{"id":11784,"date":"2001-03-01T15:57:10","date_gmt":"2001-03-01T13:57:10","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11784"},"modified":"2001-03-01T15:57:10","modified_gmt":"2001-03-01T13:57:10","slug":"aprender-a-orar-2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/aprender-a-orar-2\/","title":{"rendered":"Aprender a orar"},"content":{"rendered":"
[vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR \u00a0<\/strong><\/p>\n <\/p>\n \u00a0<\/strong> [vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR Jos\u00e9 Antonio Garc\u00eda-Monge\u00a0es psic\u00f3logo y profesor en la Universidad Pontificia Comillas (Madrid). \u00a0 \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Definida inicialmente la oraci\u00f3n como presencia y acci\u00f3n de Dios que me permite tomar conciencia de \u00abqui\u00e9n soy yo ante Aqu\u00e9l que se auto-revela\u00bb como\u00a0Abba,\u00a0el art\u00edculo propone una metodolog\u00eda flexible para aprender a orar, una metodolog\u00eda \u00abque […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[120,569,570,94],"tags":[],"class_list":["post-11784","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2001-mision-joven-2","category-estudios-290","category-jose-antonio-garcia-monge","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11784"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11784"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11784\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11784"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11784"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11784"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nJos\u00e9 Antonio Garc\u00eda-Monge<\/strong>\u00a0es psic\u00f3logo y profesor en la Universidad Pontificia Comillas (Madrid).<\/em>
\n\u00a0<\/strong>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nDefinida inicialmente la oraci\u00f3n como presencia y acci\u00f3n de Dios que me permite tomar conciencia de \u00abqui\u00e9n soy yo ante Aqu\u00e9l que se auto-revela\u00bb como\u00a0Abba,<\/em>\u00a0el art\u00edculo propone una metodolog\u00eda flexible para aprender a orar, una metodolog\u00eda \u00abque unifique y abra, reciba y trascienda\u00bb. La propuesta desciende hasta sugerir unos pasos concretos de entrada en la experiencia oracional.
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\n\u00a0<\/strong>
\nLa oraci\u00f3n es un\u00a0don<\/em>\u00a0y una\u00a0tarea.<\/em>\u00a0Como don es una presencia gratuita, amorosa y actuante del Dios de Jes\u00fas en nosotros. Como tarea es actitud, motivaci\u00f3n, praxis que requiere un aprendizaje. Este mismo aprendizaje se da frecuentemente con mayor facilidad en los pobres y sencillos de coraz\u00f3n. La oraci\u00f3n conlleva una antropolog\u00eda cristiana, una teolog\u00eda y una psicopedagog\u00eda que ayuden en esa dimensi\u00f3n contemplativa del hombre que nos lleva en direcci\u00f3n al seguimiento de Jes\u00fas y al servicio de nuestros hermanos. En las l\u00edneas que siguen se\u00f1alar\u00e9 los aspectos que me parecen m\u00e1s importantes en la tarea de aprender a orar.
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\n <\/p>\nI\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0ORACI\u00d3N COMO PRESENCIA Y ACCI\u00d3N DE DIOS<\/h1>\n
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\nUn sencillo cuento nos ayudar\u00e1 a introducir este profundo tema.
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\nExist\u00eda en la lejana y misteriosa India una isla con un maravilloso templo. Ese templo ten\u00eda mil campanas que, con el correr de la brisa, formaban un armonioso y embelesador concierto. Las gentes iban al templo para orar y poder escuchar, en silencio, la m\u00fasica de las mil campanas. Un terremoto precipit\u00f3 las ruinas del templo en el fondo del mar y todos se lamentaron de la p\u00e9rdida del templo y su maravillosa m\u00fasica. Los pescadores de la aldea cercana a la isla manten\u00edan la creencia de que, en la playa, en determinados d\u00edas, cuando la brisa ven\u00eda de oriente, se pod\u00edan escuchar las mil campanas. \u00bfLeyenda? \u00bfRealidad?
\nEsto lo escuch\u00f3 un joven del norte de la India y se decidi\u00f3 a emprender un largo viaje s\u00f3lo por escuchar un momento la m\u00fasica de las mil campanas. Lleg\u00f3 a la aldea, se instal\u00f3 en una choza cercana a la playa y madrug\u00f3 para escuchar en el silencio de la ma\u00f1ana la deseada m\u00fasica. Busc\u00f3 en la inmensa playa un lugar solitario, pero el rumor de la aldea le entorpec\u00eda el necesario silencio. Tambi\u00e9n le romp\u00edan su silencio los cantos de los pescadores, el silbar del viento entre los cocoteros, el sonido incesante de las olas del mar al romper contra la arena y las rocas. Inquieto el joven se paseaba buscando el mayor silencio de noche o de d\u00eda sin conseguirlo. Pasaron meses y comenz\u00f3 a desanimarse dando por fracasado su intento.
