{"id":11770,"date":"2001-04-01T13:01:29","date_gmt":"2001-04-01T11:01:29","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11770"},"modified":"2001-04-01T13:01:29","modified_gmt":"2001-04-01T11:01:29","slug":"identidades-culturales-e-interculturalidad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/identidades-culturales-e-interculturalidad\/","title":{"rendered":"Identidades culturales e interculturalidad"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE DE AUTOR:\u00a0\u00c0ngel Casti\u00f1eira<\/strong>\u00a0es profesor de \u00c9tica y Filosof\u00eda Social de \u00abESADE\u00bb (Barcelona).<\/em>
\n\u00a0<\/em>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO:<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nTanto el pluralismo como el choque que se produce hoy entre la l\u00f3gica de la movilidad que impulsa el mercado y la necesaria l\u00f3gica de la identidad que ha orientar la vida de las comunidades humanas est\u00e1n haciendo que \u00abnuestras identidades sean, cada vez m\u00e1s, identidades complejas\u00bb.\u00a0\u00a0A la hora de encarar el tema de la interculturalidad, entonces, hay que encarar las dos cuestiones que analiza el art\u00edculo: la identidad y diferenciaci\u00f3n entre los propios espa\u00f1oles y \u00abqu\u00e9 tipo de tratamiento tendremos que dar a los inmigrantes\u00bb. Este \u00faltimo es el aspecto que el autor analiza m\u00e1s detalladamente, desde las perspectivas jur\u00eddo-pol\u00edtica, socioecon\u00f3mica y cultural.
\n 
\nA partir de los a\u00f1os ochenta empiezan a aparecer en Espa\u00f1a, de forma lenta pero continuada, las migraciones exteriores. Est\u00e1n presentes las culturas de varios pa\u00edses africanos, en especial magreb\u00edes, y latinoamericanos. Esto quiere decir que se est\u00e1 constituyendo una sociedad que empieza a presentar una diversidad \u00e9tnica, ling\u00fc\u00edstica y religiosa dif\u00edcilmente integrable, que reclamar\u00e1 a buen seguro que se definan e implementen pol\u00edticas p\u00fablicas de gesti\u00f3n del pluralismo que permitan acomodar las diferencias culturales.
\nPor otro lado, y a consecuencia del fen\u00f3meno de la globalizaci\u00f3n, nunca los intercambios culturales, la vecindad universal, la influencia externa y los peligros del colonialismo practicado por las grandes potencias culturales, y sobre todo por las grandes industrias culturales transnacionales y por los\u00a0mass media,<\/em>\u00a0han sido tan grandes y temibles como hoy.
\n 
\nAl tiempo que el mundo tiende a la unificaci\u00f3n, y mientras se unifican los mercados de capitales y los h\u00e1bitos de un conjunto de n\u00f3madas cosmopolitas (hombres de negocios, pol\u00edticos, turistas, periodistas, investigadores, etc.), tambi\u00e9n hay un despertar de la conciencia de identidad de los pueblos y los colectivos que han constituido los estados-naci\u00f3n y que a menudo han vivido bajo el disfraz de una uniformidad inventada o impuesta.
\nNo cabe duda de que algunos de estos resurgimientos de las identidades singulares (como algunos fundamentalismos religiosos y nacionalismos \u00e9tnicos) significan un cierto retroceso hacia formas premodernas de pertenencia. Pero asimismo muchas de las manifestaciones multiculturales actuales que reclaman el derecho a la diferencia y colectivos como las mujeres, los inmigrantes, las naciones sin Estado, las minor\u00edas ling\u00fc\u00edsticas y religiosas, los grupos ind\u00edgenas minorizados, etc. representan en realidad un desaf\u00edo progresista (y posmoderno) al viejo cors\u00e9 del Estado-naci\u00f3n liberal moderno y a la misma l\u00f3gica globalizadora de la econom\u00eda.
\n 
\n1. L\u00f3gica de la movilidad y de la identidad
\n 
\nContra la l\u00f3gica de la movilidad resurge la l\u00f3gica de la identidad. En palabras de Vicente Verd\u00fa, \u201cAl mercado le conviene la movilidad, la circulaci\u00f3n, la ligereza, pero a las comunidades les es sustantivo el arraigo, la gravedad de su memoria, el peso de su tradici\u00f3n. Efectivamente, al mercado le aprovecha la fluidez, el intercambio, la permuta, pero las colectividades humanas necesitan la solidez e inconvertibilidad de sus s\u00edmbolos\u201d. El mismo remolino que acelera la integraci\u00f3n y la mezcla de culturas, de informaciones y de consumos provoca el miedo a la desposesi\u00f3n de las identidades, el repliegue defensivo a categor\u00edas fundamentales no negociables y la reafirmaci\u00f3n de la propia tradici\u00f3n cultural.
