{"id":11781,"date":"2001-03-01T15:49:35","date_gmt":"2001-03-01T13:49:35","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11781"},"modified":"2001-03-01T15:49:35","modified_gmt":"2001-03-01T13:49:35","slug":"identidad-creyente-de-los-jovenes-espanoles","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/identidad-creyente-de-los-jovenes-espanoles\/","title":{"rendered":"\u00abIdentidad creyente\u00bb de los j\u00f3venes espa\u00f1oles"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE DE AUTOR:
\nJos\u00e9 Luis Moral<\/strong>\u00a0es director del Instituto Superior de Teolog\u00eda \u00abDon Bosco\u00bb (Madrid) y de\u00a0<\/em>Misi\u00f3n Joven<\/strong>.
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO:
\nLos j\u00f3venes espa\u00f1oles son cada vez menos religiosos. De por s\u00ed, eso no significa que sean menos creyentes. Es m\u00e1s, quiz\u00e1 el problema radique m\u00e1s en la pobre \u00abidentidad religiosa\u00bb existente en nuestra sociedad que en el propio sentimiento religioso de los j\u00f3venes. Por ah\u00ed discurre la tesis del art\u00edculo, postulando en conclusi\u00f3n un \u00abcristianismo humanitario y aut\u00f3nomo\u00bb como la identidad b\u00e1sica con la que sintonizar\u00edan, de uno u otro modo, las nuevas generaciones.
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\nLos j\u00f3venes espa\u00f1oles, seg\u00fan todos los indicios, son cada vez menos religiosos. Una de las claves explicativas fundamentales de tal hecho la tiene el contexto social. Antes de nada, el legado de los adultos a las nuevas generaciones, en general, ofrece un manifiesto desinter\u00e9s por la religi\u00f3n y el sentido. Pero es que, incluso, la integraci\u00f3n espa\u00f1ola en los llamados procesos de modernizaci\u00f3n, cuando de la cuesti\u00f3n religiosa se trata, ha dejado boquiabiertos a los m\u00e1s entendidos. \u00ab\u00bfQu\u00e9 pasa en Espa\u00f1a con la religi\u00f3n?\u00bb es un interrogante recurrente en los foros sociol\u00f3gicos internacionales. Y pasa que, con una rapidez espectacular, \u00ablo religioso\u00bb ha dejado de formar parte del \u00abmundo dado por supuesto\u00bb\u00a0(T. Luckmann).<\/em>
\nCasi de la noche a la ma\u00f1ana, el antiguo catolicismo espa\u00f1ol \u2014aquella \u00abreserva espiritual\u00bb que, supuestamente y en alguna medida, nos acompa\u00f1ar\u00eda al producirse el cambio democr\u00e1tico\u2014 ha desaparecido (\u00bfdiluido?) como azucarillo en el caf\u00e9 de los nuevos tiempos. Encima, por muchas razones \u2014en las que no es posible detenernos\u2014 y para mayor\u00a0inri,\u00a0<\/em>dicha extinci\u00f3n nos ha dejado unos posos amargos que, en gran medida, impiden alcanzar una \u00abidentidad creyente\u00bb a la altura de los tiempos y conciencia del hombre actual.
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\nAs\u00ed, nos dicen A. Tornos y R. Aparicio[1]<\/a>\u00a0que la fe religiosa, en el mejor de los casos, es concebida en Espa\u00f1a como una forma de pensar m\u00e1s que de actuar; un pensar, por lo dem\u00e1s, destinado al consumo privado y susceptible de inspirar, como mucho, ciertas conductas que poco conciernen a los dem\u00e1s. En esta espa\u00f1ola \u00abprivatizaci\u00f3n de la religi\u00f3n\u00bb, el factor religioso no s\u00f3lo no forma ya parte de las evidencias colectivas sino que, incluso, cualquier exteriorizaci\u00f3n de las convicciones religiosas se tiende a interpretar en claves de un cierto fanatismo.
\nAl hombre de la calle, en definitiva y por una parte, ya no le extra\u00f1a que se prescinda de Dios y de la religi\u00f3n; por otra, la Iglesia le resulta cada vez m\u00e1s anacr\u00f3nica y reaccionaria contra las posibilidades humanas de una aut\u00f3noma y creativa organizaci\u00f3n de la vida. Para estos hombres, para los j\u00f3venes de hoy en particular, la estructura interna de la Iglesia, el ejercicio de la autoridad dentro de ella, el sistema de creencias y normas que promueve, el lenguaje y razonamientos empleados, etc., adolecen de credibilidad, por indicarlo amablemente.
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\nLas reflexiones que siguen se detienen a describir \u2014desde la \u00f3ptica de la sociolog\u00eda del conocimiento, casi exclusivamente\u2014 la \u00abidentidad creyente\u00bb de los j\u00f3venes en el contexto espa\u00f1ol, postulando en consecuencia una de las l\u00edneas b\u00e1sicas que ha de seguir la praxis cristiana con ellos. De ese modo, proporcionamos un marco espec\u00edfico donde situar el asunto de la oraci\u00f3n del que se ocupa el resto de estudios.