\nAntes de volverse a su casa, quiso despedirse de las buenas gentes de la aldea y tambi\u00e9n de la playa, el paisaje, las gaviotas… Sin pretender nada, diciendo un resignado y pac\u00edfico adi\u00f3s, se paseaba por la playa, cuando comenz\u00f3, sin saber c\u00f3mo a darse cuenta que el rumor de la aldea, los cantos de los pescadores, el silbar del viento, el sonido del mar o las gaviotas le atra\u00eda, concentraba y le permit\u00eda gustar un silencio sonoro y bell\u00edsimo. Cuando estaba inmerso en este concierto natural y silencioso, de pronto oy\u00f3 una campana, otra, otra y tuvo la inefable experiencia del antiguo templo.
\n
\nAdem\u00e1s de su bella ingenuidad lo que nos puede ense\u00f1ar este antiguo relato es que s\u00f3lo oyendo la realidad, sinti\u00e9ndola, acogi\u00e9ndola, podemos escuchar en nuestro coraz\u00f3n la m\u00fasica callada. Para escuchar es necesario o\u00edr. Para contemplar es preciso aprender a ver.
\nEs decir para escuchar \u00abla m\u00fasica callada\u00bb el \u00fanico camino pedag\u00f3gico es aprender a escuchar los sonidos de la vida: los gritos, las l\u00e1grimas, las palabras\u2026 lo que constituye la vida de las personas. Hay que escuchar para poder intuir en el coraz\u00f3n de la realidad la \u00abm\u00fasica callada, la soledad sonora\u2026\u00bb; todo est\u00e1 en la piel de la historia y el que quiera saltarse la historia no descubre nada porque la din\u00e1mica cristiana es de Encarnaci\u00f3n. La gran pedagoga de la oraci\u00f3n es la misma vida, la realidad.
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\nLa oraci\u00f3n<\/em>, por tanto,\u00a0ser\u00eda<\/em>\u00a0la toma de conciencia de qui\u00e9n soy yo ante Aqu\u00e9l que se auto-revela, revel\u00e1ndome, en el mismo acto, mi identidad. Arriesgarme a escuchar a Dios, la Palabra con que nos habla de \u00c9L y de nosotros. Es cierto que \u00abnadie puede ver a Dios y vivir\u00bb, al menos, con una creyente interpretaci\u00f3n, vivir de la misma manera. Orar nos transforma y eso, frecuentemente, nos produce miedo, temor a no controlar nuestro cambio, o dejarnos convertir al Se\u00f1or de la vida.
\nA menudo rezamos poniendo a Dios delante, como en una procesi\u00f3n, en nuestros pensamientos o deseos, pero la oraci\u00f3n profunda nos invita a ir detr\u00e1s de Dios, lo cu\u00e1l es mucho m\u00e1s dif\u00edcil para nuestro ser configurado por el pecado estructural y los pecados personales que dificultan nuestra b\u00fasqueda del Se\u00f1or y la libertad de seguirle.
\nPara el verdadero orante no se trata de poner a Dios en nuestros pensamientos, sino poner nuestros pensamientos, emociones y deseos en ver por qu\u00e9 caminos hay huellas de Jes\u00fas y, cuando nuestra\u00a0cabeza\u00a0<\/em>o nuestras afecciones o raciocinios, nuestros criterios \u00absensatos\u00bb, culturales, nos digan que esto no parece l\u00f3gico, tener la locura de no seguir esos criterios sino los de Jes\u00fas que apelando al misterio amoroso de Dios, nos cita en el hombre, en el pobre. Por ah\u00ed va la oraci\u00f3n cristiana. Caminando en fe. Y la fe es decidirse por Jes\u00fas y su Mensaje. Dejarnos enriquecer por su pobreza, liberar por su amor.
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\nEn el Antiguo Testamento recurre frecuentemente el tema de los dos caminos: el de la muerte y el de la vida. El hombre tiene que elegir. Orar, de verdad, es sembrar la elecci\u00f3n que nos lleva a la Vida, que nos trae la Vida. Necesitamos desprogramarnos de las inercias de mundaneidad construida al margen de la voluntad salv\u00edfica de Dios para poder elegir. No fiarnos de las apariencias sino contemplando el coraz\u00f3n de la realidad, el verdadero rostro de lo humano, el misterio de Dios. Para contemplar necesitamos ante todo, ver con lucidez.
\nLa\u00a0<\/em>oraci\u00f3n consistir\u00eda en aprender, con el coraz\u00f3n, a ver la realidad y contemplarla. A mirar con la mirada de Dios y decidirme a vivir esa realidad como la vivi\u00f3 Jes\u00fas. Aprender a amar como am\u00f3 Jes\u00fas, con una \u00abfe que se realiza en el amor\u00bb.