\nLa unificaci\u00f3n del mundo acent\u00faa la lucha por la (re)definici\u00f3n identitaria en el seno de las culturas y de las sociedades. En esta actitud no hay tanto (o no s\u00f3lo) la voluntad de seguir manteniendo (invariablemente) nuestros rasgos culturales, sino la de actualizar y verbalizar \u2013desde la perplejidad\u2013 lo que ahora somos o podemos ser:\u00a0\u00bfQu\u00e9 significa tener una nacionalidad en la actualidad? \u00bfDebemos tener una o m\u00faltiples identidades? \u00bfSer\u00e1n estas identidades compatibles?<\/em>
\n 
\nA partir de estos nuevos cambios, muchos estados se ven hoy impulsados a una profunda reforma. Los estados-naci\u00f3n se ven obligados a abandonar sus viejas pretensiones de ser una unidad homog\u00e9nea; deben reconocer que su paraguas cobija en realidad una asociaci\u00f3n plural en la que las diferentes comunidades culturales y nacionales que en ella se re\u00fanen aspiran a participar en el poder sin diluirse en un molde com\u00fan. Los nuevos estados plurales y progresistas tendr\u00e1n que defender a la vez tanto el derecho moderno a la igualdad como el derecho postmoderno a la diferencia.
\n 
\nEl proceso de interculturalidad, tal y como fue practicado durante d\u00e9cadas, necesita de una profunda redefinici\u00f3n. Entre la movilidad total del mercado y el integrismo identitario defensivo premoderno tendremos que aprender a concebir nuevas formas de identidad m\u00e1s complejas y a la vez nuevas f\u00f3rmulas de recepci\u00f3n e integraci\u00f3n del otro. Esta es, necesariamente, una tarea delicada de mediaci\u00f3n entre las culturas para conseguir designar los aspectos comunes y aprender progresivamente a generar formas de entusiasmo que eviten las experiencias traum\u00e1ticas por ambas partes.
\n 
\nHoy en d\u00eda, la movilidad urbana y social, los cambios culturales y los acontecimientos hist\u00f3ricos, el abandono de unos roles y la asunci\u00f3n de otros nuevos, hacen que se debilite el v\u00ednculo cultural entre tradici\u00f3n hist\u00f3rica y lealtad, porque la identidad humana est\u00e1 ahora m\u00e1s abierta. La nueva situaci\u00f3n de pluralismo, que afecta a la totalidad de los pa\u00edses occidentales, hace que nuestras identidades sean, cada vez m\u00e1s, identidades complejas. El hecho de que hoy tendemos a construir identidades complejas permite imaginar a la vez, desde el pluralismo cultural, la pr\u00e1ctica de las lealtades compartidas.
\n 
\nAhora bien, esta constataci\u00f3n de los nuevos procesos de liberalizaci\u00f3n, modernizaci\u00f3n y aumento de la movilidad no deber\u00eda llevarnos a una concepci\u00f3n desenfadada del cosmopolitismo. Conviene recordar que los traslados interculturales son infrecuentes, dif\u00edciles y a menudo costosos. Estamos hablando m\u00e1s bien de una mayor interactividad y porosidad entre las culturas. Podemos pertenecer a varios lugares y a varias comunidades a la vez, podemos utilizar varias lenguas para comunicarnos, podemos intentar conciliar distintas tradiciones, incluso podemos practicar un cierto \u00abbricolaje\u00bb cultural. La pertenencia m\u00faltiple nos conduce al ejercicio de relaciones flexibles y modulables con las diferentes comunidades con las cuales mantenemos vinculaciones.
\n 
\nLo que parece dif\u00edcil de aceptar, en cambio, es que el precio a pagar por un supuesto universalismo o cosmopolitismo sea la difuminaci\u00f3n de nuestras identidades culturales y nacionales diferenciales. Para que haya di\u00e1logo intercultural y respeto a las diferencias primero tiene que existir el reconocimiento del derecho a ser, a tener una identidad propia, a poder utilizar la propia lengua, a practicar unos valores, a disponer de una simbolog\u00eda compartida, y a aspirar no solo a \u00abconservarla\u00bb en el presente, sino a poderla transmitir creativamente a las generaciones futuras.