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  1. \u00abIdentidad religiosa\u00bb y construcci\u00f3n social de la realidad<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nPocas dudas nos quedan sobre el tema: aunque no sea ni deba ser s\u00f3lo eso, la realidad es una construcci\u00f3n social. De ah\u00ed que, en las llamadas\u00a0negociaciones<\/em>\u00a0de la identidad y del significado, cada cual va configurando su propia persona en referencia directa a las representaciones sociales que definen las distintas realidades con las que puede construirse un ser humano. En el caso de la identidad religiosa, por lo mismo, todos la\u00a0adquirimos<\/em>\u00a0a trav\u00e9s del \u00abimaginario colectivo\u00bb en el que encontramos los apoyos o estructuras que nos la hacen \u00abplausible\u00bb
    [2]<\/a>.
    \nAntes de seguir, desmenucemos brevemente los conceptos. El\u00a0imaginario colectivo<\/em>\u00a0vendr\u00eda a ser el conjunto de representaciones e interpretaciones sociales, en el caso del imaginario religioso, vinculadas a la religi\u00f3n. Un conjunto en el que entran im\u00e1genes, s\u00edmbolos, ritos, definiciones, frases, personas y costumbres.
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    \nLa\u00a0plausibilidad,<\/em>\u00a0a su vez, se refiere a cuanto podemos pensar, imaginar, buscar, etc., por disponer de base o soporte social, esto es, por contar con referencias o apoyaturas que nos permiten entender cuanto pensamos, imaginamos o buscamos. En principio, entonces, la plausibilidad de las ideas \u2014especialmente aquellas que sostienen las convicciones y creencias personales\u2014 no dependen de ellas mismas, sino de encontrar en la sociedad y en la cultura los apoyos (o estructuras de plausibilidad) necesarios.
    \nLa identidad social, adem\u00e1s, comporta ser \u00abalguien\u00bb en el trato corriente. El que una persona sea m\u00e9dico da lugar, sin m\u00e1s, a que los dem\u00e1s se formen una idea de qui\u00e9n es uno. Desde esta perspectiva, la identidad cristiana que tiene una sociedad concreta conduce a tratar a los creyentes de un modo peculiar, lo mismo que impulsa a \u00e9stos \u00faltimos a manifestarse para confirmar, rechazar o esconder tal identidad.
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    \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a01.1. La construcci\u00f3n de la \u00abidentidad cristiana\u00bb<\/strong>
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    \nVayamos a algo un poco m\u00e1s gr\u00e1fico. Supongamos que, para ayudar a los j\u00f3venes a ser de verdad personas cristianas, les proponemos el camino del \u00aburxeyaz\u00bb. En principio y puesto que nos acabamos de inventar la\u00a0palabreja,<\/em>\u00a0por m\u00e1s esfuerzos que hicieran, nada o casi nada podr\u00edan entender de dicho camino. Ahora bien, trat\u00e1ndose de un \u00abcamino cristiano\u00bb, s\u00ed cuentan con referentes para imaginar de qu\u00e9 se trata. Es m\u00e1s, por mucho que nos esforz\u00e1ramos en explicar lo nuevo y espec\u00edfico del\u00a0urxeyaz,<\/em>\u00a0seguir\u00edan comprendi\u00e9ndolo seg\u00fan las distintas formas sociales \u2014los soportes o estructuras de plausibilidad\u2014 con las que se entienden y aparecen los otros caminos cristianos.
    \nSi, por un casual, ese bendito \u00abrecorrido urxeyaz\u00bb incluyera como centro de orientaci\u00f3n pr\u00e1ctica las relaciones internas de la Trinidad, nos encontrar\u00edamos que los j\u00f3venes llegar\u00edan a entender, a lo sumo, aquellas ideas que socialmente son m\u00e1s comunes al respecto: Dios como Padre o Jes\u00fas como amigo y poco m\u00e1s. Supongamos tambi\u00e9n que, al explicar dicho centro, subray\u00e1ramos particularmente la necesidad de ser fieles en las relaciones con los dem\u00e1s a las relaciones trinitarias, en tal caso \u2014puesto que la sociedad actual no admite que la religi\u00f3n rija las relaciones p\u00fablicas y mantiene muy serias prevenciones contra todo cuanto pueda sonar a fanatismo o puritanismo\u2014 dif\u00edcilmente se admitir\u00eda un desarrollo en ese sentido.
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    \nEn suma, cuanto com\u00fanmente se supone socialmente que significa la identidad cristiana, sea o no teol\u00f3gicamente correcto, funciona como el primer significado que gu\u00eda a las personas en la construcci\u00f3n de su propia identidad, bien para admitirlo o bien para rechazarlo. As\u00ed que, en un caso extremo que \u2014por desgracia\u2014 no es ajeno a la vida de los j\u00f3venes, cuando ser creyente termina por entenderse como \u00abalgo de antes\u00bb que impide vivir \u00aba tope\u00bb como personas de hoy, muchos j\u00f3venes escapan sin m\u00e1s de la religi\u00f3n para no cargar con dicho\u00a0sambenito.<\/em>
    \n\u201cEn resumen, los rasgos que de hecho tiene en una sociedad la identidad del creyente equivalen a una red de significados que en ella resultan relevantes cuando por cualquier causa uno espont\u00e1neamente se refiere a cosas de la fe, sea creyente firme, creyente dudoso o no creyente\u201d
    [3]<\/a>.