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\nEl Se\u00f1or pone en nuestras manos la vida invit\u00e1ndonos a existir en ella guiados por la Bondad de Dios. En la oraci\u00f3n y en la vida si hacemos algo bueno es porque \u00c9L es Bueno. \u00abAll\u00ed estaba el Se\u00f1or y yo no lo sabia\u00bb. Orando en verdad lo sabemos y nos dejamos guiar por esa sabidur\u00eda. \u00abLa gloria de Dios es que el hombre viva\u00bb (lreneo), la oraci\u00f3n da gloria a Dios, generando vida en el hombre.
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\n <\/p>\n\n
\nAtreverse a mirar la realidad, de dentro y de fuera, hacer silencio \u00abhabitado\u00bb y arriesgarte a escuchar en el coraz\u00f3n de ese silencio al que te habita. Muchos piensan que el silencio es solamente ausencia de palabras. Pero el silencio es tambi\u00e9n y, sobre todo la gran posibilidad de escuchar la Palabra que nos crea. Algunos sostienen que en el silencio oracional encuentras tu propio aislamiento, la nada, el vac\u00edo. Pero si te dejas conducir por el Esp\u00edritu del Se\u00f1or, el desierto, sin dejar de serlo, se convierte en encuentro: \u00abNo temas\u00bb, \u00abel Se\u00f1or est\u00e1 contigo\u00bb.
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\nLa oraci\u00f3n no se dice, se escucha. Cuando hacemos dentro de nosotros un profundo silencio creyente comenzamos a escuchar. A esa escucha confiada la llamamos oraci\u00f3n. Pablo dice a los romanos que no sabemos orar como conviene, pero el Esp\u00edritu acude en socorro de nuestra debilidad y\u00a0ora en nosotros<\/em>\u00a0con gemidos inefables (Rom 8,26). Es el Esp\u00edritu el que ora en nosotros. La misi\u00f3n del orante es silenciarse hasta llegar a su ser y en \u00e9l escuchar ese rumor del Esp\u00edritu.
\nSan Agust\u00edn al hablar de la dimensi\u00f3n cristoc\u00e9ntrica de la oraci\u00f3n cristiana desarrolla tambi\u00e9n su aspecto pneumatol\u00f3gico.
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\nSucede como cuando en la noche, acampados en el bosque, nuestra sed se ve aliviada por la escucha del rumor de agua que gu\u00eda nuestros pasos hacia el riachuelo que baja de la monta\u00f1a. No vemos nada, s\u00f3lo o\u00edmos el rumor del agua viva y nos guiamos por \u00e9l. As\u00ed ocurre en la oraci\u00f3n, el hombre, la mujer, escuchan ese murmullo del agua viva en lo m\u00e1s profundo de su ser. Frecuentemente, como es inefable, no encontrar\u00e1 conceptos y palabras para decir su oraci\u00f3n.
\nSin embargo, esa escucha, iluminada por la\u00a0fe,\u00a0<\/em>nos da la Buena Noticia de la Palabra que acarreaba ese rumor trascendente. \u00abHab\u00e9is recibido el esp\u00edritu de adopci\u00f3n por el que clamamos: \u00a1Abba!, \u00a1Padre!\u00bb (Rom 8,5). Esta es la\u00a0Palabra<\/em>\u00a0primordial en la oraci\u00f3n cristiana. Amorosa invocaci\u00f3n fuente de fecunda libertad y de cercana ternura. El silencio que prologaba nuestra oraci\u00f3n, y era ya parte de ella, ha acogido su Palabra:\u00a0\u00a1Abba!<\/em>\u00a0La motivaci\u00f3n orante nos ha dado el valor de adentramos en el desierto del silencio (tan temido y evitado) con la esperanza de encontrar la Palabra que puede llenarte la vida. Abba es el secreto de la oraci\u00f3n. Palabra fundante m\u00e1s \u00edntima a nosotros mismos que nuestra propia intimidad.
\n
\nPero Abba es una palabra dif\u00edcil. Creer que la vida te viene de Otro que es el fundamento \u00faltimo de tu ser. Creer que el Otro es fuente de amor y libertad. Todo esto es posible con la gracia. Para que esta Palabra se haga hombre en tu existencia, tal vez, tienes que subvertir tu orden de valores. Convertirte al Reinado de Dios anunciado por Jes\u00fas. Es dif\u00edcil, tambi\u00e9n, psicol\u00f3gicamente por la intrincada internalizaci\u00f3n e identificaci\u00f3n con las figuras parentales; sociol\u00f3gicamente porque el mundo no est\u00e1 estructurado por \u00abpadres\u00bb, sino por amos que, de hecho, oprimen e injustamente reparten cargas y beneficios.; teol\u00f3gicamente por el problema del mal, dif\u00edcilmente armonizable con la imagen de un Dios justo, bueno y poderoso.