\nLas identidades culturales y nacionales de los pueblos no se ven satisfechas con medidas de discriminaci\u00f3n positiva que pretendan favorecer\u00a0transitoriamente\u00a0<\/em>las injusticias o desigualdades cometidas contra ellas, sino que aspiran m\u00e1s bien a la reafirmaci\u00f3n\u00a0permanente<\/em>\u00a0de su existencia y a la propia transmisi\u00f3n y recreaci\u00f3n de sus rasgos caracter\u00edsticos. El conocimiento y respeto de estas aspiraciones es probablemente uno de los primeros deberes c\u00edvicos de cualquier agente educador y socializador.
\n 
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n

    \n
  1. \u00bfC\u00f3mo gestionar la diversidad? \u00bfC\u00f3mo acoger la diferencia?<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nNo solo las administraciones e instituciones p\u00fablicas est\u00e1n hoy obligadas a (re)definir un modelo de interculturalidad. Tambi\u00e9n las asociaciones culturales, educativas, religiosas, deportivas, de ocio, as\u00ed como las organizaciones empresariales, sindicales, etc. se ven afectadas por el pluralismo cultural. A pesar de que la presencia extranjera responda todav\u00eda a una desigual distribuci\u00f3n territorial, cada vez ser\u00e1n m\u00e1s abundantes los signos visibles de esta presencia. A diferencia de lo que ocurre con el turismo, esta situaci\u00f3n no ser\u00e1 provisional, sino que se ir\u00e1 reafirmando como una presencia permanente.
    \nTendremos que aprender a vivir con el extranjero, a contemplar a nuestro alrededor la diferencia del otro (de raza, de indumentaria, de lengua, de concepci\u00f3n de la vida), a incorporar la peculiaridad de alguna de estas diferencias (comedores escolares con dietas especiales, asignatura de religi\u00f3n isl\u00e1mica, venta y consumo de productos ex\u00f3ticos, apertura de nuevos espacios religiosos como mezquitas o sinagogas, cementerios musulmanes, parejas y matrimonios\u00a0mixtos<\/em>, reconocimiento laboral de determinados preceptos religiosos como el ramad\u00e1n, etc.).
    \n 
    \nLa pregunta \u00ab\u00bfQu\u00e9 tipo de tratamiento deberemos dar a los inmigrantes?\u00bb es de las que obligan a pensar nuestra realidad no como el eterno retorno de problemas heredados, sino como un desaf\u00edo a nuestro proyecto de futuro. Nos jugamos el hecho de aprender a crear mecanismos que favorezcan la\u00a0inclusi\u00f3n\u00a0<\/em>del otro o, por el contrario, a practicar su\u00a0exclusi\u00f3n<\/em>, es decir, a aceptar como buenas ciertas actitudes que nieguen el acceso del otro a una forma de identidad colectiva (la nuestra) o que impongan, como peaje de inclusi\u00f3n, la anulaci\u00f3n o diluci\u00f3n de su diferencia. Las nuevas condiciones del pluralismo cultural nos obligan a practicar, en cambio, combinaciones mucho m\u00e1s complejas; combinaciones, nos atrever\u00edamos a decir, de doble direcci\u00f3n. Tendremos que respetar la\u00a0diferenciaci\u00f3n<\/em>\u00a0de los id\u00e9nticos y tendremos que reconocer y promocionar la\u00a0identificaci\u00f3n<\/em>\u00a0de los diferentes.
    \n 
    \n <\/p>\n

      \n
    1. La<\/strong>\u00ab<\/strong>diferenciaci\u00f3n<\/strong>\u00bb<\/strong>de los id\u00e9nticos<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nDe momento, y por las razones hist\u00f3ricas antes expuestas, este es sin duda el reto m\u00e1s f\u00e1cil de alcanzar en nuestro territorio. De una manera aproximativa e inevitablemente inexacta podr\u00edamos decir que en nuestro pa\u00eds hay unos m\u00ednimos comunes denominadores identitarios ampliamente compartidos.