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    \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a01.2. La \u00abidentidad cristiana\u00bb en la sociedad espa\u00f1ola<\/strong>
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    \nEstando de este modo las cosas y por complejas causas \u2014entre las que, sin duda, est\u00e1n tanto el legado del \u00abcl\u00e1sico catolicismo espa\u00f1ol\u00bb como la actual realidad e imagen de la Iglesia\u2014, entre nosotros, s\u00f3lo se admiten como\u00a0plausibles<\/em>\u00a0tres formas o escenarios de identidad creyente. Quiere esto indicar que, digamos lo que digamos, lo primero que se nos entiende o interpretan los dem\u00e1s de cuanto afirmamos se corresponde con alguna o varias de esas formas o escenarios
    [4]<\/a>.
    \nEn Espa\u00f1a, la religi\u00f3n cat\u00f3lica se identifica con personas que acuden a Dios, la Virgen o los santos, sobre todo, cuando en la vida existen situaciones extremas; con quienes relacionan a Dios o a Jesucristo con las pautas morales que rigen su existencia; o, por \u00faltimo, con los que se juntan para diversas celebraciones religiosas en determinados momentos y circunstancias. Un cat\u00f3lico, por tanto, es un\u00a0rezador<\/em>\u00a0o el que cree en mandamientos y preceptos o quien sigue en eso de la fe porque, de vez en cuando y para no romper con lo que siempre se ha hecho, se relaciona con pr\u00e1cticas religiosas.
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    \nEn primer lugar y \u2014muchas veces\u2014 por encima de todo cuanto queramos transmitir, la identidad cristiana se va configurando conforme a la din\u00e1mica de esos tres escenarios que pasamos a dibujar m\u00e1s detenidamente.
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    \n\u00a1\u00a0Cristianismo de ajuste existencial<\/strong>
    \nEn este primer escenario o forma de identidad cat\u00f3lica, se entiende que creyente es quien se remite a Dios, especialmente, cuando le \u00abaprieta mucho la vida\u00bb, esto es, cuando llegan los grandes dolores y alegr\u00edas que amenazan con trastocar la existencia. Entonces, incluso si la fe es muy d\u00e9bil, se reza y \u2014aunque la oraci\u00f3n no obtenga lo pedido\u2014 se consigue deshago y consuelo, por un lado; sentido y ensanchamiento de la felicidad, por otro.
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    \n\u00a1\u00a0Cristianismo moral o de autolegitimaci\u00f3n<\/strong>
    \nDios y la fe se relacionan con normas y modos de vivir, particularmente, cuando la culpa, duda o desorden de la vida hacen que uno pueda \u00absentirse mal\u00bb. Se\u00a0mete<\/em>\u00a0a Dios, valga la expresi\u00f3n, en los conflictos morales: en ciertas ocasiones, al actuar con una especie de miedo y queriendo estar a buenas con \u00c9l; en otras, al creer necesario vivir conforme a \u00abcriterios rectos\u00bb; existiendo, finalmente, quienes as\u00ed pretenden sentirse muy dignos y hasta autosatisfechos por su \u00abexcelencia moral\u00bb.
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    \n\u00a1\u00a0Cristianismo de interdependencia<\/strong>
    \nMejor deber\u00edamos hablar de \u00abdemanda de interdependencia\u00bb, puesto que se identificar\u00eda aqu\u00ed al creyente con conductas referidas a la \u00abparticipaci\u00f3n en ritos, fiestas o actos comunes\u00bb. En el fondo, se busca una seguridad cuando la soledad o la peque\u00f1ez nos hace sentirnos inseguros. Por eso mismo, el creyente se suma a cuanto \u00abdesde siempre vienen haciendo muchos de sus conocidos\u00bb; no quiere quedarse \u00absin el suelo firme de las antiguas costumbres\u00bb.
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    \n <\/p>\n

      \n
    1. \u00abCristianismo vocacional\u00bb y transmisi\u00f3n de la fe<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nUna adecuada y te\u00f3rica identidad cristiana incluir\u00eda, matizaciones aparte, los rasgos de esas tres formas. Pero, sin duda, ninguno de ellos contiene el centro o la base del aut\u00e9ntico creyente cristiano. El estudio al que venimos refiri\u00e9ndonos habla de una cuarta forma o escenario de identidad, el \u00abcristianismo vocacional\u00bb, que se corresponder\u00eda en gran medida con el verdadero y propio ser cristiano, por ejemplo, tal como qued\u00f3 definido despu\u00e9s del concilio Vaticano II.
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      \n 
      \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.1. \u00abCristianismo vocacional\u00bb<\/strong>
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      \nEste\u00a0cristianismo vocacional<\/em>\u00a0surge como respuesta libre a Jes\u00fas y a su mensaje del Reino, una respuesta estrechamente unida tanto a la historia personal como a la del resto de los hombres. El Dios de Jes\u00fas, aqu\u00ed, responde a las \u00abgozos, esperanzas y tristezas\u00bb humanas, acompa\u00f1ando y comprometiendo al hombre que acoge el Evangelio.
