{"id":11641,"date":"2001-10-01T09:26:06","date_gmt":"2001-10-01T07:26:06","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11641"},"modified":"2001-10-01T09:26:06","modified_gmt":"2001-10-01T07:26:06","slug":"una-alternativa-de-vida-comunitaria","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/una-alternativa-de-vida-comunitaria\/","title":{"rendered":"Una alternativa de vida comunitaria"},"content":{"rendered":"
[vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR estudios@misionjoven.org [vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR Juan Jos\u00e9 Tamayo-Acosta\u00a0es profesor de la Universidad \u00abCarlos III\u00bb y del Instituto \u00abFe y Secularidad\u00bb, adem\u00e1s es tambi\u00e9n secretario de la Asociaci\u00f3n de Te\u00f3logos y Te\u00f3logas \u00abJuan XIII\u00bb. S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El \u00abmovimiento\u00bb iniciado por Jes\u00fas de Nazaret termina constituyendo \u00abuna alternativa de vida comunitaria\u00bb y formando verdaderas \u00abcomunidades de iguales\u00bb, as\u00ed […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[120,631,383,94],"tags":[],"class_list":["post-11641","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2001-mision-joven-2","category-estudios-297","category-juan-jose-tamayo","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11641","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11641"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11641\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11641"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11641"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11641"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nJuan Jos\u00e9 Tamayo-Acosta\u00a0<\/strong>es profesor de la Universidad \u00abCarlos III\u00bb y del Instituto \u00abFe y Secularidad\u00bb, adem\u00e1s es tambi\u00e9n secretario de la Asociaci\u00f3n de Te\u00f3logos y Te\u00f3logas \u00abJuan XIII\u00bb.<\/em>
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nEl \u00abmovimiento\u00bb iniciado por Jes\u00fas de Nazaret termina constituyendo \u00abuna alternativa de vida comunitaria\u00bb y formando verdaderas \u00abcomunidades de iguales\u00bb, as\u00ed lo ponen de manifiesto las primeras comunidades cristianas en las que, con todo, tambi\u00e9n existen tensiones y problemas. Si, despu\u00e9s, \u00abla dimensi\u00f3n comunitaria de la fe se va diluyendo\u00bb, hoy \u2013tras el concilio Vaticano II\u2013,\u00a0\u00a0hemos de tornar a vivir y entender las relaciones entre los diferentes miembros del Pueblo de Dios desde la base de una igualdad sustancial, en la que las diferencias en base a las funciones sean accidentales.
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\n <\/p>\n1.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0El movimiento de Jes\u00fas, una comunidad de iguales<\/h1>\n
\nJes\u00fas no funda una organizaci\u00f3n pol\u00edtica orientada a la conquista del poder, ni crea una instituci\u00f3n religioso\u2013cultual de car\u00e1cter burocr\u00e1tico y sacrificial que sirviera de apoyo a la religi\u00f3n jud\u00eda. Las instituciones religiosas y pol\u00edticas de su tiempo no cuadraban con su proyecto, ya que acusaban deficiencias disuasorias: ritualismo sin correspondencia con una pr\u00e1ctica de la justicia, relaciones de dominaci\u00f3n\u2013esclavitud, excesivo peso de la ley, ausencia de gratuidad, manipulaci\u00f3n de la religi\u00f3n por el poder, religi\u00f3n convencional, etc.
\nLo que pone en marcha Jes\u00fas es un grupo de disc\u00edpulos y disc\u00edpulas que, atra\u00eddos por la fuerza de su testimonio, la autoridad de su palabra y la coherencia de su vida, deciden acompa\u00f1arlo en el anuncio del Reino de Dios y compartir su experiencia de vida. El movimiento\u00a0<\/em>de seguidores y seguidoras empieza en la Galilea de los gentiles, zona fronteriza y rebelde, y se ubica en el seno de los movimientos de renovaci\u00f3n religiosa del juda\u00edsmo. Era un grupo de carism\u00e1ticos itinerantes que viv\u00edan un\u00a0ethos\u00a0<\/em>radical, caracterizado por la renuncia a la familia (Mc 5,29), a la residencia estable (Mt 8,20), a la propiedad y a la propia seguridad; un grupo marginal que originariamente tuvo su arraigo en zonas rural y se situaba fuera y lejos de los centros de poder.