      \nY, por otra parte, hay una amplia gama de rasgos diferenciales de ciudadanos y grupos que simplemente se acomodan (o, en su defecto, reclaman\/negocian el reconocimiento de su acomodaci\u00f3n) al sistema b\u00e1sico de convivencia o, con diversas gradaciones, comparten lealtades con otras realidades pol\u00edticas y culturales.
      \n 
      \nAunque\u00a0de iure<\/em>\u00a0no sea as\u00ed,\u00a0de facto<\/em>\u00a0Espa\u00f1a puede considerarse ya un Estado\u00a0plurinacional<\/em>\u00a0y\u00a0pluricultural<\/em>\u00a0en donde, con dificultades, se intenta practicar la convivencia en la diversidad m\u00e1s que la simple coexistencia. Los individuos no deben ser tratados como simples o exclusivos portadores de identidades colectivas \u2014ni por el Estado ni por las Comunidades Aut\u00f3nomas\u2014 (ello implicar\u00eda, en la pr\u00e1ctica, el peligroso ejercicio de un cierto colectivismo), sino que deben ser considerados como personalidades con capacidad para definir su propia identidad y sus objetivos vitales. No se puede ejercer sobre ellos restricci\u00f3n de las libertades ni ning\u00fan tipo de opresi\u00f3n en aras de determinados valores colectivos o determinadas formas de vida. En cualquier caso, no deber\u00eda haber sobre ellos m\u00e1s \u00abopresi\u00f3n\u00bb que la que toda autoridad liberal democr\u00e1tica impone a cualquier ciudadano para el cumplimiento estricto de los deberes c\u00edvicos b\u00e1sicos.
      \n 
      \nEs previsible, pues, que esta\u00a0diferenciaci\u00f3n<\/em>\u00a0de los id\u00e9nticos contin\u00fae oscilando entre, por un lado, el leg\u00edtimo fortalecimiento o protecci\u00f3n institucional de aquellas formas de vida que hasta el momento los ciudadanos han escogido (y que constituyen lo que hemos llamado los \u00abm\u00ednimos comunes denominadores identitarios\u00bb) y, por el otro, la no resistencia institucional a la modulaci\u00f3n y experimentaci\u00f3n de opciones de vida alternativas propuestas por los ciudadanos, para el disfrute de las oportunidades vitales que se ofrecen como resultado de la interacci\u00f3n y\/o el aprendizaje de otras culturas. De momento, en el Estado espa\u00f1ol, esto parece m\u00e1s f\u00e1cil en el plano (pluri)cultural que en el plano (pluri)nacional.
      \n 
      \nEste doble registro no afecta solo a las administraciones p\u00fablicas. Tambi\u00e9n las asociaciones y entidades culturales deber\u00e1n saber compatibilizar en sus pr\u00e1cticas un criterio decidido de arraigo al pa\u00eds y un criterio de tolerancia hacia la experimentaci\u00f3n de formas de vida alternativas por parte de sus miembros.
      \nEs muy tentador aducir que la defensa liberal de la\u00a0diferenciaci\u00f3n<\/em>\u00a0de los id\u00e9nticos (o de la vivencia multicultural, o de la influencia globalizadora) puede comportar el \u00abpeligro\u00bb (sin duda real) de que se difuminen los sentimientos de identidad cultural. El error del \u00abcosmopolitismo desenfadado\u00bb (algunos lo denominan \u00abcosmopaletismo\u00bb) reside en creer que una vivencia multicultural significa trascender la cultura propia y, por lo tanto, terminar por no pertenecer a ning\u00fan lugar.
      \nLa\u00a0diferenciaci\u00f3n<\/em>\u00a0de los id\u00e9nticos como producto del pluralismo cultural significa, por el contrario, gozar de plena libertad para desenvolverse uno mismo\u00a0dentro\u00a0<\/em>de la cultura propia, para poderse distanciar cr\u00edticamente de determinados roles culturales y escoger aquellas caracter\u00edsticas de la cultura que creamos que merece la pena desarrollar o que, por el contrario, queramos rechazar. Podemos optar por formas de vida muy diferentes, pero ello no significa necesariamente que tengamos que travestirnos.