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\nCasi todos los Padres, griegos y latinos en sus tratados de oraci\u00f3n han hecho ex\u00e9gesis espirituales del Padre Nuestro.
\nSe trata de una Palabra creadora, eficaz, que realiza lo que anuncia, Hace de ti un hijo, una hija. Creer en Dios y creer en ti mismo\/a como hijo\/a. En la vocaci\u00f3n libremente filial de la humanidad. Creer que si eres hijo, hija, eres libre, amado\/a. Creerse ante el Se\u00f1or bueno y valioso. La oraci\u00f3n nos pide fe en Dios y fe en nosotros mismos.
\n
\nPero hay algo que engrandece y complica la experiencia oracional. Si eres hijo, eres hermano. En una solidaridad amorosamente adoptiva que se extiende a todo ser humano y m\u00e1s all\u00e1. No hay oraci\u00f3n, por muy individual que se experiencie que no acarree un dinamismo fraterno y solidario. La oraci\u00f3n ser\u00e1 la energ\u00eda que nos permite compartir todo lo que somos y tenemos. Por eso la oraci\u00f3n nos enriquece haci\u00e9ndonos m\u00e1s pobres como consecuencia del amor que comparte.
\nA veces rezamos para tener m\u00e1s cosas porque asociamos felicidad con el tener. Pero la oraci\u00f3n no nos garantiza que vamos a tener lo que pedimos, s\u00f3lo nos asegura, en el nombre de Jes\u00fas, que vamos a tener Esp\u00edritu para poder, esperanzadamente, ser felices sin lo que pedimos. Tal vez con un modelo de felicidad diferente del acu\u00f1ado por el mundo y la cultura. Esto es dif\u00edcil y duro de entender.
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\nEl poder transformante de la oraci\u00f3n escuchada y testimoniada es el que cambia nuestra realidad m\u00e1s honda, sus valores. Es el que pone en la historia: verdad, justicia, amor, y nos permite, como expresa bella y profundamente el poema de Pedro Casald\u00e1liga, reconocer a Dios. Ese misterioso y real trasvase se intuye m\u00edsticamente, unifica y visibiliza el Reino. Aqu\u00ed radica la labor del contemplativo en la acci\u00f3n.
\nOrar es ser cauce de ese trasvase que riega la ciudad humana, ser fuente de agua viva alegr\u00e1ndonos de que en la historia florezca vida, verdad, justicia, amor. Es el Se\u00f1or quien lo ha hecho. Al Dios de Israel no se le conoce por categor\u00edas abstractas sino por intervenciones en la historia, convirti\u00e9ndola en historia de salvaci\u00f3n. Esta es su revelaci\u00f3n actuante. A su \u00faltimo nombre:\u00a0El-que-resucit\u00f3-a-Jes\u00fas,<\/em>\u00a0podr\u00edamos a\u00f1adirle otro, que es consecuencia del anterior:\u00a0El-que-ora-en-nosotros. El que nos salva.<\/em>
\n
\nSi nos preguntamos: En este momento de mi vida, \u00bfqu\u00e9 es, para m\u00ed, orar? Las definiciones, tendiendo a nuestra experiencia, pueden ser m\u00e1s conceptuales o vivenciales, m\u00e1s racionales o afectivas, m\u00e1s atemporales o m\u00e1s encarnadas en la historia. Nuestra forma de orar influye poderosamente en nuestra espiritualidad, La definici\u00f3n de Santo Tom\u00e1s: \u00abElevaci\u00f3n del coraz\u00f3n a Dios\u00bb, nos dice algo importante, pero, en el dinamismo de la Encarnaci\u00f3n, m\u00e1s que \u00abelevar\u00bb, la oraci\u00f3n opera un vaciamiento, hace un hueco amoroso para acoger a Dios incomprensiblemente cercano en nuestra pobreza y peque\u00f1ez. Abajamiento,\u00a0kenosis,<\/em>\u00a0tienen mucho que ver con la experiencia oracional (cf.\u00a0Fil 2,5-11).<\/em>
\n\u00a0<\/strong>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>Este poema del obispo de Sao F\u00e9lix, Pedro Casald\u00e1liga, nos lo expresa bellamente:
\n
\nEn la oquedad de nuestro barro breve
\nel mar sin nombre de Su luz no cabe.
\nNinguna lengua a Su Verdad se atreve.
\nNadie lo ha visto a Dios. Nadie lo sabe.