      \nPara esta clase de cristianos ni seguir a Jes\u00fas, ni orar o reunirse en comunidad… pueden entenderse como mera respuesta a presiones puntuales de sufrimientos o alegr\u00edas,\u00a0\u00a0como alivio de la mala conciencia u otras angustias morales, tampoco como refugio o simple ayuda en la inseguridad. \u00abVivir de fe\u00bb, en esta perspectiva, es un proceso libremente asumido con el que se responde al Evangelio, de donde brota la oraci\u00f3n como di\u00e1logo constante, la moral m\u00e1s de iniciativas que de obligaciones o la comuni\u00f3n sobre la que se asienta la comunidad.
      \n 
      \nEsta identidad cristiana \u2014seg\u00fan la mayor\u00eda de los an\u00e1lisis\u2014 s\u00f3lo aparece, y no siempre, en religiosos o religiosas, sacerdotes y laicos bastante formados. Y, lo m\u00e1s grave, esta manera de ser creyente no pertenece al \u00abdiscurso social\u00bb, es decir, no cuenta con apoyos o estructuras de pluasibilidad para servir como modelo de identidad cristiana al igual que los otros tres. Hay que significar, por lo mismo, que una forma semejante de cristianismo brilla por su ausencia en el sentir com\u00fan de los espa\u00f1oles.
      \nAs\u00ed que, cuando entra en juego la identidad cristiana en procesos catequ\u00e9ticos o pastorales, inicialmente, s\u00f3lo se entiende en clave de ajuste existencial, de autolegitimaci\u00f3n o de demanda de interdependencia, sin que ninguno de ellos congenie con la mentalidad del hombre moderno o con los j\u00f3venes de nuestros d\u00edas.
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      \n 
      \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.2. Agotamiento en la transmisi\u00f3n de la fe cristiana<\/strong>
      \n 
      \nEntre otros muchos factores, la imposibilidad de\u00a0agarrarse<\/em>\u00a0a un cristianismo con capacidad de sintonizar con la sensibilidad del hombre actual explica el agotamiento de la socializaci\u00f3n religiosa que constatan los \u00faltimos estudios sobre la juventud espa\u00f1ola
      [5]<\/a>. Junto a una deficiente incorporaci\u00f3n de los j\u00f3venes a la Iglesia, en definitiva, dicho agotamiento sobreviene por una inadecuada o mala transmisi\u00f3n de la fe, uno de cuyos reflejos m\u00e1s claros ser\u00eda la pr\u00e1ctica imposibilidad social de entender la fe cristiana seg\u00fan el cuarto escenario apuntado\u00a0(cristianismo vocacional),<\/em>\u00a0aqu\u00e9l que propici\u00f3 el \u00faltimo concilio.
      \nNo s\u00f3lo se trata, pese a todos los esfuerzos de\u00a0aggiornamento,<\/em>\u00a0de una deficiente capacidad de comunicaci\u00f3n en la presentaci\u00f3n del mensaje o de una evidente crisis de transmisi\u00f3n de la fe en los \u00e1mbitos en donde hasta ahora ven\u00eda realiz\u00e1ndose: familia, parroquia, instituciones religiosas y educativas. Sino que tambi\u00e9n se ha producido un alejamiento, cada d\u00eda m\u00e1s profundo, que no admite ning\u00fan diagn\u00f3stico de pa\u00f1os calientes: m\u00e1s que alejarse de la religi\u00f3n o de la Iglesia cat\u00f3lica, son nuestras formas de ser y vivir la primera las que se separan de los adolescentes y j\u00f3venes de hoy
      [6]<\/a>.
      \n 
      \nTorno al \u00fanico elemento que consideramos en estas reflexiones: la pobre visibilidad o plausibilidad social de la identidad creyente, con la que no\u00a0conectan<\/em>\u00a0\u2014en cualquiera de sus tres formas\u2014 la mayor\u00eda de los adolescentes y j\u00f3venes.
      \nNo existe m\u00e1s camino de salida que buscar alg\u00fan tipo de alternativa a las habituales formas catequ\u00e9ticas y pastorales. Mantenernos en los actuales esquemas, dado el contexto del \u00abimaginario religioso\u00bb espa\u00f1ol, supone una doble condena: la progresiva desa-parici\u00f3n, a nivel general, de la \u00abeducaci\u00f3n religiosa\u00bb y, en particular, el peligro de la reducci\u00f3n de la identidad creyente a una pobre religiosidad de ajuste, autolegitimaci\u00f3n o conservaci\u00f3n.
      \nLimit\u00e1ndonos exclusivamente al caso de la praxis cristiana con j\u00f3venes o pastoral juvenil, la alternativa se vincula a la pregunta sobre qu\u00e9 tipo de identidad y escenario creyente cuenta con los necesarios apoyos en su modo de vivir para\u00a0enlazar<\/em>\u00a0con ellos y ellas, constituyendo \u2014a la par\u2014\u00a0\u00a0un punto de partida adecuado para la \u00abeducaci\u00f3n a la fe\u00bb.