      \n 
      \n <\/p>\n

        \n
      1. La<\/strong>\u00ab<\/strong>identificaci\u00f3n<\/strong>\u00bb<\/strong>de los diferentes<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nAhora es el momento de volver a formular la pregunta planteada anteriormente: \u00ab\u00bfQu\u00e9 tipo de tratamiento tendremos que dar a los inmigrantes?\u00bb. Esta pregunta puede contestarse en varios niveles. Consideraremos b\u00e1sicamente tres: el nivel jur\u00eddico-pol\u00edtico, el nivel socioecon\u00f3mico y el nivel cultural, concediendo especial atenci\u00f3n al tercero.
        \n 
        \nq\u00a0Respuesta jur\u00eddico-pol\u00edtica<\/strong>
        \n 
        \nEl\u00a0<\/strong>nivel jur\u00eddico-pol\u00edtico<\/em>\u00a0requiere poner en pr\u00e1ctica el\u00a0principio del<\/em>\u00a0reconocimiento<\/em>. Para favorecer una acomodaci\u00f3n cultural b\u00e1sica (o m\u00ednima) no podemos hoy utilizar un modelo de recepci\u00f3n pol\u00edtico-cultural basado en la asimilaci\u00f3n impuesta, en la segregaci\u00f3n de grupos minoritarios o, menos todav\u00eda, en la exterminaci\u00f3n. Como ya hemos justificado suficientemente, la uniformidad cultural obtenida a partir del sacrificio de las diferencias (internas del grupo, o externas) es incompatible con la vivencia de un pluralismo cultural ampliamente deseado y valorado.
        \n 
        \nEl punto de partida jur\u00eddico-pol\u00edtico, entonces, ha de ser \u2014junto con la promoci\u00f3n de la propia identidad territorial colectiva y de la defensa de sus principales elementos generadores\u2014 el reconocimiento\u00a0activo<\/em>\u00a0del car\u00e1cter valioso de otras tradiciones culturales. Merece la pena volver a insistir en los dos puntos mencionados.
        \nPor un lado, las comunidades pol\u00edticas han de poder ejercer el derecho a decidir las pol\u00edticas de admisi\u00f3n y acceso de los inmigrantes bas\u00e1ndose fundamentalmente en los principios democr\u00e1ticos inspiradores de su constituci\u00f3n, en las obligaciones morales de acogida que nos vinculan con los dem\u00e1s e incluso, en su caso, en la disponibilidad de recursos con los que cuentan o en el mantenimiento de un grado b\u00e1sico de seguridad de los derechos de los ciudadanos.
        \nY, por otro lado, lo que tienen que percibir aquellos grupos culturales que concurran en nuestra sociedad es que se les reconoce, como un bien primario, la pertenencia a su grupo; que el respeto a su autonom\u00eda individual incluye los rasgos culturales espec\u00edficos que caracterizan su vida, a excepci\u00f3n de aquellos que atentaran directamente contra los principios b\u00e1sicos de convivencia del pa\u00eds de acogida; que la identidad de su grupo minoritario ser\u00e1 considerada igualmente, tratada igualmente; que tendr\u00e1, en definitiva, una misma igualdad en la diversidad. O, dicho de otra forma, que el reconocimiento de su estatuto jur\u00eddico no quedar\u00e1 satisfecho \u00fanicamente con la referencia a los derechos individuales, sino que adem\u00e1s se tendr\u00e1n en cuenta sus peculiaridades culturales.
        \n 
        \nEl\u00a0principio del reconocimiento\u00a0<\/em>implica, por lo tanto, que no habr\u00e1 solo un (buen) tratamiento jur\u00eddico para los\u00a0individuos<\/em>\u00a0pertenecientes a minor\u00edas, sino que se valorar\u00e1 tambi\u00e9n la dimensi\u00f3n\u00a0colectiva<\/em>, cultural, a la cual pertenecen. De forma an\u00e1loga, el\u00a0principio de reconocimiento\u00a0<\/em>implica que esta pertenencia grupal no deber\u00e1 dificultar el acceso de los individuos inmigrantes a la plena ciudadan\u00eda y a la titularidad y disfrute de los derechos que de ella se derivan. En definitiva, que no quedaran \u00abexcluidos\u00bb. As\u00ed pues, dentro de la din\u00e1mica de identidades m\u00faltiples o compartidas derivada de la nueva situaci\u00f3n de pluralismo cultural es posible imaginar para el futuro la coexistencia y articulaci\u00f3n no conflictiva entre una identidad colectiva ampliamente compartida y varias identidades culturales grupales o particulares. Este equilibrio de pertenencias y lealtades ser\u00e1 siempre, inevitablemente, inestable y abierto a nuevas formulaciones, pero no cabe duda de que se aproximar\u00e1 m\u00e1s a una pol\u00edtica de respeto a los derechos humanos que los modelos asimilacionistas, segregacionistas o genocidas del pasado.