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\nEl proyecto de Jes\u00fas es, en consecuencia, una alternativa de vida comunitaria frente a otras formas de vida despersonalizadas, individualistas o institucionalizadas. Las actitudes que Jes\u00fas recomienda a quienes desean acompa\u00f1arlo son: desprendimiento, renuncia a las ambiciones de mando, actitud de servicio, trabajar por el reino de Dios, asumir la persecuci\u00f3n por mor de la justicia, perdonar y pedir perd\u00f3n, gratuidad en las relaciones humanas, entrega de la propia vida si preciso fuere como m\u00e1ximo gesto de amor, relaci\u00f3n filial con Dios Padre\u2013Madre, anunciar que la salvaci\u00f3n ha llegado a las personas empobrecidas.
\nEn ese movimiento se invierte la jerarqu\u00eda de valores: la riqueza y acumulaci\u00f3n son sustituidas por la austeridad, el desprendimiento y el compartir; la venganza y el odio, por el perd\u00f3n y la reconciliaci\u00f3n; la competitividad, por la ayuda solidaria; la vida c\u00f3moda, por la persecuci\u00f3n; la doblez, por la limpieza de coraz\u00f3n; la violencia, por la paz; la arrogancia por la humildad \u2013que no debe confundirse con la humillaci\u00f3n\u2013. As\u00ed lo proclama Jes\u00fas en el serm\u00f3n de la Monta\u00f1a (Mt 5,1-10).
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\nEl movimiento de Jes\u00fas es una comunidad de hermanos y hermanas iguales, donde no caben las estructuras de dominaci\u00f3n, opresi\u00f3n o marginaci\u00f3n por razones de g\u00e9nero, etnia, religi\u00f3n, cultura, etc. La ausencia de estructuras de dominio aparece en numerosos relatos evang\u00e9licos. Hay uno que resume ejemplarmente tal ausencia. Los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, piden a Jes\u00fas sentarse uno a su derecha y otro a su izquierda el d\u00eda de su gloria, (cuando logre el poder). El resto de los disc\u00edpulos se indigna contra los hermanos porque en esa petici\u00f3n ve peligrar sus aspiraciones de mando. Jes\u00fas responde a la petici\u00f3n de los hijos del Zebedeo y a la indignaci\u00f3n de los dem\u00e1s con estas palabras: \u201cSab\u00e9is que los que figuran como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen, pero no ha de ser as\u00ed entre vosotros; al contrario, el que quiera subir, sea servidor vuestro, y el que quiera se el primero, sea esclavo de todos, porque tampoco este Hombre ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate de todos\u201d (Mc 10,42-45).
\nSe trata de un texto redaccional \u2013pospascual\u2013 en el que se reflejan ya determinados problemas de poder que se produc\u00edan en la comunidad, pero es opini\u00f3n generalizada entre los exegetas del Nuevo Testamento que recoge con bastante fiabilidad la idea del Jes\u00fas hist\u00f3rico sobre el poder.
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\nLa comunidad de Jes\u00fas se caracteriza por la\u00a0fraternidad\u2013sororidad<\/em>, como pone de relieve un texto del evangelio de Mateo, que excluye el culto a la personalidad: \u201cVosotros, en cambio, no os dej\u00e9is llamar \u00abRabb\u00ed\u00bb, porque uno solo es vuestro Maestro, y vosotros sois todos hermanos. Ni llam\u00e9is a nadie \u00abPadre\u00bb vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dej\u00e9is llamar \u00abInstructores\u00bb, porque uno solo es vuestro \u00abInstructor\u00bb: Cristo\u201d (Mt 23,8-10). La igualdad y la libertad de que gozan las personas que siguen a Jes\u00fas excluye todo paternalismo que pretenda mantener a los miembros de la comunidad en una situaci\u00f3n de minor\u00eda de edad. \u201cEn una sociedad de hermanos (y hermanas, a\u00f1ado yo) \u2013afirma G. Lohfink\u2013, no deben dominar los padres\u201d.