      \n 
      \nEncontramos un grave obst\u00e1culo a la hora de tratar de responder a tal interrogante: en el abundante material de que disponemos para analizar el asunto, faltan estudios espec\u00edficos de la religi\u00f3n y religiosidad de los j\u00f3venes. Nos unimos a la denuncia de otros, como J. Elzo, por esta deficiencia \u2014eclesial sobre todo\u2014, a\u00f1adiendo la relativa a la propia pastoral juvenil que, entre otras causas y por vivir alimentada con unos pocos estudios, sin reflexi\u00f3n mantenida ni centro de car\u00e1cter universitario que se ocupe de ella, origina \u2014conforme denunciaron los propios obispos\u2014 \u201cuna pastoral ocasional y de iniciativas dispersas que dificulta una labor continuada y org\u00e1nica\u201d
      [7]<\/a>.
      \nPese a la necesaria cautela con la que hemos de conducirnos, debido a dicha deficiencia, creemos que existen datos suficientes para dibujar la identidad b\u00e1sica del creyente seg\u00fan los j\u00f3venes. Podr\u00edamos denominarla como \u00abcristianismo humanitario y aut\u00f3nomo\u00bb.
      \n 
      \n <\/p>\n

        \n
      1. El \u00abcristianismo humanitario y aut\u00f3nomo\u00bb de los j\u00f3venes<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nAparece difusa y profusamente en los estudios sociol\u00f3gicos sobre la religiosidad juvenil
        [8]<\/a>. M\u00e1s de la mitad de los adolescentes y j\u00f3venes espa\u00f1oles de 15 a 29 a\u00f1os andar\u00eda por ah\u00ed. Las nuevas generaciones sintonizan con un \u00abnuevo cristianismo\u00bb en las numerosas formas de cuanto se ha dado en llamar ser \u00abcreyentes cristianos a su modo\u00bb. Denominamos \u00abcristianismo humanitario y aut\u00f3nomo\u00bb a esta especie de \u00abreconversi\u00f3n cristiana\u00bb que se da en los j\u00f3venes, por responder a dos caracter\u00edsticas fundamentales:
        \n 
        \n\u00a1\u00a0Unos, aceptan a Dios, creen y se remiten a \u00c9l con la oraci\u00f3n, por encima de todo, y con alguna pr\u00e1ctica m\u00e1s o menos religiosa; otros, realizan una traducci\u00f3n humanista de lo anterior, sin apenas referencias trascendentes. Para estos \u00faltimos j\u00f3venes, es verdadero creyente y religioso quien es honrado, ayuda a los necesitados y, seg\u00fan dichas claves, se pregunta por el sentido de la vida.
        \n\u00a1\u00a0La pertenencia a la Iglesia, en general, no forma parte de los requisitos de identidad cristiana. Son \u00abaeclesiales\u00bb:\u00a0pasan<\/em>\u00a0de la Iglesia cat\u00f3lica, pero sin particular beligerancia en el tema. Por eso, al respecto, esta identidad se extiende desde los que dicen sentirse cat\u00f3licos y proyectarse como tales, hasta quienes se excluyen de la pertenencia a la Iglesia.
        \n 
        \n 
        \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a03.1. Educar a partir del \u00abcristianismo humanitario y aut\u00f3nomo\u00bb<\/strong>
        \n 
        \nDe ser verdad, como apuntan la mayor\u00eda de \u00edndices, que los adolescentes y j\u00f3venes son capaces de sintonizar con un cristianismo as\u00ed, que una identidad de ese tipo cuenta con algunos apoyos o estructuras de plausibilidad en el \u00e1mbito particular de las nuevas generaciones, aqu\u00ed radicar\u00eda el\u00a0quid<\/em>\u00a0de la praxis cristiana con ellas.
        \nM\u00e1s espec\u00edficamente, entonces, la \u00abeducaci\u00f3n a la fe\u00bb de los j\u00f3venes habr\u00eda de asentarse sobre la plataforma de ese cristianismo humanitario y aut\u00f3nomo: 1\/ Conocerlo en profundidad y tratar de\u00a0conectar<\/em>\u00a0con \u00e9l; 2\/ Impulsar, a partir de lo precedente, una aut\u00e9ntica maduraci\u00f3n humana y cristiana.
        \n 
        \nHemos de considerar, pues, ambos aspectos. Vamos con el primero, encarando el segundo en el ep\u00edgrafe siguiente. En forma casi telegr\u00e1fica, \u00e9stas ser\u00edan algunas de las notas particulares con las que los j\u00f3venes\u00a0recomponen<\/em>\u00a0el cristianismo en una direcci\u00f3n m\u00e1s humanitaria y aut\u00f3noma
        [9]<\/a>:
        \n 
        \n\u00a1\u00a0Claves de identidad y realizaci\u00f3n humana<\/strong>
        \nSubrayan los j\u00f3venes, por delante de todo, la dimensi\u00f3n personal, abierta y configurada en el \u00abgrupo de iguales\u00bb; aspectos que comportan, por una parte, el subrayado de la \u00abvivencia personal\u00bb, de las opciones libres y, por otra, el recelo y rechazo de las instituciones, am\u00e9n de la democratizaci\u00f3n de las relaciones humanas, etc.
