarias, crecen en n\u00famero y se aceptan socialmente sin obst\u00e1culos.
\n[8]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0F.A. ORIZO,\u00a0Sistemas de valores en la Espa\u00f1a de los a\u00f1os 90,<\/em>\u00a0Madrid, CIS-Siglo XXI, Madrid 1996. Sobre los valores vinculados al economicismo: Cf. X.M.\u00a0DOM\u00cdNGUEZ,\u00a0Unha \u00e9tica da econom\u00eda. Da \u00e9tica neoliberal \u00e1 \u00e9tica personalista,<\/em>\u00a0Edici\u00f3s do Castro, Sada (A Coru\u00f1a) 1999.
\n[9]<\/a>\u00a0Seg\u00fan los datos del CIS tanto de 1987 como de 1992 la familia, por encima del trabajo, el bienestar o los amigos, y muy por delante de religi\u00f3n y pol\u00edtica, es lo m\u00e1s valorado por los espa\u00f1oles, aquello por lo que m\u00e1s se estar\u00edan dispuestos a sacrificar y lo que m\u00e1s les gratifica.
\n[10]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0J. IGLESIAS DE USEL,\u00a0Crisis y vitalidad de la familia\u00a0<\/em>en:\u00a0Familias y Parejas…,\u00a0<\/em>o.c.
\n[11]<\/a>\u00a0A veces se llega a graves casos de injusticia por favorecer \u00aba los de casa\u00bb, como en el nepotismo en lo p\u00fablico o de doble vara de medir socialmente a los de la propia familia y a los de otras.
\n[12]<\/a>\u00a0De hecho, est\u00e1 estad\u00edsticamente comprobado que justo las parejas con m\u00e1s capacidad adquisitiva y m\u00e1s nivel cultural son los que menos hijos tienen. El hijo o la hija, m\u00e1s voluntariamente elegidos que nunca, se experimentan con una viva conciencia de lo que suponen respecto de la merma de actividades de ocio, salidas nocturnas, viajes, etc. Por eso tambi\u00e9n se retrasa cada vez m\u00e1s.
\n[13]<\/a>\u00a0E. MOUNIER,\u00a0Manifiesto al servicio del personalismo,<\/em>\u00a0S\u00edgueme, Salamanca 1992 (O. Completas I, 636).
\n[14]<\/a>\u00a0E. MOUNIER,\u00a0