\nHemos dicho tambi\u00e9n\u00a0sororidad<\/em>. Con esa palabra queremos indicar que las mujeres, marginadas en el juda\u00edsmo, se incorporan de lleno en el movimiento de Jes\u00fas y forman parte el discipulado de iguales, donde ocupan un rol central. Su protagonismo en el mismo es de especial importancia para la praxis de solidaridad desde abajo, subraya E. Sch\u00fcssler Fiorenza. La actividad de las mujeres fue determinante para la extensi\u00f3n del movimiento de Jes\u00fas fuera del entorno jud\u00edo, como demuestran algunas escenas evang\u00e9licas: la de la mujer sirofenicia, cuya hija es curada por Jes\u00fas (Mc 7,24-30; Mt 15,21-28) y el encuentro de Jes\u00fas con una mujer samaritana (Jn 4). La primera argumenta con solidez teol\u00f3gica a favor de la participaci\u00f3n de los paganos en el banquete mesi\u00e1nico. El evangelio de Juan atribuye a la mujer samaritana una funci\u00f3n misionera entre sus conciudadanos: \u201cMuchos samaritanos de aquel pueblo creyeron en \u00e9l (en Jes\u00fas) por lo que les dijo la mujer\u201d (Jn 4,39).
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\nLa declaraci\u00f3n bautismal de la carta de Pablo a los G\u00e1latas est\u00e1 en continuidad con la actitud inclusiva de Jes\u00fas hacia las mujeres: \u201cPues todos sois hijos de Dios. En efecto, todos los bautizados en Cristo os hab\u00e9is revestido de Cristo. Ya no hay jud\u00edo ni griego, no hay m\u00e1s siervo ni libre, no hay var\u00f3n y hembra (E. Sch\u00fcssler Fiorenza traduce \u00abno hay esposo y esposa\u00bb), ya que todos vosotros sois uno\u201d (G\u00e1l 3,26-28, citado literalmente). Si la circuncisi\u00f3n, rito de iniciaci\u00f3n en el juda\u00edsmo, exclu\u00eda a las mujeres, el bautismo, rito de iniciaci\u00f3n en el cristianismo, incorpora por igual a hombres y mujeres. Unos y otras son \u00abhijos de Dios\u00bb.
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\n <\/p>\n2.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Las primeras comunidades cristianas<\/h1>\n
\nLa expansi\u00f3n del cristianismo durante los primeros siglos tuvo lugar no a trav\u00e9s de una constituci\u00f3n jur\u00eddica de la Iglesia en cada territorio evangelizado, sino por medio de una amplia red de comunidad. Los seguidores y seguidoras de Jes\u00fas no adoptaron el estilo de vida de los esenios, que viv\u00edan un ascetismo aislado del entorno y sin apenas conciencia misionera. Entendieron, m\u00e1s bien, su ministerio como creaci\u00f3n de tejido comunitario tras las huellas del Jes\u00fas hist\u00f3rico. La preocupaci\u00f3n no era tanto asegurar la sucesi\u00f3n a trav\u00e9s de unos \u00f3rganos de poder s\u00f3lidamente asentados, cuanto testimoniar grupalmente a Jes\u00fas muerto y resucitado dando lugar al nacimiento de nuevas comunidades. \u201cPara la Iglesia primitiva \u2013afirma R. Schnackenburg\u2013 es inimaginable un cristianismo individual, que pretendiese o debiera formarse fuera de la comunidad y alejado de ella\u201d\u00a0[1]<\/a>.
\nLa gestaci\u00f3n de estas comunidades fue fruto de un lento y costoso proceso evangelizador, primero entre los jud\u00edos y despu\u00e9s entre los paganos, que segu\u00eda estos pasos: proclamaci\u00f3n p\u00fablica del misterio de Cristo y aceptaci\u00f3n por parte de los oyentes; ense\u00f1anza en dos niveles complementarios: exposici\u00f3n del mensaje cristiano (plano teol\u00f3gico) e instrucci\u00f3n moral (plano \u00e9tico), invitaci\u00f3n a convertirse a los valores del Reino de Dios; seguimiento de Jes\u00fas; celebraci\u00f3n sacramental de la fe en comunidad. Una vez dados estos pasos, los catec\u00famenos se incorporaban a la comunidad de vida, fe, oraci\u00f3n y bienes. Este proceso era acompa\u00f1ado muy de cerca por los profetas, ap\u00f3stoles y doctores, quienes garantizaban la autenticidad de la experiencia comunitaria.