        \n 
        \nq\u00a0Respuesta socioecon\u00f3mica<\/strong>
        \n 
        \nEl\u00a0<\/strong>nivel socioecon\u00f3mico<\/em>\u00a0deber\u00eda responder al\u00a0principio de integraci\u00f3n<\/em>\u00a0en sus diferentes grados de acogida. La plena convivencia dentro de una sociedad debe promover el acceso homog\u00e9neo a servicios que nosotros consideramos b\u00e1sicos, tales como el escolar, el de la vivienda, el laboral o el sanitario, y permitir y promocionar la participaci\u00f3n y la relaci\u00f3n en los diversos \u00e1mbitos sociales. Todo ello comporta decisiones pol\u00edticas, pero no se reduce tan solo a estas, puesto que depender\u00e1 en gran parte de los ciudadanos, de las asociaciones y de las organizaciones y del trato que quieran dar a los inmigrantes para que no ocupen siempre una posici\u00f3n subordinada en la estructura social. El rechazo del principio de integraci\u00f3n y la falta de \u00e1mbitos en los cuales promoverlo contribuye sin duda a identificar la diferencia con la marginalidad y la exclusi\u00f3n.
        \n 
        \nA mi modo de ver, la actual ley de extranjer\u00eda aprobada por el Gobierno espa\u00f1ol no permite poner en pr\u00e1ctica satisfactoriamente ni el principio de reconocimiento ni el principio de integraci\u00f3n.
        \n 
        \nq\u00a0Respuesta cultural<\/strong>
        \n 
        \nPor \u00faltimo, el\u00a0<\/strong>nivel cultural<\/em>\u00a0es propiamente el que pone en juego el\u00a0principio de identificaci\u00f3n<\/em>. La identidad cultural del inmigrante (aquello que en relaci\u00f3n con nosotros constituye su diferencia) ha de respetarse, pero tambi\u00e9n hay que promover su progresiva identificaci\u00f3n c\u00edvico-nacional con el pa\u00eds de acogida. El rechazo del\u00a0principio de identificaci\u00f3n<\/em>\u00a0se manifiesta a partir de dos extremos opuestos, el de la asimilaci\u00f3n conformadora y coercitiva a cualquier precio y el de la segregaci\u00f3n. Sin embargo, ni el acceso al trabajo (a menudo precario) puede ser un chantaje para exigir al inmigrante la sumisi\u00f3n cultural, ni la integraci\u00f3n socioecon\u00f3mica y laboral del inmigrante puede legitimar la exclusi\u00f3n cultural que a menudo algunos de ellos practican.
        \n 
        \nEl tratamiento del nivel cultural es especialmente importante porque la identidad ciudadana moderna no se define en t\u00e9rminos de raza, sino de pertenencia e identificaci\u00f3n con una cultura societaria. Aqu\u00ed reside una clave, a menudo desatendida, que en cambio permite una lectura muy amplia de la acogida. El principio de identificaci\u00f3n no tiene en cuenta tanto el marco de procedencia como la voluntad del sujeto de aceptar la invitaci\u00f3n o el reto de inscribirse en un nuevo horizonte c\u00edvico: el de la comunidad que lo acoge. Esta integraci\u00f3n identificacional conseguir\u00eda que todas las partes se sintieran copart\u00edcipes en la construcci\u00f3n de una historia y de una sociedad comunes que segregar\u00eda una cultura tambi\u00e9n com\u00fan, un bien com\u00fan compartido. De esta manera se conseguir\u00eda realizar el viejo sue\u00f1o de la ciudadan\u00eda republicana expresado por Tocqueville cuando dec\u00eda que\u00a0\u201ctal vez el \u00fanico medio para interesar a los hombres en la suerte de su [nueva] patria sea el de hacerles participar en su gobierno\u201d.