        \nTanto el acento en estos aspectos como la propia vinculaci\u00f3n a la fe religiosa, se muestran muy permeables a la cultura ambiental y, en general, a los valores de la modernidad. Al mismo tiempo, estas y otras demandas de \u00abautorrealizaci\u00f3n\u00bb se entremezclan con denuncias, carencias y deseos de toda \u00edndole.
        \n 
        \n\u00a1\u00a0N\u00facleos<\/strong>\u00a0\u2014desestructurados<\/em>\u2014\u00a0de fe<\/strong>
        \nAntes de nada, afirman la idea de Dios como \u00abPadre\u00bb y la de Jes\u00fas como \u00abAmigo\u00bb, ambas relacionadas con sentimientos de solidaridad, fraternidad, compa\u00f1erismo, en fin y a su estilo, con un hombre m\u00e1s humano y una sociedad m\u00e1s humanizada. En ellas reside la base de la fe y se\u00f1alan las relaciones fundamentales del cristiano. Pero, tanto Dios como Jesucristo o las relaciones… se rigen por\u00a0leyes subjetivas.\u00a0<\/em>Eso s\u00ed, casi la mitad de los j\u00f3venes \u2014se sientan o no dentro de la Iglesia\u2014 afirman la necesidad de orar y dicen rezar habitualmente. El resto de las verdades de la fe (Resurrecci\u00f3n, sacramentos, pecado, moralidad, Iglesia…) se presenta con formas sumamente variables en contenido y jerarquizaci\u00f3n. En definitiva, para los j\u00f3venes s\u00f3lo parece admisible y aceptable una fe y religi\u00f3n que ratifiquen la confianza en la vida y autonom\u00eda de las personas.
        \n 
        \n\u00a1\u00a0Una religi\u00f3n m\u00e1s \u00abhumanitaria\u00bb<\/strong>
        \nEn general, para los j\u00f3venes cristianos, \u00ablo religioso\u00bb\u00a0visible<\/em>\u00a0debe equivaler m\u00e1s a \u00ablo humanitario\u00bb y menos equipararse a pr\u00e1cticas cultuales; en este sentido, una buena mayor\u00eda afirma eso de que \u00abse puede ser un buen cristiano sin ir a misa todos los domingos\u00bb o sin la pr\u00e1ctica tradicional de los sacramentos… Por semejante camino exigen y buscan una mayor autenticidad en la relaci\u00f3n entre vida cotidiana y fe. Por otro lado, aunque no perciben f\u00e1cilmente la \u00abdimensi\u00f3n cristiana\u00bb del amor, s\u00ed intuyen que ha de ser la ra\u00edz de la religi\u00f3n cristiana.
        \n 
        \n\u00a1\u00a0Predisposiciones, sospechas e inestabilidad<\/strong>
        \nBien dispuestos ante la dimensi\u00f3n comunitaria y los peque\u00f1os grupos o comunidades, siempre que se muestren flexibles en el compromiso y propicios a la vivencia \u00edntima. Sin estar de acuerdo con la jerarqu\u00eda y con una permanente desconfianza frente a la \u00abIglesia-instituci\u00f3n\u00bb, tambi\u00e9n manifiestan una incipiente necesidad de limitar el poder de los sacerdotes o religiosos y religiosas. Los j\u00f3venes, por \u00faltimo, son sensibles a la construcci\u00f3n de la justicia del Reino, pero inestables en su responsabilidad y compromiso.
        \n 
        \n 
        \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a03.2. Maduraci\u00f3n humana y cristiana de la fe de los j\u00f3venes<\/strong>
        \n 
        \nAnte este modo de entender la religi\u00f3n, quiz\u00e1 debamos confirmar la sugerente afirmaci\u00f3n de A. de Miguel: \u00abhay algo radicalmente religioso en los j\u00f3venes\u00bb cuando no se sienten contentos con este mundo y lo manifiestan a su modo
        [10]<\/a>. Por datos como los rese\u00f1ados anteriormente, entre otros, algunos soci\u00f3logos vienen desde hace tiempo se\u00f1alando que hay una evidente demanda religiosa en muchos j\u00f3venes.
        \nLa religi\u00f3n y religiosidad juvenil, en buena medida, se asocian a una \u00abreligiosidad de baja intensidad\u00bb o \u00abcristianismo difuso\u00bb que hoy est\u00e1 en auge, por tratarse de una representaci\u00f3n de la religi\u00f3n que socialmente cuenta con numerosas estructuras de apoyo y porque configura una religiosidad en la que muchos j\u00f3venes cristianos empiezan a reconocerse.
        \n 
        \nAunque no debamos contentarnos con ello, a nuestro juicio, \u00e9sta religiosidad es una de las piedras angulares para mantener en pie la casa cristiana de los j\u00f3venes. Desde y sobre ella habr\u00e1 que trabajar para conseguir \u00abcristianos adultos\u00bb a trav\u00e9s de una adecuada educaci\u00f3n y maduraci\u00f3n de la fe.