\n
\nMayor que todo dios, nuestra sed busca,
\nse hace menor que el libro y la utop\u00eda,
\ny, cuando el Templo en su esplendor Lo ofusca,
\nrompe, infantil, del vientre de Mar\u00eda.
\n
\nEl Unig\u00e9nito venido a menos
\ntraspone la distancia en un vagido;
\ncalla la Gloria y el Amor explana;
\n
\nSus manos y Sus pies de tierra llenos,
\nRostro de carne y sol del Escondido,
\n\u00a1versi\u00f3n de Dios empeque\u00f1ez humana!
\n
\n <\/p>\nII\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0UNA METODOLOG\u00cdA FLEXIBLE QUE UNIFIQUE Y ABRA, QUE RECIBA Y TRASCIENDA<\/h2>\n
\n
\nAl introducirte en la\u00a0oraci\u00f3n<\/em>\u00a0no me estoy refiriendo a esa forma de orar que, mediante el ejercicio de las tres potencias (memoria, entendimiento y voluntad), elabora un discurso racional que permite, finalmente, el ejercicio de la voluntad. Esta forma de orar meditando que tanto ha ayudado a la formaci\u00f3n cristiana deriva f\u00e1cilmente en una reflexi\u00f3n estructurada oracionalmente.
\n\u00a0<\/strong>
\n\u00a1\u00a0Metodolog\u00eda<\/strong>
\nEn las instrucciones que anteceden y que han ido explicitando el proceso de la oraci\u00f3n, he se\u00f1alado un modo de oraci\u00f3n profunda. En diversos cap\u00edtulos he indicado actitudes que pueden ayudar en la pr\u00e1ctica de la oraci\u00f3n y con\u00adductas que facilitan el camino a seguir; voy, ahora, a recordar concretando algunos as\u00adpectos que pueden ayudarte a realizar ratos de oraci\u00f3n que alimenten tu vida, la ha\u00adgan fecunda y te permitan vivirla integradamente.
\n
\n\u00a1\u00a0Responsabil\u00edzate de tu oraci\u00f3n pero no te hagas el protagonista<\/strong>
\nEsto significa que eres capaz de decir; \u00abquiero orar\u00bb, no s\u00f3lo: \u00abtengo que orar\u00bb o \u00abdeber\u00eda re\u00adzar m\u00e1s…\u00bb. Cuando dices quiero orar est\u00e1s comprometiendo tu tiempo, atenci\u00f3n, actividad psicol\u00f3gica, tu cuerpo y tu lectura creyente de la realidad ofreciendo tu espa\u00adcio vital a la consciencia de una acci\u00f3n de Dios. Orar es una decisi\u00f3n arriesgada; tie\u00adne que ver con tu consciencia y a la vez con el silencio con el cual respetas el misterio de Dios. Responsabilizarte de la oraci\u00f3n es dar espacio real a un deseo tuyo y com\u00adprometerte con la trascendencia que apunta y emerge ya en lo profundo de ese deseo.
\n
\n\u00a1\u00a0Preparaci\u00f3n existencial y preparaci\u00f3n inmediata<\/strong>
\nLa\u00a0<\/strong>oraci\u00f3n fluye de la vida y,\u00a0por ello, la preparaci\u00f3n existencial es la m\u00e1s importante. Requiere un vivir l\u00facido, despierto, capaz de ver lo real, de llamar a las cosas por su nombre. Necesita una in\u00adfraestructura de relaciones yo-t\u00fa (no yo-ello, en la terminolog\u00eda de M. Buber), es decir un hacerse persona captando la realidad del otro un saber escuchar personificador; lo contrario de vivir cosificado, nombrando lo cuantificable y movi\u00e9ndose en la esfera del tener o no tener. El gran silencio de la oraci\u00f3n se prepara cultivando peque\u00f1os si\u00adlencios en la vida y haciendo crecer el sentido del respeto al misterio personal de la exis\u00adtencia. No se trata de misterios m\u00e1gicos o esot\u00e9ricos que ahorren una lectura cient\u00edfica de la realidad sino de un saber leer la historia y la naturaleza con el lenguaje de este mundo, iluminado con todas las aportaciones de la ciencia y, a la vez, no reducir el ho\u00adrizonte de la persona a los estrechos l\u00edmites de unas leyes cerradas en s\u00ed mismas. La pre\u00adparaci\u00f3n existencial supone una experiencia de libertad en la vida comprometida en un cambio hist\u00f3rico y, al mismo tiempo, poder ser espectador ben\u00e9volo de lo limitado del esfuerzo humano; esta consciencia de la limitaci\u00f3n no lleva a regatear el esfuerzo por mejorar las condiciones de la vida del hombre sino a dejar actuar la energ\u00eda que viene de m\u00e1s all\u00e1 de las fronteras del hombre, se hace historia al pasar por lo humano y trasciende nuestros l\u00edmites haci\u00e9ndonos ver que somos mayores que nosotros mismos.