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\nLas comunidades primitivas no pose\u00edan una organizaci\u00f3n uniforme. Se caracterizaban por la pluralidad organizativa y la unidad de la fe, el pluralismo teol\u00f3gico y la comuni\u00f3n eclesial, la solidaridad y el di\u00e1logo comunitario. Ve\u00e1moslo en algunas experiencias del Nuevo Testamento.
\nLa primera experiencia que contin\u00faa la causa de Jes\u00fas, despu\u00e9s de su muerte, tiene lugar en la\u00a0comunidad de Jerusal\u00e9n<\/em>\u00a0bajo la direcci\u00f3n de Pedro y Santiago. El marco religioso en que desenvuelve la vida de esta comunidad es el\u00a0juda\u00edsmo<\/em>, si bien con importantes innovaciones que proceden de la ense\u00f1anza y la pr\u00e1ctica de Jes\u00fas. Los distintos sumarios de Hechos de los Ap\u00f3stoles (Hch 2,41-47; 5,32-35) destacan la asiduidad de sus miembros en la asistencia a la \u00abense\u00f1anza de los ap\u00f3stoles\u00bb, la comuni\u00f3n de bienes, la comunidad de vida, la unidad \u00aben el partir del pan y en las oraciones\u00bb, la comida en las casas, el crecimiento del grupo, su asistencia al templo. En lo referente a la comunidad de bienes, se aprecia una tendencia a la idealizaci\u00f3n, que apunta, a su vez, a un ideal muy presente en la predicaci\u00f3n de Jes\u00fas.
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\nEl relato de Hechos de los Ap\u00f3stoles deja entrever la existencia de tensiones entre los distintos grupos de la comunidad jerosolimitana: judeocristianos helenistas y palestinenses, sobre todo por su diferente actitud ante la ley, las creencias y las pr\u00e1cticas del juda\u00edsmo, por una parte, y ante la cultura y el estilo de vida helenistas. El grupo palestinense viv\u00eda plenamente inmerso en la tradici\u00f3n jud\u00eda y recelaba de todo lo que viniera de fuera. El grupo helenista, procedente de la di\u00e1spora, ten\u00eda una mentalidad religiosa y cultural m\u00e1s abierta y ecum\u00e9nica.
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\nLa\u00a0comunidad de Antioqu\u00eda<\/em>\u00a0es la primera que surge fuera de Palestina (Hch 11). Fue creada por algunos cristianos de habla griega que tuvieron que abandonar Jerusal\u00e9n como consecuencia de la persecuci\u00f3n que desat\u00f3 contra ellos. Estaba formada por cristianos y cristianas procedentes del juda\u00edsmo y del paganismo. La comunidad tom\u00f3 pronto distancias de la sinagoga y configur\u00f3 un cristianismo no mediado por la herencia jud\u00eda. Antioqu\u00eda se convirti\u00f3 en el punto de partida para la evangelizaci\u00f3n de los paganos. All\u00ed, los seguidores de Jes\u00fas fueron llamados por primera vez \u00abcristianos\u00bb. El entorno cultural de esta comunidad difiere del de la Jerusal\u00e9n: el de \u00e9sta era rural; el de aqu\u00e9lla eminentemente urbano. En los res\u00famenes de Hechos de los Ap\u00f3stoles sobre el origen y evoluci\u00f3n de esta comunidad se reconoce un papel fundamental a los ap\u00f3stoles, profetas y doctores como inspiradores y animadores.
\nEn la ciudad de Corinto, donde conviv\u00edan grupos de diferente origen religioso, \u00e9tnico y social, naci\u00f3 la mayor y m\u00e1s viva comunidad de la cuenca mediterr\u00e1nea, a partir de la predicaci\u00f3n de Pablo (Hch 18, 1-18). No se asentaba sobre el principio de autoridad, sino en las manifestaciones espont\u00e1neas del Esp\u00edritu que, como afirma el ap\u00f3stol de los gentiles, sopla donde quiere y como quiere.