        \n 
        \nAhora bien, esta no es una invitaci\u00f3n pasiva del tipo\u00a0\u00abdecide si quieres ser ciudadano o no, pero no hay posibilidad de negociaci\u00f3n\u00bb<\/em>. Tanto nuestra identidad personal (la de cada persona, sea o no inmigrante) como la cultura de un colectivo se construyen en la actualidad a trav\u00e9s de un proceso din\u00e1mico que incorpora una cierta reflexibilidad. Esta visi\u00f3n din\u00e1mica y construccionista de las identidades permite la interacci\u00f3n, el influjo mutuo, la reapropiaci\u00f3n original de rasgos diferentes, la reelaboraci\u00f3n abierta de diferentes tradiciones, la participaci\u00f3n con voz y melod\u00eda propias.
        \n 
        \nQuerer compartir un nuevo horizonte c\u00edvico supone, adem\u00e1s de gozar de un conjunto de derechos, asumir tambi\u00e9n un compromiso, aceptar unas condiciones de admisi\u00f3n a la comunidad pol\u00edtica, incorporar un conjunto de deberes sociales que se correspondan progresivamente con el esfuerzo integrador realizado por la comunidad de acogida. Este compromiso no representa una homogeneidad cultural, pero s\u00ed la aceptaci\u00f3n del marco legal y de los principios pol\u00edticos b\u00e1sicos de esta colectividad, as\u00ed como tambi\u00e9n participar en sus instituciones y la disposici\u00f3n a conocer la lengua y la cultura de la nueva sociedad.
        \nLa mayor parte de las democracias occidentales no aceptan que los inmigrantes procedentes de pa\u00edses cuyas pr\u00e1cticas tradicionales implican la restricci\u00f3n de derechos b\u00e1sicos de sus propios miembros las puedan seguir ejerciendo en su nuevo pa\u00eds de acogida. Concertar matrimonios forzados, ejercer la discriminaci\u00f3n sexual en la educaci\u00f3n o repudiar unilateralmente a la mujer, por ejemplo, no tienen reconocimiento legal en los pa\u00edses occidentales y tampoco deber\u00edan poder tenerlo en el nuestro. Estas restricciones deben ser aceptadas por todos aquellos inmigrantes que quieran incorporarse a una nueva comunidad cultural, al menos en dos niveles.
        \n 
        \nEn un primer nivel, los inmigrantes tendr\u00e1n que aceptar compartir con nosotros los principios normativos b\u00e1sicos para el desarrollo de una vida pol\u00edtica propia de una democracia constitucional como la nuestra. En un segundo nivel, deber\u00edan identificarse tambi\u00e9n gradualmente con la misma \u00abimpregnaci\u00f3n o conformaci\u00f3n \u00e9tico-cultural\u00bb que se deriva del nuestro Estado de derecho y de nuestro proceso democr\u00e1tico legislativo. En caso contrario, tendr\u00eda raz\u00f3n Giovanni Sartori al preguntarse:\u00a0\u201c\u00bfPuede una comunidad sobrevivir fraccionada en subcomunidades que son, en concreto, contracomunidades que llegan a rechazar las reglas que constituyen un convivir comunitario?\u201d.\u00a0Responder a esta pregunta hoy significa reconocer que tambi\u00e9n la comunidad pluralista tiene unos l\u00edmites. Y esta es probablemente la paradoja del presente: en nombre del pluralismo no podemos aceptar a aquellos inmigrantes que claramente se propongan permanecer totalmente \u00abextra\u00f1os\u00bb a la comunidad de la que entran a formar parte, porque esta actitud ataca directamente al esp\u00edritu del pluralismo, que no es otro que asumir, en un grado o en otro, y a pesar de la diferencia, el\u00a0principio de identificaci\u00f3n<\/em>.\u00a0n
        \n <\/p>\n

        \u00c0ngel Casti\u00f1eira<\/h5>\n

        estudios@misionjoven.org
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        [vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE DE AUTOR:\u00a0\u00c0ngel Casti\u00f1eira\u00a0es profesor de \u00c9tica y Filosof\u00eda Social de \u00abESADE\u00bb (Barcelona). \u00a0 S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO: \u00a0 Tanto el pluralismo como el choque que se produce hoy entre la l\u00f3gica de la movilidad que impulsa el mercado y la necesaria l\u00f3gica de la identidad que ha orientar la vida de las comunidades humanas est\u00e1n […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[120,584,582,94],"tags":[],"class_list":["post-11770","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2001-mision-joven-2","category-angel-castineira","category-estudios-291","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11770","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11770"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11770\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11770"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11770"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11770"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}