\n
\nEstas actitudes: realismo, personalizaci\u00f3n, respeto, silencio, trascendencia, libertad, compromiso, acogida,\u00a0agradecimiento…<\/em>\u00a0forman la preparaci\u00f3n existencial de la oraci\u00f3n y se grad\u00faan en la vida ordinaria de cada hombre. La preparaci\u00f3n inmediata consiste en trazar un andamiaje provisional que soporte y alimente la consciencia durante la oraci\u00f3n y que sea lo suficientemente flexible para dejar paso al silencio u otras experiencias que acontezcan con la oraci\u00f3n. Esto se hace preparando la \u00abmateria\u00bb de la oraci\u00f3n, sabiendo muy bien que en la oraci\u00f3n profunda no importa la materia, pues no est\u00e1 basada en los contenidos de la conciencia sino en la consciencia misma, no en lo que piensa el sujeto sino en el sujeto mismo, abierto, real, hist\u00f3rica y transcendentemente. Esta \u00abmateria\u00bb ser\u00e1 el soporte inicial de la atenci\u00f3n que me permita remansarme ante m\u00ed mismo y ante el Se\u00f1or.
\nEl andamiaje de la oraci\u00f3n debe facilitar: la toma de conciencia (el darse cuenta), la autoexpre\u00adsi\u00f3n, la referencia intuitiva al Se\u00f1or Jes\u00fas, la asimilaci\u00f3n, la trascendencia del yo y el\u00a0silencio.\u00a0<\/em>Por ello tanto se debe usar del andamiaje cuanto ayude para estos pasos y pres\u00adcindir de \u00e9l cuando no ayude y sea realmente un estorbo.
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\nPrepara tu \u00abpista de despegue\u00bb (una historia, un s\u00edmbolo, una imaginaci\u00f3n, un rit\u00admo verbal, un cuento, una palabra, un \u00e1ngulo de visi\u00f3n de la realidad…) y cult\u00edvalo atento a lo que en realidad sucede en ti, en tu cuerpo, en tu mente, en tu esp\u00edritu, en la vida. Que el pensamiento, por elevado que sea, no te aliene de la realidad; que la profundidad, por \u00abprofunda\u00bb que sea, no te impida ver la superficie y los colores de las cosas; que los sentimientos, por sutiles que sean, no te aparten de tu verdad; que tu es\u00adp\u00edritu no te aleje de tu materia; y que tus dioses no te deformen ni oculten a tu Dios.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>\u00a1\u00a0Tiempo<\/strong>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/em>En cuanto al momento, por la ma\u00f1ana, por la tarde o noche, las diferencias indivi\u00adduales son tan grandes y los condicionamientos tan obvios que toca a cada persona elegir cuidadosa y real\u00edsticamente el tiempo de su oraci\u00f3n. El hecho de ser hipotenso o la proximidad de las comidas y tiempo de digesti\u00f3n, etc. son variables observables en confrontaci\u00f3n con la experiencia que nos indicar\u00e1, dentro de nuestras posibilidades, cu\u00e1l es el tiempo mejor. La duraci\u00f3n la dictar\u00e1 tambi\u00e9n la experiencia. En una persona laboralmente muy ocupada bastar\u00e1 media hora en un ritmo aproximadamente diario, para dejar una huella profunda si la oraci\u00f3n se hace correctamente. El problema de la oraci\u00f3n es de calidad de la comunicaci\u00f3n o del silencio m\u00e1s que de cantidad de los \u00abrezos\u00bb.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>\u00a1\u00a0Lugar<\/strong>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/em>\u00abNi en este monte ni en Jerusal\u00e9n\u00bb (Jn 4,22). Superando una sacralizaci\u00f3n de los lugares aptos para la oraci\u00f3n, y una elitizaci\u00f3n burguesa de los metros cuadrados necesarios para cultivar la vida espiritual, la elecci\u00f3n del lugar vendr\u00e1 dada por las posibilidades, eligiendo dentro de ellas, la que m\u00e1s favorezca el silencio ambiental o permita una m\u00ednima comodidad de calor en invierno, etc. Pudiendo hacerlo, es importante que sea distinto del habitual de trabajo para impedir, entre otras cosas, las asociaciones que nos distraigan. Si la oraci\u00f3n se hace en grupo, la elecci\u00f3n del lugar estar\u00e1 m\u00e1s en funci\u00f3n de las dimensiones. La est\u00e9tica del lugar puede ayudar, sobre todo en un primer tiempo, a concentrarse en la oraci\u00f3n.