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\nSeg\u00fan esto, bien puede afirmarse que la comunidad cristiana de Corinto, y en general las fundadas y animadas por Pablo, se configuran organizativamente conforme a una\u00a0estructura carism\u00e1tica<\/em>. En las cartas paulinas aparecen varias listas de carismas (1 Cor 12,4-10.27-30; Rm 12,6-8; Ef 4,11-12 (Efesios pertenece a la escuela paulina, no a Pablo). Lo primero que cabe subrayar es la existencia de una gran riqueza y pluralidad de carismas: ap\u00f3stoles, profetas, maestros, evangelistas, proclamadores de la palabra, taumaturgo, don de lenguas, de curaciones, atenci\u00f3n a las viudas y a los hu\u00e9rfanos, cuidado de enfermos, funciones directivas. Pueden agruparse en tres tipos: los que tienen que ver con la palabra (predicaci\u00f3n), los que se relacionan con la asistencia y la solidaridad, y los que se refieren al gobierno.
\nPablo coloca siempre a la cabeza de los carismas a los\u00a0ap\u00f3stoles, profetas y maestros o doctores<\/em>\u00a0(1Cor 12,28; Rm 12,6). En la lista de 1Cor 12,28 se cita el carisma de\u00a0gobierno\u00a0<\/em>en pen\u00faltimo lugar, inmediatamente antes que el don de lenguas. Se trataba de un carisma m\u00e1s, y no era valorado por encima de los dem\u00e1s, ni ten\u00eda como cometido ejercer el control sobre el resto ni legitimarlos autoritativamente. El car\u00e1cter carism\u00e1tico generaba un clima generalizado de libertad, igualdad y fraternidad, alentado por los propios responsables de las comunidades.
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\nEl ap\u00f3stol de los gentiles no rechaza los fen\u00f3menos carism\u00e1ticos extraordinarios, pero tampoco los encumbra; los reconoce como tales, pero relativiz\u00e1ndolos; los sit\u00faa bajo el discernimiento del carisma prof\u00e9tico y sugiere la necesidad de establecer una permanente vigilancia sobre ellos. Los carismas no tienen por qu\u00e9 ser ruidosos; son fen\u00f3menos normales dentro de la comunidad: servir, ense\u00f1ar, discreci\u00f3n de esp\u00edritus, asistencia y gobierno, exhortaci\u00f3n y consuelo, etc. La prioridad entre los carismas no la tienen los m\u00e1s llamativos, sino los m\u00e1s humildes y constantes, los m\u00e1s humanizadores y cotidianos.
\nLa multiplicidad de los carismas y el car\u00e1cter ruidoso de algunos de ellos, sin embargo, corr\u00edan el peligro de provocar situaciones de anarqu\u00eda. En tal situaci\u00f3n interviene Pablo, mas no para sofocar los carismas, que reconoce como obra del Esp\u00edritu, ni para imponer su autoridad \u00abautoritariamente\u00bb, sino para encauzar los dones que Dios concede a la comunidad estableciendo unos criterios generales. Los carismas no pueden ser antag\u00f3nicos, sino complementarios; todos ellos se ejercen para la edificaci\u00f3n y el progreso de la comunidad. Cuando un carisma no contribuye a esto, por muy espectacular que sea, resulta ineficaz y n tiene raz\u00f3n de ser.
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\nEl carisma del amor \u2013que Pablo define bella y certeramente como paciente, afable, sincero, simpatizante con la verdad, confiado, esperanzado, no envidioso, ni engre\u00eddo, ni grosero, ni interesado, ni contemporizador con la injusticia (1 Cor 13,1-13)\u2013 es el m\u00e1s importante y el que juzga sobre la autenticidad o inautenticidad de los dem\u00e1s.