        \nClaro que, por este camino, todo nos conduce y pende de un interrogante que no acaba de encontrar respuesta adecuada:\u00a0\u00bfQu\u00e9 identidad y qu\u00e9 j\u00f3venes cristianos queremos?<\/em>
        \nLos cambios hist\u00f3ricos en curso no pueden interpretarse primordialmente sobre la base \u2014negada por la cr\u00edtica hist\u00f3rica\u2014 de que el inter\u00e9s primordial de la cultura ilustrada que desemboca en la modernidad iba dirigido contra la religi\u00f3n. Antes, como ahora, los profundas transformaciones culturales hacen sentir a muchos la necesidad de una nueva comprensi\u00f3n de la fe y de la religi\u00f3n cristianas. Sin ir m\u00e1s lejos, el concilio Vaticano II tom\u00f3 conciencia de la inadecuaci\u00f3n del cristianismo respecto a la realidad del mundo contempor\u00e1neo y de la necesidad de proceder a una profunda clarificaci\u00f3n de su sentido en nuestro tiempo.
        \n 
        \nPero no acabamos los cristianos de asimilar, no ya las transformaciones socio-culturales, sino ni tan siquiera el concilio. De hecho, al poco de terminar, empez\u00f3 a fraguarse la explicaci\u00f3n de numerosos cambios en t\u00e9rminos de \u00abp\u00e9rdida\u00bb (de poder social, de significaci\u00f3n, etc.). Hasta que volvieron las estrategias de reagrupamiento, la pastoral de neo-mantenimiento y reconstrucci\u00f3n catequ\u00e9tica para tornar a ser y \u00abhacer cristianos de verdad\u00bb. Nada extra\u00f1o, entonces, que la jerarqu\u00eda eclesi\u00e1stica\u00a0centre<\/em>\u00a0los problemas en las cuestiones de identidad, confesionalidad y presencia p\u00fablica de la Iglesia, otros tantos aspectos de la b\u00fasqueda de seguridad ideol\u00f3gica y de relevancia social que domina el paisaje de no pocas de sus intervenciones oficiales.
        \nPor ah\u00ed, dif\u00edcilmente conseguiremos unos j\u00f3venes cristianos con fe adulta y comprometida. Muchos de ellos no logran la maduraci\u00f3n de su fe en la situaci\u00f3n actual porque no terminan de casar su b\u00fasqueda con cuanto ofrece la comunidad eclesial.
        \n 
        \nPese a todos los pesares, al menos, hoy aparece claramente la necesidad de\u00a0reorganizar\u00a0<\/em>la fe y la religi\u00f3n en la sociedad espa\u00f1ola. Hay que aprovechar el momento, en el caso de los j\u00f3venes partiendo del escenario que hemos denominado \u00abcristianismo humanitario y aut\u00f3nomo\u00bb, para reformular y reconstruir con ellos la fe y la religi\u00f3n. En fin y de nuevo telegr\u00e1ficamente, el camino por donde tirar y sus caracter\u00edsticas esenciales podr\u00edan resumirse en estos tres aspectos:
        \n 
        \n\u00a1\u00a0Maduraci\u00f3n humana y cristiana de los j\u00f3venes<\/strong>
        \nEl crecimiento personal de cada joven es fundamental. Dadas las actuales caracter\u00edsticas de las nuevas generaciones \u2014importancia capital de lo afectivo y emocional, subrayado de lo interpersonal y del \u00absentirse a gusto\u00bb, etc.\u2014 habr\u00e1 que atender especialmente a la educaci\u00f3n del sentimiento y de la voluntad, as\u00ed como la participaci\u00f3n y el compromiso. Ello exigir\u00eda desterrar toda manera funcionalista de entender la religi\u00f3n, al tiempo que superar el habitual d\u00e9ficit de kerigma e integraci\u00f3n vital del mismo.
        \n 
        \n\u00a1\u00a0El grupo o la comunidad juvenil<\/strong>
        \nLos j\u00f3venes estiman sobremanera el grupo. A su vez, el panorama de las peque\u00f1as comunidades, aunque fen\u00f3meno minoritario, quiz\u00e1 sea crucial en el nuevo entramado capaz organizar el paso del grupo a la comunidad cristiana. Los dos, grupo y comunidad, han de ser considerados, con todas las consecuencias, como lugar de experiencia de Iglesia y no como simples instrumentos hasta su\u00a0integraci\u00f3n<\/em>\u00a0en la parroquia. Nunca se insistir\u00e1 lo suficiente en el peligro que entra\u00f1a la escasez o total carencia de referencias vividas en grupos y comunidades en cuyo trato pueda actualizarse lo que\u00a0objetivamente<\/em>significa creer.