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\nTu postura corporal es tu compromiso con la oraci\u00f3n.\u00a0<\/em>Cuando hayas prepara\u00addo tu pista de despegue, no te alejes r\u00e1pidamente de ti mismo, sino esc\u00fachate. Date cuen\u00adta de los mensajes que recibes de tu entorno (que en este momento has procurado ir silenciando), de tu cuerpo, de tu persona. La oraci\u00f3n se har\u00e1 m\u00e1s all\u00e1 de ti, pero contigo. Comienza siempre relacion\u00e1ndote bien contigo mismo: escucha atenta, cerca\u00adna, aceptaci\u00f3n personal, ausencia de juicios sobre ti mismo, empat\u00eda. D\u00e9jate, entonces, fluir, sin empujar el r\u00edo (\u00e9l fluye por s\u00ed solo) observ\u00e1ndolo m\u00e1s con tu mirada interior que con tu pensamiento, integrando m\u00e1s que analizando, es\u00adcuchando m\u00e1s que hablando, respirando, en una asimilaci\u00f3n consciente, m\u00e1s que racio\u00adcinando en\u00a0<\/strong>un intento de posesi\u00f3n intelectual. No temas que tu oraci\u00f3n parezca, y sea pobre y desnuda, al cultivar estas actitudes; cuanto m\u00e1s pobre y m\u00e1s desnuda, ser\u00e1 m\u00e1s libre y m\u00e1sverdadera.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>\u00a1\u00a0La postura<\/strong>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/em>Como he indicado en varias ocasiones es de excepcional importan\u00adcia. La mejor ser\u00e1 aquella que permita con un m\u00ednimo de tensi\u00f3n, de esfuerzo, la res\u00adpiraci\u00f3n abdominal. La espalda y la cabeza deben estar rectas, apoyadas firmemente en su base de manera que una l\u00ednea vertical pase por la cabeza y recorra la columna. Sen\u00adtados en una silla que favorezca esta posici\u00f3n, o sobre un banquillo, versi\u00f3n occidental de la tradicional postura japonesa sentado sobre los talones; los brazos y las manos re\u00adlajados, apoyados sobre los muslos o en leve contacto de las manos o dedos entre s\u00ed. Realizando la oraci\u00f3n en solitario las posturas pueden ser m\u00e1s variadas o incluso aco\u00admodarse a las im\u00e1genes o sentimientos dominantes para reforzar corporalmente, en un lenguaje no verbal, los contenidos de nuestra consciencia: de pie, postrados, brazos abiertos, extendidos, suplicantes, confiados. Estando en el campo o en alg\u00fan lugar que permita un paseo, el caminar lento, consciente de las sensaciones, puede ayudar a una oraci\u00f3n r\u00edtmica que se desarrolle armoniosamente con nuestro andar. En la postura de sentado, mantener los ojos cerrados o abiertos depende de distintas t\u00e9cnicas oracionales. Yo generalmente aconsejo mantener los ojos cerrados, exceptuando oraciones m\u00e1s corporeizadas en las que conviene leer el lenguaje del cuerpo y reconocer su significaci\u00f3n. La postura forma parte de la comunicaci\u00f3n no verbal, tan importante. Con nuestro cuerpo, con nuestra postura, estamos diciendo algo de lo que somos cons\u00adcientes. Nuestro gesto expresa la percepci\u00f3n de nuestra relaci\u00f3n con Dios. Durante la oraci\u00f3n nuestra mente puede representarnos mensajes potencialmente distractivos. Asumirlos, sin luchar con ellos, es tarea que nos facilitar\u00e1 enormemente nuestra postu\u00adra corporal. El cuerpo es la encarnaci\u00f3n de nuestro deseo de orar, de nuestra voluntad de meditar. El Dr. Laing afirma: \u00abLo que nosotros pensamos es menos de lo que sabe\u00admos; lo que sabemos es menos de lo que amamos; lo que amamos es mucho menos de lo que existe\u00bb. La toma de conciencia del cuerpo y de su sabidur\u00eda e intuici\u00f3n profunda nos permitir\u00e1 recorrer estos niveles del pensar al amar, del amar al existir.