\nEn las comunidades paulinas las mujeres ejerc\u00edan los carismas en igualdad de condiciones que los varones. Es verdad que en la primera carta a los Corintios se las proh\u00edbe hablar en las asambleas y se les exige llevar velo. Pero tales restricciones son contrarias al protagonismo que tienen en otras comunidades como la de Roma, donde, seg\u00fan la carta a los Romanos (Rm 16), hab\u00eda mujeres profetisas y dirigentes de comunidad. M\u00e1s a\u00fan, una mujer, Junia es reconocida como\u00a0ap\u00f3stol\u00a0<\/em>junto con Andr\u00f3nico. Merece la pena citar el texto en su literalidad dada su importancia a la hora de fundamentar el derecho de las mujeres a ejercer todos los ministerios y carismas dentro de la comunidad cristiana sin exclusi\u00f3n alguna: \u201cRecuerdos a Andr\u00f3nico y Junia, paisanos m\u00edos y compa\u00f1eros de prisi\u00f3n, que son ap\u00f3stoles insignes e incluso fueron cristianos antes que yo\u201d (Rm 16,7). Las restricciones impuestas en la carta a los Corintios se opone al esp\u00edritu igualitario de la declaraci\u00f3n de la carta a los G\u00e1latas. En suma, el texto discriminatorio de la carta a los Corintios hacia las mujeres parece tratarse de una interpolaci\u00f3n, que no se compagina con la mentalidad paulina.
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\n <\/p>\n3.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0El esp\u00edritu comunitario en la historia de la Iglesia<\/h1>\n
\nLa dimensi\u00f3n comunitaria de la fe cristiana se va diluyendo en la medida en que la Iglesia se convierte en instituci\u00f3n, se al\u00eda con el Imperio, reproduce en su seno las estructuras jer\u00e1rquico\u2013patriarcales y toma la forma de cristiandad triunfante. Todo ello va configurando el paradigma cat\u00f3lico\u2013romano medieval, que perdurar\u00e1 hasta muy entrado el siglo XX\u00a0[2]<\/a>. Con todo, el esp\u00edritu comunitario del cristianismo primitivo contin\u00faa a lo largo de la historia de la Iglesia a trav\u00e9s de numerosos movimientos que desean vivir la\u00a0vita evangelica\u00a0<\/em>en el seguimiento de Jes\u00fas en condiciones adversas y sometidos al control y a la persecuci\u00f3n tanto del poder pol\u00edtico como de la propia instituci\u00f3n eclesi\u00e1stica: monacato, \u00f3rdenes religiosas, movimientos de mujeres, grupos laicales. Adoptan una actitud cr\u00edtica ante la Iglesia\u2013instituci\u00f3n, sobre todo por su desmesurado poder temporal y su alejamiento de los pobres. Los movimientos laicales de reforma, que tanto proliferan a partir del siglo XII, cuestionan la clericalizaci\u00f3n de la Iglesia y reclaman mayor protagonismo para los seglares. Las comunidades femeninas, tan numerosas como olvidadas a lo largo de toda la Edad Media, pretenden romper el silencio a que se ve\u00edan sometidas por la instituci\u00f3n, hacerse visibles como portadoras de gracia y hacer visible a Jes\u00fas a trav\u00e9s de sus vivencias m\u00edsticas y de un estilo de vida sororal.
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\n <\/p>\n4.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Comunidades cristianas, hoy<\/h1>\n
\nEn el paradigma de Iglesia de cristiandad, donde la jerarqu\u00eda se cre\u00eda la \u00fanica depositaria y detentadora de la eclesialidad, y actuaba como tal en todos los terrenos, resultaba dif\u00edcil, por no decir imposible, que surgieran grupos cristianos con conciencia eclesial y talante comunitario. A lo m\u00e1s que pod\u00eda llegarse era a la creaci\u00f3n de organizaciones de seglares dependientes de la jerarqu\u00eda y colaboradores suyos en las tareas apost\u00f3licas. Era el caso de la Acci\u00f3n Cat\u00f3lica, definida como participaci\u00f3n de los seglares en el apostolado jer\u00e1rquico. Seg\u00fan la eclesiolog\u00eda subyacente a esta definici\u00f3n, el apostolado era competencia de los obispos y del papa en cuanto sucesores de los ap\u00f3stoles. Y ello por la naturaleza misma de la Iglesia, en la que, seg\u00fan Le\u00f3n XIII, hay que distinguir dos \u00f3rdenes: \u00ablos jefes y el pueblo\u00bb. La funci\u00f3n de los jefes es \u201cense\u00f1ar, gobernar, dirigir a los hombres en la vida, imponer reglas\u201d. La del pueblo \u2013llamado tambi\u00e9n \u00abel reba\u00f1o\u00bb\u2013 es \u201cestar sometido al primero, obedecer, ejecutar sus \u00f3rdenes y honrarle\u201d.