        \n 
        \n\u00a1\u00a0La parroquia como laboratorio permanente de la fe<\/strong>
        \nEsto es, como un espacio de encuentro con Dios, una comunidad que ayude a comprender las preguntas vitales y a lanzarlas m\u00e1s all\u00e1 de las peque\u00f1as y c\u00f3modas respuestas de un \u00abEvangelio simplificado\u00bb, rebajado o de corte meramente ritualista. Parroquia, por consiguiente, como laboratorio de lenguajes, celebraciones, de radicalidad prof\u00e9tica, evang\u00e9lica, etc. En el caso de los j\u00f3venes, por lo dem\u00e1s, adquieren una importancia estrat\u00e9gica de primer orden las comunidades c\u00e1lidas, abiertas y comprometidas.\u00a0\u00a1
        \n <\/p>\n

        Jos\u00e9 Luis Moral<\/h3>\n

        [1]<\/a>\u00a0Cf.\u00a0A. TORNOS-R. APARICIO,\u00a0\u00bfQui\u00e9n es creyente en Espa\u00f1a hoy?,\u00a0<\/em>Ed. PPC, Madrid 1995. Se trata de una obra imprescindible, una de las pocas que se ocupa de estudiar cualitativamente el tema de la religi\u00f3n en Espa\u00f1a.
        \n
        [2]<\/a>\u00a0Me contaban hace poco un ejemplo particularmente gr\u00e1fico acerca de c\u00f3mo influye el \u00abimaginario colectivo\u00bb: a ra\u00edz de los dos \u00faltimos y tr\u00e1gicos terremotos que han asolado la rep\u00fablica de El Salvador, en las clases de religi\u00f3n de un colegio, se organizaron numeras iniciativas con los ni\u00f1os y ni\u00f1as para que conocieran y \u00absintieran\u00bb el problema. Despu\u00e9s de varios d\u00edas analizan la doble cat\u00e1strofe, una de las actividades finales consist\u00eda en representar de alguna manera el dolor de aquel pa\u00eds, y \u00e9sta fue la pregunta de uno de los ni\u00f1os para resolver el tema: \u00bfEl Salvador ten\u00eda rizos en el pelo, verdad\u00a0Se\u00f1o?<\/em>
        \n
        [3]<\/a>\u00a0A. TORNOS-R. APARICIO,\u00a0o.c., pp. 20-21.
        \n
        [4]<\/a>\u00a0Sigo directamente en este apartado las conclusiones del estudio sobre \u00ab\u00bfQuien es creyente en Espa\u00f1a hoy?\u00bb, cf.: pp. 27-47.
        \n
        [5]<\/a>\u00a0Cf., en especial, los dos \u00faltimos, donde se avala la tesis con gran cantidad y diversidad de datos:\u00a0J. ELZO (DIR.),\u00a0J\u00f3venes espa\u00f1oles \u201999,<\/em>\u00a0Fundaci\u00f3n \u00abSanta Mar\u00eda\u00bb, Madrid 1999, 263-354;\u00a0A. DE MIGUEL (DIR.),\u00a0Dos generaciones de j\u00f3venes (1960-1998),<\/em>\u00a0Instituto de la Juventud, Madrid 2000, 78-92 y 319-377.
        \n
        [6]<\/a>\u00a0Remito al art\u00edculo en el que analic\u00e9 la mayor\u00eda de estos datos: cf. J.L.\u00a0MORAL,\u00a0\u00bfAlejados o nos alejamos?: Reconstruir con los j\u00f3venes la fe y la religi\u00f3n,\u00a0<\/em>\u00abMisi\u00f3n Joven\u00bb 281(2000), 15-25.
        \n
        [7]<\/a>\u00a0CONFERENCIA EPISCOPAL ESPA\u00d1OLA,\u00a0Orientaciones sobre Pastoral de Juventud,<\/em>\u00a0Edice, Madrid 1991, n. 4.
        \n
        [8]<\/a>\u00a0Adem\u00e1s de los datos provenientes de investigaciones particulares, la novedosa \u00abtipolog\u00eda religiosa\u00bb que J. Elzo introduce en el \u00faltimo estudio de la Fundaci\u00f3n \u00abSanta Mar\u00eda\u00bb, apunta en esta direcci\u00f3n.
        \n
        [9]<\/a>\u00a0Junto a los libros de la nota 5, entre los \u00faltimos, otro importante estudio ser\u00eda el de\u00a0M. MART\u00cdN SERRANO (DIR.),\u00a0Informe Juventud en Espa\u00f1a \u201996,\u00a0<\/em>Instituto de la Juventud, Madrid 1996, 262-267 y 442-445.
        \n
        [10]<\/a>\u00a0A.\u00a0DE MIGUEL,\u00a0o.c., p. 160.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

        [vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE DE AUTOR: Jos\u00e9 Luis Moral\u00a0es director del Instituto Superior de Teolog\u00eda \u00abDon Bosco\u00bb (Madrid) y de\u00a0Misi\u00f3n Joven.     S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO: Los j\u00f3venes espa\u00f1oles son cada vez menos religiosos. De por s\u00ed, eso no significa que sean menos creyentes. Es m\u00e1s, quiz\u00e1 el problema radique m\u00e1s en la pobre \u00abidentidad religiosa\u00bb existente en […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[120,569,7,94],"tags":[],"class_list":["post-11781","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2001-mision-joven-2","category-estudios-290","category-jose-luis-moral","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11781","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11781"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11781\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11781"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11781"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11781"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}