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\nSi durante la oraci\u00f3n nos sobreviene el deseo de cambiar de postura, antes de hacerlo debemos atender de d\u00f3nde viene ese deseo y lo que significa ese cambio. En general es m\u00e1s conveniente permanecer quietos en la misma postura concentr\u00e1ndonos en aquello que reclama nuestra atenci\u00f3n de una manera relajada: una molestia f\u00edsica, un dolor, etc. Si con todo vemos oportuno el cambiar, lo haremos muy lentamente con\u00adcentr\u00e1ndonos en el movimiento y escucharemos, para releerla oracionalmente la nueva postura que hayamos adoptado. La postura ser\u00e1 como el hilo conductor que mantenga la unidad de la oraci\u00f3n ante la posible dispersi\u00f3n de la mente.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>\u00a1\u00a0Escucha del cuerpo<\/strong>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/em>Una vez adoptada la postura llevar\u00e9 mi atenci\u00f3n a mi cuer\u00adpo escuchando sus tensiones. Aquellas que sean voluntarias y conscientes ser\u00e1n m\u00e1s f\u00e1ciles de relajar despu\u00e9s de haber percibido qu\u00e9 hac\u00edan en mi cuerpo. Frecuentemente ayuda preguntar al cuerpo directamente c\u00f3mo est\u00e1 y esperar un minuto o dos de silencio para o\u00edr su respuesta a trav\u00e9s de alguna sen\u00adsaci\u00f3n concreta. La zona del plexo solar suele ser especialmente rica en este tipo de men\u00adsajes. A algunos les puede parecer extra\u00f1o este di\u00e1logo con el cuerpo y sin embargo, de una manera menos consciente, lo estamos haciendo constantemente. Realizarlo con plena lucidez nos permite adentramos m\u00e1s real\u00edsticamente en lo que estamos sintiendo y nos evitar\u00e1 somatizaciones neur\u00f3ticas. El minuto o dos de silencio para esperar la con\u00adtestaci\u00f3n tiene la misi\u00f3n de frenar las habituales respuestas mentales que nos distraen de las sensaciones corporales. Debemos dar nombre a las sensaciones que tengamos pues es la \u00fanica manera de dialogar con ellas y de comenzar la oraci\u00f3n desde nuestra autenticidad.
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\nA continuaci\u00f3n, dirigiremos nuestra atenci\u00f3n a la respiraci\u00f3n, sin controlarla, solamente observ\u00e1ndola y cayendo en la cuenta c\u00f3mo se est\u00e1 produciendo. Para ello, si estamos respirando diafragm\u00e1ticamente, pondremos la atenci\u00f3n en el abdomen. Puede ayudar tambi\u00e9n llevar la atenci\u00f3n al labio superior y a la nariz y seguir desde ah\u00ed el iti\u00adnerario del aire al entrar y salir de nuestros pulmones.
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\n\u00a1\u00a0Elegido el tiempo y lugar adecuados. Adoptar la postura conveniente. Al orar no s\u00f3lo vas a cambiar de actividad, m\u00e1s profundamente, vas a cambiar tu situaci\u00f3n existencial. Vas a pasar del hacer al ser.
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\n\u00a1\u00a0Hazte consciente de si est\u00e1s all\u00ed donde est\u00e1 tu cuerpo. De si tu postura refleja y expresa tu actitud y motivaci\u00f3n orante. Y si tu oraci\u00f3n va a encontrar \u00absitio\u00bb en tu cuerpo y persona.
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\n\u00a1\u00a0Date cuenta de c\u00f3mo te estas sintiendo, experienciando. Cu\u00e1les son tus sensaciones f\u00edsicas significativas, tus preocupaciones, intereses. D\u00f3nde est\u00e1 tu atenci\u00f3n aqu\u00ed y ahora. Pon nombre a tu experiencia aunque esta sea de desgana para entrar en oraci\u00f3n.
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\n\u00a1\u00a0Dedica unos minutos a hacer silencio: corporal, una breve y atenta relajaci\u00f3n muscular; mental, un cesar el parloteo interior; emocional, un aquietamiento afectivo. Rel\u00e1jate, desciende, afloja en una pasividad abierta y silenciosa.
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\n\u00a1\u00a0Explicita tu elecci\u00f3n y deseo de orar. Pide al Se\u00f1or el\u00a0don<\/em>\u00a0de orar, de hacerte consciente, en Fe, de ser una persona\u00a0habitada.<\/em>\u00a0El que te habita, te ama y revela su\u00a0amor.<\/em>
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\n\u00a1\u00a0Acoge la acci\u00f3n del\u00a0Esp\u00edritu<\/em>\u00a0en ti convirti\u00e9ndola en oraci\u00f3n, dej\u00e1ndote afectar, interpelar, convocar, transformar por ella. S\u00e9 libre de toda estructura humana o religiosa, de todo m\u00e9todo y deja a Dios ser Dios,\u00a0Padre y libre.<\/em>
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\n\u00a1\u00a0Empapa, respira, y da cuerpo con tu vida a la oraci\u00f3n experienciada. Desea prolongarla en tu existencia personal, relacional viendo en qu\u00e9 direcci\u00f3n lleva tus pasos hist\u00f3ricos. Da\u00a0Gracias.<\/em>\u00a0n
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\nJos\u00e9 Antonio Garc\u00eda-Monge<\/strong>[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"