\nLos seglares se limitaban a ser una especie de brazo largo de la jerarqu\u00eda para llegar a los ambientes descristianizados adonde \u00e9sta no pod\u00eda llegar, pero siempre bajo su mandato.
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\nCon el concilio Vaticano II se opera una verdadera\u00a0revoluci\u00f3n copernicana<\/em>\u00a0en la concepci\u00f3n de la Iglesia cat\u00f3lica, como constataba el cardenal Suenens \u2013arzobispo de Malinas (B\u00e9lgica) y uno de los protagonistas de la renovaci\u00f3n conciliar\u2013, cinco a\u00f1os despu\u00e9s de terminar la asamblea episcopal mundial: \u201cSe ha dicho que al\u00a0invertir<\/em>\u00a0el cap\u00edtulo inicialmente previsto como tercero, para ponerlo como segundo, es decir, al tratar primero del conjunto de la Iglesia como pueblo de Dios y a continuaci\u00f3n de la jerarqu\u00eda como servicio a este pueblo, hemos hecho una revoluci\u00f3n copernicana. Creo que es verdad: esta inversi\u00f3n nos impone como una especie de constante revoluci\u00f3n mental, cuyas consecuencia no hemos terminado a\u00fan de medir\u201d[3]<\/a>.
\nSe produce, as\u00ed, un cambio de paradigma: se pasa de una Iglesia entendida como \u00absociedad jer\u00e1rquica y desigual\u00bb (san P\u00edo X) a la Iglesia como comunidad cristiana y movimiento igualitario de seguidores y seguidoras de Jes\u00fas de Nazaret el Cristo; de una Iglesia \u00absociedad perfecta\u00bb a la Iglesia pueblo de Dios que peregrina en la historia; de la Iglesia \u00abimperio cristiano\u00bb, a la Iglesia \u00abmisterio\u00bb; de la Iglesia como estructura clientelar y burocr\u00e1tica a la Iglesia sacramento de salvaci\u00f3n; de la Iglesia poder absoluto que domina el mundo, a la Iglesia servidora; de la iglesia de cristiandad instalada a la Iglesia misionera y evangelizadora; de la Iglesia santa e inmaculada a la Iglesia pecadora y necesitada de purificaci\u00f3n; de la Iglesia \u00absemper idem\u00bb a la Iglesia \u00absemper reformanda\u00bb; de la Iglesia al margen de \u2013y por encima de\u2013 los problemas del mundo, a la Iglesia solidaria de \u201clos gozos y las esperanza, las tristezas y las angustias de los hombres (y mujeres) de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren\u201d (GS 1); de la estructura autoritaria a la estructura carism\u00e1tica. La eclesialidad deja de ser monopolio de la jerarqu\u00eda y se convierte en elemento constitutivo de todo el pueblo de Dios[4]<\/a>.
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\nEl ya citado cardenal Suenens advert\u00eda en una l\u00facida intervenci\u00f3n en el aula conciliar del peligro de que el modelo eclesial\u2013carism\u00e1tico iniciado por el Vaticano II quedara sofocado por el peso de la burocracia: \u201cSe ha de evitar que la estructura jer\u00e1rquica d\u00e9 la impresi\u00f3n de un aparato administrativo, sin relaci\u00f3n interna con los dones carism\u00e1ticos del Esp\u00edritu, que ha sido derramado sobre toda la Iglesia\u201d.
\nLa nueva concepci\u00f3n incide derechamente en el modo de entender y de vivir las relaciones entre los miembros del pueblo de Dios. El acento se pone ahora en la igualdad radical de los cristianos, m\u00e1s que en las diferencias por raz\u00f3n de las funciones. La igualdad es sustancial, mientras que las diferencias en base a las funciones son accidentales.
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\nEl nuevo clima eclesial ha dado lugar a un despertar comunitario plural. Los soci\u00f3logos hablan de tres tipos de comunidades: cr\u00edticas, que cuestionan la instituci\u00f3n como marco de vivencia de la fe; c\u00e1lidas, que ponen el acento en las relaciones interpersonales; normativas, que est\u00e1n integradas en la instituci\u00f3n y siguen las pautas de ella emanadas.
\nAteni\u00e9ndonos a la situaci\u00f3n actual dentro de la Iglesia cat\u00f3lica, tres son, a mi juicio, los modelos de comunidades m\u00e1s extendidos y con mayor relevancia: comunidades eclesiales de base, comunidades neocatecumenales y comunidades carism\u00e1ticas. Entre ellos se dan importantes coincidencias. Los tres subrayan la dimensi\u00f3n comunitaria de la fe como constitutiva del ser cristiano. Reconocen la centralidad de la celebraci\u00f3n comunitaria. Fomentan la participaci\u00f3n de todos los miembros en las celebraciones. Siguen un proceso catecumenal de educaci\u00f3n en la fe y en los valores evang\u00e9licos. No reducen la fe a una mera profesi\u00f3n verbal o a una actividad intelectual, sino que pretenden hacerla realidad a trav\u00e9s del testimonio de vida. El punto de partida es la experiencia.
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\nA su vez se dan importantes diferencias en torno a puntos fundamentales como el modelo de Iglesia, la relaci\u00f3n con la jerarqu\u00eda, el protagonismo de los seglares, el lugar de las mujeres en la sociedad y en la comunidad cristiana, la forma de presencia de los cristianos en la sociedad, la espiritualidad, la teolog\u00eda que les sirve de gu\u00eda, etc. Las comunidades eclesiales de base ponen el acento en la democratizaci\u00f3n de la Iglesia y en el acceso de las mujeres a los ministerios eclesiales. Destacan la dimensi\u00f3n sociopol\u00edtica de la fe y consideran prioritario el compromiso de los cristianos con los sectores marginados a trav\u00e9s de su presencia en las organizaciones pol\u00edticas, los sindicatos, los movimientos sociales, etc. Las comunidades neocatecumenales acent\u00faan el car\u00e1cter celebrativo de la fe y la escucha de la Palabra en comunidad y son reticentes \u2013cuando no abiertamente hostiles\u2013 al compromiso sociopol\u00edtico de los cristianos. Las comunidades carism\u00e1ticas ponen el acento en el car\u00e1cter carism\u00e1tico de la Iglesia en su conjunto y de cada uno de los creyentes. La celebraci\u00f3n de la fe tiene lugar a trav\u00e9s de las asambleas de oraci\u00f3n que se desarrollan en un tono vital, festivo, libre y espont\u00e1neo. Practican las obras de misericordia corporales y espirituales.
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\nq\u00a0BIBLIOGRAF\u00cdA<\/strong>
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\n\u00a1\u00a0J.M.\u00a0CASTILLO,\u00a0La alternativa cristiana<\/em>, S\u00edgueme, Salamanca\u00a07<\/sup>1987.
\n\u00a1\u00a0J.A.\u00a0ESTRADA,\u00a0La Iglesia, \u00bfinstituci\u00f3n o carisma?<\/em>, S\u00edgueme, Salamanca 1984.
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\n <\/p>\nJuan Jos\u00e9 Tamayo<\/h3>\n
\n[1]<\/a>\u00a0R.\u00a0SCHNACKENBURG,\u00a0La Iglesia del Nuevo Testamento<\/em>, Taurus, Madrid 1965, 17.
\n[2]<\/a>\u00a0H. K\u00fcng,\u00a0El cristianismo. Esencia e historia<\/em>, Trotta, Madrid 1977, 295-530.
\n[3]<\/a>\u00a0CARD. SUENENS,\u00a0Algunas tareas teol\u00f3gicas de la hora actual,\u00a0<\/em>en:\u00a0\u00abConcilium\u00bb (diciembre 1970), 185.
\n[4]<\/a>\u00a0Y.\u00a0CONGAR-H. K\u00dcNG-O. HANLON (EDS.),\u00a0Discursos conciliares<\/em>, Cristiandad, Madrid 1964, 28.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"